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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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Time transcribed: 6d 0h 26m 18s

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Dejo pasar un coche por un paso a cebra, que me parece, que es un gesto, que me honra mucho.
Como peatón. Como peatón.
¿Cómo lo haces? Haces un gesto con la mano.
Hago así con la mano. Con la mano.
De repente tú diriges el tráfico.
Como un árbitro cuando dice, no es falta, sigan, sigan.
Adelante, pase, adelante.
O sea, había un...
Me molesta tanto cuando me hacen esos los peatones, cuando yo soy conductor.
Pero tú déjame explicar, hombre.
Te meto una cuña.
Sí, sí.
Me teme, me teme, me teme.
Cuando yo voy con el coche y un peatón hace eso, me molesta.
Me molesta.
Ah, coño, ¿por qué?
Digo, ahora que eres urbano tú.
Tú tienes que pasar, que es tu obligación.
Me paro y me paro.
Pero tú eres un rancio, te mira al volante, hostia.
He tenido momentos de yo pararme y el presunto urbano, el urbano Guanabí...
Sí.
Mala cara.
¿Por qué me obligas a pasar si yo la quería gobernarte vida?
No, yo gobierno la tuya de la mano con el Ministerio de Urbanismo que ha puesto a mi un paso a cebra.
No, no, en mi caso...
Soy un auténtico hijo de puta.
Espérame, espérame.
No te extralimites.
En mi caso, creo que dice mucho de mí en cuanto a normas de urbanidad.
Sí.
Porque yo estaba todavía como unos tres metros del paso a cebra.
Muy buena persona.
Tú eres como Gandhi.
Bueno, sí.
El peatón Gandhi.
Gandhi, Gandhi, peatón.
Y es verdad.
Porque yo digo, joder, este lleva una marchita, él está haciendo las cosas bien.
Sí.
Pero yo todavía tardo un rato.
Esos segundos que tardo, coño, no pasa nada, qué pasé.
¿Le rompiste la cadera?
¿Le rompiste la cadera?
No.
No, no tengo la prepotencia del piatón.
Esto es mío.
Llegaré cuando quiera.
Eres noble al volante.
Esa gente que pasa tres por hora como diciendo, este es territorio seguro.
No, la gente también tiene cosas que hacer, hostia.
Me he perdido un poco.
Bueno, no, digo, pase.
El hecho de dejar pasar estaba muy bien colocado.
Estaban los dos, uno dentro de un coche y el otro fuera haciendo gestos con la mano.
Pero esto no es la anécdota.
¿Ah?
No, no es la anécdota todavía.
Entonces yo paso.
O sea, pasa él, yo paso.
Y me dice Andrés.
Bien, bien.
Entonces ya da una vuelta a una plaza muy grande y lo vuelvo a encontrar el otro paso
cebra.
Está corriendo.
Que yo pensé.
Vamos a ver.
Te he dejado pasar en uno.
Pero no vamos a estar toda la mañana que sí tú, que sí yo.
No, pero no hizo falta.
Y ya en ese momento llegaba yo antes, o sea que pasé.
Pero él pasa.
Y hace un gropa.
¿Gropa?
Es muy antiguo.
¿Os acordáis de gropa, no?
Es muy antiguo.
Sí, sí, es muy antiguo.
Es del 90.
Me salió otra vez.
Digo, ¿dónde sale el gropa?
Bueno.
Y yo ya estoy evolucionando por una cera y baja la ventanilla y dice, gracias, guapo.
Me voy a tatuar que me dejaste para que me dejes de ver.
Y me dice, no, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
No, no, no.
A tatuar que me dejaste pasar.
¿En serio?
Que vaya loco, ¿no?
Y yo he dicho...
Yo pensé, hostia, el gesto es bueno.
Pero tampoco para tatuarte.
Pero tanto como...
Andrés me dejó medio periodo en un paso a cebra.
Hubieras salvado a su hija de un incendio.
Lo entiendo, pero...
Qué agradecida es la gente, ¿eh?
Sí, sí, sí.