This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Hablamos hoy, como habíamos anunciado, con el arqueólogo Felipe Mejías, quien ha desarrollado una importante investigación en el campo de concentración de Albatera en Alicante y que este próximo viernes, mañana viernes, estará impartiendo una conferencia en Ribarraya, dentro de las jornadas tardos de la memoria. Vamos a tratar de conocer más sobre su trabajo, a entender...
los retos que supone este tipo de investigación y también procuraremos hablar un poquito, adelantar algo de lo que va a ser su conferencia de mañana viernes. Felipe, muy buenos días.
Buenos días Alejandro, ¿qué tal? Muy bien, muchas gracias por atendernos y si te parece vamos directos al tema. ¿Cómo entra en tu vida esta zona, este espacio, este campo de concentración y cómo llega el momento de empezar a trabajar e investigar, incluso a dirigir la investigación ahí?
Sí, bueno, es una historia muy larga, intentaré resumirla. Bueno, a ver, sí, esto empieza en 2017, se creó un equipo de investigación, se llamaba Cátedra Interuniversitaria de Memoria Democrática de la Comunitat Valenciana. Esto fue una iniciativa que surgió de la Consellería de Justicia de ese momento y, bueno, englobaba a las tres universidades de la Comunitat, a la Yaume I, la de València y la de Alicante.
Y lo que se trataba era de potenciar estudios vinculados con la memoria democrática. Entonces, bueno, buscaban a una persona para la provincia de Alicante que se encargara o se responsabilizara de localizar las fosas comunes de la guerra civil y la porguerra, de la dictadura. Y bueno, yo por mi perfil de arqueólogo y tal, pues entré en ese equipo. Empecé a investigar la casuística de las fosas, empecé a estudiar la de cementerio entre el parroquial de Orihuela, la de Monover...
Y luego me planteé qué pasaba con Albatera, con el campo de concentración, que es un lugar del que todo el mundo hablaba, pero nadie se había planteado ver qué había pasado con la gente que había muerto ahí. Los testimonios decían que había muertos casi a diario, pero nadie los había encontrado. Y eso me hizo detenerme ahí en ese espacio y de aquellos pueblos estos lodos. Eso ha supuesto el empezar a hacer preguntas en el pueblo, empezar a plantearme preguntas también.
Y, bueno, acabó derivando en mi tesis doctoral. De hecho, la deposité ayer mismo. O sea que, bueno, mira, fíjate, ayer mismo hice el depósito de la tesis doctoral sobre los trabajos arqueológicos que hemos hecho allí. Que eso fue lo que empecé a plantearme. O sea, en 2020 lo que hicimos ya fue plantear un trabajo, un proyecto arqueológico, investigación arqueológica, a largo plazo, que nos permitiera saber dónde estaban esas fosas y también localizar los restos del campo, ¿no?
Y eso ha supuesto cuatro años de trabajo, hasta el 2023, o sea, hicimos cuatro campañas, el 20-21, el 22-23. En el 24 no pudimos trabajar porque la consellería, la Generalitat, no nos subvencionó. Y este año, también te adelanto la primicia, vamos, pues eso es el primer medio al que se lo comentamos. El lunes, este próximo lunes, empezamos la quinta campaña porque nos han dado una subvención.
Mucho menor que la de otros años, pero bueno, los arqueólogos somos gente tozuda y vamos a seguir trabajando allí, aunque sea con poca financiación. Así que anticipo que va a haber descubrimientos interesantes porque todos los años los ha habido y este año ya anticipo que lo van a hacer también.
Ese es un poco el resumen. Muy bien. Gracias por la brevedad. Sí, bueno. No, Felipe, en ese proceso entiendo que también articular la investigación, quiero decir, conseguir la financiación, los permisos, entrar a trabajar en un espacio que me imagino que habrá sido complicado porque se juntarían, entiendo, propiedades privadas, espacios agrícolas. ¿Cómo es ese proceso que entiendo que será complejo antes de poder empezar a trabajar? Sí.
Sí, bueno, tiene su complejidad y es un trabajo bastante farragoso. Pero bueno, al final, si uno da los pasos que hay que dar y siempre de una forma correcta y de forma ordenada, al final se consiguen las cosas. A ver, como bien dices, las tierras que ocupan el campo de concentración son todos espacios privados. Algunas están cultivadas, otras están en barbecho, están abandonadas. Entonces lo que hacemos siempre es ponernos en contacto con los propietarios de cada una de las parcelas
y pedirles el acceso. Y en general prácticamente todos no han puesto ningún problema, todo lo contrario, incluso han colaborado. El apoyo del Ayuntamiento de San Isidro en este caso, porque hay que recordar que el campo de concentración de Albatera no está en Albatera, es un error que se ha perpetuado, mucha gente entiende que es así y no es cierto. En su momento sí que lo estuvo, pero en los años 50 se construyó un pueblito ahí, un pueblo de colonización que se llama San Isidro y se segregó en el año 93, entonces ahora pertenece al Ayuntamiento de San Isidro, al pueblo, vamos.
La colaboración del Ayuntamiento también está siendo fundamental para facilitar las gestiones y para facilitarnos todo lo que necesitamos. Y luego la Consellería, tanto en su momento la de calidad democrática como ahora la de justicia, que es la que nos ha financiado esta última subvención. Y la Consellería de Cultura, que es la que nos da los permisos, porque no olvidemos que esto son actuaciones arqueológicas. Aunque sea un recinto, un espacio del siglo XX...
es un espacio que no existe, o sea, el campo de concentración no existe, está totalmente arrasado y la única forma de estudiarlo es haciendo arqueología allí, ¿no? También es otra cosa que mucha gente no termina a entender. Piensan que la arqueología es una cosa de la Edad Media o de los romanos y tal, o de las cuevas del Paleolítico, pero de este tipo de contextos que, fíjate, hace solo 86 años que estaban funcionando, pues no se conoce nada, ¿no? Entonces tenemos que utilizar...
arqueología para estudiarlos y en este caso pues tenemos que pedir el permiso a la Consellería de Cultura para que nos autorice y tal, pero bueno, todo eso lo tenemos ya en marcha y en regla, o sea que el lunes a empezar. Muy bien, fantástico. Felipe, hablabas de, prometías seguramente importantes novedades en esta campaña que empieza el lunes, pero ¿qué habéis encontrado? ¿Cuáles son los hallazgos más destacados, digamos, hasta ahora en el campo de Albatera?
Pues, hombre, aquí sí que podríamos estar horas hablando. Yo te digo que he escrito una tesis doctoral sobre esto, o sea que imagínate. Pues, a ver, aparece, y esto es fascinante, aparece todo el universo material, todos los objetos que los prisioneros de ese campo dejaron allí durante los siete meses en los que estuvieron recluidos. También hay que decir que antes de eso fue un campo de trabajo republicano durante los años de la Guerra Civil, fue un penal, una cárcel,
y hubo unas 1.500 personas allí recluidas que también han generado una serie de residuos y de restos y tal, ¿no? Pero la mayor parte de lo que aparece y lo que encontramos es que es la fase franquista. A partir de abril y octubre del 39, allí meten a 15.000 personas, 10 veces más de las que había, ¿no? Y ese hacinamiento hace que se genere mucha basura y que parte de esa basura sea muy... Bueno, para los arqueólogos es que la basura nos fascina, o sea, porque nos está explicando cómo vivía la gente, lo que comían, lo que llevaban encima, ¿no?
Entonces estamos encontrando todo eso, incluso estamos encontrando que esto a la gente le puede interesar más, porque es como más curioso, estamos encontrando pequeñas joyitas, elementos valiosos, que sabemos que los prisioneros, y eso solo pasa, o al menos de una forma tan clara, en el campo de Albatera, en el resto de campos de concentración de España no sucede,
Pasa aquí porque la gente viene huyendo al final de la guerra, mucha gente lo sabrá, ¿no? Que se promete que va a haber barcos, el gobierno republicano asegura que va a haber barcos en los puertos de Levante, Valencia, en Gandía, en Denia, en Alicante, para evacuar a toda la gente que quiera irse, ¿no? Al final salen muy pocos barcos, sale el Stambruch de Alicante, pero claro, la gente cuando sale huyendo lo que hace es llevarse en el bolsillo y en lo que puede llevarse las pocas cosas de valor que tiene, las joyas, el dinero, ¿no?
Y esa gente que cogen el puerto de Alicante porque no pueden finalmente exiliarse, pues acaban en el campo de los almendros y luego ingresan en el campo de Albatera con esos objetos. Claro, muchos de ellos los esconden antes que entregarlos porque los obligan a entregarlos. Les expolian, les quitan todos los relojes, las estilográficas, los gemelos, monedas, el dinero...
joyas, todo lo que llevan, pero muchos se arriesgan, incluso a cabalos fusilados porque están amenazados de eso si no lo entregan. Pero sabemos que muchos los ocultaron y claro, nosotros los estamos encontrando ahora. Aparecen en sitios muy concretos además. Curioso, el primer año encontramos un colgantito de oro y brillantes
que nos desconceptó mucho, ¿no? ¿Qué haces tú aquí, en medio de un campo, no? Nadie va a labrar con eso, colgando. Y más tratándose de una joya que sabíamos claramente que era de los años 30, ¿no? Pero es que ese patrón se ha seguido repitiendo en los años sucesivos. Todos los años encontramos alguna pequeña joya. Y, en fin, monedas de plata, este tipo de cosas que sabemos que los prisioneros, esto también es muy interesante, llevaban cosidos, escondidos en los dobladillos de la ropa. Eso lo dicen muchos prisioneros en sus testimonios. Todos los que recopilaron ahora en la investigación para la tesis lo dicen, ¿no? La mayoría llevaban monedas
escondidas, porque con eso podían comprar cualquier cosa, ¿no? Y de hecho sabemos que los guardias del campo se aprovechaban de ellos para venderles algo de comida, incluso alfalfa, a cambio de los famosos duros de plata, ¿no? Esas monedas se canjeaban por puñados de alfalfa, por dos naranjas, por un trozo de pan, los relojes también, hemos encontrado relojes, incluso algunos valiosos, antiguos, ¿no?
Esa es una parte interesante, pero no solo la joya. Evidentemente la munición, por ejemplo, y esto es el núcleo prácticamente del proyecto, la aparición de la munición nos está diciendo muchísimas cosas. La munición nos está diciendo que se está disparando dentro del campo, por ejemplo, fusiles. El 95 o 97% de la munición es Mauser alemán, por ejemplo, o sea que sabemos que son fusiles, es munición que está utilizando el ejército franquista.
Y hemos encontrado una cosa también muy interesante, que es munición de revólveres y de pistolas de diferente calibre y de armas que no son de los años 30, o sea, que son armas muy antiguas, que se siguen utilizando durante esos años, pero que no las utiliza el ejército, las utiliza paramilitares, falangistas, vamos. Porque sabemos que hay visitas diarias de falangistas al campo, diarias, prácticamente a diario, buscando a prisioneros, vienen de toda España a buscarlos, para llevárselos,
Hacen sacas, eso para quien no sepa lo que es, pues es sacar a una persona de un recinto de una forma más o menos legal, con o sin documentación. Sabemos que se está haciendo en abril, mayo, junio, los primeros meses del final de la guerra, se hace prácticamente sin ningún tipo de control, ¿no? Y hay ejecuciones en las inmediaciones de los campos, no solo en el de Albatera, sino en toda España. En Moncofa, por ejemplo, Castellón, el equipo de Arquebantro excavó hace un año o dos años una fosa de...
de unos sacadores del campo de Moncofa que no tenían ningún tipo de registro documental. O sea, los sacaron, les pegaron un tiro y los enterraron por allí. Pues este tipo de objetos, esta munición de revólveres, que es de civiles, que tienen armas, por eso cada una tiene un calibre, las estamos encontrando allí también, y nos están explicando esas dinámicas. O sea, sabemos que está habiendo ese tipo de cuestiones que los prisioneros contaban en sus testimonios, pero que no se había demostrado materialmente todavía y nosotros lo estamos haciéndonos.
Ese es un poco el núcleo de lo que diré, de lo que contaré mañana, ¿no? Hay muchas más cosas, pero ya te digo, daría para estar dos horas aquí charlando. Felipe, sabemos que mediante GeoRadar habéis localizado posibles fosas comunes. ¿En qué punto está esa parte de la investigación? Bueno, es un tema complejo. A ver, nosotros tenemos los testimonios porque al final cuando se abre una fosa común nadie la señala, ¿no? Ponen unas bombillas de colores allí, una flecha que dice aquí hay una fosa, ¿no?
es todo lo contrario, se suelen ocultar, aunque el franquismo tenía total impunidad para hacer estas cosas, pero tampoco le dan demasiada publicidad. En el caso de Albatera sabemos que las hubo por testimonios de los propios prisioneros, todos lo dicen, y también por testimonios orales de los agricultores que durante los años 50, 60, 70 fueron encontrando restos, al labrar la tierra encontraron fosas comunes. Nosotros llevamos cuatro años buscándolas,
El problema es que aquello es un espacio vastísimo y muy grande. Son decenas de miles de metros cuadrados, centenares de miles, casi un millón de metros cuadrados. Y no sabemos exactamente dónde pueden estar. Sí que hay un testimonio que ha apuntado a un sitio muy concreto y ahí durante la primera y segunda campaña, en el 2020 y 2021, hicimos sondeos mecánicos y no encontramos las fosas porque, claro, ya te digo, el espacio es muy grande. Encontrar una fosa, tú abres en un sitio, pero claro, si está a un metro del agujero,
pues no lo ves, ¿no? Incluso si está a centímetros, entonces es complejo. Usamos, es verdad que utilizamos el georadar, un georadar de la Universidad de Cádiz, los dos primeros años, pero no ha dado buen resultado, ¿eh? Porque el terreno, el georadar, la prospección geofísica, se llama así, no da resultados o da unos resultados defectuosos en determinado tipo de terreno. O sea, que el terreno no es el más apropiado. Tiene el nivel freático, es muy húmedo, vamos. Hay agua a un metro y medio, es
que es un lago, es un antiguo marjal, ¿no? Entonces la señal del georader la distorsiona muchísimo y no hemos localizado evidencias claras de que haya fosas comunes. Aparte de que el georader no es la herramienta más apropiada para la localidad de una fosa, a no ser que sea una fosa que esté construida, excavada y delimitada con ladrillo, con piedra o que haya algún tipo de estructura sólida, es complejo porque tú
Bueno, tú, quiero decir, cuando se hace una fosa común y se tapa, utilizas la misma tierra del agujero, ¿no? Y a no ser que haya una concentración de cadáveres importante, es complicado. No siempre aparece. Entonces, lo que estamos haciendo es hacer prospección. O sea, miramos en superficie y eso sí que te puede dar evidencia de lo que hay abajo, ¿no? Porque puedes encontrar objetos, puedes encontrar restos de huesos y eso te puede dar pistas de lo que hay. De hecho, hemos encontrado estructuras de barracones y demás de esa forma. Pero el georadar allí no ha dado buen resultado.
En algún momento has hablado de arqueología de la represión. Explícanos un poco este concepto y por qué es importante para la memoria democrática. Bueno, es un término relativamente nuevo en la investigación arqueológica de los últimos años. Ten en cuenta que la arqueología de la guerra civil y del tranquismo también, que se están haciendo estudios muy interesantes sobre ese periodo,
es una disciplina relativamente nueva. Mucha gente, lo decía al principio, no entiende que la arqueología pueda estudiar ese tipo de contextos. Entonces, dentro de esa rama de la arqueología contemporánea o arqueología del mundo contemporáneo, hay una rama que es la arqueología del conflicto, de la violencia o de la represión. La represión es el ejercicio de la violencia sobre colectivos humanos, por diferentes motivos, de la violencia política normalmente.
El obligar a una persona a estar recluido en un lugar o el torturarlo o el fusilarlo por sus ideas. Eso es un poco un resumen así apresurado de lo que sería la arqueología de la represión. Lo que hacemos es intentar documentar con arqueología ese tipo de dinámicas. Demostrar con los objetos, que es lo que hacemos los arqueólogos, que eso sucedió. Porque la documentación muchas veces no lo cuenta o lo cuenta de una forma muy salgada. El que redacta el documento es el que está ejerciendo la violencia y entonces lo cuenta a su manera.
Y luego la interpretación arqueológica te dice todo lo contrario, ¿no? O sea, muchas veces mienten, ocultan datos y la arqueología en ese sentido es muy incómoda, ¿no? Porque estamos demostrando cosas. O sea, tú encuentras una vaina de fusil Mauser y le ves el agujerito en la parte de abajo, en el culote, que se llama, ¿no? Que está percutida, eso te está diciendo que se ha disparado.
Entonces, bueno, pues eso es complicado. Complicado, quiero decir. Complicado de asumir por parte de mucha gente. Es un pasado incómodo, ¿no? Ese término que está de moda ahora. El pasado incómodo sin intentar demostrar que pasaron cosas que a nadie le gusta reconocer porque son desagradables, pero que hay que contarlas. Entonces, un poco la que nos queda presión es eso, contar eso.
¿Qué impacto esperas que tenga este trabajo, esta investigación en la comunidad local en primer lugar, pero también en familiares de represaliados y en general en el conjunto de la sociedad? Pues hombre, el impacto está siendo, permitirme el término, brutal. Está siendo muy importante, mucho más importante de lo que yo pensaba al principio, aunque yo sabía cuando empezamos con esto en 2017 y ya en 2020 con el trabajo de campo que era un tema que iba a tener repercusión, porque el campo de batera
Siempre ha sido un referente a nivel nacional, ¿no? Se hablaba de él, pero claro, hasta que no empezamos a estudiarlo arqueológicamente teníamos la duda de qué nos iba a ofrecer. Pero claro, año tras año se ha ido superando en lo que ha aparecido y en lo que cuenta, lo que encontramos, ¿no? Y el impacto mediático ha sido...
Brutal, insisto. O sea, hay un interés por parte de todos los medios y nosotros también, yo como director del equipo y los componentes del equipo también estamos convencidos de que todo esto hay que contarlo, siempre, en todas partes, ¿no? Yo hago un trabajo de divulgación y lo hago encantado. De hecho, prácticamente lo que más me gusta de este trabajo, yo voy a todos los institutos de bachillerato que me invitan a contar esto que voy a contar mañana en Rivarrocha, ¿no? Porque me parece importantísimo.
Luego el pueblo, por ejemplo, de San Isidro, está también entregado a la causa. Ellos quieren saber qué pasó allí. Me parece muy lógico. No solo ellos, sino los colectivos memorialistas también. Los familiares de los prisioneros, muchos han contactado conmigo a raíz de saber que estábamos haciendo esto. Gracias a los medios, gracias a vosotros, porque hacéis un papel muy importante también en esto. Y eso ha generado una sinergia muy interesante, porque me han aportado información que yo no tenía. Los testimonios de sus familiares han venido muchos a vernos allí, al campo.
me parece fascinante eso porque es incluso emocionante por momentos incluso hemos podido documentar esto lo cuento en mi tesis doctoral y bueno y aparece en los medios también
testimonios de fusilados que no sabíamos dónde estaban y gracias a la información que nos han proporcionado los familiares y a la que nosotros les hemos dado a ellos, gracias a esa interactuación, pues hemos encontrado, por ejemplo, salvoconductos de los que salían del campo o hemos podido ubicarlos en lugares donde esas personas están enterradas o documentar fusilamientos, que eso es muy interesante.
que no están documentados, porque en principio oficialmente siempre se ha dicho que en Albatera solo murieron, bueno, asesinaron a ocho personas fusiladas, luego a una sola persona, un noveno muerto por enfermedad, que esto es ridículo porque si de algo se morían los campos de concentración era de hambre y de enfermedad, que eso es una forma de asesinar y de reprimir también a la gente.
Entonces, estamos viendo y ya lo sabíamos, pero lo estamos documentando ahora que hubo muchos más muertos, lógicamente. Porque en el resto de campos de España también pasó. Entonces, el de Albaterán en ese sentido no fue diferente. Claro. Felipe, mañana recordamos a las seis y media en la sala del Molí, a las seis, en la sala del Molí de Riva Rocha. Tendremos oportunidad de escucharte más, de una manera más detallada, todo esto que nos estás contando y que, entiéndeme, el término es apasionante realmente.
Pero me gustaría preguntarte si la charla va dirigida a un público determinado, por una parte, y luego pedirte también que dejaras un mensaje a las personas que nos están escuchando y especialmente a los jóvenes sobre la historia reciente y la memoria, que es, yo creo, la cantera importante para poder continuar con este trabajo.
Pues sí, a ver, en primer lugar, la charla puede venir quien quiera, no es una charla científica, aunque yo intento ser, siempre hay que ser muy riguroso con lo que se dice, hay que tenerlo perfectamente respaldado y documentado científicamente, porque los arqueólogos lo somos, utilizamos el método científico, pero es una charla que yo intento adaptarla siempre al público que viene a verme. Yo he dado charlas en la universidad o en congresos, pero también ya, como he dicho antes, voy a institutos de bachillerato y he dado charlas, esta misma charla,
la misma presentación, de hecho, para tercero y cuarto de la ESO. O sea que puede venir cualquier persona y yo intento hacerla amena, intento ser dinámico, no hay la típica conferencia de pegarme una hora de charla y ya está. O sea que podemos parar, la gente me puede preguntar. Intento que sea participativa. Y luego siempre se genera debate y es lógico que haya preguntas sobre este tema y dudas.
Y la información que aporto es muy visual también. Es una charla que va a estar apoyada en todo momento con imágenes. Hay muchas imágenes de los objetos que hemos encontrado, fotos antiguas. O sea, que resulta muy amena. El que venga no se va a arrepentir. Y luego, por lo que me decías, era tu segunda pregunta o comentario. A ver, y más ahora que nunca, estos momentos en los que estamos viendo esta involución a nivel social y en las que se está tergiversando
de una forma ridícula la historia de España, ¿no? Es más importante que nunca explicarla y contarla, ¿no? Y yo siempre lo digo, si los arqueólogos somos algo, somos objetivos. Pero no hay que confundir ser objetivo con ser neutral. Es algo que la gente confunde habitualmente, ¿no? La objetividad es contar las cosas tal cual fueron. A mí no me duelen prendas decir que aquello fue un penal republicano y que allí se recluyó a personas por su ideología también. También hay que ver en qué contexto fue. Fue durante la guerra.
Pero bueno, hay que contarlo y hay que ver cómo funcionó ese campo de trabajo republicano. Y luego habrá que contar lo que pasó en el campo franquista también. O sea, nosotros contamos la verdad, hay que interpretarla, y la contamos apoyándonos en los objetos. Entonces...
Es importante conocer el pasado siempre, aunque sea incómodo, porque de esa manera uno lo que tiene que hacer es escuchar a todo el mundo, leer mucho, ir a muchas charlas, leer todo tipo de periódicos, ver todo tipo de canales de televisión, escuchar a todas las radios, y luego uno hacerse su propia composición del lugar y entender, porque la gente es inteligente, y saber exactamente quién te está diciendo una cosa, por qué te la dice, quién te dice la verdad, quién te intenta engañar, y la única forma de llegar a ese extremo es
Pues eso, ha sido una lectura crítica de las cosas. Y los jóvenes, pues actualmente, no todos, hay que ser optimistas. Yo creo que tampoco es una mayoría, pero se están dejando manipular por intereses involucionistas, por llamarlo de alguna forma. Ciertos intereses que lo que quieren es que haya una reversión democrática en este país para defender los intereses de unos pocos y están dejándose manipular o están intentando manipular a los jóvenes. Entonces, pues eso.
Eso es lo que hay que hacer, informarse. Con la información, luego uno puede tomar decisiones acertadas. El mejor consejo. Felipe, muchísimas gracias por atendernos. En unas horas podremos estar contigo, compartir esta charla en la Sala del Moli dentro de las jornadas Tardos de la Memoria. Gracias por tu trabajo. La verdad es que es interesantísimo y con ganas de que esa tesis vea la luz y esté publicada.
Sí, ya falta poco. Gracias. Bueno, aún queda en un par de años, pero bueno, a ver si la publicamos antes. Pero antes ya está terminada el esfuerzo, había que hacerlo y ya está hecho. Muy bien. Así que nada, mañana nos vemos, sí. Tengo ganas de ir arriba a Rocha, que no ha estado nunca allí y me apetece mucho. Un abrazo grande. Venga, gracias a vosotros. Hasta luego.