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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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Y nada, es muy rápido, resulta que hoy he tenido el extraño, no lo llamaré placer porque parecería un mal padre,
pero la situación anómala de una familia normal en la que tu hija se queda adormida en casa de una amiga.
¿No sabéis lo que es eso? Bueno, algunos sí lo saben, ¿no?
Entonces, mi hijo me dijo, papá, que me quiero quedar, me quiero quedar, porque es muy social, mi hija es muy social.
Mi hija queda para merendar y aquí le he pachado una semana contigo.
Pues porque no querrá volver a su casa, por lo que sea.
Y a mis hijos se van a dar y enseguida dicen, me gustaría volver a mi casa, que allí me trae también, hay amor.
Hostia, pero claro.
Vaya chazo, me has dado, ¿no?
No, pero también les gusta quedarse.
Es muy casera luego, pero tiene tramos, se dice, ella...
¿Tiene tramos, tu hija?
Tiene tramos mentales, tramos muy caseros, lo que pasa es que no se sacia.
¿Tienes como una calle en obras?
Sí, pues sí, sí, sí. No sabes tú bien.
Entonces, lo que no tienes es saciedad social.
No se sacia de lo social, bueno.
Te lo digo, en serio, ella queda para el parque que dice, vamos a merendar con unas amigas, vale, vale.
Y ya ves que a eso de las siete, empiezo...
Porque pueden venir a dormir.
Habla como mi hijo, ¿eh?
Sí, sí.
Pueden venir a dormir, yo digo, pero no es operativo, estamos en un parque, son las siete y media, hay que cenar y bañarse.
Y ayer, por lo que fuera, pues estaba, la recogí una amiga, la que le mando un abrazo desde aquí.
Un abrazo también.
La tere, la tere.
Un abrazo para la tere.
Mumaja.
Y me dice la tere, que yo me esperaba esa llamada.
Oye, que me están liando, me están atosiegando las dos.
Claro.
Que se quieren quedar a dormir.
Claro, claro, normal.
Además es hija única, le gusta contacto con otros niños.
Claro, claro.
Entonces, como padre, ¿qué haces ahí?
Te mantienes firme en la disciplina del hogar, de no hay que dormir en casa.
No sé tú cómo reacciones, ¿en casa lo celebramos?
Ya.
Bueno, uno menos, wey.
Uno menos.
Hombre, ya te digo.
Bueno, y yo pues que ya sabes cómo somos los padres.
Cerveró hace un 15% el porcentaje de gritos.
En general, los padres somos más pervisivos y las madres que son las únicas al volante,
las familias, estos otros sí.
Esos machistas.
Bueno, sí.
Machista o al tropológico, ya hablaremos de eso.
El caso.
Pues qué las dos cosas.
Yo ahora entenderás porque estaba solo en casa, que es a lo que lo que quiero ir.
Llevo dos anécdotas en una.
Llevo una muñeca rusa de anécdotas.
Ha valido la pena esperarte, ¿eh?
Sí, sí.
Vivec rusa.
Llevo una Vivec rusa.
Una rusecdota.
Lo rusecdota, gracias.
Soy mejor que tú en eso.
En pocas cosas soy mejor en eso.
En eso es muy bueno.
Y yo, claro, dada mi situación que ahora te cuento, pues le dije, ok, ok, go.
A ver, andré a hablar en inglés.
Perdóname.
Ok, go.
Déjame hacer una pausa.
Sí.
Tu hija te propone irse fuera una noche.
¿Y qué dudas?
O sea, qué coño dudas.
Pues porque yo soy muy padrazo y me gusta estar con ella y...
Pero una noche para las cuatro veces.
Paja porro pizza peli.
¡Eh!
Hombre, verdad.
Hombre.
Perdón.
Hombre.
Hombre.
No hagas de tu capa un sayo.
Bueno, vale.
Que no sé si va bien, pero creo que está...
Hay cinco pés, ¿eh?
Paja porro pizza peli.
Bueno, no, no.
Yo soy más maduro que tú en algunas cosas.
Pues no, la buena.
Y entonces nada, pues digo, ok, go.
Y que es un grupo, por cierto, que hace unos videoclip.
Ok, go, sí.
Ok, go.
Hostio, videoclip.
Eso es de...
Espérate, no vayamos por ahí.
Vale.
Y me dice luego Tere a la crema de un soludo desde aquí otra vez.
Dice, bueno, sí, claro, pero a ver, tema ropa, tema cremita que se está poniendo.
¡Latigazo eléctrico!
¡Latigazo eléctrico en la cadena ser!
¡Latigazo eléctrico en la cadena ser!
Muy bien.
Bueno, oye, que...
Digo, pues, venga, va.
Y ustedes tienen que venir a casa.
Se hace un poquito así.
Vino a casa.
Oh, luego de que me doy, ni me saludó.
Y como, eh, hija, mira que...
Pero viene a casa a buscar su ropa.
Hombre, claro.
Hombre, no, pero le deja ropa a la amiga.
Vaya, no, bueno.
Tú eres muy americano.
Tú eres muy americano, que decía mi padre.
Tú eres muy americano.
En serio, que no hay problema.
Bueno, bueno, bueno.
El caso a Pijama, su monocarmona,
que es el peluche titular ahora mismo.
¡Joder!
Vaya infraestructura, tío.
Monocarmona.
Ya, monocarmona.
Ya te contan más cosas que el día de monocarmona
y tortuga de luz.
Los dos titulares.
Y Pijama cremita para una rozadura que se ha hecho.
Bueno, todo una infraestructura.
Yo de puto culo allí.
Eh...
Lo que parecía una noche...
Hombre, pero tu hija viaja como Kim Kardashian, ¿no?
Ya, ya, ya, ya.
Y ahora hay siete baúles.
Yo creo que voy a pasar una noche.
Pues mira, no va por ahí la cosa.
Le preparo todo.
Lo despido.
Dios, hija mía.
Pues, Dios, se van hasta descalzos, a veces, ¿eh?
Bueno, ya, un poco Dickens, ¿no?
Sí, como Tom Sawyer.
Con Arapos, ¿no?
He encontrado un muerto al lado del río.
Con Arapos, en un coche de caballo.
¡Venga, chicos!
¡A bendigar!
Y ya se fue...
¿Puede llevar pan para mi familia?
Claro.
Una vez se fue, entonces que, ¡tum!
Cielo la puerta.
Se abrió.
Un mundo desconocido.
Bueno, hacía mucho tiempo que no disfrutaba eso.
Claro.
Bueno, tuve un poco de miedo.
Porque me quedé sola en casa y digo, ¡estía!
Reconocí ruidos que no oía normalmente.
La nevera, por ejemplo.
Si oí a veces la nevera, eso es flipante.
Claro, cuando hay niños tú no oí el soundtrack.
Pero de repente...
¡Oh!
¡Claro!
Una luz hizo...
¡Ah!
Porque hay un problema de...
Yo de repente me entran a las de meditar.
Oigo la nevera y digo, ¡ah, mira, ahora me pondría yo a meditar!
Yo no, yo en este caso no.
No, no, no lo hago.
Digo que me entran ganas.
Ah, vale, vale.
Voy a meditar, ¿no?
A mí lo que me entran ganas es abrir la nevera y asaltarla.
Pero vamos, como tejero.
Un gocho, un gocho.
Sí, sí.
Estás disparando, ¿no?
Sí, la cocina.
Me hice una hamburguesa de pollo.
Uy, uy, calla, calla.
No me hables de comida.
Bueno, luego lo hablo bien en mi tema.
Ahora me cuentas.
Tengo un tema yo que nos va a gustar, ¿eh?
Pérate.
Pérate, pérate, que necesito el lazaresto muy rápido.
Estábamos en, ¿cómo era?
Roséctota, ¿no?
Roséctota.
Roséctota, bien.
Entonces me abro una cerveza y el azar quiso.
El azar quiso.
Gracias, azar.
Que yo esa tarde había instalado por fin un proyector
que le he comprado a la niña para que pueda ver películas con sus amigas.
Y la muy tonta, que no me escucha ahora.
Y se quiere ir de casa.
Exacto.
La muy tonta, lo coge y se va.
Bueno, total, que el proyecto no es por nada.
Hoy hace unos proyectores acojonantes.
Claro.
Bajo todas las persianas me pongo el proyecto,
pum, mi butaquita, ostia, que tenía un cine.
Claro, tío.
Que tengo un cine pequeño, un cine bueno.
Pero bien, muy bien.
Y mi cerveza y mi hamburguesa.
Pues lo que te pasa es un regalo de Dios, un sueño.
Que me he visto casi todo el libro de Boba Fitt.
Es Fitt, pero...
Yo llamo Fitt.
Boba Fitt, ¿no?
Boba Fitt, ¿no?
Boba Fitt.
Sí, sí.
¿Por qué te llamas Boba Fitt?
Mira, me voy a quitar la bota.
Vas a flipar.
Bueno.
Pum.
Boba.
Pied ahí, como los hobbits.
Entonces, subo a dos y digo,
ostia, bueno, no tengo ninguna prisa, me los como todos.
Pero, claro, cuando me di cuenta, a las dos de la mañana.
Claro.
Ay, por eso he llegado tarde.
Que me desvelé.
Ay, pobre, ay, con su cine en casa.
Pobre.
Sintamos todo en máxima empatía.
Ponés.
¿A quién no le va a gustar?
¿A quién no le va a gustar?
Pero.
Que estaba viendo el libro de Boba Fitt.
Pero.
Ahí voy a la nivel uno.
Angelico.
Que usted durmió borracho en el sofá.
Quiero subir.
Quiero subir.
Adelante, suba.
Suba a nivel uno.
Pero una cosa no quita la otra.
Entonces, estás en el...
Ya estoy a nivel uno.
Que huevos tienes.
Y encima contarlo, tío.
No, no, no.
Es que me desvelé y luego me despertó a las cinco,
me he vuelto a desvelar.
He tenido una noche muy interruta.
Pues, ah.
Pues haberte puesto otra cosita.
Hombre, a las cinco.
Muchas gracias.