Resolución de misterios.
No sé si recordáis que la semana pasada os conté un misterio.
Yo me desperté por la mañana
y mi contador de pasos del iPhone marcaba 23 pasos.
Cuando yo había estado durmiendo.
Yo calculé, hasta el baterán 19, no daba para ir y volver
y yo entendí que había corrido hasta mi tal pasillo
y me había quedado allí.
Vete a saber cuánto tiempo, sonámbulo.
¿Plantado? Sí.
Hasta que yo solo conté a mi mujer,
me ha pasado, me ha pasado raro y me dice...
¿Esto cuándo ocurrió?
Digo, pues, martes.
Y dice, ¿tú no te acuerdas de que te quedaste dormido en el sofá
que cuando subiste a la cama ya habían pasado las 12?
Mi cabra.
Entonces hice una pequeña comprobación
y lo he grabado en vídeo, me he grabado los pies.
Sí.
Los pasos que hay entre el sofá y mi cama.
Ah, vale. Y atención.
A ver, vamos a verlo.
Vamos a verlo.
Ahí vemos. Ahí están los pies.
1, 2, 3.
Está contando los pasos.
5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15.
¿Una cosa?
¿Qué hace papá? Dice.
¿Papá? ¿Qué haces?
20, 30, 42, 43.
Exacto.
¡20, 43, 42!
20, 33.