Carlos Arguiñano, himself, habló de nosotros en su eterno programa de cocina.
Bueno, bueno, eso es haberlo...
Y parecía que la frase pedía ovación, pero no lo habéis leído.
¡Sí!
Entonces el otro día Carlos se puso eso, estaba ahí faenando y dice esto.
Vamos a escucharlo.
Y que tú estás en la cocina haciendo esto, y puedes estar haciendo otras cosas a la vez.
Claro.
Charlando con la gente que está a tu alrededor.
Siempre suelo decir, oyendo música, la radio puesta, a ver qué dicen Buenafuente y Berto Romero, por ejemplo.
Atención.
¿Eh?
Sí.
En conversación, me suele tener, yo creo que los domingos o los sábados.
No, los sábados, Carlos.
Tienen Berto Romero, nadie sabe nada, no se titula lo que hacen.
Eso es.
Y me divierte un montón la cantidad de tonterías graciosas que dicen.
Tonterías graciosas.
Tonterías graciosas.
Muchas.
Muchas.
Bueno.
Venga, ya está el aceite.
¡Verdad!
Ya está el aceite calentito.
¡Venga!
Tonterías graciosas.
Tonterías graciosas.
Con el permiso de Carlos, vamos a adoptar este concepto.
Popularizó el perejil en todos los platos, y ahora nos populariza, nosotros hemos tocado techo absoluto.
Exacto.
Y digo yo, no habría que cambiarle el título al programa ya, a partir de este momento, y que se llame tonterías graciosas.
Hombre, no, no, no.
Que está mucho más ajustado a lo que aquí se hace.
¿Por qué?
Porque son tonterías y son graciosas.
Bueno, pero escúchame una cosa.
Yo creo que podemos incorporarlo como claim.
¿O como subtítulo?
Sí, es lo mismo.
Nadie sabe nada.
Tonterías graciosas.
¡Hostia, de verdad, nos ha tocado la mano de Dios!
Sí.
Sí.
¿Lo tenemos preparado eso?
¿Se puede escuchar?
¡Arguiñano!
Sí, tus deseos son órdenes.
Sí.
Tú.
Sí, tus deseos son órdenes.
A partir de ahora y durante un tiempo, porque a lo mejor también la productora de Arguiñano dice,
bueno, chavales, calmaros un poco, porque estamos cogiendo toda la creatividad de Arguiñano.
Hombre, eh...
A ver, toda.
No, sí, bueno.
Tonterías graciosas.
Sí.
Y tal como te he dicho que me encanta, también te puedo decir que, a ver, es un poco de primera reflexión.
Bueno, a partir de ahora, el programa se va a anunciar así, escúchame.
Nadie sabe nada en vídeo, en YouTube.
Tonterías graciosas.
¡Oh!
Vale, vale, vale.
Vamos.
¿Qué ha pasado?
Ha habido un intento de cambio en la pantalla, ¿no?
Que es una sorpresita que tenéis vosotros.
¡Oh!
Han cambiado el título de programa.
¡Tonterías graciosas!
Por tonterías graciosas.
Lo han puesto, sí.
¡Vaya!
La, la, la, la, la, la.