logo

Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

Transcribed podcasts: 694
Time transcribed: 6d 0h 26m 18s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Estoy bastante embriagado y mañana voy a trabajar.
¿Tenéis alguna anécdota sobre algunas situaciones
en las que os habéis visto obligados a gestionar algo importante
en un estado de embriaguez, resaca?
No, no, porque... No, yo la verdad que no.
Somos unos profesionales. No, no.
Yo nunca he venido bajo los efectos de ninguna sustancia.
No has ido... Pero con resaca hacer un programa así, ¿no?
Sí, con resaca sí. Y te puedo dar un dato
que no quiero que cale como patente de corso,
que no sé muy bien qué es, pero...
El patente de corso es permiso para hacer un poquito pirata.
Los mejores programas que yo recuerdo en la etapa...
Sí, la gavana para... Sí, los corsarios, ¿no?
Sí, claro. Vale, pues...
En mi época de radio, claro, tú no habías nacido todavía, ¿no?
Sí que había nacido. Sí que habías nacido, es verdad.
¿Cuándo empezaste la radio? En los ochenta.
Claro, yo nací en el 74. Bueno.
Pues aquí era un niño, era un... Niño, un niño.
Pues aquí en Radio Barcelona, un poco más abajo,
aquí en el sótano, una especie de hormiguero...
Una mazmorra. Una mazmorra, qué bien, nos ponían allí.
Los días que tú habías salido, por lo que fuera,
25 años, Barcelona, hostia, postolímpica,
había que hacer algo, había que hacer algo.
Pues, curioso, se cumplía una ley no escrita
que es que tú estabas hecho polvo
y la gente te decía al acabar el programa o por la tarde,
oye, te escucho hoy, divertidísimo.
Ya, porque... Se ve que se rompe como un freno.
A veces pasa. Un filtro. Sí, sí.
¿Ah, que sí? Sí.
¿Tú has hecho alguna función petao y te ha quedado bien?
Sí, petao de cansancio.
Un día que hay doble función y estoy arrastrando cansancio
y la que está más petao es la que sabe mejor.
Claro, es como un cazoncillo viejo, ¿no?
Sí, la goma se da.
La goma se da. Sí, la goma se da.
Vas más cómodo. Pero es peligroso,
pues te puede calentar la boca y la puedes liar.
Entonces, yo tengo...
Entonces, subo un poco el nivel de la autorepresión
para tener cuidado con el borracho,
porque el borracho ya sabes que...
Ya, ya, ya. Se le va la lengua.
Yo recuerdo que, como te digo, salíamos bastante
en aquella Barcelona de los 90 y teníamos una productora...
Gracias, Ramón.
Sí, sí, sí. Todavía no se había construido la Eixample.
Saltábamos murallas y entre el barro, los cerdos y los pastores
llegábamos a la radio.
Con flautas.
Y entonces abríamos la tienda de campaña
y allí le debamos a un magneto y enchufábamos la radio.
¿Qué tienda de campaña? Ah, vale, vale.
Me estoy inventando una radio medieval.
Vale, vale. Una radio medieval, algo absurdo.
No, no. Teníamos una productora que era como muy madre de todos.
Venga, va, todo, todo. El programa era a las 12 y media.
Es la peor hora para la resaca. Sí, sí, sí.
Porque te genera una falsa confianza.
Sí. No, estoy bien, estoy bien.
No. Estás al borde del precipicio.
Sí. A las 12 y media.
12 y media. Yo vivía aquí en la calle Caspe muy cerca.
Y como le hagas casa al colega que te dice,
no, lo mejor ahora es beber un poco más.
No, no, no, no. Sí.
Porque siempre hay que te dice, no, ¿esto ahora una cerveza?
Sí. Lo mejor para la resaca será...
Un martini ahora. Un par de martines. Tres martines ahora.
Eso es lo mejor para la resaca.
No, solo recuerdo que ella, creo que la única que pilotaba un poco,
se dio cuenta de que cada vez que salíamos por las noches
apurábamos más la llegada a la radio.
Menos alguno de los del equipo, que eran personas serias,
estaban aquí a las nueve y pico, yo me levantaba y pensaba,
ostia, el programa es a las 12 y media.
Bueno, hay margen. Sí.
Pero el concepto margen ya de por sí es abstracto, ¿no?
Y recuerdo que un día me dijo, oye, Andrés,
un día llegué a las 11 y media con el pelo así planchado,
con la boda.
Y ya cuando repití varios días me dijo,
a lo mejor, ¿por qué no miramos esto?
Y yo, ¿qué, qué? Dice, venís muy pegado, ¿no?
¿Qué venías con el boletín de...?
Del de las 12, ¿no? Pero igual el de las 11, sí.
Digo, mira, se me liaó, tenía margen.
Claro, claro, claro.
Y ya ahí corregí y dije, ostia, eso no puede ser.
Porque sí que ibas con la goma suelta, pero demasiado, ¿no?
Ya no había goma. No.