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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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Vanessa dice, ¿habéis escuchado sobre todo en parte de Cataluña que para referirse a las
segundas residencias o a esos adosados en construcción a los que en un futuro se planea ir a vivir?
¿A unas personas usan la expresión la torre? ¿Tenéis ideas del por qué o de su origen?
Sí, lo he escuchado y sé el origen. ¿Esto viene de la época medieval?
Sí, pues mira, precisamente, yo también lo sé. Pues esta es la nueva sección de divulgación histórica o etimología histórica.
Estamos con el profesor Romero, especialista en etimología catalana, ¿no?
Eudal Romero, ¿no? Eudal Romero. ¿Qué tal Eudal? ¿Cómo estás? Buenas tardes. Vamos a hacerlo en castellano para todo el ámbito.
¿No hay ningún problema? Sí, sí, ya, pero... Bueno, en fin.
Sí, bueno, costará, costará, costará, porque claro, tú y yo siempre vamos en catalán, costará.
Vamos a intentar, vamos a intentar. Faremos una excepción.
La simpatía de los catalanes está apreciada en el resto de España.
¿Dónde viene profesor Eudal? Sí, se hace de un público cómplice.
Profesor Eudal, catedrático de etimología por la Universidad Rubírez Vergile de Tarragona.
¿Cuál es el origen de la palabra torre?
Adjudicada a esa segunda o tercera residencia. ¿Cuáles?
¿Quién es? ¿What is? Bueno, lo primero es hacer una pequeña puntualización.
Yo no estoy la Rubírez Vergile. ¿No? Es que quién me lo pone en documentación.
Yo estoy la Universidad Vergile, que es una excepción.
Sí, eh. Rubírez y Vergile se han separado.
Tengo entendido incluso que son tres. Rubira y Vergile.
Bueno, esto no es la primera vez que ocurre, esto ocurrió en el mundo de las empresas fabricantes de taladros.
Sabes usted que estaban Black and Decker, que también se ha separado.
Joe Black y Christian Decker, ¿no? Exacto.
Me sorprende su aplausos sabiendo que somos etimólogos, ¿no?
Si alguna cosa sabemos de eso. Bueno, bueno, bueno, bueno.
Luego yo no sé ni programar el vídeo. No, pero no.
Yo no sé ni un frito. Ni un forrat.
Pero, pero, pero en palabras, ¿sí, no?
¿Tú lo has inventado mucho? Sí. Es que se nota que distorsieron incluso la voz.
Sí, me lo dice mucha gente. Bueno, mira, escúcheme.
¿Sabe usted cómo se inventó el taladro?
Bueno, yo le he preguntado sobre el origen de Torre.
Le inventó un italiano, que se llamaba Doménico Adro,
y lo inventó y cuando...
Y entonces otra persona lo encontró el trasto y dijo esto que no lo ha inventado.
Y dijo, ¿no un taladro?
Ostras, muy bien, muy bien.
El nombre taladro, taladro. Bien, bueno, ha hecho una pequeña broma, ¿no?
Bueno, de palabras para desengrasar un poco.
No falten riuras.
No falten la alegría tan propia de estas tierras catalanas.
Decajo la madre que me parió.
Ua coña, ¿no? Ua coña, ua coña, ua coña.
Metámosle fuego a toda la... Somos de la coña, ¿no?
Somos de la coña.
Un grosso de la etimología.
¿De dónde viene el origen de Torre ya, por favor?
Bueno, me comentaba que usted también conocía la historia.
Lo digo porque ha delegado.
Ha delegado en mí.
Pero si usted quiere contarla...
No, ¿sabe qué pasa? Yo soy muy bueno en etimología.
Pero he visto que enseguida, cuando he dicho yo también,
usted ha dicho, pues cuéntalo.
Pero yo también pensaba, al saberla a él, a lo mejor él se arranca.
No, no, le cuento porque no me duele emprendas.
No, lo sé, lo sé.
A nadie le duele emprendas, a lo ser que sea una prenda muy pesada
o de un tejido muy áspero.
Sí, sí, sí.
Me rasca emprendas.
No, no, me duele emprendas.
Me soya, me soya emprendas.
No, me duele emprendas. Es que, claro, me sale el etimólogo que tengo.
Me duele emprendas.
Pues que sé, sáqueselo, sáqueselo.
Viene de la época medieval también.
Todo viene de la medieval, prácticamente.
Que es cuando se inventa la imprenda.
La época medieval.
Pero que está muy mal vista, muy denostrado.
Sí, porque es muy larga.
Esa la época...
Era en media baja, de media alta.
Era en media media.
Dentro de la baja y bajo primero.
Luego la prórroga medieval, que le llamaron.
Y ya se había acabado.
Mil años.
Mil años.
Acabaron. Acabaron hasta la polla, literalmente.
Sí, sí, sí.
De hecho, había gente que quería llamarlos.
Pero hasta la polla.
Pero ya luego una buena convención de etimólogo.
No puede pasar.
Habla de la convención de etimólogos de 1787 en Barbate.
Sí, en Barbate.
¿Y qué atún?
¿Sabes de dónde viene la palabra?
No sé.
Me duele emprendas.
Venía de cuando los caballeros
se encargaban una armadura.
Una cota de malla.
Con sus refuerzos, sus coderas, sus sombreras.
Eran como Mandalorians.
Pero sin motos que volaban.
Sí, pesaba tanto la cota de malla,
que se habían dado casos de gente que iba a la batalla.
Y iba en calzoncillos.
Y decía, prefiero morir,
que llevar esa puta mierda puesta
que no me da la vida.
Se había pasado.
Sabido que se orinaban y de fecaban encima.
Pero por gusto, no por necesidad.
No, no, no.
Para hidratar el metal.
Y también necesidad.
Una armadura meada.
Había un dicho en la baja de media
que decía, una armadura no es buena armadura,
hasta que haya sido orinada.
Sí, sí, sí.
Si me hada no está, no te salvará, decían.
Todos los caballeros, lo primero que hacían
era lo primero.
Es más sencillo.
Y luego lleva al campo de batalla.
Bueno, pero volviendo a tome...
Había ejércitos que se habían retirado del olor.
Llegaba el ejército a luchar y decía,
mira, ¿quedados el reino?
Sí.
Aquí no se puede vivir.
Aquí no se puede trabajar.
Bueno, pero...
Entonces, ¿ya el origen de Torre?
¿Le parece que quedemos otro día y lo desarrollamos?
Yo, por mí sí, pues estoy cansado.
Sí, ¿no? Si cansa mucho la etimología.
Sí, cansa muchísimo.
Tienes que tirar para atrás.
Dejémoslo para una nueva edición
de Torre.