Cuando voy acá, ¿sabes que en la zona que vivimos, de vez en cuando hay jabalíes?
Sí.
Jabalíes que están pasando un mal momento
porque se han puesto todos los contenedores anti-jabalí.
Antes ellos llegaban por la noche, volcaban todos los contenedores
y empezaban a comer allí como jabalíes.
Y ahora se han encontrado que no pueden tumbar los contenedores
y están de mala hostia.
Te miran raro, siempre te miran raro, el jabalí tiene un mirar muy raro.
Sí, no se agradeció.
Pero notas que hay como una mirada de humano.
No nos estamos entendiendo.
Claro.
Y soy un jabalí, soy como una máquina de coser con patas,
te puedo reventar.
Esa mirada está.
Sí, sí, sí.
Entonces, yo voy con la moto por arriba
y de repente veo una papelera de estas de...
¿Papelera?
Sí, urbana, ¿no?
Que es como un cilindro.
Como un R2D2, ¿no?
¡Esa es!
Hay como un palito que sostiene este cilindro.
Y veo una figura puesta en la papelera
que yo al principio no supe leer muy bien qué era,
porque estaba a dos patas, a dos paticas,
las dos patas de adelante apoyadas en la papelera
y rebujando con la cabeza.
Era un jabalí a dos patas rebujando.
Como el culo de un rockero, ¿no?
¿Sabes?
¿Sabes?
¿Tenía culo de rockero o no?
Es que a donde voy a ir a parar no te va a gustar,
pero tengo que ser sincero contigo.
Ya, ya.
Yo, primero veo esta figura y no leo muy bien la imagen,
digo, hay una persona muy rara...
Bajita, bajita.
Bueno, bajita.
Hombre, para encaramarse una papelera...
Sí, sí, pero ahí puestos...
No eres Pau Gasol, quiero decir.
No.
Y entonces, a la que oye el ruido, gira la cabeza
y entonces veo que es una cabeza de jabalí,
un cabezón enorme, me mira, pero sigue puesto hacia arriba.
¡Hostia, qué impresión, no!
Me asusté mucho, pero lo peor que ocurrió...
Sí.
Y esto es lo que no te va a gustar.
Ya sé.
Es que durante un microsegundo me hizo recordar...
O sea, pensé en ti.
No, no, no, no.
Que no es...
Ya va.
No te quiero faltar, pero sabes que yo te he visto desnudo.
Sí.
Sí, sí.
Y el cuerpecito del jabalí...
Así puesto.
Con las patigas.
Hubo un momento que tú...
Pero, pero...
No pensé, hostia, el Andrés, desnudo,
mucho más peludo de lo que yo le recuerdo,
hurgando en la basura, pero hubo un momento...
Que mal está la cosa, ¿no?
Durante un microsegundo me vino un flash.
Ya, ya, ya.
Bueno, mira, yo si es para reír bien...
A mí me ha ofendido un poco esto.
No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no.