Abre la nevera, voy a la huevera. Un huevo, dos huevos. Siempre me hago la tortilla con los huevos.
La rompe. Está rompiendo el huevo. Se oyen los sonidos de la cascara crujil porque él es así.
Voy llenando yo porque él ha decidido no hablar más. Como la sección cuesta,
en un momento o dos ha dicho, pues yo lo dejo ya. El que tiene los huevos es él.
Ando en la mano precisamente. ¿Quieres hacer lo que has dicho que harías?
Hombre, pero es que no puedo hacer. Batir y hablar.
Lo que es chichichichichi. Venga.
Estoy batiendo huevo, estoy batiendo huevo. Un poquito sal. Un poquito sal.
El aceite está caliente. Un poquito de aceite porque mi mujer nunca pone aceite y eso es como
comerse un corcho amarillo. A mí me gusta que flotele el aceite.
Estoy viendo a un amigo ir corriendo hacia una pared.
Estoy haciendo una tortilla con Gruff.
Doblo una punta, doblo la otra. Hago como un sándwich pequeñito.
Bastante larguito. Y aprieto los bordes porque me gustan un poco quemaditos.
Casi la tengo. Pero ahora me hago un poco de tomate.
Corto mi pan, corto mi tomate. Unto el pan con el tomate.
No, unto el tomate. Sí, sí.
Un poquito más de aceite porque mi mujer no me está mirando.
Un poquito de sal también en el pan con tomate.
A quién no le va a gustar. Y le pongo la tortillica con un poquito al lado de aguacate.
Y ya está hecha mi tortillita hecha con Gruff para que te alimentes.
¿Qué? Y la semana que viene te voy a hacer una fideuà.