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Entrevistes de la Justa

Cada dia, en el Programa La Justa tractem els temes d'actualitat del Municipi en format entrevista. Cada dia, en el Programa La Justa tractem els temes d'actualitat del Municipi en format entrevista.

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Un quart de dotze del matí, seguim en directe des de Ràdio d'Esvern
i entrem ara a parlar amb el comissari de l'exposició Alta Fidelitat.
La podreu veure a l'espai marcar fins a finals d'any.
I com deia, parlem amb ells, ells és al Javier Panera, tenim el telèfon.
Béos dies, Javier.
Béos dies.
Béos dies, Javier. Bienvenido a la emisora, a la radio municipal,
aunque sea por teléfono, te tenemos vía teléfono hoy.
Para empezar, enhorabuena por esta exposición.
Es una exposición que invitamos a todos los que puedan que vayan a visitarla
por la parte histórica, por la parte creativa, artística.
Y antes de nada, quizá muchos de los que nos escuchan no lo saben,
pero los vinilos que se muestran son tuyos.
Así que, ¿cuántos vinilos tienes en tu posesión?
Bueno, tengo muchos. Tengo más de 15.000 piezas.
¿Más de 15.000?
Entre vinilos y CDs, más de 15.000 piezas, sí.
Guau. O sea, tienes un museo en casa, ¿eh?
Sí, sí, sí. Lo sufre mi familia, que a veces no tenemos dónde guardarlo,
pero bueno, sí, sí que hay piezas de todas las épocas.
Guau. En la exposición se pueden ver, creo que son unos 200 más o menos, ¿no?
Que es una pequeña muestra.
Hay, bueno, hay más de 300, finalmente.
Más de 300.
Habíamos anunciado 200, finalmente hay más de 300.
Unas 320 piezas, hay diferentes soportes también.
Mayormente vinilo, pero también algún póster, documentación.
Más de 300 piezas en total.
Y son vinilos que van de, es decir, se tocan muchas épocas,
estilos musicales y también estilos artísticos.
Sí, la exposición intenta trazar una genealogía de las relaciones
entre las artes visuales y la música popular.
También hay ejemplos, además, también de música culta y música experimental.
Y se parte un poco de la premisa de que yo me dedico a la historia del arte, ¿no?
Y a veces los historiadores del arte parece que contamos una historia del arte para sordos, ¿no?
Como si no existiera ruido de fondo cuando los artistas están trabajando,
cuando la realidad es que la música y las artes visuales siempre se han retroalimentado.
Siempre se han trabajado con códigos, en muchos casos, equivalentes.
Y esta exposición intenta justamente profundizar en esas relaciones, ¿no?
En el momento en que la música influye en las artes visuales
y lo contrario, en la que las artes visuales tienen una relación muy directa con la música.
Y por eso la totalidad de las piezas que se han seleccionado
pues han sido portadas de discos diseñadas por artistas
o en las que un artista ha cedido la reproducción de una obra en su portada
porque se identifica con el contenido musical que hay en el interior del vinilo.
Esto diferencia esta exposición de otras
porque lo que se ha decidido en este caso dejar fuera
eran algunas portadas de discos emblemáticas de la historia de la música
pero que estaban hechas por fotógrafos o por diseñadores.
¿Por qué?
Pues porque un fotógrafo o un diseñador por lo general
trabaja con unas premisas prediseñadas ya por el sello discográfico.
Sin embargo, los artistas visuales suelen ser ellos los que ponen las normas
a la hora de diseñar una portada
o de dejar que una obra de sus obras se reproduzca en la misma.
De alguna manera trabajan con mayor libertad
y eran un poco esos los ejemplos en los que queríamos poner énfasis.
¿En qué momento se te plantea, Javier, la exposición?
Es decir, coger parte de tu colección personal
y traerla aquí a Sánchez para que la podamos ver.
Bueno, yo llevo más de 12 años haciendo exposiciones de diferentes formatos
que exploran justamente esta relación entre las artes visuales y la música popular.
No solo con portadas de discos, que era este caso,
sino también con obras de arte sobre todo tipo de soportes.
Cuando desde Sánchez se ponen en contacto conmigo
a través del Festival Loop de Barcelona,
con quienes yo ya había hecho también varios proyectos
sobre música y artes visuales,
pues vimos que por el formato de la sala de exposiciones estupenda
que tenéis en Sánchez,
esta exposición encajaba perfectamente.
Es decir, una exposición pensada para gustar a todo tipo de públicos,
concebida casi que ha sido de un modo didáctico,
pero al mismo tiempo con piezas de gran calidad.
He tenido además, una de las cosas con las que más he disfrutado
es que me ha permitido mostrar obras que no había mostrado nunca
de mi colección, sobre todo piezas de los años 60 y 70
del grupo Fluxus y vinculadas al mundo de la performance y tal,
pero había muchas piezas que nunca habían sido mostradas
y son piezas en su momento que salieron con series limitadísimas,
que tienen un gran valor histórico, pero también artístico
y creo que esta ha sido una buena oportunidad.
Y la sala es estupenda para generar diferentes capítulos
y hacerlo de un modo lo más didáctico posible.
¿En qué momento, Javier, empiezas a hacer esta colección
de copias originales, únicas o de coleccionista?
Bueno, toda la vida. Yo por una parte heredé parte
de una colección de discos familiar, porque mis abuelos en León
pues tenían un bar en el que ponían música ya desde los años 50
y ahí ya heredé algunos discos, pero bueno, luego yo no he dejado...
Yo me recuerdo siempre coleccionando discos y de hecho el título
de la exposición Alta Fidelidad tiene que ver un poco con esto.
Alta Fidelidad, el título lo he robado de una famosa película
de Stephen Frears, que está a su vez basada en un libro de Nick Horby,
del mismo título, y Alta Fidelidad cuenta la historia
de un dueño de una tienda de discos y de todos los coleccionistas
que pululan a todas horas por la tienda y todos coinciden conmigo.
Yo me identificaba con estos personajes para los que la música
es la mejor máquina del tiempo que existe, mejor que la de regreso al futuro.
Es decir, tú escuchas una nota de una canción o escuchas un acorde
o una guitarra distorsionada o un golpe de batería e inmediatamente eres capaz
de viajar mentalmente en el tiempo y en el espacio, ¿no?
Y hay muy pocas formas culturales que te permitan esto con tanta inmediatez
y con tanta intensidad emocional, ¿no?
Yo, digamos, que podría contar toda mi vida a través de las canciones,
pues de cuando estudiaba, de cuando viajaba, de cuando conocía a mi pareja,
de cuando conseguí un trabajo, de cuando dejé ese trabajo.
Es decir, ese es el poder emocional de la música y, claro,
y si luego encima lo unes a las artes visuales, pues ese poder evocador
y ese poder de viajar en el tiempo se multiplica.
Yo eso lo digo siempre a mis estudiantes, ¿no?
Digo, tenemos las dos herramientas estupendas para viajar en el tiempo,
las artes visuales y la música.
Y con esto es mucho más fácil que con otras herramientas tecnológicas.
El viernes fue la inauguración.
No sé si quedaste satisfecho, contento de las personas que se acercaron.
Luego hiciste también una pequeña ruta por el espacio, ¿no?
Explicando un poco también la línea cronológica que nos contabas ahora.
¿Contento o satisfecho de esta inauguración del recibimiento?
Sí, sí, por supuesto. Bueno, primero el ayuntamiento y todo el equipo
han sido muy amables conmigo y con el equipo del Festival Loop.
La recepción yo creo que ha sido muy positiva.
La gente efectivamente siguió con mucha atención la explicación.
Claro, porque al final cuando uno visita una exposición de esta naturaleza,
aunque haya piezas muy especiales y muy raras,
hay también piezas con las que todo el mundo está familiarizado.
Decía Andy Warhol, de quien hay varias piezas en la exposición,
que a él le encantaba diseñar portadas de discos
porque cualquiera puede tener una de esas portadas,
decía él, por seis dólares de los de entonces.
Dice, cualquiera puede tener un Warhol por seis dólares.
Dice, y ese Warhol es tan bueno como los que hay en los museos.
Dice, porque bueno, mi obra a veces se produce de modo múltiple y qué mejor.
Es curioso porque en un país como España y particularmente además en Cataluña,
donde la música ha jugado a veces un papel político y cultural tan importante,
muchas tendencias artísticas se asimilaban antes a través de la cultura popular,
particularmente de las portadas de discos, de pósters, de portadas de revistas, de cómics,
que a través de los museos, porque los museos no siempre los visita la gente,
en cambio todo el mundo puede tener, como decía Warhol, por seis dólares una portada de un disco
de un artista famoso en la mesita de su casa o colgada sobre la cama,
como hacen ahora los adolescentes, que siguen comprando vinilos.
Ellos escuchan música por Spotify, pero luego se compra el vinilo como objeto fetiche,
y lo ponen de póster en su habitación, lo he visto en algunas casas.
Sí, ahí también quería llegar un poco, ¿se está perdiendo la cultura del vinilo o no?
Porque parece que vuelve, son como esos temas que lo vintage está de moda,
y ahora parece que hace unos años lo antiguo vuelve a estar de moda,
y el vinilo, escuchar también la música en formato vinilo, vuelve a estar un poco de moda.
¿Cómo ves el futuro del vinilo, también relacionado con este arte?
Obviamente el vinilo ya no es un ejército, fue una de las industrias culturales más poderosas,
sobre todo de la década de los 80 y parte de los 90,
primero el vinilo y luego los CDs.
Hoy obviamente es una industria en decadencia, por más que a veces haya ese fetichismo,
y de vez en cuando se estén reeditando cosas, a veces muy bien reeditadas también.
No, yo en esto, a pesar de la colección que tengo, yo no soy nada nostálgico en esto,
es decir, creo que cada época tiene sus formatos, tiene sus formas de escuchar.
Yo no soy de los que dicen que lo que suena en vinilo no hay otro soporte que suene mejor,
que no, bueno, hay músicas que suenan mejor en vinilo porque se pensaron para ser prensadas en vinilo,
y ahora hay músicas que igual suenan mejor si uno las escucha a través de un iPod,
o en Spotify o en YouTube, porque al final justamente las músicas,
la producción musical se hace pensando en los formatos en que va a ser reproducida.
El vinilo va a seguir porque siempre va a haber nostálgicos de este formato,
pero no como una industria cultural como lo fue en otro momento.
Tienes más de 15.000 vinilos, que se dice muy rápido,
y suerte que no ocupa mucho espacio, ¿no?, porque son muy delgaditos
y los puedes colocar en una estantería,
pero entiendo que de dentro de estos 15.000 es difícil poder sentirte, digamos,
ligado emocionalmente con alguno, ya sea por el momento en que lo adquiriste
o por el significado que puede suponer para ti,
tanto la ilustración, el dibujo, el diseño, como el contenido musical de dentro.
¿Tienes alguno importante?
No, claro, eso, eso, eso, cada día que me preguntase seguramente te daría una respuesta diferente.
¿El de hoy cuál es?
Precisamente porque, porque, porque, porque cada momento vital tiene,
tiene pues justamente unas músicas que tú asocias emocionalmente a lo que te ha pasado.
Pues mira, esta mañana, por ejemplo, pero ¿por qué ha pasado así?
Una de las cosas que tiene la exposición es que a lo largo de las próximas semanas
se van incorporando, se van a ir incorporando a la misma varias listas de Spotify
que la gente se puede descargar en la sala de exposiciones mediante códigos QR
que tenemos justo en la entrada, pues va a ir habiendo una lista de Spotify
de cada una de las secciones de la exposición, ¿no?
Y hoy pues justamente estaba trabajando con la sección de performance
y he vuelto a recuperar pues grabaciones de John Case y de Philip Corner
que son muy experimentales pero que son maravillosas, ¿no?
Y sobre todo he visto la influencia que tienen esas grabaciones tan experimentales
en cosas que luego grabaron bandas como los Beatles o los Rolling Stones
que de repente empiezan a incluir el ruido o la improvisación en sus grabaciones.
Así que si hoy tuviera que ser una pieza, pues a lo mejor el William Mix de John Case
y luego el Revolution 9 de The Beatles, los ejemplos, uno experimental y otro pop.
Entiendo que todos estos vinilos, es decir, eres consciente y sabes todos los vinilos
que tienes de grupos, cantantes, artistas, porque vamos, si eres consciente plenamente
es toda una hazaña.
No, por supuesto. Y todos han sido escuchados.
Todos han sido escuchados.
Todos han sido escuchados, ¿eh?
En general varias veces.
Cuando uno es melómano pues se pasa el día entero con la música.
Cuando encima conviertes ese placer en algo que también, pues digamos,
tiene una parte profesional, pues al final el disfrute y el trabajo van unidos.
No, todas las piezas han sido escuchadas por lo general varias veces.
Pues hay lo que no quita, y esto es algo que me lo preguntan muchas veces.
Claro que más de una vez he comprado un disco por la portada porque me parecía maravillosa
y luego el disco pues era decepcionante.
Esto pasa muchas veces, yo creo que eso nos pasa a todos los coleccionistas.
De hecho, si a lo mejor algo singulariza mi colección respecto a otras, es que claro, sí,
yo le he dado siempre también una gran importancia a ese componente visual.
Si hay, a veces hay discos con portadas fantásticas que luego el interior a lo mejor flojea,
o lo contrario, discos con portadas, bueno, pues que son muy convencionales o son muy estándar
y sin embargo luego el disco por dentro es maravilloso.
Entonces, bueno, a ver, eso también es lo interesante, ¿no?
Claro, ahora como en Spotify ha salido un disco y ese mismo día, incluso la semana antes de que se ponga a la venta,
ya puedes escucharlo, se ha perdido ese misterio de esa época en la que comprabas un disco
solo por la portada y luego hasta que no llegabas a casa y no lo ponías en el plato
no sabías si aquello te iba a gustar o no, ¿no?
Eso ahora ya se ha perdido, ahora se ha perdido porque normalmente la mayoría de las grabaciones
están ya online mucho antes de que se pongan a la venta en las tiendas.
Entonces, sí, esa es una experiencia que era muy excitante, para mí era muy excitante eso de coger un disco,
ir por el camino hacia casa mirando la portada, leyendo los créditos,
que no puedo escucharlo, que no puedo, y luego ya llegabas a casa, lo ponías en el plato
y ese era un momento que era casi un ritual.
Y ese componente ritual es verdad que ahora se ha perdido, se ha perdido
porque la forma que tenemos de consumir música, pues es más inmediata.
Ahora compras el disco, pero en ese momento te conectas a Spotify, te pones unos cascos
y vas por la calle ya escuchándolo en Spotify, aunque lleves el objeto también, ¿no?
Ha perdido un poco esta magia, ¿no? Pero también comentabas el tema de que quizá algunas veces
has comprado o has adquirido un vinilo por el diseño, por la imagen, el dibujo, el arte que hay en la portada,
así como quizás a veces puede pasar con los libros, ¿no?
Que te puede sorprender un libro que por la portada o el título te puede ser llamativo
y luego cuando te pones a leer el libro, ¿no? Quizá no es lo que te esperabas
o no va en consonancia con la portada.
Es un muy buen ejemplo el que acabas de poner, es porque también pasa lo mismo.
También un libro lo compras por la portada o simplemente por el título o por el autor.
Y luego efectivamente te puede decepcionar o te puede encantar, o lo contrario.
A veces una cosa dices porque tú sospechas que con ese título muy probablemente te va a gustar
y luego efectivamente se convierte en una experiencia fantástica.
Yo en una ocasión ya dije que los libros y los discos de vinilo
me parecían dos de los objetos más sexys que había sido capaz de crear en la mente humana, ¿no?
Porque me parecen dos objetos tremendamente excitantes, ¿no?
Son como una promesa. Cuando tú coges un libro o cuando tú coges un disco
son como una promesa de felicidad.
Y bueno, pues efectivamente ya luego puede producirse o no.
Pero por eso es tan interesante y tan bonito adquirirlos, claro.
Nos quedamos, Javier, con esta frase que has comentado al principio.
La música es la mejor máquina del tiempo que tenemos.
Que creo que es muy ejemplificar.
O sea, es un ejemplo muy perfecto para esta exposición, Alta Fidelidad.
Que desde aquí también animamos a las personas del pueblo
o que nos estén escuchando también que visiten esta muestra de Alta Fidelidad
sabiendo ahora que también el nombre proviene de una película
que también habla de vinilos.
O sea, que ya, digamos, todo es un contexto conectado.
Efectivamente, pues nada, animar a toda la gente de St. Judas Verde
que intenten viajar en el tiempo a través de la visita a la exposición.
Eso es, Javier. Muchísimas gracias.
Como decía, comisario de la exposición, Alta Fidelidad.
Muchísimas gracias por atendernos. Que vaya muy bien.
Y a seguir coleccionando discos de vinilo.
No sé si serás de las personas que más tiene en todo el país
porque 15.000 vinilos, más de 15.000 vinilos,
es una cifra difícil de alcanzar.
No sé si sabes si eres de los pocos...
Hay gente que tiene más.
Hay doctores de barrios que son amigos.
Por ejemplo, Diego Manrique, el famoso crítico musical.
Él tiene muchos más que yo.
Tiene, de hecho, muchos más que yo.
Pero no tiene una colección, digamos, hecha con los criterios.
Claro.
Son diferentes también.
El criterio de...
Si una colección hecha con ese criterio de relación
entre música y artes visuales, uniendo ambas,
sí, ahí sí estoy seguro de que en este país probablemente es la única.
Incluso casi diría entre las tres o cuatro de Europa
hechas con estos cuatro criterios.
Luego ya en cuanto al número de piezas,
pues hombre, gente, claro, que ha estado en el mundo de la radio,
que ha estado en el mundo de la crítica musical,
pues probablemente hay gente que tiene más que yo, claro.
Por la parte que te toca, Javier, enhorabuena.
Y gracias también por traer parte de tu colección aquí a San Yusque
para que la podamos disfrutar y visitar.
Muchas gracias de nuevo.
Que vaya todo muy bien.
Muchas gracias a vosotros.
Un abrazo.
Un abrazo.
Adiós.
Sous-titrage ST' 501
Sous-titrage ST' 501