Ayer salió el debate con mis hijos y íbamos en el coche
y alguien dijo para comprar un coche, ¿dónde hay que ir?
No, no. ¿Qué listos, eh, los hijos?
Uno le yo, uno le yo, no, no, no.
Uno le yo concesionario y dijo eso, ¿qué es?
Digo, donde venden coches.
Y entonces salió el debate de por qué no llamarlo cochería.
Ya, claro. A ver, se perdió una oportunidad.
Sí, es verdad. Concesionario.
¿Por qué se llama concesionario, papá? No lo sé.
Míralo en Google, no puedo, estoy conduciendo.
Rica. Sí, sí.
Moriríamos. No la tengo activada.
No, eh. Me da miedo.
Ya, mi mujer todo el rato está con la Siri.
Me pego, no sustos.
Hosti, yo no me acostumbro a esto, llámame, vieja escuela.
Y ya estamos los dos en casa y dice, Siri, ¿qué hora es?
Dice, Silvia, dice, Siri, ¿qué hora y por la tele sale Siri?
¿Cómo? ¿Sale por la tele?
No, bueno, sale la voz.
Tengo una tele que puede sincronizar el Siri.
Estamos viendo la tele y dice, Siri, ¿qué hora es?
Hostia.
Y la tele se baja el volumen y se oye.
Son las 12 y media.
Ayer dijo, son las 8 y media.
Es que teñas una buena noche.
No es muy educada, Siri.
Sí, sí, sí. Yo dije, Silvia.
Muy pronto, ¿no? De acuerdo que llevamos muchos años juntos.
Y se desgasta un poco la relación, pero pregúntamelo a mí.
¿No?
Bueno.