Pero tú no acumulas nada, si tú no guardas nada.
¿Que yo no acumulo nada?
No.
No acumulas nada.
Mira, amigo.
Mira, amigo.
¿Qué?
¿Pero si lo has dicho aquí en el programa?
Yo no me llevo nada.
Yo no querría acumular nada, pero en mi casa, lo he dicho muchas veces, vivo con gente
que está muy cerca del diógeno.
Tú acumulas personas.
Gente muy cerca del diógeno.
Gente que no tira nada, lo he contado muchas veces y yo no puedo luchar contra esa fuerza.
Yo ya me he acomodado, pero es increíble.
Yo puedo tirar todo lo mío, quedarme sin nada y sigo viviendo en un trastero, en un...
Pues tú no has visto mi casa.
En un trapero.
Sí que...
¿Cómo no he visto tu casa?
Ay, perdón.
He tirado una corneta.
Sí que...
Claro que he visto tu casa.
Hablando de mierdas y trastos, ¿no?
Yo no puedo...
Ya sabes que tengo un trastorno.
Tú lo tienes, sí.
Para mí, los objetos son entrañables, se explican una historia...
Bueno, chico, ¿qué quieres que te diga?
Eso nos va a llevar a la ruina.
Bueno.
Sí, pues un diálogo.
Es una especie que más basura acumula cuando no necesitamos nada para vivir, hombre.
¿Qué necesitas tú para vivir?
Gasolina.
¿Gasolina?
¿Gasolina?
Un día tiras gasolina en casa y lo quemas todo y hoy, qué pena, qué pena, los bomberos
quieren sacar agua y tú y no, no, no.
Es tremendo.
Es tremendo.
Yo estoy absolutamente en contra de la sociedad de consumo.
Yo creo que de todo deberían existir solo tres opciones, se lo he dicho muchas veces.
Claro.
Tres opciones y nada más.
En los restaurantes, tres opciones.
Tres, ¿qué hay para comer?
Pescado, carne y pasta.
Ya está.
Ya está.
Tres.
Barato, caro, mediano, ¿no?
Eso es.
Ya, ya.
Malo, podrido, normal.
Bien.
Hoy me apetece una diarrea, dámelo, dámelo, pero tres, de todo, tres.
Sí, tú eres el tío que me ha vestido con la ropa de hace diez años, claro.
Si está bien la ropa.
Sí, está bien, sí, sí.
Oye, nos piden...
Cosas buenas.
Todo lo que compre, bueno.
Dice, me voy a comprar una chaqueta y te dan una chaqueta indestructible.
Claro.
Una chaqueta que te va a durar toda la vida.
Que te entierren con ella, ¿no?
Te echan con titanio.
Ya, ya, ya, ya.
Incómoda.
Que no es bonita.
No es bonita.
Nunca se va a romper.
Ya, ya, ya.
Con tejidos que no se manchen, que eso existe, coño.
Sí, sí.
Yo he visto anuncios de camisas que gente se tira vino encima y la camisa lo repele.
Sí.
Sí, ya hemos inventado eso.
Toda la ropa sí.
No hay que lavarla.
Ya, ya.
¿Cuántas camisas tienes?
Una.
Una.
Tira.
Una.
Tírame el vino, ya verás.
Una.
Tírame el vino.
Oh, pero es que siempre se te ve igual.
Mírame la cara.
Mírame la cara.
No me gustaría que...
La cara está.
Mi cara no está igual.
La cara no está igual.
La cara no está igual.
Claro, hombre.
Nada.
Zapatos unos, pero...
Ya, de la hostia.
Indestructibles.
10 años para acomodar el pie al zapato.
Esto es...
El zapato no se da.
El zapato no se da.
Tu pie tiene que darse al zapato.
Ya, ya, ya.
Llagas, sangre...
Pero al final, después de 10 años de sufrimiento extremo, el pie se ahorma y ya está, y mueres
con el zapato.
Bueno, no, no.
El zapato te lo quitan, sale ese pie dentro ya...
Bueno, bueno, con un boniato, ¿no?
Y se lo dan a tu hijo.