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Bueno, muy buenos días. Os saludamos. Siempre digo buenas tardes, pero hoy es imposible.
No, es que es muy temprano por la mañana.
Pues mira, son las 7 y pico de la mañana. Estamos en el cementerio de Recoletos.
Recoleta. La Recoleta, perdón.
Recoleta es un barrio de Madrid.
¿Sabes esas palabras que no te quedan?
Sí, pero es que no sé. Yo voy a decirte desde que llegamos, Recoleta.
Ya, bueno, pues no me queda.
Solo una. Recoletos es en Madrid, que hay varias.
Ya, ya, ya. Serían varios cementerios, ¿no?
Es igual, como sea. Hemos venido a la visita que nos han recomendado nuestros amigos argentinos.
¿Dónde podemos ir? Tenemos unas horas libres. Dijo, al cementerio.
Claro.
Claro, en el cementerio solo nos dejan grabar las 7 de la mañana.
Entonces, sí, esto es lo que está pasando.
Hace mucho frío.
Hace mucho frío hemos entrado como en una crisis, como en una bajona, como llamamos nosotros,
porque realmente no le encontramos ningún sentido.
A mí no lo sé. Mira que tiene vida esta ciudad y tráernos aquí.
Ya, sí, sí.
Yo creo que no le caemos bien a tu amigo.
¿Andy?
Sí, yo creo que ha notado una amenaza. Hechos todos bien aquí.
A lo mejor lo dijo como joda, ¿no? Que dicen aquí.
Puede ser joda. Puede ser joda. Es que les gusta mucho la joda.
Fuimos a su programa y, oye, ¿qué podemos visitar en Buenos Aires?
Estuvieron allí como... Sin concretar y alguien dice...
Váyan al cementerio. Váyan al cementerio.
Váyan al cementerio.
Y bueno, en aquel momento lo ves como una cosa, una excentricidad.
Ah, bueno, yo qué sé. Total, que estamos en un cementerio.
Sí.
Es que, por más vueltas que le des, no casa con un programa de comedia.
No.
No tiene ningún sentido. Vamos.
Yo tengo ganas de llorar.
Bueno, es que te entiendo, es que te entiendo.
Entre el frío y... Yo es que cuando me despierto, hasta que no hay desayuno, no te van a llorar.
Hombre, claro, por supuesto. Vamos con un café pelado.
Y de hacer de vientre. Es que es el peor sitio para...
El peor, el peor, el peor, el peor.
Para hacer las dos cosas.
El peor.
Bueno, para llorar sí, pero para hacer de vientre no...
Ya. No, aquí no. ¿Cómo te vas a poner a cagar aquí en un cementerio?
Es que esto es terrible, hombre.
Eso no sería ni joda. Eso es un insulto a la nación.
No, no, no, no.
Entonces vamos a intentar pasar por aquí discretamente.
Perdonen. Les pedimos disculpas.
No, está bien, está bien, pero...
No es el inicio típico del programa, que desprende vitalidad.
No, es todo lo contrario.
Es expectativa.
Es todo lo contrario.
Todo lo contrario.
Vamos a ver alguna tumba...
A ver, que el cementerio no está mal.
Pero, claro, visto dos pantheones, vistas todo.
Eso también es verdad.
Que también dices, ¿para qué haces esta construcción?
Que es que no la va a disfrutar tampoco.
El que está dentro, ¿no?
Bueno, pero eso nos llevaría ya a un análisis sobre la arquitectura mortuoria.
Sí.
Que es que no tenemos que hacer.
¿A ti te hace ilusión ver la tumba de Evita?
Pues sí, claro.
¿Sabes que estuvo en España en modo momia un montón de años?
Ya lo sé, ya.
Vamos tirando, vamos tirando.
A mí es que me sabe mal verla enterrada cuando existía la posibilidad de verla...
Sí.
¿Te sabe mal?
Claro.
Verla enterrada cuando existía la posibilidad en España de verla durante mucho tiempo live.
Sí.
¿Quieres decir live, no live?
Fue una movida.
Sí, ya te entiendo.
No quiero ofender a nadie, pero ya hasta ahora es que lo voy a hacer sin querer.
Sí, mira, no se puede bromear tan pronto.
No, no se puede.
No es el sitio para hacerlo, está todo mal.
Encima, esto está cerrando una gira norteamericana, perdón, americana, del programa México-Argentina,
que ha sido maravillosa, llena de luz, de futuro.
Hostia, eso es un cementerio.
Es que cuanto más vueltas le doy menos me gustan.
Bueno, no sé, yo...
Yo esta parte no la pondría en el programa.
Me pensaba que te parabas para tirarte un pedo, porque a veces haces eso, que te paras
y te tiras un pedo y digo, joder, no cierres así.
Joder, con lo bien que me está yendo el sistema digestivo en América, ¿eh?
Sí, ¿eh?
Ha sido un florecimiento.
Pues yo llego a una retención.
Andreu definió mi culo como un horno pirulítico.
Sí, sí, sí.
Se va limpiando continuamente.
Y si no hace digestión, el incinera.
Guau.
Pero ves, incinera, ya me salió la broma aquí, incinera, todo en serio.
Es que no quiero ir por ahí.
No, no, no quiero.
Bueno, bienvenidos al programa.
Sí.
Bienvenidos a Nadie Sabe Nada.
Vamos a intentar remontar esto como podamos.
Sí.
No sé, Andy, ¿qué?
¿Por qué?
Andy, o joda o...
Sí.
O joda o muerte.
¿Ves?
Otra vez.
Muerte.
Guau.
Aquí también.
Tira, tira.
Andreu Bonafuente y Berto Romero presentan Nadie Sabe Nada.
Ahí estamos.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
Bienvenidos.
Muchísimas gracias.
Bienvenidos desde Buenos Aires.
Muchísimas gracias.
Tercera edición bonaerense de Nadie Sabe Nada.
Muy amables.
¿Cómo estáis?
Muchísimas gracias.
Muy amables.
Qué bien, de verdad.
Que sepan que este programa...
Bueno, muchas gracias por venir.
Este tono especial siempre todos lo son, ¿no?
Pero este es el que hicieron a la gira americana.
Corta, pero intensa.
Programa Mortuorio.
Vale, no, hombre, Mortuorio no.
El último programa.
¿Cómo dices?
¿Por qué dices Mortuorio?
No, hombre.
Joder, como hemos empezado.
Ya, bueno, sí.
Hemos empezado el programa haciendo una visita al cementerio.
Sí, sí.
Sí, a las siete de la mañana.
A las siete de la mañana.
No se podía estar más muerto.
Ya.
Porque estuvimos en el programa de un amigo, de Andy Kursnikov, y en un momento de la conversación
le decimos...
¿Qué podemos ir a visitar?
Sí.
El cementerio.
Obvio.
El cementerio.
Y nosotros, que somos muy disciplinados.
Claro.
Tomamos nota, llamamos y dijeron sí, pero solo pueden ustedes visitarlo de siete a nueve.
Ahí estábamos a las siete.
Me gustó esa concreción, como si a las nueve aquello fuera una fiesta, ¿no?
Me queda la hora de happy hour, de siete a nueve.
Y ya nos tienes a este y a mí a las siete de la mañana, que hasta los propios vigilantes
o cuidadores no entendían nada, ¿no?
Sí.
¿Qué hacen ustedes aquí?
Yo he pensado... a mí me gustan más los argentinos vivos.
Claro, claro.
Pero eso te pasará en cualquier ciudad, ¿no?
Tengo ganas de cantar.
¿Te parece que vayamos ya al lío?
¿Tienes ganas de cantar?
No, no.
Tengo ganas de cantar.
Pero yo no he venido aquí a traeros material de derribo, a venderos saldos, a venir a improvisar
una canción...
No.
No.
Ah, no.
¿Qué has venido?
Me he preparado las cosas.
Tengo entendido que os gusta mucho comer carne, entonces con ese listado de carne que el equipo
me ha preparado, yo os he confeccionado una canción como homenaje a Argentina y a vuestra
pasión devoradora.
Ya, ya.
Pero he pensado, ¿lo voy a cantar yo?
Yo...
Yo soy nadie.
Yo soy un cómico de medio pelo.
Tienes razón, sí.
¿Verdad?
Obvio.
Lo primero que dices es razonable desde que empezó el programa.
Soy un cómico de medio pelo.
Ya, ya.
En tono...
Tres notas de cada cuatro y por eso queréis que canto bien, ¿no?
Ya.
No, no.
Y he pensado, el otro día conocimos un tipo que está aquí que se dedica, que bueno, que
él...
Sí.
No es español, nadie es perfecto.
Sí.
Pero el Azar quiso...
Podíamos haber traído un músico bonaerense, pero este chico era español.
Ya.
Nos conoció.
Hombre, Bertil y Andrés.
Nos invitó a comer.
Nos invitó a comer.
Fui muy amable.
Fui muy amable.
Y de alguna manera estaba de gira por aquí.
El Azar ha querido eso.
Le hemos dicho, hombre, pues vente.
Le pregunté, ¿te conoces en Argentina?
Dijo...
Dice sí.
Bueno, hace 25 años que vengo por aquí.
Sí.
Y yo...
Muy bien.
Yo sí te terapia.
Le dije.
Se llama...
Ismael Serrano.
¿Qué es lo que le tan
de carrera, como tú bien has dicho. ¿Puedo explicar lo que nos ha pasado en el
camerino, que me parece muy gracioso? Sí, sí, dilo, dilo, cuéntalo.
¿Cuéntalo? No, no, simplemente yo preguntaba a la canción cómo quieres que
sea, no sé qué te he dicho. ¿Qué vamos a hacer con la canción?
Yo le estaba diciendo, como pidiéndole indicaciones de cómo íbamos a componer la canción.
Claro, porque esto debéis conocerlo antes, no lo hemos preparado antes, la idea
es componerla aquí en directo. Por respeto a vosotros, por respeto.
Él ni siquiera ha leído la letra, entonces la componemos aquí, puede ser
bonito que lo veáis. Un hombre que prepara sus giras, sus discos,
conocido por su lírica y viene aquí, nada, no preparamos nada. ¿Qué vamos a hacer con esto?
Y yo pensaba, he pensado que era ¿qué vamos a hacer cuando acabemos? Y le he dicho
bueno, yo no la voy a cantar más. Él pensaba que yo le estaba preguntando si
nos íbamos a ir de gira con esta canción o algo así. ¿Os parece que vayamos al escenario
en sí mismo? Bueno, como el avance, ¿no? Por respeto al público, digo yo.
Vamos a hacer lo delante vuestro. Va a parecer que hagas un noticiario, Ismael, quiero decir.
Nos están preparando aquí un par de sillas.
Oye, ¿cómo lo hacemos? Quiero decir, porque tú como sabes cantar y tocar a la vez.
No, pero la tocamos solo hoy y ya está. No, quiero decir, yo canto o cantas tú, te sigo.
Déjame, déjame a ver. Cantar los dos.
Recién llegado de España, y conociendo ya la entraña, y el ojo de bife, y el ojo de bife.
¿Todo lo sabes? Y el ojo de bife.
Quería hablártelo, quería hablártelo. ¿Está bien ahí? ¿Por qué no dejes que canta él?
Porque lo he escrito yo y me cuesta desprenderme. ¡Déjame cantar! Por favor.
Si me invitaís. Ismael Serrano en Buenos Aires. ¡Déjame cantar!
Mira, su cuidisco, déjame cantar. Es artista con sus manías. Ya no me acuerdo cómo era.
Recién llegado de España, y conociendo ya la entraña, y el ojo de bife,
y he contado el matarife que también me puede ofrecer si es que carne me gusta comer.
Es que si no cuadran los versos, no cuadran los versos. O sea, estás pidiendo peras al mismo tío.
Perdóname, perdóname. ¿El último verso tendría que ser más conclusivo?
No, porque yo pensaba que luego, o sea, si es que aquí me gusta comer, y ahí viene...
Tira de asado, algo así. Berto, te digo la cosa y no quiero minar tu confianza.
Has hecho canciones mejores, ¿eh? No, no, que está muy bien.
Has hecho una canción con tira de asado, vacío, bife angosto y bife de chorizo.
A ver cómo lo rimas. Claro, es que viene...
Hombre, es que el material era muy árduo. La carne es la que tienen, ¿eh?
Estoy intentando como cuadrar los versos, macho. Tira de asado.
Tienes una rima alfina, de verdad. Bife de angosto, bife de chorizo, chorizo criollo, es vaca y no pollo.
Está bien, está bien. No, está bien, está bien.
Ahora sí, ahora sí. Azotillo matambre, carne de torturita, lomo, mollejas, también arañita,
de paleta, palomita, de cuadril, colita, garrón de codero, riñones y sesos, riñones y sesos, riñones y sesos.
¡Riñones y sesos! No, no, no.
No, por favor. Todo tiene un sentido.
Pero es que tiene buen correo. ¡Riñones y sesos!
Quiero señalar que riñones y sesos, lo repetimos porque entendemos que el propietario del restaurante tenía un excedente.
Yo quería que alguien trabaje. A ver, riñones y sesos, riñones y sesos.
Y aquí, o sea, y aquí dos versos. Dos versos al aire, o sea, dos versos.
No, pues recítalo, recítalo si no te gusta.
Aquí van las achuras. No, no, esto es recítalo.
Si el hambre te dura, aquí van las achuras. Ah, claro.
Y si el hambre te dura, aquí van las achuras.
Muy bien, muy bien, muy bien.
¡Tripa gorda, chinchulines, ochoncholi, ochinchurria, ochunchurria, ochunchula, ochunchules, ochunchullo!
¡Todo es material de zurullo!
Material de zurullo.
Sigue, sigue, sigue. Me ha gustado.
Esta parte te la dejo a ti porque es... te voy a dejar esta parte porque...
Es más exigente.
Es que es el humor inteligente que hace esta parte que es preciosa.
Es, joder, mira. Superbonita esta.
Fiel de gallina, ¿verdad? Venga, dale.
¿Quieres que la vuelva a repetir?
No, quiero que hagas esta parte que es súper bonita, tío.
Ah, vale, vale.
Fija, esto para mí es... eres tú, tío.
Anda, tonto, ha pasado como una mierda y...
Bueno, es que cuando escuchen el pareado que dice que soy yo, vas a ver lo irónico que está siendo.
Vale, vale.
Un sacacorchos para hacer caca.
Mal país para ser una vaca.
Os lo digo desde el respeto.
Muy bien.
Tres días comiendo aquí y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
No hay más letra, ¿eh? No hay más letra.
Da igual.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Y cagas un feto.
Una más.
Y cagas un feto.
Una hora sí.
Y cagas un feto.
Y que hagas un feto
Y que hagas un feto
Muchas gracias. Gracias.
Pues aquí termina la carrera de Ismael Serrano. Muchas gracias Ismael.
Dejándolo por todo lo alto, en el terreno del humor, donde se destruyó prácticamente todo.
Espera, ya te ayudo yo porque es muy emocionante.
Madre mía. Muchas gracias.
Bueno, conciertos a la vista, ¿no Ismael?
Sí.
Parte promocional.
Sí, tengo...
Ay, madre mía.
Ni los micrófonos quieren aguantar esto.
Ha caído el micrófono en una metáfora del momento que estás viviendo, ¿no?
Ya.
Micrófono rendido contra el cielo.
Bueno, piensa que esto no se emite hasta diciembre, con lo cual tienes...
Conciertos en mente.
Seguro, tengo en mente para enero del 2023, ¿no?
Sí.
Bueno, eso no lo ha visto nadie, ya sabes, ¿no?
Tengo conciertos.
Claro.
Seguramente.
Vale.
Lo que haremos es, con la grabación, lo que podemos hacer es agarrar los fragmentos que
hemos ido cantando porque, entre medio, te has despistado un poquito también.
Entonces, ya la reunimos nosotros y la admitimos.
Y luego la gira.
Claro, claro, claro.
Exacto.
La gira, feto 23.
Bueno.
Gracias Ismael.
Gracias Ismael.
Buen amigo.
Bueno.
Por favor.
Pues nos vamos a otra comunidad histórica.
Ah, no, espera.
Alberto se levanta.
Es que me parece importante.
Nos han dicho que entre el público hay una chica que se ha tatuado...
Dos cosas.
Se ha tatuado Samanté.
La palabra Samanté en el brazo.
Samanté, fruto de un error, vamos a decirlo ya.
Esa es la primera...
La primera noticia que me impresiona.
Y la segunda es que hace poco, con lo cual todavía está fresco.
Sí.
Y me gustaría mucho ver un tatuaje fresco.
Sí, claro.
Que no...
Ah, mira algo que bonito, Samanté y un...
Infinito.
Un infinito.
Es precioso.
¿Qué simboliza...?
¿Cómo se llama, perdón?
Ámbar.
Ámbar.
Sí.
¿Samanté simboliza ámbar?
Yo soy cuarzo.
¿Qué simboliza ámbar?
Yo soy ámbar.
Mi nombre es ámbar.
Ah, tú eres ámbar.
Qué bonito, qué bonito.
Sí, mi nombre es ámbar.
Qué bonito.
Muy bonito.
Y simboliza la bendición infinita de la alegría para mí.
Oh.
Porque desde que los escucho, gracias a Roxana, que es mi amiga y que vinimos juntas...
Sí.
...hoy, desde que los escucho, siempre que los escucho estoy contenta y me da mucha felicidad.
Qué bonito, qué bonito.
Así que...
Gracias.
Muchas gracias.
Es precioso y un poco peligroso también.
Sí.
Un poco peligroso.
Yo, los tatuajes es algo que siempre me da mucha prevención porque yo soy muy consciente
del paso del tiempo y sé que el tiempo...
Hace derretir las cosas.
...que viene siendo la piel.
Pero no hay nada que desafíe mejor el paso del tiempo que el ámbar.
No tiene nada que ver.
Ya, pero he pensado que...
No tiene nada que ver.
Bueno, pero a lo mejor...
Pero me refiero a que yo, por ejemplo, te haces un tatuaje que ponga amor de madre.
Sí.
Y a lo mejor luego se te cae tanto la piel que hay que rellenar los huecos y te tienes
que poner, hago el amor de puta madre, por ejemplo.
No, qué dices, hombre.
No, no, no.
Ámbar se lo he hecho muy bien.
Está muy bien.
¿Cómo dijo usted?
La bendición infinita de la...
De la alegría.
De la alegría.
La bendición infinita de la alegría.
Muy bien.
El otro día en la radio nos definimos como sofisticado...
No, estupidez sofisticada.
Sí.
Pero no lo veo yo como tatuaje.
No, no.
Tanto, tanto.
Bueno, pues enhorabuena y a disfrutarlo.
Lo voy a regalar al símbolo internacional...
Ay, muchísimas gracias.
...de la cretinidad.
Un pollo para ámbar.
Un pollo para ámbar.
Un pollo para ámbar.
Un pollo para ámbar.
Una nueva película, ¿no?
Y una cosa más para acabar.
Sí.
Ya para acabar el programa de hoy, en los anteriores que estuvimos aquí en Argentina,
bueno, declaramos nuestro amor con Feso a los pollos, que hemos regalado a Ámbar Uno
como símbolo, y introdujimos ya el chanchito.
Sí, el chanchito viene de México, ¿no?
Sí.
Es un chanchito con un pito, que no se lo han ocultado y sale medio pito de la boca.
Sí.
Que me parece inquieta.
Sí, está de cara, es honesto, es honesto.
Me parece que está a punto de hacerse a la parrilla, pero bueno.
No, no, no, no, no.
Entonces, yo el otro día, lo sé, sabéis que nosotros tenemos el chicken sack.
Sí.
Lo estamos intentando homologar, que es una bolsa llena de pollos de goma.
Cuando te sientas en él...
Hace este sonido precioso, como...
Sí.
Has hecho un acting como de joven, ¿no?
Si de...
Guau, puedo hacer esto y puedo levantarme, ¿eh?
Se tradicionó la edad, che.
Obvio.
Cuando tengas mi edad, aprenderás que la demostración es...
Con el pie, che, con el pie.
Me he sentado y me he levantado muy rápido y se ha visto que he estado 47 años, ¿no?
Tú expresaste un sueño, hablando de orinonautas, expresaste un sueño.
Yo vi esto.
Me gustaría, dijo Berto, que hiciéramos con el chancho lo que hicimos con el chicken sack.
Claro, crear el chancho sack.
Vale, vale.
Y el equipo, que es maravilloso, para el que yo también pediría un aplauso al final del programa,
o a lo mejor ahora, 36 personas de público, de equipo, perdón.
De equipo, de equipo.
Lo han hecho realidad.
Maravillosos.
Música de momento memorable, por favor.
Soy la familia que nunca quise tener y al final encontré...
Han rebuscado en la Argentina y han conseguido que aquí nazca, a partir de ahora...
¿Un nuevo instrumento?
Qué bien trabajo lo épico, ¿eh?
Sí, sí.
Que a partir de ahora, el nuevo instrumento se ha conocido como el chancho sack argentino.
Vamos allá, ya verá, me han dicho que está aquí.
Chancho sack argentino.
¡Oh!
El chancho sack.
Lo tenemos, lo tenemos.
Y el chicken sack.
El chicken sack.
Dos continentes separados por reproducciones de animales con pitocentro.
Sí, señor.
Vale, quita, quita, quita lo memorable que cansa mucho, ¿eh?
País asistido al primero.
No cansa la épica, ¿eh?
Vamos a asistir al primer concierto.
Dame cosas cotidianas, dame cosas cotidianas.
El primer concierto de chancho y chicken.
Ismael, ¿quieres unirte o quizá has tenido...
No, Ismael se ha ido ya al hotel.
No, está ahí, está ahí sentado, míralo, míralo.
Pero yo creo que está intentando que no le asocien más con nosotros, ¿no?
Bueno, pero que menos que...
Bueno.
Bueno.
Bueno, sí.
Me dicen que hay que sentarse fuerte en los chanchos.
¿Que me tengo que sentar?
No, no, no, no.
No, si quieres.
Ismael, no hagas nada.
Estás aquí para agradecer, como las funciones de teatro que salen...
Ah, sí, que salen a recibir el aplauso.
Sí, solo ve cómo hacemos el ridículo, ¿ves?
Mira, ¿qué quieres, chancho o pollo?
Vamos a ver.
Chancho o chico.
Si yo me siento en los pollos y tú en los chanchos,
dejamos a Ismael vendido aquí, no va a poder hacer nada.
Entonces, yo lo que propongo es darle el pollo de goma grande.
Ah, sí, bueno.
Y que se abrace a él.
Como un contrabajista de jazz, ¿no?
Eso es.
Exacto.
Ahora mucho mejor.
Esto sería el blue note de la cretinidad, ¿no?
Venga, vamos allá.
Tienes que sentarte fuerte.
Perdón.
Esto no suena, ¿eh?
El equipo es un equipo maravilloso, pero no comprobáis las cosas.
Joder, todo el día en Argentina comiendo carne.
No funciona.
Nadie probó esta mierda.
No, espérate, espérate.
No funciona.
No se le puede hacer esto a dos...
A dos niños.
Hostia, padre.
Hostia, qué bajón.
Además, la imagen de Andrés retorciéndose encima de un saco...
No, la Ismael con un pollo gigante es muy buena, ¿sabes?
No funciona.
Bueno, nuestro compromiso es mejorar esto.
Quédense con el concepto, ¿vale?
El primer violín tampoco es solo la primera, ¿eh?
Era una madera con dos cuerdas.
Un hijo de puta que no tenía presupuesto para la guitarra, ¿no?
Así que, Ismael, muchas gracias.
Gracias, Ismael Sabano.
Público argentino, les amamos muy fuerte.
¡Volveremos!
Gracias por venir.
¡Adiós!
¡Gracias!