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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

Transcribed podcasts: 753
Time transcribed: 6d 14h 7m 47s

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¿Sabes que la semana pasada fue la semana del plátano en casa?
Ah, ¿sí? Sí.
Porque mi señora, a la que amo con locura,
decidió en un ataque de improvisación,
poco visto en casa, hacer una compra online.
Nosotros no hacemos compra online, hacemos compra live.
Offline. Offline.
Offline, hacemos compra live, vamos al mercado.
Pero dijo, ah, he decidido hacer una compra online.
Y entonces aparecieron unas bolsas
con aproximadamente 48 plátanos.
Y parecía la merienda al zoo.
¡Oye, oye, oye! ¿Vale?
La merienda al zoo, me gusta mucho.
Digo, ¿qué ha pasado? Veo que se pone lívida.
Mi esposa se pone lívida.
Digo, ¿qué ha pasado? Dice, pues que al parecer pedí...
¿Lívida? Que quería un poquito de...
No, eso es lívido. Ah, vale, vale.
Es que se puso pálida. Ah, vale, perdón, perdón.
Pensaba, digo, a ver... No sé. No, no, Jorni, no.
Se puso lívida. Lividinosa, no.
Digo, ¿qué ha pasado? Digo, ¿qué tienes previsto?
¿Qué tienes previsto a hacer con...
Casi 50 plátanos.
O a lo mejor vamos a adoptar monos.
Porque tú tienes como una especie de patio
donde te cabrían monos, ahí pones una jaula
y un neumático y ahí te caben siete monos.
Doce.
¿Qué patio tengo yo para meter monos?
El patio de tu casa, que es particular,
que sales del comedorcito ese...
Esa casa que tienes tú, que es como un hormiguero,
que es como una ratonera...
Pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa...
Hay un nivel... Que no se puede hablar de nada.
No pueden hacer chiste de nada.
De nada, de nada, de nada.
Que hay un nivel que tiene un patio como una terracita delante.
Sí. Con plantas.
Pues ahí te caben monos.
Hombre, te caben monos en todos lados.
A ver si tu mujer lo que quieres hacer es un zoo y no sabía cómo decirte.
Pues si tenemos tres hijos, vamos a hacer un zoo.
Pero cuando yo vi entrar la friolera de casi 50 plátanos,
dije que estás tramando, cariño.
Ya, ya, ya.
¿Cuál es la sorpresa esta semana?
Pues tu esposa se parece a mí que un día pidiendo hamburguesas...
Déjame que te diga lo que pasó.
¡Coño!
¡Que te quema todo!
¡Qué prisa tienes!
¿A ti te parece normal que entran 50 plátanos en casa, uno detrás de otro?
Es que estás hablando mucho, yo no puedo hablar.
Todo el rato que si esto, que si lo otro, que si los zapatos...
Que si la orma, que si la mierda.
Pues que te pasen...
Bueno, no, a ver si no me van a pagar a mí.
Pues no te voy a contar, ¿por qué pasó?
Dímelo, que hay que hacer una pausa,
no podemos irnos con el plátano en el cuerpo.
Pues que quiso pedir seis y pidió seis racimos.
Pues ya lo he entendido, coño.
Bueno, pero no todo el mundo está listo como tú en la audiencia.
Bueno, pero es que la alargas mucho, la anécdota.
Vale, pues ya está.
Yo te cuento una corta.
Una corta, no, después no, me dice.
Quiero ahora.
Dice el técnico después, ahora, que después no me acuerdo.
Que pedía hamburguesas, éramos tres, y pedí 12.
Y ya está.
Pues si estaba yo el día que hiciste eso.
Vale.
Estaba yo en tu casa.
¿Y qué hice? Cuéntala todo.
Cuéntala todo.
Pues que hiciste, te las comiste.
No, no, ¿qué hice? A la vecina de al lado.
Ah, le diste hamburguesas.
Que haya una valla y saca la cabeza.
Hola, buen día. Toma hamburguesas.
Y dice, hostia, qué regalo, ¿no?
Como son los famosos.
La arreglé la mañana.
Le di a hamburguesas recién hechas, perfecta, muy buena.
Toma hamburguesas.
¿Sabes con qué marido han viendo 12 hamburguesas?
Con 48 platos.