Diceo, ya que los fantasmas están ahí para siempre,
¿creéis que van cambiando de ideología con el tiempo
o se mantienen con la misma manera de pensar
que cuando fallecieron para siempre?
Es decir, eres facha a toda la eternidad, por ejemplo.
Puede ser, puede ser.
Bueno, si eres facha, te merecería serlo toda la eternidad.
Lo de los fantasmas es muy curioso,
así me siempre me aparecen muy curiosos.
Es un especial de misterio para acabar el programa de hoy.
Yo, por mí, sí. ¿Misterios mexicanos?
Bueno, sí.
Vale. Un localizado de México.
Venga.
¿Qué tal, compañero? ¿Cómo estás?
Buenas tardes. ¿Qué onda?
Muy bien, muy bien, muy bien.
¿Qué dices, cabrón?
Pinches, hijo de puta.
Hijo de la gran puta.
¿Qué dices, hijo de la gran puta?
No, perdón, no.
Son dos tíos muy mal educados.
Vamos a hablar de fantasmas, ¿no?
Sí, vamos a hablar de fantasmas.
El inframundo. El inframundo.
No, del inframundo no. No, eh.
No, el inframundo no me interesa.
Ah, no, el inframundo no me interesa.
No, no es este mundo. Ah, vale, vale.
Lo que pasa es que es como una parte del mundo
que no me interesa.
Es algo de lo que va a hablar o se le va a inventar todo.
Si me deja tiempo para que me exprese.
Vale, muy bien, adelante.
Mire, yo lo que considero es un absoluto contrasentido
que a usted se le muera, por ejemplo, su abuela,
que toda su vida ha sido una señora muy tranquila.
Sí. Y que estaba sentida.
Bueno, mi abuela tranquila no era.
Pero...
Mi abuela se ve bien las cervezas escondidas en la habitación.
Sí, bueno, no pasó nada, pero hacía eso.
Y mi abuela, mi abuela es el Anís.
Sí, el Anís, el Anís.
Ya la pillé más de una vez en el mueble bar,
amarrada a una botella de Anís, sin vaso y nada, amarrada.
Joder.
Se había quitado la ventadora, con lo cual la boca le hacía como...
¡Uh!
¡Uh!
Le hacía rentosa.
Le agarraba la botella como un guante,
era como una culebra comiendo una rata.
Sí.
Le hacía...
Le cogía la forma de la botella.
Su boca cogía la forma de la botella.
Sí, como Bruce Lee cuando decía,
¿Bee water, my friend?
Sí.
Pues su boca decía,
¿Bee bottle, my mouth?
Sí, sí.
¿Y qué cagaba, peladillas?
Bueno, cuéntenme, cuéntenme.
Nunca fui a comprobar lo que cagaba mi abuela.
No soy ese tipo de persona.
No hablemos de abuelas.
El caso es que yo la pillaba bebiendo,
y entonces una vez la pillé,
digo, abuela, y se la retiro de la boca,
y me dijo, estaba bebiendo.
No se ajeopio, ¿no?
Porque tenía salobre.
Ah, es verdad, salobre.
Salobre.
Y ¿y qué es salobre?
Sí.
Una cosa que necesitaba para beber.
Es que es como la boca salada.
Tenía la boca salada.
Pero volvamos al mundo de los fantasmas,
y su presencia en el mundo actual, ¿no?
Sí, todos los fantasmas
se dedican a mover muebles.
Sí.
Hacer ruidos por la noche,
romper vasos,
romper figuritas de porcelanas.
¿De dónde viene esa ida de los fantasmas?
Esa es lo que me vengo a referir.
Si el que se murió en la casa normalmente, ¿qué hacía durante el día?
Ver la tele sentada en el sofá.
Sí.
¿Qué le ha pasado en el otro mundo
para que se ponga ahora a romper cosas como un desaforado?
¿Qué le han dicho?
¿Qué es el mensaje que te dan cuando vas al otro lado
para que te interesa mala hostia?
Ya, sí.
A lo mejor el hecho de que no puedas entrar
y estés en un tránsito entre mundos, ¿no?
A lo mejor tienes otro de ti y dices,
lo de los pecados que no, que era broma.
Yo me cago en la madre y yo me pido a romperlo.
Es de los pecados que era broma.