Que estamos en este inicio, que no es ni falso inicio,
pues cuidado, estáis asistiendo a algo muy importante.
Es nuevo. Es muy nuevo.
No es falso inicio.
Es que yo no lo sé.
Es discusión de falso inicio.
Ah, vale.
Sobre falso inicio.
D.S.F.I.
Discutimos sí, vamos a hacer falso inicio, pero en realidad...
Porque todo ha venido de que ha entrado el regidor
y ha dicho, oye, vais a hacer falso inicio o no.
Y le hemos dicho, no, pero vamos a decir.
Claro, no podemos saber.
Esto es el nadie sabe nada.
Le hemos dicho que te crees esto.
Esto es como...
Te crees esto, no lo quiero.
Quiero saber lo que va a pasar.
Cuando en una época mía, en una televisión X,
hace muchos años...
Yo estaba.
No, no estabas.
En esa no estabas.
No me lleves la contraria en eso, ¿eh?
Como este, luego te vas a enterar.
Que no estaba.
Como que a lo mejor estoy...
Te digo el año, 96.
No estabas.
Estábamos haciendo un programa ya con esta demencia,
nuestra, esta cretinidad, este romper el guión,
esto que parece muy gracioso,
pero que los que trabajan con nosotros,
al menos al principio, era una tortura, ¿no?
Sí.
Entonces vino un regidor que era muy nervioso,
siempre comía chicle con los dos dientes de Aland, y hacía...
Mira.
Sí, era muy gracioso.
Los cogí, tenía una habilidad con las dos paletas,
hacía unas bolas perfectas, y dice, una cosita,
una cosita antes de empezar.
¿Y qué se dedicaba a la regiduría como hobby?
Porque su oficio principal sería ese, ¿no?
El de chicle.
No, no, ya, claro, claro.
Y decía, nos dijo,
oye, la mejor pregunta que me han hecho nunca en un programa de televisión,
previamente al programa, dice,
cuando vayáis a improvisar, ¿me podréis avisar?
Ojo, caratterrías, pero nos...
estuvimos casi en media hora debatiéndolo, ¿eh?
Claro, pero la improvisación...
Pero...
Era un nadie, un proto-nadio.
Pero eso volvió a ocurrir,
estando ya trabajando yo contigo,
también hubo un regidor que nos lo volvió a preguntar.
Oye, cuando vayáis a improvisar, nos podéis hacer una señal.
Ya.
Y digo, y dijimos, la señal va a ser vernos improvisar.
O sea, no hay otra.
Claro, claro, claro.
Una señal muy inmediata.
Entonces, yo lo que digo es que no hagamos falso inicio.
No. La decisión es no hacerlo.
Pero se ha hecho ya.
Bueno, pero como no estaba oficialmente con nomenclatura bien dicho,
pues no existe.
Vale. Vale.
Vale.
¿Me empezamos?
Sí, venga.