Bueno, Andréo Alpiano. Vamos a ver.
Una canción para el perezoso.
Venga, va, te toco unos acordes.
Venga.
Se está preparando, se cruje los dedos.
Clásico, ¿no? Sí.
A ver.
Hasta ahora parece buen pianista.
¡Oooooooh!
Pero te esquifas un poco de risa.
A ver, voy a poner el micrófono aquí para que se escucha mejor el piano.
Es que te he visto la boca, me ha hecho risa.
¿Qué le pasa, mi boca? Bueno, pues cuando haces...
¡Oooooooh!
Bueno, tengo boquita de piñón. Como cara muñeca, sí.
Pero tú has sido una vez a un concierto
y empiece a cantar el cantante y la gente ríéndose de las caras que pone.
No, no, eso no. La gente tiene más respeto que tú, ¿eh?
Es verdad. O el pianista.
Empieza a cantar Dayana Crade y pianista.
¡Venga, que boque, que morros al puerto!
A ver, cógelo por aquí, que si no...
Venga, va, do.
Oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh, oh...
Pero es tan sol...
Hueles como un caballo matado a pellizcos.
Tus pelos son cerdas.
Son un cepillo viejo
Es un milagro que sigas con vida
Perezosos, bicho feo
Con esos ojos como de muñecas
Que asculas
Y aún así
Y aún así
El Señor
Te amo como amo a todos los seres vivientes
Vamos cerrando
Vamos cerrando, joder, ahora que me animo vamos cerrando
Gracias por...
¿Qué es eso? Un arreglo jazz
Ido
Existe
Y el domingo estoy en Murcia