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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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Bueno, seguimos en el Nadie, ¿sabe nada?
Raitito, estamos echando aquí.
La verdad que sí.
Qué buena primera parte del programa. ¿Te ha gustado?
De los mejores. ¿Te ha gustado el inicio del programa?
Me ha flipado. No lo he visto venir.
Bueno, bueno, bueno.
Bueno, para que crea que tiene un problema,
que sepa que el problema lo tenemos nosotros,
con las cosas vuestras. ¿Y ese problema?
¡Lo vamos a explicar!
Tenemos con nosotros a una fan del programa,
que ha venido a vernos. ¿Cómo te amas?
Eh, Laura.
Laura, ¿puedes reproducir para toda la audiencia
el problema que te hemos generado, Andrés y yo?
Sí, muy gordo.
Es que yo me pongo vuestro programa para dormir y...
¡Coso habitual! Sí, claro.
Entonces... ¡Produce sopor! Sí.
¡Produce confort!
Muy bien, muy bien.
¿Sabes qué tal bien con la gente?
Ha visto.
Entonces, claro, mi problema es que yo a la mitad me he quedado dormida.
Así que, y yo no puedo ponerlo a la mitad.
No, se queda descolgado.
Entonces, necesito que subáis.
Primera parte, segunda parte,
y luego, en otro programa, segunda parte, primera parte.
Sí. La primera parte, ¿cuánto tanto de la primera parte?
Claro.
Tú vas a ir a tu casa a darte un besito también.
Bueno, pues has intercedido en la realidad.
Has interferido o intercedido, no sé.
Interferido.
Interferido es...
Mediar.
Actuar en nombre de otro para algo.
Vale.
Interferir es...
Ya no ha...
Bueno, no se entendemos, ¿verdad?
Sí, sí.
Vamos a la mitad del programa ya.
Porque si no me peta la cabeza.
Entonces, hemos decidido empezar por la mitad del programa
y a la mitad del programa empezaremos el programa.
Correcto.
Vamos a hacer dos paneles. Muchas gracias.
Esto está destinado a todos aquellos a los que les producimos
o por y con favor.
Pero fíjate cómo son las cosas del nadie
que hay una magia que no se puede aguantar.
¿Sí?
Sí. ¿Por qué?
Porque he preparado una sección muy, muy mal preparada,
como preparo yo las cosas,
que es algo que me sugiere, digo, pues lo voy a contar.
Muy bien.
¿Cómo se llama esa sección?
¿Cómo se...? Léelo, por favor. Léelo.
Salute y confort.
Salute y confort.
La madre que me parió.
La madre que lo parió.
Es que, de verdad, sí no magia en este programa.
No la quiero ni hacer.
Todo se enlaza, todo concuerda,
una cosa lleva a la otra y sabe ni lo que es una cosa,
ni lo que será a la otra.
¿De qué va la sección?
Va de colchones.
Vale, pues venga, sintonía adecuada para ello.
Sí, sí, es esta.
Ah, es esta.
Mira, me ha pedido antes.
Si puedes hacer la cabecera.
N'yegi, n'yegi, n'yegi, n'yegi, n'yegi, n'yegi, n'yegi,
salud y confort.
Hoy nadie sabe nada.
En esta segunda parte de programa, tan dinámica,
tan trepidante, tenemos con nosotros Andrés Buenafuente.
Bueno, está experto en confort.
Experto en confort.
Vaya, huevos tienes.
Es experto en una cosa que puedes llevar a cabo en la cama.
No, ya, claro.
Pero no, si puedes ser experto en dormir...
Dormidor.
Dormidor profesional.
Dormidor profesional.
Ajá.
Va.
Hola, buenas tardes.
Buenas tardes.
¿Qué quiere?
No yo, nada.
Quiero que me explique lo que tenga usted.
Había explicado.
Sí, sí, sí.
Bueno, como usted presenta, de igual a lo mejor le han informado.
A mí me gusta no conocer los contenidos para sorprenderme en directo.
Ah, sí, eh.
Hacía un programa específico de un tema y no sabía lo que iba a hablar.
He oído a veces a la radio sin saber qué programa iba a presentar.
Bueno, eh. Si tenían una ruleta con los nombres de los programas,
tiraban un dardo y ya venga.
Había un mono allí con unas pistolas, ¿no?
No, no había un mono, éramos todos seres humanos.
Perdón, perdón.
Eh...
La pregunta que quiero formularos a todos
y compartir también esta inquietud, ¿no?
Desde la...
Desde mí, que soy yo, es...
¿Se está liando usted a solo? Sí, sí, sí, sí.
¿Cuántas veces hay que dar la vuelta al colchón en un año?
¡Uuuh!
Yo he visto este tema hoy y he dicho que es de interés básico,
indispensable y va a poner a prueba
muchas de los hábitos de nuestros seguidores y seguidores.
Dicen que hay que...
¿Sabe usted eso? No.
Ah, pues entonces, ¿qué dice?
Bueno, yo tengo entendido que hay que cambiarlo.
O sea, que hay que girarlo alguna vez.
Bueno, yo le diré que... Pero yo no lo he hecho.
Ah. El que tengo yo ahora...
¡Ay, quiero ir yo!
Hay que ir yo. Está como está desde que llegó.
Sí, por lo tanto... Es que es muy... Es que pesa mucho.
Bueno, ya... Yo tengo una cama muy grande.
Yo me compré la más grande que había. Claro.
Que me dijo mi señora, a la que adoro.
Me dijo, vamos a tener problemas para encontrar sábanas.
Sí, eh. Y sí, es verdad.
Porque es de dos, diez, creo.
No, pero ahí me ha ido. Ahí hasta de tres metros.
Ya lo sé, pero cuesta más.
Son sábanas de excéntricos. Sí, sí, sí.
O sea, quiero una sábana, tengo esto, tengo esta.
No, pero para dos, yo qué sé, lo que mira al mío.
Y te miran como, ah, eres de esos.
Sí.
Tenemos un concho muy grande para que, si nos amamos,
nos encontremos, pero si ese día, por lo que sea,
no estamos bien, como si no hubiera nadie en la cama.
Perfecto.
Caben niños dentro, puede hacer usted un sandwich de niños.
Pueden caber todos.
Este es el objetivo de muchos matrimonios que...
Pero no vienen, eh. Yo no les dejo entrar en la cama.
Pues ya me contará cómo lo hace,
porque la mía ya se ha instalado definitivamente.
No, no, no.
De sus problemas educativos se los resuelven casas.
No quiero entrar en esta sección de este problema.
Vale, vale.
Que me afecta y mucho.
Yo durmo en el sofá.
¿Qué dice?
Sí, quita la sección.
¿Qué dice?
Ahora no sé, yo tengo un problema.
¿Dormes en el sofá?
Yo durmo en el sofá.
¿Por qué, eh?
Coño, porque mi hija ha colonizado mi cama.
Lo que empezó como un...
Una muestra de amor.
Una muestra de amor.
Y te voy a decir cuándo, durante la pandemia mundial...
¿Tu hija es Rusia y tú eres Ucrania?
No, no, no.
Vale, vale.
En ningún momento.
Hay una pandemia mundial, estamos todos muy unidos...
Se comenzó con la pandemia.
Con la pandemia.
¿Cuántos problemas han comenzado con la pandemia?
Bueno, aquello era un sueño.
Y el sueño se ha convertido en un problema.
Porque la niña, hace dos años, era más pequeña.
Quiera bonito, a roparla.
Siempre he dicho que me encanta estar con tu hijo.
Bueno, hace dos años, ya era grande chica.
Bueno, siempre ya.
Pero menos que ahora.
Ha pegado un estirón.
Papa, tengo 9 años.
Sí, tienes 9 años.
La voz de tu hija.
Esa es la voz de mi hija.
La voz de su hija, cuando él...
Sí.
La felicitó por cumplir 8.
Sí.
Y la niña dijo, papá, tengo 9.
Bueno, yo...
Y en venganza te vas a ir a dormir al sofá.
Por capullo.
Ese tema ya está tocado.
Y nada, pues se puso ahí con nosotros,
porque íbamos todo el día como una piña.
¡Ven, claro, no es acostumbre!
Ahora estoy una.
¡Manualidades!
Yo les decía, tengo que hacer un programa de TV.
Ya está cortando el rollo, bueno.
Pero lo que te digo, muy bonito, muy íntimo.
Pero, claro, ya ha pasado más o menos la pandemia.
Llega un día que le dices,
no hay mascarilla, no hay cama.
El otro día, concretamente, le digo, hija mía, hija mía,
es posible que hoy dormas en tu cama
y ella dice, lo veo difícil.
Me dijo eso, lo veo difícil.
Hostia.
Y yo le digo, ¿sabes qué pasa?
Me encanta saberse a ropar, de tal y dormir,
pero es que ya te has hecho bastante mayor.
Claro.
Unas piernas, ya como una mujer.
Sí, sí, sí.
Y digo, y además, te pones transversal en un hábito
que no puedo entender.
Ya. Hoy mismo, hoy mismo, estaba transversal.
Se perpendicula, tu hija.
Se perpendicula.
Se perpendicula.
Dice, pero es que, a mí, ¿qué me dices?
Hijos perpendiculares, ese es el problema.
Correcto.
Dice, pero yo estoy durmiendo, no soy consciente de eso.
Digo, ya dije a mí, pero otros intentamos dormir.
Hostia.
Me mira como diciendo, es que no sé qué me estás hablando.
Tengo la solución, ¿eh?
Darle a ella la cama, su cama,
por una de matrimonio de puta madre.
Mejor que la tuya.
Y no quiere.
Pero te vas tú a ella,
en lugar del sofá.
Ah.
Cuando venga a tu cámara, le dices, bueno,
cuando venga a tu cama, tú fingiendo que vas.
Qué dices, tú eres cabrón.
Ah, no, coño.
Tú eres un buen actor.
Sí.
Pues tú finges y con cara de constricción, de dolor,
le dices, pues me tendré que ir a dormir a tu cama.
Y te dices, hay un cama.
Pórsela de agua, una cama de agua.
Con sábanas de seda.
Con un motor.
Sí, como de capo de la droga.
Me acaba con sábanas de tigre.
Te doy la razón, porque mira, te agradezco,
pero no es tan fácil, porque ella ya pidió una litera,
que es otro sueño de los niños.
La litera al final no ha podido ser, las dos camas...
Ya existe la litera.
Una litera de camas de matrimonio.
Una cama de matrimonio y encima otra.
De loco, de loco. De loco, ¿no?
Vale, vale, vale.
¿Para qué está el dinero? Es verdad, sí.
Para innovar, ¿no?
Volvamos a la tema de Salud y Confo. Gracias.
Pongamos que uno duerme más o menos regularmente y estable.
Bueno, pues nada, que dicen la organización
de Consumidores y Usuarios, que...
Todos.
Hay que... ¿Cómo y cuándo hay que dar la vuelta al coche?
Ah, es lo de antes.
¿Cómo? Porque se ve que hay gente que se pregunta...
¿Cómo?
Hay que hacer agua, hago una polea...
Hay gente que no sabe hacer eso.
Dice, al orden de mover el colchón
para poder mantener una buena postura,
sin que se deforme ninguno de sus lados.
Hay dos opciones.
Darle la vuelta al completo o...
Darte la vuelta a tú y sacarte los órganos por fuera.
O no.
Como un cancetín. O girarlo.
Ah... Ah, los pies de arriba, la cabeza abajo.
Eso no lo hace nadie. No ha hecho nadie.
No ha hecho nadie.
El colchón tiene cuatro posiciones, ¿no? Como los calzoncillos.
Sí, porque debéis saber que los colchones
tienen un núcleo simétrico.
¿Tú sabías que el colchón tiene un núcleo simétrico?
No, no me jodas. Es una nave de Star Trek.
Sí, sí, sí, sí.
Y algunos tienen una cara de verano...
El motor fresco.
Y otra cara de invierno más cálida.
Ah, eso sí que lo había oído.
Pues nada, que los colchones que se pueden rotar,
que yo, desde aquí, insto a la industria colchonera,
a que hagan un dispositivo...
Un giratuto.
No, poner el colchón con giratuto. Exacto.
Unos anclajes, los sueltan y un ring.
Sí, que incluso, si tú lo quieres aprovechar
para tus artes amatorias, pues tampoco está mal.
Ya ando vuelta. ¿Qué es tu pareja, cariño?
Giratuto.
Hoy voy a ver giratuto en la cama y en tu cuerpo.
Y con un botón está así. Doble giratuto.
No, no, no, no, no. Pasando la vuelta.
Yo me comprometo a darle la vuelta colchón en mi casa.
Sí.
Y como va a ser difícil, si queréis lo grabo,
para que lo veamos. Vale, ¿quieres que te ayude?
¿Quieres venir a casa a darle la vuelta colchón?
A mí, por favor. ¿Lo hacemos tú y yo?
Luego vienes a la mía también tú. Sí, a mí sí.
No lo hablo con tu hija. Sí, y otra cosa.
Y ya va a parecer igual muy extremo.
¿Podríamos poner en práctica un intercambio de hijos nocturno?
Eso me gusta menos.
No, no, te lo tenía que proponer. Sí, me gusta menos.
Que tus hijos queden bien, pues se queden conmigo
y que tú experimentes la niña perpendicular.
¿No quieres eso?
¿No quieres eso? No, no.
No es legal, ¿no?
Vale, me dicen los compañeros
que esta noticia las mandaba las 6 de la mañana.
Sí. Ah, vale, vale.
Porque estaba en el sofá. Sí, sí.
Donde estoy relegado en mi propia casa.
Pero fijaos, la imagen del sofá no puede dormir bien
y se pone a buscar noticias sobre colchones.
La imagen más patética del mundo.
Me ha salido, la he vinculado.
Cuidado, oyente y seguidor, lo que sea, televidente,
que sepa que ahora va a parecer que acaba, pero vuelve a empezar.
Lo ha claro, ¿no?
O qué, o no... Sí.
¿Sí?
Tiraría y ya se apañaran ellos poniéndolo en orden.
De las gracias al público también, aplauden,
pero que no se vayan, que siempre hay algún despistado
que dice, ya está, yo me voy.
¿Sabes? No, ¿eh? No, no, no.
Muchas gracias y hasta el próximo programa.
Adiós.
Andréo Buenafuente y Berto Romero presentan Nadie Sabe Nadal.
Bienvenidos.
Bienvenidos, bienvenidos a Nadie Sabe Nadal.
Que te quedo.
Y ha pasado una cosa, muchas gracias.
Bienvenidos, que no ha pasado nunca la historia.
El aplauso del final ha servido, por principio,
multiusos, ¿me entiendes o no?
Sí, sí, sí.
Perdón, no me ha impresionado tanto.
Bueno, a mí un poquito, porque he pensado,
ya no tendrán que parar y volver a empezar.
El mismo de despedida sirve para empezar.
Bueno, pues tenemos muchas cosas en el programa de hoy.
Aguantate hasta el final, porque vamos a tener un momento muy emotivo
con uno y entejo.
Ya lo veréis. Ya lo veréis.
Por cierto, hablando de momentos y emotivos,
muchas gracias, la gente es muy amable,
algunos traen regalos, otros, ¿no?
No pasa nada, yo no vengo aquí por los regalos.
Ya tampoco, el regalo, yo sigo y yo estar con la gente.
Pero hay gente más generosa dentro de la generosidad,
hay como una crema.
No sea falta. No, coño.
Y traen cositas. Y nos han traído un regalo
que nos ha gustado mucho, la verdad.
Muy bonito, son como una especie de ángulos...
Bueno, ahí viene el tema.
No sabemos qué es. No sabemos.
Hay un trabajo, creo yo, de marquetería muy bonito,
las letras, tal, los logotipos...
Unos ángulos de 90 grados.
Recuerdan a estos trastos para aguantar libros.
Sí.
Pero están por dentro, tienen cosas.
Hay una reproducción del logo del terral,
ponen a desavenada.
Un volumen, yo lo veo raro para el libro.
Si aplicamos el sentido común,
tendríamos que, por ejemplo,
consideremos que el pollo es un libro.
Vida de pollo, se llama.
Literatura...
Fantástica. Rápida.
Bueno, sí, consumo, ¿no?
Para el libro es un pollo, no me va a ayudar el concepto,
pero, en fin... Ah, vale, claro.
Claro, ¿cómo apoyas tú esto?
Tienes que poner la parte más lisa abajo
y tu cara, en este caso a Andreu,
y tu cara y la mía, lo que sujetan son los libros.
Bueno, se aguanta el pollo, parece que se aguanta.
En este caso, tu cara está en el culo del pollo.
Muy bien.
Me parece un sitio ideal.
Y mi cara estaría en la genitalia pollil, ¿no?
Sí, sí.
Digamos, esta es la posición del sujeto de libros.
¿Estamos de acuerdo en eso? Sí.
¿Pero qué pasa aquí?
El culo del pollo se llama, técnicamente, cloaca.
Vale.
¿La sabes tienen cloaca? Pues muy bien.
Tú en la cloaca y yo en la...
¿Tienen... pene los pollo?
Pues no lo sé.
No sabes si los pollos tienen pene.
¿Hay un experto en la picultura? Sí.
¿Hay un experto en la picultura? Sí.
Adelante. Hola, buenas tardes. Buenas tardes.
Conforme le llegaba, dice, no, no.
No soy experta, pero...
la cloaca incluye el culo y la...
Ah, lo tienen todo junto.
El sistema reproductor está ahí. Y está adentro.
Así, ¿eh?
Hostia, qué mal pensado, ¿no?
Sí.
Más pensado, ¿no? Ya, pero...
pudiendo diferenciar estas dos cosas.
Ya, ya.
Vale, muchas gracias. Muchas gracias.
Gracias, que maja, ¿eh? Gracias.
Debe ser veterinario, a lo mejor. O tiene una filia muy rara.
Sí, sí, sí, sí.
Mira, Silvia, desde la escala,
se habla mucho de la última frase antes de morir.
Este tema hecho se ha tocado mucho aquí,
en años anteriores.
Pero si de bebes ya pudierais hablar,
solo salir,
¿cuál sería la primera frase que diríais nada más nacer?
¡Hostia, qué guapo!
Yo le he pensado y sería...
¿Cómo están ustedes?
Oye, que alguien me limpie que vuelo a chirri.
Ya estamos con lo guarro.
Hombre.
Oye, es la naturaleza donde te crees que salen los seres humanos.
¿Me podéis volver a meter, por favor?
Que se está muy calentico y muy agusto.
Esta cosa es muy mala.
No, no, no, no lo he pensado nunca.
Es verdad, pero también es importante esto, ¿no?
Pensaré en la primera frase. Por eso ya no le dan la habilidad
de nacer al bebé.
La primera palabra que dijo mi hijo Lucas,
fue ardilla.
Sí, sí.
Igual te vio la boca, igual te vio los dientes.
No, porque tenemos un cuadro de una ardilla.
Vale, vale, perdón.
Entonces, ardilla, ardilla.
Mi papá y mamá, ardilla.
Bonito.
Mi hija decía acún. Acún.
Sí.
Hostia, que es egipcia. ¿Cómo?
Es egipcia, tu hija. No, no es egipcia.
¿Es pastillera? Acún, bang, bang.
Que te...
Que era un bebé, hombre, ¿eh?
Luego dedujimos, porque a los niños,
nuestros hijos les interpretamos
por el entorno, los gestos.
Si no, ¿sabes eso cuando dice
cuando viene uno a tu casa y el padre dice,
ya habla, mira, mira, el niño,
allí capa a ti, tu orillo, dice,
que dice que tienes hambre.
Dice, no, lo entiendes tú,
que llevas todo el puto día aquí metido, ¿no?
Dicía acún y dedujimos que la cuento.
Acún.
Acún, lo primero que era acún.
Quería un cuento.
Acún, acún, acún.
Es que hacía mucho así con la mano.
O sea, cerraba y abría la mano.
Sí.
Tengo una vecinita que tiene ahora...
Ya tengo una vecinita.
Bueno, es muy pequeña, no sé cuánto tiene.
Igual tiene, no llegados, pero está empezando a hablar.
Pasa que los niños, cuando les pierdes la pista,
de repente tú tienes metido en la cabeza,
que no hablan nada y luego de repente la manejan.
Claro.
Y entonces estábamos ahí en la calle
y la agarré, la llevabas y cogidita y tal.
Con el permiso de sus padres? Sí, claro.
No, no, digo que... No, delante de ellos.
Vale, vale.
Y entonces digo, ¿cómo están, no sé qué?
Quieres que vayamos a un paseo y dice perfecto y claramente, no.
No.
No, déjame.
Yo lo último que había escuchado era...
Yo me esperaba eso y me dice, no.
No.
Vale, vale.
La moviste a su progenitor.
Tendrían que llevar como un tipo de indicación que diga ya hablo.
Como un letrero.
¿Y qué neña, qué futuro? Lo primero yo que emprendo a decir es...
No, una de las palabras más importantes de la vida de una persona.
Dicen más, ¿tus no es que tú sí es?
De ti. Uy...
¿Filosofía barata un poquito? Un poquito.
¿Quieres? Venga, venga.
La puntita solo, ¿eh? Que ese nuevo me duele la cabeza.
Venga, vamos a ver.
Vamos a ver, a ver.
A mí esta luz me inquieta, porque parece que estamos criando pollitos,
pero con una luz roja.
Tendrían que salir unos pollitos de chiquito.
¿Alguien tiene pollitos?
Sí, yo...
Los noes...
son los síes vestidos de prudencia.
La prudencia...
¿A qué es de enlazar? ¿Filosofía enlazada?
Sí, filosofía enlazada.
La prudencia...
son los...
Esta sección no se me ha dado bien nunca.
Vale, quiero dejarlo claro.
Noto cómo me patina el embrague con esta sección, pero muchísimo.
Tira, tira, porque el fallo...
Es que me ayudan hasta gana de gomitar.
Me pongo muy nervioso, me da como vértigo.
Si eres, te lo digo, lo paso mal.
Físicamente mal cuando hago esa sección.
Vamos a aprovechar ese dolor, venga.
La prudencia es...
La prudencia es...
la...
la inseguridad de la inseguridad.
Por favor, dime qué está bien.
Que lo estoy pasando muy mal para ellos.
Dime qué está bien, por favor.
Está bien, está bien.
La inseguridad es...
la alerta del sentido común.
Vale.
El sentido común es...
No, no, no, este ya está sufriendo el chaval.
Es que me viene la frase hecha tan tonta
de es el menos común de los sentidos.
Es el menos común de los sentidos.
Los sentidos?
No brillo yo en esta sección.
Los sentidos son los menos escuchados.
Y los escuchados...
son...
los menos tenidos en cuenta.
Y por la cuenta que nos trae,
vamos a acabar esta mierda.
La primera sección del programa.
Hasta aquí la primera sección de programa.
Muchas gracias y hasta la siguiente sección.
Espérate, espérate.
Antes de llegar a la mitad del programa...
Que nos la estamos tomando muy en serio hoy.
Hay que batir un récord o demostrar algo.
Demostrar algo. Loli desde Málaga.
Aquí necesitamos silencio.
Nada de música y nada.
¿Quién de los dos?
¿Cómo te regalas cuando no hay música?
Puede aguantar más rato la respiración mientras habla.
Pero es que esto puede provocar lesiones.
Bueno, ya, ya. Por eso lo he dejado al final.
Apuesto por Bertón, dice la lista.
Un momento.
¿Andréu no aguanta en cinco segundos?
Vamos, jaja, jaja.
Se reye de ella misma en la mitad de la pregunta.
Vamos, jaja, jaja.
Que se que fuma como un tren a vapor.
¿Qué dices?
No respirar hablando, eso se puede hacer.
Hay un momento que se saca el aire y no puede aguantar más.
Pero si habla estás expulsando aire.
Expulsar aire también es respirar.
No lo sé.
Proponéis unos retojes, no los pensáis.
Claro, claro.
¿Quieres hacerlo? No, tampoco me gusta.
Es cara que lo cuente.
Es un bajón no hacerlo.
Bueno, bueno, bien, como lo hacemos.
Esto es una feria.
Esto es un big show.
Es una feria de muestra.
Yo propongo, relajarnos, dar paso a...
¿Qué pasa ahora?
A la segunda parte del programa.
Pero lo bueno es que si uno de los dos ahogara y falleciera,
el programa está entero.
Es el mejor momento para hacer un reto de esto.
Bueno, Ana, te da...
Te quedas...
Gilipollas se sabrá en el siguiente.
Vale, perfecto.
El reto es hablar, hablar, hablar, sin coger aire
y ya todo el rato expulsando el aire.
¿Qué tienes? Vale.
Pero no podemos hablar los dos a la vez.
Antirradiofónico.
Y cronometramos.
Qué complicado esto.
No sé por qué cogí esa pregunta de mierda.
Vamos a ver.
En el cronómetro.
Y el reloj de mi suegro, que va rápido.
¿Cómo no lo tenemos aquí?
No para, no para.
Sí, vale.
Bueno, cuando quieras, ya.
Bueno, pues...
No, no, vale, porque te regala un segundo reinicio.
Ya.
Vamos a dar realización
a este reto absurdo
en el que uno tiene que hablar todo el rato que pueda,
sin tomar aire.
Yo conozco una persona.
Cuando has dicho aire, has hecho...
No es verdad.
Hace como un rapero que hace como respiro.
Estás diciendo el perpícule.
¿Y cuánto he durado?
Has durado 20 segundos.
Pues eso es una mierda.
Eso es una mierda.
La idea también lo era.
Lo quiero hacer.
Lo quiero hacer.
Lo haces y acabamos la primera parte del programa.
Vale.
No esperéis respuestas.
Venga, va.
1, 2...
Compañero, dudas existencial.
¿Cómo está dividido el cielo cuando muere el geográfico?
Digo, sea más por países como en la Tierra.
Y lo que me preocupa puede que coge el sitio.
9 segundos.
Hasta aquí la primera parte del programa.
¡Muchas gracias!