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Ràdio Abrera. Són les dues.
Abrera Informació. L'entrevista del dia amb Anabel Gómez.
Avui, com cada darrer dimecres del mes a l'entrevista del dia,
parlem de temes de mediació.
Per això ens acompanya la mediadora municipal, la Jessica Haig.
Bona tarda.
Hola, bona tarda.
Bé, en primer lloc, i abans de començar,
comenta que durant aquest mes d'octubre
heu traslladat al Servei de Mediació Ciutadana de l'Hotel d'Entitats
el nou edifici de Serveis Socials, veritat?
Sí, així és.
Actualment ara estem ubicats a l'edifici de Serveis Socials,
al carrer Major número 3,
i com sempre podeu comptar amb nosaltres a través dels mitjans habituals,
venint personalment o a través del correu electrònic,
que és el de mediació, arroba ajuntamentabrera.cat,
sinó també el telèfon de l'Ajuntament, que és el 93770325,
o, com deia, on veniu personalment i així també aprofiteu
i veieu el nou edifici com ha quedat de bonic.
De què parlarem aquest mes en aquesta entrevista dedicada a la mediació?
El altre dia leia un artículo del gran sociòlogo i filòsofo Sigmund Baumann
en el que afirmava que el diàleg real no és parlar amb gent que pensa el mateix que tu.
A partir d'aquesta reflexió que ell hacía sobre la forma que tenim hoy en dia
de comunicar-nos i de com s'ha anat desgastant aquesta habilitat,
en part també per l'ús de les xarxes socials,
doncs m'he vint a la cabeça a parlar sobre aquest tema.
Quin paper juguen les xarxes socials?
Bé, crec que tots, d'una u altra forma,
som conscients de que passem part de nostre temps.
Bé, s'estima que els usuaris espanyols
passen en internet 5,20 hores diàries.
Frente a la televisió, 2,53 hores,
redes sociales 1,38 hores
y escuchando música en streaming o por transmisión directa en internet
unos 45 minutos.
Esto lo revelaba un informe que lleva datos de más de 200 países
del que se desprendía además que internet supera en el mundo
los 4.000 millones de usuarios.
Entonces, bueno, en un mundo en el que existe un miedo enorme
a la soledad y en el que cada vez más las relaciones entre las personas
pues se vuelven más superficiales y caóticas,
las redes sociales nos ayudan a tener esa falsa sensación
a lo mejor de estar acompañados, ¿no?
De poder controlar de alguna manera nuestras vidas
añadiendo, quitando amigos, sumando followers, likes, etc.
Somos capaces de asimilar imágenes de muchísimos países exóticos,
ver platos de comidas maravillosas a través de Instagram,
pero a nuestro vecino iraní del piso de enfrente
pues no sabemos en realidad ni cómo se llama ni quién es.
El riesgo que comporta este aislamiento
pues está recogido y asimilado por las redes sociales.
El problema no es que existan.
La cuestión es que hemos de ser conscientes
de que esas relaciones no pueden suplir en ningún caso
el contacto real.
Y desde las instituciones pues hemos de ayudar a crear espacios de diálogo
y a trabajar para la convivencia con nuestros vecinos y vecinas.
La mediación lo que ofrece es un lugar nuevo
en el que poder conversar, hablar, reflexionar
y también trabajar para alcanzar acuerdos
con aquellas personas pues que no piensan como nosotros.
Como decía, ¿no?
Ese titular de Sigmund Bauman
tendemos a juntarnos, a relacionarnos con las personas
que al final pues piensan y opinan como nosotros,
que les gustan las mismas cosas que a nosotros
y solemos ver a aquellos que no comparten
lo que nos gusta pues como enemigos
o sencillamente, bueno, como no son afines
pues los apartamos.
Dialogar requiere un esfuerzo.
Requiere poner de nuestra parte para entender al otro.
Entender que no quiere decir lo mismo que compartir
ni estar de acuerdo con lo que nos está diciendo el otro.
Quiere decir que nos estamos dando cuenta
de que la otra persona tiene un punto de vista distinto al mío,
que es el suyo.
No quiere decir que sea ni mejor ni peor
de como yo veo las cosas, ¿no?
Pero aceptar eso,
el hecho de que el otro tenga otro punto de vista,
es la base para empezar a dialogar.
Ese es nuestro punto de inicio en las mediaciones.
Mostrar que el otro tiene su propio punto de vista
en el conflicto
y que no es que lo que esté haciendo
lo hace para hacernos daño o para fastidiarnos,
sino lo hace porque tiene su propia visión sobre el asunto.
Aceptar esa premisa
de que existe otro pensamiento distinto al nuestro
es la parte más complicada para nosotros como mediadores,
pero también es a partir de ahí, como decía,
cuando ya se puede empezar a trabajar.
¿Y qué es el diálogo?
Bueno, pues si cogemos la definición que nos hace la RAE de diálogo,
nos dice que es conversar entre dos o más personas
que exponen sus ideas y comentarios de forma alternativa
y también lo definen como una discusión sobre un asunto
o sobre un problema
con la intención de llegar a un acuerdo
o de encontrar una solución.
El diálogo nos proporciona conocimiento,
nos enriquece.
Esa alternancia a la que hace referencia
la definición de diálogo
es la que permite que nos nutramos de las opiniones
y de la información que el otro nos está dando.
Por eso, si solo nos relacionamos con personas
que opinan como nosotros,
esa parte la perdemos
y por tanto el diálogo se empobrece.
La realidad nos enseña que en nuestro día a día
los problemas no se resuelven
ni por la imposición,
porque aunque podamos conseguir cosas imponiendo
a la otra persona o personas que cambien su conducta,
la voluntad en realidad no la podemos modificar
y por tanto el problema va a continuar estando allí latente
y puede volver a saltar la chispa en cualquier momento.
La votación tampoco parece un método idóneo
para solventar todos los problemas,
porque al final también habrá los que se queden
en posición de perdedores
porque no están de acuerdo con esa votación
y por tanto también acatan esa decisión de la mayoría.
Por eso en realidad la única alternativa
que tenemos real para poder solventar los problemas
es el diálogo.
¿Y la mediació ofrece esta oportunidad de diálogo?
Pues sí, efectivamente la mediación tiene esa función
que es más pedagógica
en la que nos enseña a todos y a todas
que solo a través del diálogo
seremos capaces de solucionar de verdad nuestros problemas.
La figura del mediador lo que ofrece es el espacio,
las condiciones para que ese diálogo pueda darse
acompañando a las partes en ese camino
que en muchos casos acaba con el acuerdo entre ellas.
Comentaba esta mañana con una de las compañeras
que a día de hoy y a pesar de los muchos casos
que ya acumulamos en nuestro servicio de mediación
no deja de sorprenderme que generalmente
ese posicionamiento inicial
no voy a cortar los árboles que están en mi valla.
Cambia cuando se les ofrece la oportunidad
de escuchar de verdad
cuando salen a la luz otras cuestiones
que estaban impidiendo tener ese diálogo.
Ese es nuestro trabajo.
Eso es lo que hacemos desde el espacio de mediación.
Ayudar para desprogramar
lo que nos está impidiendo ver más allá
y comprender que la cooperación
es la única vía que no tiene efectos secundarios.
Recordem que el Servei de Mediació Ciutadana
de l'Ajuntament d'Abrera
és un servei gratuït.
Com apuntàvem al començament,
s'ofereix ara al nou edifici dels serveis socials,
al carrer Major número 3.
només s'ha de sol·licitar cita prèvia
trucant a l'Ajuntament
o bé a serveis socials
enviant un correu electrònic
o també de forma presencial.
Nosaltres avui agraïm la seva atenció
la mediadora municipal, la Jéssica Hai.
Moltíssimes gràcies.
Moltes gràcies.