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Realismo rancio, sí.
Berto, hoy, los premios.
Es que no me quiero poner en serio.
Bueno, nada, un tramito corto.
Es que yo no me gustan los premios como concepto.
O sea, la competición en los premios
creo que nos embrutecen a todos como personas.
Porque tú estás muy tranquilo con tu serie o tu peli que has hecho
y no estás compitiendo con nadie, estás compitiendo contra ti mismo
y de repente dices, oye, pues ha ido bien la serie,
ha ido bien de audiencia, la crítica la ha dejado bien,
la gente le gusta, ya está.
Recoges eso. Entonces, te nominan a un premio, ¿vale?
Y solo por nominarte a un premio empiezan a competir con gente
con la cual antes no tenías que competir y que te caían bien.
Y te empiezan a caer mal porque ya estás compitiendo con nadie.
Sí, a mí me pasó, a mí me pasó.
Ya te han introducido en el cuerpo el germen de la maldad
y ya pasan de ser compañeros y compañeras
a ser competidores y competidores.
Rivales, rivales, sí. Pasan a ser rivales.
Y ya empiezan a cogerle manía. Ya.
Y tú no querías el premio, pero ya has entrado en la dinámica del premio
y de repente dices, bueno, pues ya que estoy aquí,
pues ya voy a querer el premio. Claro.
Y acabas embrutecido.
Y no te dicen, por ejemplo, como en nuestro caso,
ninguno de las tres nominaciones una mierda para ti.
Para vosotros. Ninguno, ninguno.
Y salimos, ¿tú no saliste con un cuerpo como de falso fracaso?
Falso fracaso porque el premio,
o sea, el entrar en una competición de premios
es tan conceptualmente nocivo que pasas de ser...
O sea, tú entras allí siendo potencial ganador
y de repente te has convertido en perdedor.
¿Cómo me he podido convertir en perdedor de algo que era...
O sea, no soy un perdedor, soy un nominado, ya soy un ganador.
Ya. Ya que me hayan nominado, ya está.
Pero cómo gana uno.
Y entonces viene gente y te dice, vaya, lo siento.
Pero si no lo quería. Ya.
No quería nada de eso. Sí, sí, tenías que haber ganado.
Me habéis arrastrado a una competición perniciosa, nociva
y éticamente cuestionable. Ya.
O sea, todos los premios fuera, ¿no?
Y además, los premios creo que se debería dar
no a la gente que le ha ido bien, si a ti ya te ha ido bien,
si te han pagado la serie, lo has hecho,
ha sido un éxito y tal.
¿Para qué necesitas el premio? Ya está.
Que hagan los premios para gente que no le va bien.
Gente que su trabajo no ha llegado, no han tenido repercusión
y entonces, pues, ya está. ¿Y los qué?
¿Por qué? Entonces tú dices,
¿por qué no se invertiría el proceso?
Entonces, no ser nominado a un premio sería símbolo de éxito.
Y te dirían, ¿te han dado algún premio y tú?
Claro que no, me va de puta madre.
¿Entiendes lo bonito que sería eso? ¡Qué bonito, tío!
Pero no, lo hemos hecho al revés,
como tantas cosas hacemos al revés los humanos.
Realismo rancio. ¡Bravo, bravo, bravo!