Dice, hola, guapetones, a mi hermana Lola le flipa cuando Alberto
improvisa canciones musicales sobre sintonías,
y no sé yo si le podría dedicar una a ella.
Como en la radio musical, pero en lugar de dedicar una canción
que ya existe, aquí es una que todavía no.
Lo estamos entendiendo, está como sobre-explicado esto, ¿vale?
Bueno, no pasa nada, Mirio.
Dice, Beto, Beto.
¡Uis!
Si quieres saber más sobre ella, es un amante de los monos
y el queso fresco.
Hombre, los argumentos están...
Pero no a la vez.
No, no.
Voy a untar un mono en burgo de Arias.
En Filadelfia, y luego le chupo la cara, ¿no?
Gracias, Moaca.
No sé si ahora o en algún momento dado quieres...
Sí, podemos intentarlo.
Yo creo que estoy ya caliente.
¿Cómo se llama?
No lo sabemos. Ah, sí, Lola, Lola.
¿Lola es la hermana?
Lola la del mono y el queso se llama Lola.
Hay buenos argumentos ahí, ¿no?
Que te ayuden con algo, le dices.
Vamos a intentarlo.
Venga, Miriam, va para ti.
Un momento, va con el nombre.
¡Muy bien!
¡Muy bien!
Espero que te guste.
Quizá no ha sido un buen día para pedirlo.
¿Y ahora con Miran?
¿Qué es el mono?
¡Cúrame al mono!
¡Cúrame al mono que está tierno!
Ahí, ahí.
Ya, no, sí, sí.
Lola con tu mono y tu queso,
que pesada todos los días.
Dame el mono, dale el queso,
que me galó la mente al cagar a verlo.
Y aceptarle que la curiara.
¡Cúralo!
¡Cúralo!
¡Cúral mono!
¡Cúral mono!
Bueno, más o menos.
Segunda parte.
¡Muy bien!