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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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Time transcribed: 6d 14h 7m 47s

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Andrés Ubuenafuente y Berto Romero presentan Nadie Sabe Nadal.
Bienvenidos y bienvenidas a Nadie Sabe Nadal, habéis notado mejoras en el programa, hemos perdido el astre de Aguravanera, no está Andrés, estoy yo solo.
Y así el globo puede elevarse a alturas más majestuosas. Andrés me ha pedido simplemente que quería que empezara yo el programa porque quiere aparecer como una vedette,
quiere aparecer como lo que él cree que es, una grande del teatro. Y tiene alguna novedad, creo que es una novedad a nivel estético y vamos a verla a todos juntos.
Así que recibamos con un fuerte aplauso a Andrés Ubuenafuente.
Gracias.
Andrés, por favor, coméntanos cuál es la novedad estética que traes hoy.
Bueno, creo que es obvio, ¿no?
Sí, para los que lo estén escuchando.
Ah, para los que están escuchando, pues sí, claro, hay que estar en todo, ¿verdad?
Buenos días, ¿cómo estás, Chato? Muy bien. Bueno, pues he decidido jugar un poquito el color en el cristal de la gafa.
Ya unas gafas con un filtro de color violeta como ala de mosca, como fruta podrida, ¿no?
¿Por qué?
Como de misa, como de misa.
No te estoy escuchando, porque tengo un suido de personalidad tal que no me permite casi...
¿Podríamos hablar de gafas de putero?
No, no, no.
¿Podría?
No.
¿En ningún caso?
¿En ningún caso?
Un poco, una nota de putero, un matiz.
No, no, no, el putero si lo hubiera, jugaría metal, jugaría montura de metrillo, hombre.
Esto está en otra banda.
Son gafas de pasta, como que son iguales que las que llevas tú normalmente.
Sí, pero le pedí a la óptica y digo, ¿puedes ponerme cristales para gente que cree que es alguien?
Vale, o sea, el cristal con color, denota que la persona se cree...
¿Es la persona que te dice qué pasa crack porque él cree que es un crack?
Va por ahí la cosa.
Va por ahí.
Tú ves alguien por la calle y sí dices, este tío es alguien.
No sé de qué.
Alguien que quizás no me gusta.
No, por supuesto.
Pero alguien.
Eso es la primera pantalla, la primera impresión.
Yo trabajo en las primeras impresiones, ¿sabes, Chato?
Vale, es un personaje que te coge por el hombro, te toca el brazo.
¿No?
¿Cómo está tu mujer?
Eso, ¿eh?
Ahí, ahí.
Muy bien, está muy bien.
Le tiene una orden de alejamiento.
Es cariño, no.
Es cariñoso.
Con respecto a ti.
Es cariñoso, es empático, es alguien todavía, no sé muy bien quién es,
pero voy a ir trabajando este personaje hasta que me canse como todo.
¿Vas a estar todo el programa con el Salgafal?
Sí, voy a jugar fuerte eso, sí, sí.
Te voy a decirte que estás muy bien hechas,
felicito a la óptica desde aquí.
Bueno, la óptica a la fábrica, ¿no?
Porque la óptica solo vende lo que hace la fábrica.
¿Entiendes o no?
No me gustaría meterme en ese jardín, creo que es peligroso.
Ya me to' yo.
Lo quiero tener detrás al lobby de los ópticos.
Chato, ¿no?
¿Cómo van las tetitas?
¿Vieron qué?
No, vale, vale, bueno.
A veces no soy yo, a veces es el personaje.
Bueno.
Lo que te quiero decir es que están muy bien hechas
porque no son de sol, ¿no?
¿Para qué sirve de Salgafal, aparte de para dar rabia?
Es que no lo sé muy bien.
¿No te protegen del sol?
No, no, son como de interior.
Esto te permite que has pasado una mala noche.
Es el maquillaje, el cristal es el maquillaje.
Es un poquito esto.
Eres tontísimo.
Bueno.
Y seguir comprobando lo día a día es casi mágico.
Ya, es casi mágico.
Pero a mí me gusta.
Y yo la apoyito, ¿cómo estás?
Bueno, en el apartado de regalos
hoy nos han traído unos pañuelos de San Fermín,
de color rojo, que llevan bordados
Samanté Verdo y Samanté Andréo.
Muchas gracias.
¿Quién ha sido la persona que ha sido tú?
Sí.
Bueno, ¿cómo te amas?
Javi, los dos.
Javi.
¿Cómo has ido, Lidia y yo?
A pesar que os llamabais Javi los dos.
No, yo Javier.
Digo, joder.
Bueno, Javier hay Javier, podría ser.
Los Javis, los más Javis.
Es como si supieras que iba a llevar estas gafas.
¿Verdad?
Y que Lidia también...
Oye, pero ¿cómo nos traes estos pañuelos
para San Fermín si ya ha pasado?
Claro, ¿por qué no los ha pasado todavía?
Sí, sí, se ha pasado.
¿Se ha pasado?
Sí, se ha pasado.
Anda que no hace tiempo que ha pasado ya.
Pues por lo viejo lo pasaste y...
Exacto, exacto, exacto.
Ya un pequeño consejo.
Yo no voy a ir, no voy a ir.
Quiero decir, yo no tengo nada en contra de los toros,
pero creo que ellos contra mí sí,
si me ven en su recorrido.
Claro, lo único que si queréis traer regalos
que van muy adaptados a la fecha concreta de la celebración,
pues siempre tenéis que tirar cuatro meses.
Pues, tío Andrés, la combinación de gafas de semi-putero...
Está bien, ¿no?
...con el pañuelo...
¿Qué?
...con el pañuelo por dentro de la camisa, además.
Bueno...
Pero es como alguien del siglo XIX
que se volvió loco.
Jogo cuyo...
No, no, no, si lo dijiste nueve, no, pero había esta música.
Había esta música.
También me puedo levantar el cuello, ¿no?
Muy bien, estupendo.
Oye, ¿está en Italia?
¿Qué? ¿Qué está juntando?
Quizá un poco más relacionado.
Ah, es verdad, pues tienes aspecto de señor italiano
al que le gusta gente demasiado joven para su edad.
¿Está en Turín, en Turino?
Bueno, estuve.
Para la emisión del programa estuve ya
con motivo de la final de la Champions, Champions...
Yo tengo familia.
Femenina de fútbol.
Sí, sí.
Bueno...
En Turino.
Ah, ¿sí?
Cuñado me lo he dicho que hubiera ido a saludarlo.
Mi tío María.
Oye, había un tío hablando por teléfono,
¿sabes que el italiano juega mucho la mano?
El puñito.
Sí.
Te lleva el teléfono ataco y sinta precinto a la cara.
No, no, no.
Poder gesticular.
Pero yo siempre interpreté que esto es para cuando estás
con alguien, ¿no?
Bueno, el típico gesto de hacer como dos puñados
con las manos y hacer así...
¿Qué dice?
Enviándote la boca.
Puñado, puñado.
Puñado, puñado.
Pero este está hablando por el teléfono, ¿no?
Y estaba haciendo el gesto...
Sí, con la otra mano.
Para nadie, claro.
Para él solo.
No, no, no, no, no.
Y un tío hablando solo, sí.
Me gustó mucho.
También comprobé que el polo con cuello levantado
es marca Italia.
Podríamos también hablar de este tema.
Sí.
El polito que ya, como lo saben,
los fabricantes le ponen la bandera italiana.
Tienes los mejores pescuezos de Europa.
Bueno.
Claro, al llevarlo protegido siempre.
Exacto, exacto.
Tienes los pescuezos como de bebé.
Sí.
Es famoso esto en Italia.
Sí.
Había un slogan.
Italia, pescozzo di bambino.
Pescozzo di bambino.
Pescozzo di bambino.
Pues tiene que risa una vez.
Estaba en Italia y llevo vacaciones con mi mujer.
Te lo conté lo del colo difusta.
Lo del colo difusta.
¿Qué es el colo difusta?
Pues que íbamos a un autobús.
Sí.
Y entró un tío en el autobús
que llevaba un cuello almidonao.
Pero que no te lo puedes creer.
Sí, sí.
Un cuello almidonao
que le hacía tener la cabeza rígida para arriba.
Pero alto, alto, alto.
Sí, sí.
Hasta tal punto que hacía...
Como carpanta, ¿no?
Que hacía mucha gracia.
Claro.
Y entonces ves a todos los italianos en autobús
que empiezan a partirse el culo,
pero no para adentro.
No, no.
¡Ah!
Y uno diciendo gritándole,
¡eh!
¡Habete el colo difusta!
¡Habete el colo difusta!
¡Habete el colo difusta!
¡Habete el colo difusta!
Y el pobrego me ha vergonzado, perdió.
Cuyete de madera le llamaba.
Sí, sí.
¡Qué hago, Dios!
¡Colo difusta!
A ver si lleva por debajo un collarín
y se había eleccionado.
No parecía la médico, ¿eh? Ni ortopédico, era una elección estética.
Qué fuerte.
Bueno...
Oye, ¿me lo he flipado yo o el coche de la basura recoge basura?
Es camión, ¿eh?
No hay utilitarios de la basura.
No, camión.
Porque han decidido que con el camión recoge más.
Bueno, espérate.
Espérate que no sucontrate en una empresa
que pueda ir con su moto recogiendo la mierda.
El smart de la basura.
Sí.
Creo que se llama carro de mierda.
Sí.
Creo que sí.
Carro de mierda.
Me parece que sí.
No puede ser.
Bueno, igual me lo he flipado yo.
Me lo he flipado.
Mira, nos dicen desde aquí.
Cuida de eti, cuida de eti.
Hay un italiano en primera fila,
Manla Ciudadela.
¡Salud!
Con estáis, un gore Nutra.
Monge, ¿cómo estáis?
Tienes.
Menos mal que no hemos rajado todavía, ¿eh?
Estábamos solo describiendo.
Es describiendo.
No, sí, sí, he escrito bien.
¿Cómo es la jornada, cómo está?
Belísima.
Ehh...
¿Es bella Barcelona, no?
No, no es bella, es bella.
¿Es correcto que también hablando por telefonino...
Siempre.
Eso es un gesto que se hace normalmente.
Todo el mundo hace el gesto.
No solo esto.
Si no haces gesto, no muy italiano no serás.
Cuando arribes a casa, te merece un premio.
A pochino.
Muy a pochino.
Oye, el café, el café, el café, el café, el chapo.
También os digo. No ponéis mucho, también es verdad.
Exacto. Poco. Poco más bueno.
Sí poco, pero mí poco.
Pero más poco concentrado.
Sí, pero ya...
Ya puedes estar concentrado, porque si no...
Sí.
Te puedes escender con computagotas.
Y carito, carito, pero hay que sacarse el sombrero.
Si yo bajar del autobús a un café...
Sí.
Y me dio...
Allí en el aeropuerto.
No, en Torino mismo, me puso... No llegaba el dedo.
Y yo le dije, sí, me gusta, poca, poca, poca.
Quería que era una...
Una muestra.
Quería que me estaba haciendo una muestra.
Dijo una muestra y dijo, no, el monstruo, se y tú.
Ya es, el monstruo, sí.
Hago chiste en italiano también.
Bienvenido.
Vamos a retirarle el micro, porque si no se siente la obligación
de seguir participando en el programa...
Si de algún momento ves que algo que hacemos es ofensivo
para la cultura italiana, pues te jodes.
Vale, venga.
No, lo dices, lo dices, gracias.
Aplausos.
Aplausos.
Aplausos.
Bueno, va.
Bueno, Manuel nos escribe desde Lünebach.
Alemania, Lünebach dice,
trabajo en una fábrica de agente posterior alemana.
Y empiezo todos los días a las cinco y media de la mañana
escuchando programas antiguos.
Y aquí me has de sentir más cerca de casa
y me da esa chispa de alegría y cachoneo
que lo abunda mucho en este país.
¿No?
Me gustaría saber qué ha sido de infinito de heredés
y para cuándo una riga europea.
Se amante con chufrut, se ve vuestros rostros
y sobre todo el público cárnico.
Muy bien, muy bien.
Música de la Baviera para hablar sobre este señor.
Bueno, estos son referentes de hace muchísimos años.
Infinito de Córdoba era un cantaor,
¿querer o recordar?
Que no se cadeaba nunca.
Atacaba la nota.
Y así podía estar.
Bueno, así sigue, ¿no?
¿Cómo estás, Infinito? ¿Qué tal?
Muy bien, ¿verdad?
Estamos con Infinito de Córdoba en una de sus performances.
¿Cómo se presenta la temporada, Infinito?
Sí, se presenta muy bien.
¿Te has planteado alguna vez parar un ratito para descansar?
No me hace falta.
No te cansas, sostere la nota tanto rato.
A mí no me canta, a los demás de tocar los cojones.
¿Y tu familia qué opina de todo esto?
Uy, tiene sueño, tiene sueño.
Ahora te echaría yo el rato, ¿no?
Te ha dio un ratito a romper el cuello.
Puede ser que estés dormiendo, ole tus huevos.
Puede ser que tú estés durmiendo.
No me despalma que valimos.
Siempre te caliente.
Puede ser que tú estés durmiendo.
Por favor, ¿puedo parar?
Por favor, tengo más preguntas.
Y Frito, este es un momento muy importante.
La historia del programa está hablando por primera vez contigo.
¿Qué arte tiene?
¿Tú tienes más arte y la giras al dante?
Tú pareces de los martes y 30.
Tú haces una gira por Soria y te forres con la gran puta.
Un clásico.
Oye, ¿qué dice tu familia?
No tengo familia.
¿Quién va a querer vivir conmigo?
¿Quién va a querer vivir conmigo?
¡Vivo!
¡Vivo!
¡Vivo!
¡Vivo!
¿Qué pocas desarrollas tienen tu letra?
Solo con un concepto, ¿tú te podés tirar media hora?
Tira una tarde con una frecha, una frete con una tarde.
Me puedo tirar.
¡Oye!
Ya para acabar, sí, no queremos rojo.
No te quiero, porque tú quieres, porque tú te quieres.
Me está costando, me está costando porque estoy emocionada.
Me estoy cansando de verte, Frito.
Te lo digo de verdad.
No te puedes aguantar.
No, no, no.
Tiene un consejito bueno de tu sabía.
A ti te da tiempo a pensar.
¿Por qué me estás cantando?
No me me da el tiempo justo para no cagarme encima.
No, no, no.
Tú puedes estar cantando.
Porque respiro como los trompetitas.
¡Piro por arriba y su pambúra abajo!
¡Pinito, ole tú!
¡Mira la tortilla que me estás saliendo del enfajo!
¡Pasudo!
¡A ti a tiempo que no lo pasaba!
¡Pas mal en este programa!
¡Oye!
¡Oye!
Me estoy dando aire con la flauta.
Me estoy pasando mal, de verdad.
Que tengas una buena temporada y nos vemos pronto, ¿eh?
Muchísimas gracias.
No quieres dejar una cosa.
Ahí está, ahí está.
Andréo.
¡Oye!
¡Oye!
Berto.
El trabajo tuyo, eso tiene que ser fácil, ¿no?
Pasa ahí con tu amigo.
Se está secando con una pregunta a modo de clínex,
a modo de toallita.
Oye, ¿puedes ser que yo me haya cansado también viéndote?
Te lo juro que empezas a ayudar.
Me imagino.
Sí, algo único para todos.
Jose, ¿sabéis que cada espermatozoide
contiene información equivalente a 750 megabytes?
Ah, sí, ¿eh?
Mira, el espermatozoide.
¿Me podéis explicar cómo puedo tener en mis huevos
ya tanta información?
¿Y a la vez ser incapaz de acordarme de la lista de la compra?
Bueno, porque va por circuitos diferentes, ¿no?
La lista contra los huevos, a ver si es...
Oye, una cosa que te quería decir a colación de esto,
de los espermatozides.
Esto te lo contaba ya en este propio programa,
pero me vais a permitir que me repita,
porque después de el esfuerzo que he hecho,
no esperaré en material nuevo en siete minutos que queda.
¿Te has ganado la capacidad de la posibilidad de repetir?
Yo siempre, creo que ya lo dije,
pero no sería bonito que en lugar de cientos de miles
de espermatozides microscópicos
dejamos solo uno del mismo tamaño que el de logro,
o sea, un saliero o uno, como un alcaparrón,
como un renacuajo, de renacuajos, de renacuajos...
¡Fuck!
Y que lo puedas coger por la cola y...
Eschale y metelo dentro, venga, va adentro, venga, muchacho.
Ya, ya, ya. Por otro renacuajo, ¿no?
Solo uno. Claro, te la juegas a un tiro, ¿eh?
Sí, y además, incluso para la gente que se masturba,
es como más limpio. Ya, ya, ya.
Porque no ese del pañuelo, ya, ha quedado tolleno el líquido.
Es un zapatazo. Puedes...
¡Hombre! ¡Hombre!
¡Hombre!
Puedes hacer puntería, también, con cosas de la casa, ¿no?
Lo único que intento es que se fije esta imagen
en el cerebro de la audiencia, ¿vale?
Si consigo eso, habré dado mi vida como cómico por bueno.
Bueno, tú sabes que ayer estábamos comiendo tu y yo
y nuestra amiga, y al mismo tiempo mi esposa, Silvia Abril,
nos sacó un tema absolutamente inédito en ella,
había estado en una conferencia sobre medicina, alternativa, blá, blá, blá.
Y dice, ¿vosotros sabéis que el espermatozoide, el semen...
Ah, sí, que nos lo dijo ayer. Comiendo, estábamos comiendo, ¿eh?
¿A medio evocado de hamburguesa? Sí.
¿Y tú sabes que el semen sale a 50 kilómetros por hora?
Sí, sí, sí.
Yo digo, estoy silvia, que estamos con señores en casa.
Claro, de repente, pensé...
Cuando yo voy con la moto, con el ciclomotor, más o menos,
cuando no atico ahí, que muy bien, pues voy a la velocidad, el espermatozoide.
Exacto. Si tú ya cularas el ciclomotor,
el semen te seguiría al lado. Sí.
Comuna...
Sí, es así.
Claro, ¿sabes cómo esas exhibiciones aéreas
el día de la patria, que pasan los aviones y hacen banderas?
Sí, sí.
Pues podríamos ir para ese ciclomotor...
Y se vería...
Podríamos dibujar unas bonitas formas.
Ay, el feísimo. Ya, ya, la imagen no es bonita.
Pero eso creo que lo dicen para impresionar.
Luego, francamente, no sé yo.
No lo dicen para impresionar, que la verdad, como el estornudo...
Para ganar la atención del público en una conferencia,
entonces la gente... Oh, 50 kilómetros.
¿Cuánto va el estornudo? También, muy rápido.
Quiero que es 130, 140. Sí, el estornudo es más rápido.
Hay gente que estornuda y se lo aguanta
con el riesgo de romperse el tabique.
No, el tabique no, pero un ojo te puede petar.
Bueno, no petar, pero... Yo lo sé hacer.
Mira, es la gente que hace...
No, no, pero ha salido.
Mira, yo creo que es más así.
¡Ah!
Como una explosión.
Sí.
Una explosión controlada en tu boca.
Que eso lo decíamos a modo de broma de mi abuela.
A mi abuela, porque tenía una... O sea, comía cosas tan heavies.
Ya. Estas abuelas que tenían una alimentación cada día.
Como un jabalí, ¿no?
Se lo comía todo.
No, hombre, el jabalí se lo puede comer todo, basura...
A ver...
Vivas, cojos muy vivas, cosas muertas, perdona, perdona.
No quiero que la gente imagine a tu abuela con tu cara,
cuerpo de mujer y un jabalí.
No quiero eso.
Pero te vas a contar lo que has insinuado.
Mi abuela, que come abasura y cosas vivas...
Ya, ya.
Está como cazando su propio alimento.
No está bien, no está bien.
Pero que comía alimentos muy grasientos, mucho cerdo,
tocino, crudo, con pan...
Sí.
Todo grasiento, mucho picante, le gustaba mucho todo eso.
Ya, ya.
Y murió con 97 años.
Es como que parece que lo pedía.
Como organismo de perro, ¿no?
No, los perros tienen un sistema digestivo
con unas piedrecitas dentro,
como pequeñas piedras, en serio,
que ellos pueden triturar todo.
Pero un perro está lleno de piedras para piedras naturales.
Tienen un sistema, ahora no lo sé decir,
porque este programa trabaja en la incongresión,
pero tiene un pancreas, por ejemplo,
que eso es como un estropajo.
Si lo merezca un perro, se dice...
Es como una maraca.
Si tú no has visto un perro que te le das un trozo de carne,
mira el perro de un amigo, no le des comida.
Yo, cuando nadie miraba, le vi comida.
Porque me daba pena que miraba con una carica
y le di un trozo de fueg, pero gordo, ¿eh?
Y no sabía por ello, cabrón.
No, hasta el momento.
Porque él ya sabe, sin saberlo,
pero sabe que su organismo lo va a triturar.
Y un perro que le pones comida caliente
y no es capaz de esperar a que se...
Prefiere abrazarse la puta boca,
antes de que por si viene otro perro,
que a lo mejor en casa no hay perros.
Y sabe que los humanos no...
Pero él... Ay, lo ves ahí...
Se le cae la comida de la boca, pero la vuelve a coger.
¿Qué te pasa, tío?
Tos años de evolución al lado de los hombres,
ya te dan para empezar a entender que...
Que te van a dar comer cada día, ¿no?
Pues tu abuela tenía estómago de perro,
aparince de jabalí, ¿no?
Y gafas.
Sí, era como eso. Yo me gafas.
Mira, ¿sabes los guardianes de la guarida de Yabajat?
Son gamorreanos.
Ah, perfecto. Con colmillo por ahí.
Exacto. Muy bien.
Y pobres chicos, esos personajes,
están en las películas solo para que los maten.
Y de echar chillillo de cerdo cuando los matan.
Matan así...
Bueno, el caso es que...
Teníamos la broma con mi abuela, decía a mi hermano,
que si cogeas una granada, una granada de mano,
le quitabas la niña y se la tragaba,
y se cerraba la boca, seguramente se oiría...
Y daría un pequeño eructo.
Ya estaba.
Y expulsinaría todo dentro, pero controlando, ¿no?
Dada la fortaleza interior.
Bueno, yo me tengo que ir a dormir.
Vale, sí. Quieres que cambiarte de ropa.
¿Nos cambiamos de ropa?
Sí. La tuya por la mía, la vía por la tuya.
Sí. Gracias a todos por seguirnos.
Volveremos a intentar improvisar la semana que viene.
Adiós, gracias.
Fortunadamente seguramente queríamos agregarle esto.
Gracias, amigos.