Salió un tema, no sé si a colación de una pregunta o comentario, la semana pasada que era que se puso
encima de la mesa concepto de el violonchelo, no es un instrumento alegre. Se nos quejó una
violonchelista Sonia porque cada vez que hablamos de algo triste en este programa suena una música
de violonchelo. Como esta por ejemplo. Entonces claro ella dijo vamos a ver no me gusta que es...
hombre no me gusta dijo. Te he dejado a tu novio. No no ahora no va usted Juanluo. Vale de acuerdo.
No me gusta que se asocie el violonchelo con la música triste como esta. Nosotros en nuestro
desconocimiento dijimos hombre es que todo lo que sale del violonchelo parece un poco triste. Lleva
aires de tristeza no? Invita a la melancolía, a la introspección, no sé no te imaginas una boda
griega con un violonchelista. No te la imaginas. Pero lo mejor es nuestro desconocimiento. Al ser
tontos, te lanzamos el reto. Ser tonto te da mucha tranquilidad porque puedes hacer lo que quieras y
luego no es así. Como eres tonto sabes que quiero decir. No dejemos claro esto. Vale. Entonces alguien
ha agarrado el guante. ¿Qué guante? El guante metafórico y está a punto de entrar por lo que
yo llamo la puerta verde. Grindr. Sí el Grindr. Lo que Berto quiere decir es que a partir de
ese comentario el equipo se puso en marcha y dijo vamos a tener un violonchelista que va a
desmontar. Yo no sé quién ha llamado a quién. Bueno pues aquí trabaja la gente. Yo no lo sé. Yo
vengo aquí sin saber nada. Ya lo sé. No lo quiero saber. Pero a mí me llegan cosas. Porque me mata la
magia. Me llegan cosas. Me han dicho tú presenta que saldrá por la puerta. Puerta. No sé ni hablar.
Martín Meléndez. Vamos a ver. Hola Martín, bienvenido. Hola Martín, bienvenido.
Martín Meléndez. Martín Meléndez ha venido con su violonchelo y vamos a escuchar su voz.
Claro, claro. Martín bienvenido. Buenos días. ¿Cómo ha ido la cosa? ¿Te han convocado?
Me han llamado un día. Quita la música del oeste que no liga para nada. Gracias. Me han dicho
Berto dice que el cello es triste. Eso me han dicho. Hay muy poca comprensión lectora. Yo no dije el
cello es triste. Yo dije a mí me parece triste. Sí, yo también lo dije. Él también lo dijo. Tenemos esa
imagen. Tú lo sabes, ¿no? Vamos a ver si alguien nos saca de este estado mental que yo creo que
también debe compartir mucha gente de forma injusta, seguramente. Oye, que sepas, Martín,
eres profesional del violonchelo. Yo doy clase en el liceo de violonchelo moderno en el superior.
Ah, qué bueno, en el liceo. Qué simpático eres, tío. Muchas gracias. Pero esto forma parte del
mismo prejuicio. Violonchelista y esperas a alguien que sea cualquier cosa menos simpático.
Estuve enterrador del oeste. Emo, alguien emo. No es el caso, no es el caso. ¿Qué nos vas a
interpretar? No sé. ¿Qué te gustaría escuchar? ¿Qué podría transmitir, alegría? Algo muy triste.
Algo muy triste. Un cierto dinamismo. A ver. Venga, vamos a ver. Está contando las cuerdas,
a ver si las tiene todas. Parece que sí, hay cuatro.
¿Cuál es esta? Muy bien. ¿Esto qué era?
Esto es Carliños Brown Balagueña, creo que se llama. Carliños Brown. Claro, claro. Siempre va con
chancletas. Venía a Barcelona, estaba nevando y el tío, ¿qué pasa? Sí, lo acojonaba. A mí me daba
miedo verlo con chancletas. Uy, el pelo me llevaba. Como un mal resbalado. Llevaba cinco kilos de
pelo dentro. Sí, sí. Era muy majo. Bien, muy bien demostrado. Algo sambero ha entrado bien. Qué guay,
tío. Venga, otra, otra. ¿Te animas? El violonchelo me sorprende. Una nueva canción. El violonchelo me
sorprende. El violonchelo me hace suspirar. El violonchelo pensaba que era triste, pero ahora
me hace bailar. El violonchelo. El violonchelo. El violonchelo. No sé qué pasa en la parte baja
de mi cuerpo que no la puedo parar. No sé qué pasa, hay algo que se ha desconjuntado y no se va
a poder reparar. El violonchelo. El violonchelo. El violonchelo. Muy bien, sí señor. Impresionante. Impresionante.