Hablando de ver, ¿tú ves los piojos de tus hijos?
Yo no he visto nunca ninguno. Vale.
Ahora, ¿te me tranquilizas? Mi mujer sí.
Mira qué gordo, mira qué gordo, yo no veo nada.
Pero, oye, ¿qué será que las madres
tienen como desarrollado un macro en el ojo?
Sí, yo no, yo no. Hostia, se acojo alante.
Y a mí además me hace a mi mujer. No lo ves, no lo ves.
Es que siempre hay uno. Me enseña así nada y digo, no lo veo.
Pero piojo lo que es piojo hay pocos, ¿eh?
Siempre hay uno o dos. Sí, larvas.
Y luego lo que hay es liendres.
Liendres. Que son todos los huevitos y eso.
Mira, mira, mira, que lloro, no se ve nada.
¿Sabes que hay unas empresas que se ocupan de quitar piojos?
Ah, sí, se llevan al niño.
¿Lo miran en una empresa?
No, lo miran en una empresa.
Y te lo devuelven educados, ya y todo.
Sí, se llevan diez años, se lo tienen que llevar.
Porque solo los que hemos vivido eso en casa
sabemos el trago que es para el niño, niña.
Pero que cada año hay movidas, ¿eh? De piojo.
Yo pensaba que estaba erradicado eso cuando me volví padre.
O sea, es que te vuelves padre. Sí, claro.
Y yo pensaba que estaba erradicado y de repente no hay...
Además llega un mail del cole que dice...
O sea, es que en catalán,
liendre tiene un hombre que da mucho miedo.
Llemenes.
No lo sabía. Hostia.
Yo la primera vez que llegó un mail hice...
A mí me llegó Semi. Creía que era un profesor nuevo.
Sí, Llemenes. El señor Llemenes. Te lo juro.