Sí, hace buceo.
Él te podría matar ahora, muy fácil.
Bueno, matar. Sí.
Borrarte los rasgos de la cara. Sí.
No, no, no, matarte, matarte. Desfigurarte.
Matarte.
Y mira que me dice la entrenadora P, no le pegues,
porque se hace para cardio, no para pegar,
se hace para quemar, para quemar cintura.
Pero tienes que dar, ¿no? Sí, pero no hace falta dar.
No fuerte. Yo no puedo, tío, yo no puedo.
No, tú vas a... Yo no me he peleado en mi vida,
te lo conto alguna vez.
¿Te estás preparando para una hipotética pelea?
No, la gran pelea la llamo yo. La gran hostia.
Que a lo mejor tienes 88 años.
No, perdona, yo tengo una teoría. Nunca me he peleado, es algo en serio.
Nunca en la vida, pero nada, ni un empujón, ni nada.
Pero yo sé que ese día que lo haga, ojalá no llegue.
Sí.
Porque por una chorrada, quítate el payaso, ¡pum! lo mata.
No, y descargaré toda la ira de 60 años
sobre una persona que a lo mejor no me aguantó la puerta.
No, no, y ojo, que voy de cabeza a la prisión, ¿eh?
No, no, no, no, no, escúchame.
Es que hay un problema conceptual. ¿De qué hay problema?
Pues que vas a... ¿Qué problema hay?
¿Eh? ¿Qué?
¿Pide respuesta a esa pregunta o no?
O es retórica. No, no, sí, sí.
Pues que tú vas acumulando ira, pero tu cuerpo va perdiendo fuerza
y estaría bien que encontráras un punto de equilibrio
antes de que tu ira extienda cheques que tu cuerpo no pueda pagar.
Vale, pues por eso entreno. Parafraseando Top Gun.
Por eso entreno. No, no entreno por eso.
Pero alguna vez he tenido la pensadilla...
Que igual la hostia tienes que dar ya, antes de que flojes.
Pero es que no me han dado motivos.
Pues búscalo, coño. Casi cinco, casi 60 años tiene.
Pero eso es buscar brega, ¿no? Vale, bueno, tú mismo.
No, pero bromas aparte... ¿Para qué entrenas?
Pues para quemar, para estar en forma.
¿Para lesionarte? Y para lesionarlo.
Entonces, cuando veo el saco allí colgado, que está mirándome así...
Claro. Porque el saco es pasivo-agresivo.
Está ahí, cómodame. Es un cuerpo cabernoso.
Claro. Bueno, y cada vez que paso por al lado,
sin que él se lo espere. Le das una hostia, ¡pam!
Sí, pues yo estoy haciendo cosas y el saco no se lo espera.
Claro, claro. No.
Está allí como diciendo, hola, sin sé qué...
¿Sabes? Así. Y paso y ¡pam! Le doy una hostia.
Muy bien, muy bien. Y se pequié en una de estas.
Me he hecho bastante daño en el hombro derecho.
Ostras, pues mira. Yo... ¿Llevo crema?
Muy bien.
¿Cómo crema? ¿Cómo?
Lleva, huele, huele. Como un postre, ¿no?
Llevo crema.
Qué bien.
Sí, sí, me oliva el brazo.
Bueno, no huele mal. Es que no he notado...
No huele. No he notado porque...
Si no lo has notado tú, es que no huele.