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Música
sean bienvenidas personas, personas carnicas, personas radiofónicas,
personas audiovisuales a nadie sabe nada en Buenos Aires.
Este es el primer programa que emitimos desde Argentina,
desde Teatro Picadero, este mítico teatro en la capital,
en esta maravillosa capital del conso sur.
Estamos aquí en el hall del teatro donde hay un piano
y Andréu, Andréu, Andréu.
Dime, dime, me llamabas.
¿Qué haces?
Joder, pero no me acordes así. Estaba haciendo frijas.
Sí.
Es un momento de gran intensidad emocional para nosotros.
Teníamos muchísimas ganas de venir a la gente.
¿Lo es uno? No es uno.
Es que eso no es frijas, hombre.
Eso es un mono drogado aporreando un piano.
¿Qué haces?
¿No suenas jazz?
Andréu, es que no suenas jazz.
¿Qué es el jazz? Te pregunto que a ti.
¿Qué es el jazz?
¿Algo que suena bien, no?
Sí.
Lo que sale.
Lo que sale de donde?
Lo que sientes.
Sí.
Lo que te está dando el momento, la vida.
A mí ahora, en este momento, aquí en la Argentina,
me está dando esto.
Yo no sé ni lo que hago.
No, no, sí, eso es evidente.
El chefe sí lo que hago.
Eso es evidente.
Pero, Andréu, es que nada más lejos de mi intención
cortarte de la creatividad,
pero es que está el teatro lleno de gente.
Están ahí detrás.
Hay gente que ha venido de muy lejos.
Dime.
Que está la gente dentro.
Hay un problema.
Si yo toco, no te puedo escuchar.
¿Eh?
Si estoy tocando, no te puedo escuchar.
Pues no toques, vamos.
Podemos empezar el programa.
Bueno, pues...
¿Cuánto?
Lo que te vas a perder es una improvisación.
¿Cuánto hace que tocas el piano?
¿Eh?
Bueno, un mes o así.
Venga, vamos.
Inaudito, nada que lo habría dicho.
Vamos.
Dejad tapor, vamos al programa.
Vale, vale.
Venga.
Venga.
Empieza una disavenada, señores y señores.
Argentina.
Buenos Aires.
Teatro Picadera.
Obvio.
Buenas noches.
Buenas tardes.
Muchas gracias.
Bienvenidos, bienvenidos a No Diez A Venada.
Buenísimo, gracias.
Muchas gracias.
Bueno, bueno, bueno.
Bueno, bueno, qué bien, qué ganas teníamos.
Es un momento trascendental en nuestra pequeña historia,
¿verdad?
Pues sí, pues sí, pues sí.
Yo creo que los que nos siguen más o menos ya están al tanto de todo.
Este es el salto desde España hasta América por primera vez,
por primera vez, sin tropezar, sin tropezar.
Venimos de México, nos hace muchísima ilusión estar aquí.
Pues así es como empieza este programa en Buenos Aires.
Venga, vamos allá, vamos.
Vale, mía.
Vamos, vamos.
Dejadme que os cuente que tanto en México como aquí
queríamos siempre tener un amigo,
una amiga, en el caso de México fue una compañera,
Sofía, pero aquí un buen amigo que ejerciera como de anfitrión.
Para que ustedes no creyeran que veníamos aquí
como los españolitos que lo saben todo.
En realidad no sabemos nada.
Vamos 10 años en antena.
Es muy presuntuoso pensar que alguien que nos haya escuchado,
que solo sea un programa, piense que sabemos todo.
O que sabemos algo, ¿no?
Bueno, pero yo que sé un gesto como de más vinculación al territorio.
Un padrino, un padrino.
Sí, como hacía la mafia.
Tenemos la suerte de que sea ese padrino hoy
en el arranque del Nadio en Argentina.
Andy Kursdekoff, por favor.
¡Adelante!
Vamos a recibirlo por ahí, mientras sientan por el otro lado.
Por acá.
Por acá, por acá, por acá.
Bienvenidos.
Hola, ¿cómo andan?
Bienvenido, Andy.
¡Todo bien!
Le cedemos el centro del Ponte de Balboa.
¡Mucho, muchísimo!
¿Qué tenemos que saber?
¿Qué tenemos que saber?
Vamos a...
Lo primero es que...
¿Cómo vienen pasando en Argentina?
¿Cuántas siguen acá?
¿Cuatro días?
Desde el domingo.
Sí.
¿Son cuatro días?
Sí.
El domingo no cuenta porque fue...
Fue de traslado.
Fue de traslado, fue de vuelo.
Oye, que por cierto es traslado.
¿Qué pasó con el vuelo de México?
¡Uy, uy, uy!
¡Tenemos que contar esto!
Sí.
Pues porque volamos de día, pero ellos insistieron en que querían que voláramos de noche,
entonces apagaron todas las luces,
tenían como un sistema en las ventanas como de opacación.
¿Opacación?
Sí, opacaban las ventanas.
Sí, es verdad.
Y aunque las ventanas tenían un mando,
en el que supuestamente tú podías eludir la opacación,
era imposible, entonces todo estaba oscura.
Nos montamos a las 10 de la mañana del vuelo
y decidió la tripulación que era de noche.
Entonces, todas las asafatas se pusieron a dormir.
Sí.
Yo creo que tuviera una fiesta la noche anterior.
Claro.
Está clarísimo.
Hay un momento que me levanté enfadado
y pregunté, ¿por qué es de noche?
¿Por qué es de noche?
¿Qué está ocurriendo?
Y tal cual que le dijimos,
tenemos un poquito de hambre,
señor, ya desayunaron.
Digo, bueno, a ver, son las 4 de la tarde.
En su cabeza son las 9 de la noche,
pero en nuestro cuerpo las 4.
Bueno, en fin, ese fue nuestra llegada argentina.
Me gusta igual el sistema de opacación,
tendiendo que es como no es de día, no.
Sí, no, no.
Hemos decidido que es de noche.
Sabes que los pájaros, los canarios,
a veces para que no canten por la noche,
les ponen como una tela encima.
Aquí hay canarios también.
Sí, sí, bueno.
Sí, siempre hay tanta tierra.
Sí, hay canarios.
En mi casa poníamos una tela,
y entonces el canario entendía que había opacación.
Ah, tenías canarios, yo también tenía canarios.
¿Qué le pasó?
Bueno, murió, llegó una edad que se mueren.
Sí.
Sí, por lo que sea, deciden no...
¿Qué haces con él?
Porque una vez lo hablamos, me acuerdo en la radio,
¿qué haces con el canario cuando muere?
Porque, claro, cuando las personas sabés, lo despedís,
por ejemplo, uno siente una vez,
llamó una vez, me acuerdo y dijo,
no, y lo tiré y no doro, y no.
No, no, eso es...
No, es muy feo.
Es muy feo, vos se los come un caimán.
Sí, claro.
En las clavajas de Nueva York.
No, yo lo...
¿No hay servicios que te resuelven el tema?
No, no, porque no,
yo lo envolví en papel de aluminio,
le hice como un pequeño sarcófago
con papel de aluminio,
y lo enterré a los pies del castillo
de mi pueblo natal, en Cardona.
Le di un entierro digno, a la medida de...
Si fuéramos a ese castillo todavía,
en el punto, encontraríamos los USB-S.
Sí, encontrarías un...
Un pocadillito.
Con muy poca carne, creo.
Con muy poca carne.
Bueno, bueno.
Una momia.
¿Por qué te interesaba los días
por nuestra adaptación?
No, para saber qué hicieron acá.
Porque uno viene cuatro días y es como una presión.
Pues temer el apocalipsis,
porque desde que llegamos...
¡Uy!
¡Venis un momento!
¡No!
No, pero cuando se va...
Sí, sí.
No, pero...
Claro.
Di un programa en televisión.
Claro, yo llegué y todo el mundo aquí
temiendo el apocalipsis.
Y yo creo...
Y entonces digo, voy a informarme.
Pongo un programa en televisión
que estaban gritando todos a la vez.
Estaban asustados.
Sí.
Qué raro televisión gritando, ¿no?
Sí.
Pensé, yo a uno solo no lo entiendo.
Imagínate, se gritan cinco a la vez.
Y habían enviado un tipo a un barrio pobre.
A ser un...
Sí.
Un barrio más deprimido, humilde, ¿no?
Entonces lo hacían caminar
entre los puestos de comida ambulante
para comprobar si habían subido los precios.
El ministra justo en ese momento.
Sí.
No hacía ni cinco minutos que había tomado cargo.
¿Sí?
Pero ellos ya querían ver si habían subido los precios.
Entonces este señor iba con el micro
y le decía a una chica que vendía gelatina.
Bueno, pero subió la gelatina, subió la gelatina.
Y ella decía...
Yo creo que no la había subido,
pero como la presionaba tanto.
¿Subió?
Ella dijo...
Dijo...
Dijo, bueno, sí.
Bienvenido a la Argentina.
Es eso.
Le dijo, sí, subió y...
¿Cuánto subió, cuánto subió?
Estaba 100 pesos, la subía 120.
Entonces el otro se gira a cámara y dice
un 20% subió los precios.
Bueno...
Perivismo, perivismo.
No, es perivismo.
Y además era como subió los precios.
Imagino, están subiendo los precios,
confirmado acá y te matan, terquías.
Lo siguiente es que el tipo entra de una panadería.
Eh...
Subió el pan y el panadero, no, no.
Todavía no subió.
Bueno, bueno, bueno, pero ya veremos.
Otro sitio.
Subió...
Lo que los tomate...
Mmm...
No, aún no...
Bueno, bueno.
Y en un momento dado,
el presentador que estaba en el plató
está bien gritando.
En el estudio, sí.
Le dice...
Bueno, vamos a ver.
Bastante inseridumbre,
ahí ya hay preocupación
para que nosotros agreguemos más.
Y el otro,
que estaba haciendo lo que le habían mandado
con una cara mirando a cámara
y me hundieron la carrera, cabrones.
Sí, sí.
Me mandaron ustedes aquí, ¿no?
Lo tuve que palar porque me estaba poniendo nervioso.
Oye, ¿sabes qué me pasó?
Estaba yo un palermo,
hemos ido a dar un paseo por palermo,
tomamos un café,
allí con un amigo y tal.
Sí, uno de los palermos, tenéis varios.
Sí, sí, ¿cuántos palermos?
¿Cuántos palermos?
Lo que pasa es que, claro,
en un momento palermo
para los que venían de afuera
se cotizó.
Entonces todo empezó a ser palermo,
lo que era, o sea,
ya crees por palermo.
Begrano es palermo, begrano.
El otro palermo, paternal, palermo, paternal.
Ya.
Palermo Hollywood es muy pretencioso, ¿no?
La verdad no me había dado cuenta,
pero es verdad.
Sí, bueno,
pues estaba en uno de los muchos palermos
que hay, no me hagas decir.
No, cerca del plazo de Armenia.
Ese palermo, palermo viejo.
Palermo viejo.
Ah, palermo viejo.
Es gente como de mí,
no ya el mapa, ¿eh?
Para cada paz de Armenia.
Y estaba tomando un café
que lo que vos haces en la ciudad,
dijiste el otro día.
Sí, sí, me gusta mucho.
¿Qué me parece?
Un contrasentido,
porque también pregunte antes de venir,
¿qué hacen los argentinos?
Toman café, digo,
pero no es tan suficientemente nervioso, ¿ya?
Sí.
No.
Pero son otra.
Asimilan el café de otra manera.
Oye, oye,
aumentó el café el otro día
antes de ir a lo mismo.
Bueno, un 20%, creo.
Sí.
Oye, me pasó una cosa.
Estaba tomando un café,
me reconoció una chica,
cosa que me hizo mucha ilusión.
Después de tantos años de carrera,
dime básico,
pero estás en otro país,
a 10.000 kilómetros te hace ilusión.
Yo prefiero llamarte gocéntrico.
Bueno, bueno, vale.
Pues es gocéntrico, chico.
El básico se me queda corto,
se me queda corto para definirte.
Vale.
Si van a aplaudir cada vez que me faltan...
El respeto no me gusta el tono que está cogiendo.
Es la gracia del show, ¿no?
Pero escúchame,
esa chica atiendo...
Atiendo bien.
Atiendo bien a la chica.
Y nos hacemos una foto y se va.
Pero había una señora misteriosa
con el pelo blanco,
unos lentes azules,
trasliz...
Sabes esa gente que lleva unos lentes
de los que dicen,
esta persona es alguien.
Translucida, ¿no?
Sí, es una azul turquesa,
es alguien.
No sé quién es.
No, no sé quién es.
En peleamos Hollywood.
Pero esa descripción
no combina con cualquier persona,
es alguien.
Sí, hombre, pero ya me entiendes.
Se le supone una singularidad.
Y estaba de espaldas.
Cuando yo me hice la foto,
se giro un poco y sonrízo.
Y yo morí aquí, ¿no?
Morí en esta curva.
No.
Y se volvió a girar.
Yo seguí con mi amigo,
y acabo de un rato,
ella que estaba leyendo,
cerró el libro, se marchó,
y al pasar por mí la me dice,
bienvenido a Buenos Aires.
La ciudad donde es imposible aburrirse.
A Dios.
Y yo dije,
esta la pone el ayuntamiento, ¿no?
Pero ¿cómo es eso?
¿Cómo es eso?
Y yo, adiós, señora.
Adiós.
Lo he encargado.
Recuerden que al subir los precios
un 20%.
Esta señora falleció en 1985.
Es un espíritu.
No nos abandona.
Pelo blanco, pelo blanco.
Muy bien.
Bueno, Andy,
que muchísimas gracias.
¿Cómo te va por aquí?
¿Qué tal estás?
No, estoy muy bien.
La verdad que muy contento,
es impresionante la producción
que tienen.
¿Sí?
Sí.
Es impresionante.
No tiene ningún sentido.
Las campeeras, el coso, el tatuaje.
No sé qué ocurre con HBO.
Quiso tirar el dinero.
Estaban entre...
¿Pagar esto o hacer una pira
y quemar la pira?
Exacto.
Te sorprenden los medios, ¿no?
Te sorprenden los medios.
¿Qué querías?
Tenía con mi madre,
con una maleta.
Con mi madre.
Bienvenido a la...
Exacto.
Bienvenido a Argentina.
La ciudad donde nadie sabía.
Pues,
versales viendo las expectativas
que tenían algunos
del público de nuestra llegada,
me parece que esto ha sido
una decepción.
Claro.
No estuvo mal.
Pero la verdad,
me parece de hermoso espectacular
que compartamos la radio
y que toda esta gente
y un montón de gente
que se quedó con ganas.
No sé la cantidad de gente
que me llamó,
Chavos, tenés entradas.
No, yo no tengo entradas.
Si las tuviera,
aumentaría un meter por ciento,
pero no las tengo.
Está bien.
Yo soy el más veterano de todos
y, por lo tanto,
me pongo sentimental y épico.
A ver, tú le das...
No le gusta eso.
No le gusta eso
porque tiene que joderse.
No me gusta ponerme sentimental
a mí,
que te pongas tú.
Es vergüenza, Jena,
que es mucho más soportable
que la propia.
Pero yo lo que digo
y Andy creo que me entenderá,
porque lleva también
media vida en esto.
A ver.
Los que empezamos
hace miles de años
haciendo radio,
local,
no sé cómo fuera tu caso,
en el mío era una ciudad
de 100.000 habitantes,
nadie me escuchaba más allá
de esa ciudad.
Estar aquí,
que con la voz,
con el castellano,
como herramienta,
hayamos quedado una comunidad,
eso es alucinante.
Es increíble.
Eso es el podcast,
esto es lo de ahora.
Es espectacular,
el teatro,
eso me parece increíble.
Mágico.
Es un poquito mágico.
Mágico.
La verdad que sí.
Quería confirmarlo.
No, confirmarlo.
Confirmarlo,
porque sí.
Y todos muy entusiasmados
por verlos,
es buenísimo.
Como dato añadido,
yo empecé una radio
de solo 4.000 habitantes
era mi pueblo.
Con lo cual,
para mí ya esto es
un auténtico disparate.
Exacto,
más mágico para ti.
Oye, Andy,
que muchísimas gracias.
Ten el celular
siempre prendido,
porque te tenemos que pedir cosas.
Ya sabes,
castiones,
población.
Menos plata,
que para eso está.
Exacto.
Que vos se que llegaste
a la mesa.
Gracias.
Gracias.
Bueno.
Oye,
no sé si conocéis el programa,
una de las interioridades
es que tenemos una obsesión
por los pollos de goma.
Sí.
No de los objetos más absurdos.
Y yo diría que incluso caducos
en el mundo y en un universo
de los objetos de broma.
Sí.
Ay, que sustia,
que susto.
Pero que hemos puesto
de alguna manera el relief
otra vez, ¿no?
Sí, le hemos dado
una vida al pollo de goma,
que estaba muy olvidado.
Exacto.
Llegó a esta mesa
por casualidad,
como tantos trastos
nos dijimos, cariño,
hasta el punto de que
encargamos un pollo de goma,
no nos aclaramos
con las medidas.
Yo dije,
yo veo,
cuanto más grande,
más espectacular,
llegó una medida
que no es ni grande ni pequeña.
No,
es que no tiene ninguna gracia.
Yo quería uno
que fuera un problema
meterlo en el teatro.
Exacto.
Con una boca
que también induce
la confusión.
Sí.
En fin,
no le tenemos,
cariño,
pero ya que lo hicieron
y barato,
no fue.
Es como una muñeca
hinchable para un troll.
A ver,
por un agujero
al de control de seguridad
del aeropuerto.
Viendo eso y preguntando...
Para los electrónicos
y pollos de goma
van deja parte, por favor.
Sí.
Preguntándose,
¿a qué demonios
vienen a la Argentina
con esto, no?
Que son payasos.
Y en el momento
que escogeron...
Ya.
Para ver un pollo aquí.
El caso,
que los pollos
ya son un elemento
más del programa,
tenemos
el pollo habitual,
pero hoy,
paseando por la boca,
fuimos a la boca a grabar.
Claro.
Como buenos turistas.
Van a aparecer ayer...
Sí.
Sabéis que hay un fútbol
que todavía se practica
en el deporte este.
Yo es que no...
Creo que lo suena,
en Argentina lo suena.
Sí.
Se nos advirtió
y con cuidado.
Sí.
Yo fui a comprar
una remera de boca
a mi hijo.
Claro.
Y me dijo la dependiente...
Saqué la tarjeta de crédito
y dice,
bueno,
si quieres pagar con eso,
es el doble.
Digo, ¿cómo?
El doble.
¿Esto es verdad?
Sí, sí.
Bueno, vamos a dejar el tema este,
porque es lo que no...
Llevamos poco tiempo aquí,
cualquier cosa que tengamos
va a ser errónea
y desenfocada.
Pero bueno,
en caso es que
paseando por la boca,
previo contacto con...
Paseando por la boca
es una forma muy poética
de decir que te voy a besar.
Voy a pasear por tu boca.
Voy a pasear por tus muelas.
Voy a hacer noche
en tu garganta.
Bueno, sí.
¿Por qué me miras
cuando dices eso?
Bueno,
porque esta gente
no la conozco.
Bueno,
en nuestro continente,
no voy a comer en la boca,
se acaba de llegar.
Ya, paseando la boca.
Uno del equipo dijo,
hay pollo de goma.
Sí, sí.
¿Qué ilusión nos hizo?
Y fuimos a comprar
esos pollo que habían subido
un 20% también.
Sí, sí.
Y son estos, ¿no?
Bueno, este es el pollo
de goma autóctono.
Este es el pollo de goma americano.
Sí.
Bueno, americano.
Estaba aquí, ¿eh?
Ah, bueno, perdón.
Sí, sí, claro, claro.
No, creo que había dicho
norteamericano.
Perdón, perdón.
No, americano.
Bueno, sí, lo llaman...
Perdona.
Y hemos dicho,
vamos a hacer una cata de pollos.
Sí.
No?
Para ver las diversas sonoridades
en los puntos del planeta
donde vayamos.
Bueno, lo primero
a reseñar es la morfología.
Sí.
El pollo americano es más amarillo.
Sí, es verdad.
Eso va a ser más extraño.
Yo pensaba que sería más oscuro
por lo que sea.
Sí.
Pero, mira, es más amarillo.
Es verdad.
Tiene una expresión...
Es más pollo, ¿eh?
Es más pollo.
Es más pollo, sí.
Este es pollo transgénico, ¿eh?
Tiene una expresión
un poco más asustada.
Sí.
Un pequeño matiz, la boca un poco más torcida.
Claro.
Es verdad.
Quizá por la situación.
Los desgustos.
Los desgustos.
Y ahora vamos a hacer una cata de sonido.
Y ahora vamos a hacer el sonido.
Para eso necesitamos, por favor,
mucha concentración,
quitamos toda la música.
Sí.
Primero sonará el europeo
y luego el americano.
Bien.
Me parece, sí.
O primero el americano.
No, vamos a hacerlo así
porque venimos de Europa.
Claro.
Bueno, venga.
Europeo.
Venga.
Americano.
Europeo.
Americano.
Americano.
Americano.
Uy.
Bueno, pero esto no es el pollo.
He sido yo que ha apretado menos.
O sea, sí te interprete.
No es el instrumento, se interprete.
Vale.
Intentemos ejercer la misma presión.
Vale.
Vale.
¿Quieres con doblepito o solo uno?
Doblepito.
Vale.
Venga.
Europeo.
Americano.
Más agudo.
Más agudo.
Sí.
Más joven.
Sí.
Es una sociedad más joven.
Sí.
El pollo europeo es como más corrupto.
Sí.
Más vivido.
Más vivido.
Más...
Pollo viejo.
Pollo viejo.
Pollo viejo.
Pollo viejo.
Ayer a vieja.
Sí.
Sí, sí.
Vale.
Vale.
Cuánto...
Pues esto yo creo que con esto ya podemos mandar el cheque HBO y nos pagar este mes.
Venga.
Y ya tenemos el trabajo hecho.
Venga, va.
Va.
Una que sin embargo, no...
Bueno.
Una pequeña adenda.
Hemos encontrado el chancho.
El chancho de goma.
Así, un pequeño cerdito.
Y enfoca, enfoca.
Foca la boca.
¡Me gusta!
¡Me gusta!
Oye, me gusta.
¿Podemos conseguir 200 metros de una bolsa
y hacer un chancho-sack?
¿Y podríamos?
Claro, por supuesto.
¿Compiramos pollo y chancho?
Venga.
¡Venga!
¡Venga!
¿Te parece si a partir de ahora intentamos generar
algún tipo de contenido en el que parezcamos adultos?
Ah.
Vamos a acabar con... Sí, hola, ¿con quién hablamos?
Hola, con mí.
Hola, ¿cómo estás?
Bien.
No es que es contigo, pero el nombre...
va a llamarte...
María.
María, bienvenida.
No, gracias.
Hablaban de tu ADN
y nosotros trajimos un regalo que tiene que ver
con tu ADN.
¡Wow, sí!
¿Cómo?
¿Me habéis venido a robar pelos de la ducha?
No, es un cuadro.
Encontramos un cuadro de San Martín,
que es nuestro prócer libertador de Argentina,
Chile y Perú.
Sí.
Encontramos un cuadro de San Martín, que es igual a vos, Berto.
¿Que me estás juntando?
Sí.
¡Uy, tu abuela, que lo mejor!
Ay, que me vais a emocionar.
Bien, bien, tonto.
Que me vais a emocionar.
¿Me lo puedes hacer avanzar, por favor?
Sí.
Voy a mostrarlo a la cámara.
Le hicimos unos anteojos, ¿por qué?
Para que fuera más parecido.
Ah, mira, le puso unos anteojos.
¿Cómo lo veis?
Igual.
Sí, se parece, ¿no?
Es verdad.
Y si le ponemos los anteojos,
ya tenemos a Berto Romero.
Pero, eh...
Sí, se parece un poco, sí.
Madre mía, este sistema casi inventado.
Es un poco...
Mira, ahí lo tenemos.
Muchas gracias, San Martín.
Bueno, bueno, bueno, bueno, bueno.
¿Sabes cómo se llama mi abuela?
Alberta Hernández San Martín.
¡No!
Sí.
¡No!
El segundo apellido es San Martín.
El nieto del libertadón.
¡El nieto del libertadón!
¡A Argentina!
¡Oh!
¡Sí!
¡Oh!
¿En serio?
Y voy a hacer que baje la inflación.
Un 20%.
Sí, sí.
¿Vale?
Ni para ti ni para mí, ¿no?
Bueno, mira, nos gustó tanto el público
que les invitamos a que vengan la semana próxima, por favor.
Qué bonito.
Dejo la danza de prosperidad para la semana que viene.
Vale, sí, la semana que viene.
Porque ya como no veremos más con esta gente,
a menos que se vayan ya prosperizados.
Qué emoción, muchas gracias.
El libertadón, tío.
Mira cómo he sudado ahí todo.
Mira cómo tengo.
El sudor de un pueblo.
Mira qué tortillas traigo.
El sudor de un pueblo.
Mira.
Gracias, Buenos Aires.
Gracias.
¡Adiós!