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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

Transcribed podcasts: 694
Time transcribed: 6d 0h 26m 18s

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Oye, este señor y yo hemos estado en Nueva York con nuestras respectivas familias.
Hemos hecho viajes juntos.
Sí, New York City, sí. Estamos reventados de andar.
Sí, sí, sí.
No puedo andar más.
Oye, y la gente, lo bonito que es cuando nos ve de vacaciones juntos,
ves caras de... ¡Ay, qué monos!
¡Ay, qué monos que se van de vacaciones juntos!
Porque pensad que en el mundo en el que vivimos,
que la gente se lleve bien, es muy raro.
El amor es el nuevo punk.
Sí, sí, sí.
Tal como yo lo veo.
Muy bien, muy bien.
Te da para camiseta.
Es verdad, sí, sí.
El amor es el nuevo punk.
Sí, sí, sí.
Ver gente llevándose bien y queriéndose es como...
¡Guau! Esto es muy... ¡Esto es muy nuevo!
Ya, ya, ya, ya, pues...
Yo tenía entendido que se llevaban mal.
Sí, bueno, decidimos a unar nuestras miserias, nuestras fuerzas.
Sobre todo miserias, si se va la santa a Nueva York.
No, no.
Que está caro, no lo podéis imaginar.
¡Oh! Pero no lo podéis imaginar, ¿eh?
Unos precios por cada mierda, pero mierda, mierda...
¡Mierda muy cara!
¿Sabes cuánto vale un paquete de tabaco?
¡Uy! No lo sé, yo no sé, no fumo.
Bueno, yo sí.
18 euros.
¡Uy! Sí, sí.
¡Uy! Sí, tío, sí.
Yo ahí sí que dejaba de fumar.
Vale un euro cada pitillo, ¿no?
¿Cómo?
Si tú te acuerdas, el chofer colombiano que teníamos,
que le mandamos un saludo, Carlos Becerra.
Carlos Becerra.
¿Cómo están? ¿Cómo están?
¿Quieren parar para pipisear? Decías.
Buenísimo, un tío encantado.
Encantado. Para pipisear.
O se van a pipisear en los pantaloncitos, dijo.
Sí, sí.
Dije, no, no, ya pipiseamos, Carlos.
Dice, a mí me traes el tabaco de Colombia.
Yo no pago aquí los yanquis, 18 dólares.
¡18 dólares!
Nosotros con la broma de tabaco, eh, tabaco.
Sí, bueno, pero claro, creo que el tabaco
no es el principal tema de consumo en Nueva York.
Eh, el olor a porro en Nueva York es tan fuerte.
Eh, vamos a cambiar ya música,
vamos a ponernos un poco lisérgicos,
¿se puede ser, por favor?
Se ha legalizado el consumo en Nueva York,
la gran manzana.
Sí.
En algunos estados de Estados Unidos.
Hay gente en...
Os aseguro que he visto a gente en Times Square
que no sabía si las luces estaban encendidas o apagadas.
No exageramos, eh.
No exageramos.
¿En serio?
No. Ya sabéis cómo son los...
La pantalla más grande del mundo y esa mirada vacía.
De vaca.
Ya sabéis cómo son los norteamericanos,
que siempre trabajan en máximos, ¿no?
No se puede beber alcohol,
tienes que llevarlo en una bolsa de papel
cuando ves a un tío con un papel
con la forma de una botella.
Pero bueno.
Dice, no, es que esto es una ley muy antigua.
Sí, va, de acuerdo, muy bien.
Que no se puede fumar.
No se puede fumar.
Todos los clubs de jazz parecen zaras.
Es terrible.
A ir acondicionado a tope.
No fumo a ninguno, pero es igual.
Porque yo ya fui una vez.
No está costado seguirte, pero...
Pero yo creo que al final comerás algo bueno.
Esta cosa americana de aplicar normas a saco.
Y seguirlas.
Y seguirlas.
No como España.
Que aquí van a fumar, coño.
Pues yo que estoy ya cerrado, tengo la persiana bajada.
Un secreto te puedes echar.
Ahí entra un negro con una porra que te da una hostia
que ves las luces.
Bueno, pero todos dijeron, oye, marihuana, legal.
Consumo propio.
Y gente dijo, sí, venga.
Vamos.
Y se están metiendo unos trujas.
Pero, ¿te acuerdas aquella chica que vimos?
Era una dependienta que dijo, pues tengo un ratito,
me has algo fumado un cigarro.
Claro, en el caso de Nueva York, el cigarro era.
Y Berto dice, ¿cómo dijiste?
Tiene la mirada como...
Se le había vaciado la mirada, ¿no?
Sí, estaba mirando para dentro.
Le di al ojo como he vuelto.
Que yo digo, esta chavala, cuando vuelva a entrar,
es que, ¿cómo vas a comprar a esa tienda?
Al menos durante esos diez minutos, ¿no?
Y era una tienda de tatuos, ¿eh?
Ojo que...
Es verdad, es verdad.
Ojo cómo te puede quedar.