logo

Arxiu/ARXIU 2004/ENTREVISTES 2004/


Transcribed podcasts: 1247
Time transcribed: 13d 21h 6m 0s

Unknown channel type

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
A tu poden explicar, per exemple, el camí de Santiago, que pots tenir una gran experiència a nivell personal, que pots parlar amb moltíssima gent, que pots arribar a conclusions, a pensaments que potser a la vida quotidiana, en el dia a dia, no podries arribar-hi, per el que sigui, perquè vas caminant simplement, perquè fas un llarg recorregut, perquè tens una gran experiència a nivell humà.
Però tot això, si t'ho expliquen, no és el mateix que t'ho expliquin, que tu ho estiguis experimentant.
Avui ens acompanyen els estudis d'unes persones que ho han experimentat.
Ells van estar el mes passat, el juliol, fent el camí de Santiago, la part final, i tot va ser, crec, iniciativa d'una persona que està aquí a la meva esquerra, que és José Francisco, que és el criminòleg de la Centro Penisària de Tarragona.
José Francisco, bon dia.
Buenos días.
Buenos días.
Va ser idea teva, no?
Bueno, exactamente idea mía. No fue una idea que digamos compartida, porque una maravillosa persona voluntaria del centro, que también está siempre en los juzgados, que se llama Manolita, pues fue la que también nos sugirió la idea al principio de hacer el camino.
Lo que sucede, que yo añadí la temática de los niños discapacitados. Eso sí que fue.
Explica'ns això, perquè vau ser concretament a sis interns i tres nens amb problemes psíquics, no?
Bueno, ha sido un grupo muy variopinto, porque ha sido un grupo de internos, de jóvenes adolescentes.
Digo jóvenes porque, aunque mi hija para mí será siempre una niña, es una joven porque ella tiene 27 años.
Y personas que tenían una serie de una problemática importante física.
Independientemente de eso, pues ha habido unos voluntarios maravillosos, voluntarios del centro y voluntarios que también estaban incluso en el ámbito de la medicina.
Administración de Justicia, concretamente de la Audiencia Provincial de aquí de Tarragona, una voluntaria.
Una persona que yo no había tenido la oportunidad de conocerla, pero que a través del camino, pues me ha dado una cantidad de sensaciones, de experiencias y de conocimientos muy importantes.
Yo la he acogido muchísimo cariño.
José Juan Ramón, bon dia, bienvenidos.
¿Qué tal?
Juan Ramón soy yo, José.
Juan Ramón está a la meva esquerra y José a la meva dreta.
¿Qué tal? ¿Cómo va a ir el camino de Santiago?
Es decir, ¿qué explicaríeo?
O ¿qué es lo que expliqueu?
Porque seguramente lo expliqueu a los otros compañeros, ¿no?
Hombre, para mí ha sido una experiencia muy positiva.
y como un viaje interior donde he tenido tiempo de pensar y recapacitar mucho, quizás sobre mi pasado y también sobre mi futuro.
Y después la experiencia de compartirla con estos niños que, sinceramente, nos han dado mucho cariño y mucho amor porque...
Y quizás de eso es lo que más estamos necesitados, los internos.
Aparte de los voluntarios que se han portado, pues, maravillosamente con nosotros, ¿no?
Y las experiencias han sido, de verdad, que es inolvidable.
Es muy difícil de expresarlo con palabras, lo que he podido sentir,
porque el hecho de compartir con tanta gente diferentes culturas este camino durante tantos días, los recorridos,
y la solidaridad con la que te encuentras, el compañerismo, es todo muy positivo, sinceramente.
Has parlado de un viatge, un viatge intern, un viatge cap a l'interior, ¿no?
Efectivamente.
Cuando vas caminando, vas clar, vas pensar...
A pesar de que tienes mucho tiempo también dentro de la prisión para pensar y para recapacitar,
quizás no es lo mismo al sentirte tan libre, ¿no?
Y tener ese tiempo para pensar, hacer ese viaje interior al que me quiero referir, ¿no?
Y eso es hacer una reflexión sobre tu pasado y también plantearte un futuro, ¿no?
Que, en definitiva, pues, es muy positivo, realmente.
José, Juan Ramón, ¿os vau sentir lliures por cuatro días?
Sí, no, por cuatro, no, por siete.
Set días. Cuatro o no, por siete.
¿Cuatro o no, por siete días?
¿Cuatro o no, por siete días al micro, si no lo sentirás?
Sí, yo sí. Particularmente sí.
Sí, sí, sinceramente, no hay ninguna duda.
O sea, es una... la sensación que hemos tenido de dormir debajo de...
En una tienda de campaña, lloviendo, y salir de ahí, de ese sitio donde te encuentras,
que realmente, bueno, no es que sea muy diferente, pero para nosotros es algo diferente, totalmente diferente, ¿no?
Y libre te sientes que duda cabe, ¿no?
Sí, sí.
Desde el momento en el que nos fuimos, yo ya me sentí muy libre,
porque también íbamos con un grupo de gente que nos hicieron sentirnos muy bien.
Y esto lo hablábamos el otro día también en una entrevista con la chica del diario,
que si las personas que te acompañan y son responsables te dan tantas ganas de pasártelo bien
y de que te sientas bien y de que estés a gusto hasta el punto de llegar y que te hagan un masaje si vienes cansado...
¿Cómo, cómo? ¿Que te hagan un masaje si...?
Sí, sí.
José Francisco, cuando lleguemos a quien iba mal, pues le hacía su masaje y nos cuidaron mucho...
¿Y los hace bien? ¿Los hace bien ahora que no nos oye?
Pues yo lo que pasa es que me tuve que ir y no tuve la oportunidad de...
No es mi profesión.
No tuve la oportunidad de disfrutar de un masaje, ¿no?
Pero sí, creo que sí, porque a un compañero mío, a Quique, me dijo que se había quedado muy bien.
O sea que...
Paco, Paco.
La verdad es que se preocupó de nuestro estado de salud en todos los momentos.
Paco es uno de los monitores voluntarios. Si tú vas a Nari, ¿por qué vas volver de voluntari?
Sí, yo fui porque quería y además lo volvería a repetir una y mil veces más, ¿no?
O sea, la experiencia fue muy buena, muy positiva. El camino fue duro porque fueron muchos kilómetros en pocos días.
La gente iba cansada, la gente iba tocada, pero el compañerismo que hubo con estos chavales y con los críos fue impresionante.
O sea, es que lo único que se desprendía ahí era compañerismo, era amor, era intentar ayudar los unos a los otros.
Yo creo que te puedo asegurar que desde los viajes que he hecho ha sido el que más me ha tocado.
Me ha tocado mucho dentro, tanto a nivel personal como a nivel colectivo.
O sea, es que es una pasada. No se puede explicar.
Yo te estaría hablando 90 minutos toda la tarde de ese camino porque ves cómo la gente te ayuda, cómo son solidarios.
Ves el amor que los niños te despienden cuando llegas cansado del camino.
Por ejemplo, te puedo hacer una anécdota de Rubén, por ejemplo, que veía que venías cansado y él te venía y te hacía cosquillas en los pies
porque era su forma de hacerte esa carantoña o venía y te daban un beso tanto a mí como a José como a cualquiera de los internos.
Aquí ahora mismo tenemos a dos, pero bueno, posiblemente lo ideal hubiera sido tener a todos que contaran su experiencia.
No puede ser, pero creo que fue, ya te digo, una experiencia inolvidable. Esta es de las que te toca de verdad al corazón.
Por supuesto.
José, le veo que estás recordando, estás rememorando aquellos días.
Bueno, yo es que quisiera hacer un pequeño compendio de todo lo que para mí ha representado el Camino de Santiago.
Realmente no fue un viaje para pasárselo bien. Evidentemente lo pasamos bien interiormente, lo pasamos regular físicamente,
pero sobre todo fue un camino muy preparado, muy preparado y muy compartido por todas las instituciones,
todas las estructuras del centro penitenciario. Es decir, yo no tengo ningún protagonismo en este sentido,
ningún protagonismo especial, porque claro, en la petición, en la solicitud, en la preparación de toda la burocracia,
intervinieron un montón de compañeros, prácticamente los del equipo técnico, psicólogos, los monitores de cerámica,
encuadernación, un montón de gente. Entonces, para mí el Camino de Santiago se habla de que es un camino mágico.
Yo entiendo, para mí, yo querría decir que el término mágico, el término mágico diría que es simplemente porque en el camino este
se produce una atmósfera de amor, pero una atmósfera de amor que lógicamente los niños, nosotros fuimos unos privilegiados
porque llevamos ya puestos en las mochilas el amor de ellos. Para mí el amor, aunque sea un comentario un poco místico,
no soy absolutamente nada místico, soy un desastre en términos religiosos, pero soy un desastre,
pero hay un comentario de San Pablo respecto al amor y ellos nos dieron lo que San Pablo entiende por amor.
Nos dieron paciencia, nos dieron serenidad, nos dieron comprensión, nos dieron tolerancia, nos dieron suavidad,
dulzura, valor, bondad de ellos, inocencia. Ese es el amor que recibimos y eso por lo que muchas veces,
el otro día Juan, que estaba haciendo una entrevista como él ha dicho hace un momento, decía
lo único que echamos de menos es que no tuvimos más tiempo para compartir con ellos.
Estos niños son diamantes que la sociedad quizá, unas veces sí, otras veces no, a menudo no,
no sabemos valorarlos debidamente. Claro, diréis, bueno, es que estás hablando porque tienes un hijo deficiente,
una niña deficiente o discapacitada. No, no es cierto, yo me considero un privilegiado.
Lo digo sinceramente con el corazón en la mano, me considero un privilegiado
y el camino de Santiago, la magia que tiene el camino de Santiago es el amor.
Entonces estos niños es como si nosotros hubiéramos estado en una barca en la playa
que mientras está la barca puede ser maravillosa, pero hasta que no tiene agua no funciona.
Ellos fueron el agua y nosotros fuimos la barca. Nos potenciaron lo positivo y entonces
a las personas que estuvimos allí, concretamente a los internos con los que tuve el placer,
el privilegio y la felicidad de poder compartir este camino, les potenciaron su interior,
que es por lo que ha dicho antes, yo creo, lo que ha dicho José, que se removieron cosas en su interior.
Porque estos niños potenciaban su interior. A mí, Rubén y mi hija, cuando llegaba,
era un abrazo, era un beso. Yo no necesitaba masajes, yo dormí fatal, comí fatal.
Pero yo no estaba cansado porque cuando llegaba allí Rubén me pasaba la mano por la cabeza,
me daba un abrazo, mi hija me daba un beso y decía, ya está, como diciendo,
bueno, ya se te ha pasado todo, ¿no? Entonces para mí eso es el camino de Santiago.
Es una atmósfera de amor y por eso la gente no sabe muy bien por qué es mágico.
Pero es mágico por eso.
José, para no ser un experto, como decía,
antes lo ha hecho muy bien, nos ha emocionado a todos.
Bueno, yo soy abogado, pero a los abogados no se les puede dar la palabra.
Pero esta vez no hablo como abogado, hablo desde el corazón y con el corazón en la mano digo lo que yo siento.
Porque es que esto ha sido solamente la punta del iceberg de lo que vamos a hacer
en estos dos núcleos tan, estos dos sectores tan, aparentemente tan distanciados.
Va a ser un proyecto que va a tener absolutamente todo de tratamiento, independientemente de los viajes,
que el círculo lo vamos a terminar con cuatro viajes, esto sí que es una novedad para la emisora.
El cuarto viaje se va a echar a Santiago, el próximo, si Dios quiere, será a Roma.
Y el tercero, lo vamos a hacer un poco el camino inverso de lo que hizo el apóstol Santiago.
Pero esto ya será otro día, como dicen por ahí después de la publicidad.
Pero bueno, en resumidas cuentas, esa atmósfera es la que imperó y esa atmósfera es la que a ellos les da.
La gente cuando viene del camino de Santiago viene como flotando y no saben por qué.
Yo estoy convencido que es por el candamor que se respira, porque toda la gente es paciente contigo, es tolerante.
Esas son las circunstancias que San Pablo dice en la epístola esta de los corintios,
define muy bien lo que es el amor y todas las características que yo he dado prácticamente
son las que nos dieron estos niños.
A mí, simplemente con que mi hija me diera un beso o que en Rubén me pasara la mano por la cabeza,
a mí se me quitaba ya todo el cansancio.
Hubo un día que andé 45 kilómetros, llegué a las nueve y pico de la noche
y luego después me estuve con una persona que tenía unos problemas físicos,
ayudándola, haciéndole un pequeño masaje o como se quiera llamar.
Y no me sentí esa noche, dormí mal, no había cenado, no había comido, no había desayunado.
Y yo no había, no había, sí que pensé, la palabra esta de Jesucristo de pan vive el hombre debe ser cierta,
porque a mí me funcionó, en ese momento me funcionó.
He sacrificado, he sacrificado.
¿He sacrificado eso?
Sí, hombre, he sacrificado en el sentido de andar.
Por ejemplo, nosotros no estábamos acostumbrados a andar bastante.
O si estábamos acostumbrados a andar, porque había quien se había preparado,
como José, que José había andado bastante por el interior del centro,
pero, claro, andas a pie plano dentro del centro.
Allí eran subidas, bajadas, tierra, baches, piedras, ¿no?
¿Sol? No, sol no iba bien.
Bueno, el sol no es que pilláramos mucho.
Nos acompañó la lluvia casi prácticamente todos los días.
La de los días nos acompañó.
Una lluvia floja, pero no se acompañaba.
Y eso que ya hubo arribado a por expulsar alguna vegada,
porque digo, esperan que venga el bon temps, ¿no?
Sí, fue debido también a la coincidencia de que, lógicamente,
el tema burocrático siempre se va dilatando,
porque no es siempre cuando tú quieres que te den los permisos.
Pero, afortunadamente, pues llegó el momento.
De aquí quiero, por supuesto, esto no es en cuestión nada de hacer,
como se dice vulgarmente, a la pelotilla,
pero realmente dar mi agradecimiento muy especial al jugador de vigilancia,
que tuvo la sensibilidad de apoyarnos en momentos que eran difíciles de tomar en cuenta.
Por supuesto, lógicamente, al centro directivo.
A mis compañeros, porque ya digo que yo no he sido el protagonista,
han sido ellos, porque es que podría ir numerándolos uno por uno,
y todos los sectores, incluso el funcionario de vigilancia,
que fue el que le tocó, yo diría, la peor parte,
que es una persona decente, pero le tocó la peor parte,
un poco ser el logro de decir,
es que tenemos que caminar a esta velocidad y tenemos que llegar, ¿no?
Entonces, le tocó la peor parte, a mí me tocó la mejor,
de que solamente tenía que recibir el afecto de todo el mundo.
Yo no hice nada, prácticamente fueron ellos los protagonistas.
Y, por lo tanto, pues así fue la cosa.
Muy bien.
¿Os pasó por la cabeza alguna vez?
En algún momento, lo pregunto porque se lo estará preguntando mucha gente, ¿no?
¿Os pasó por la cabeza o hubiera?
Ah, no, ni mucho más.
Sinceramente no.
Qué va.
Ahora no hay micro, estamos fuera de la antena.
No, no, no, sinceramente no.
No, no, no, realmente no.
Es más, hemos tenido ocasiones anteriores
si hubiéramos querido realizar esta salida.
Yo salí 30 veces antes de hacer el Camino de Santiago.
O sea, no, y mucho menos en el Camino de Santiago.
Fue tan bonito y tan que no, no.
Es una cosa que no creo que ninguno de los seis internos se le pasara ni por la cabeza,
pero ni pensarlo.
Ni pensarlo.
No, porque es que además íbamos, teníamos muy claro dónde íbamos y estábamos muy
a gusto.
Yo no creo ni, ya te digo, ni pensarlo, ¿eh?
O sea, que yo decir...
Yo creo incluso que no llegaron a pensar ni que eran presos.
Yo creo que ellos estaban allí disfrutando y es que como ni siquiera pensaban que eran
internos, o sea, había...
La convivencia era tan buena que es que incluso yo creo que ellos...
Es que yo supongo que serían pues como cualquiera de nosotros, ¿no?
O sea, yo creo que ni se le ocurriría.
Yo estoy tan convencido de que no, de que...
Porque además al próximo año, si Dios quiere, haremos el Camino de Roma.
A mí me encantaría.
Espero que ellos puedan, con sus obligaciones laborales, hacerlo,
o llevarme la base de ellos, que son seis, pero está previsto, yo lo tengo previsto,
tenemos ya definidos más o menos quiénes.
Serán doce internos, doce niños, personal voluntario y bueno, si alguien del periodismo
sí que viene con nosotros, perfecto, pero iremos a Roma.
El tercer viaje será un poquito más lejos, más interesante y el cuarto encerraremos
el círculo.
Luego pediremos permiso a la casa, a ver si nos dejan.
Sí.
A Roma, ¿no?
El segundo sí, al año que viene sí, si Dios quiere sí.
¿Y cómo se escullen las personas que ahí van?
Porque, claro, eso es un problema, ¿no?
Suposo decir, si sí que ahí van y el resto de compañeros se queden dentro, ¿no?
¿Cómo ha ido esto?
Bueno, evidentemente, el equipo técnico del centro, en el cual hay psicólogos, hay educadores,
y he dicho que son ellos los que realmente han tenido...
Nosotros hemos hecho la labor bonita de ir, pero los demás han hecho la labor bruta de prepararlo.
Entonces, hay internos que son de segundo grado, la peculiaridad también es que es de segundo grado.
Normalmente se suele sacar los internos.
¿Qué volviste a un grado que volviste?
El segundo grado quiere decir que es un grado intermedio de confianza.
El mayor grado de confianza respecto a un interno sería el tercer grado, que pueden salir a trabajar al exterior.
Entonces, han sido segundo grado y, por lo tanto, había que saber quiénes estaban en condiciones por cuestiones de condena.
Claro, evidentemente, una persona que tuviera 28 años, por decir algo, era muy difícil que el juez de vigilancia lo pudiera autorizar.
Entonces, se han barajado una serie de factores personales, psicológicos, y se eligió a seis personas.
Están aquí dos, pero son estupendas, realmente maravillosas, y que las voy a aprovechar para el proyecto si están dispuestos a hacerlo, claro.
Una gente, ¿no?
Hombre, parece que sí.
Para nosotros fue una cosa muy bonita porque yo, por ejemplo, nunca he tenido relación con chavales así.
Y que son una pasada.
O sea, que el cariño que te dan es lo que decía antes José Francisco.
Yo me esperaba otra cosa, ¿entiendes?
Digo, a lo mejor son, no sé, menos cariñosos o van más a su aire, digamos.
Son súper cariñosos, colaboran en todo lo que pueden, son una pasada de chavales.
Y eso a nosotros nos ha ayudado un montón.
¿Ha llenado una parte de ti que sentías vacía?
Sí, claro.
Claro.
No es que haya una parte de mí que sentía vacía porque yo vacío me siento muy poco, la verdad.
O sea, estoy bastante contento con mi vida quitando este mal trago, ¿no?
Pero que es una cosa que hice y que tengo que pagar y que me han...
¿Activado unos sentimientos?
Sí, muy bien.
De llenarme algo vacío me han activado algo que yo no tenía, ¿me entiendes?
O sea, era una parte de mí que yo no conocía, digamos, ¿no?
Por así decirlo.
¿Diríais que es lo más extraordinario que os ha pasado en los últimos años?
Para mí, sin duda.
Sí, para mí también.
Para mí, sin duda.
No tengo duda.
Sin duda.
Es algo muy especial, algo muy difícil de explicar.
Para mí, ¿qué voy a decir?
Si yo estaba seguro que iba a funcionar bien.
Luego, entre nosotros también, lo que pasa es que nosotros siempre habíamos...
O sea, nos conocíamos, pero de estar en el interior de prisión, ¿me entiendes?
El poder irte con tus compañeros y estar en el...
Como fuimos, ¿no?
La acampada, luego durmiendo en polideportivos y todo el día con ellos y vivir en lo que es la calle, ¿no?
Pues también...
Es que fue todo muy bonito.
Es que no te puedo contar ni...
Lo único que, bueno, que pasemos un poquito de hambre por el tema de que...
¿Por qué, por qué?
Bueno, bueno.
Por el tema de que vas andando y de que no...
Es un peregrinaje, no te paras a comer en medio del campo, ¿no?
O sea, ahí...
No hay una paella allá en medio, ¿no?
Claro.
Pero bueno, es...
Bueno, hubiera gustado que hubiera una buena paella allí.
Pero que luego llegábamos y José se liaba a hacerle comer y...
Bien.
He sacrificado el rato que vas andando.
Luego, una vez que llegábamos, ya todo era de lujo porque ya teníamos de todo, ¿no?
Estábamos...
Y si no teníamos, lo buscábamos.
Íbamos a...
Bueno, ya lo robábamos.
Menos robarlo.
No, no.
O sea, lo buscábamos...
No, pero tampoco no hay mucho para robar, ¿eh?
Porque creo que son todo campos así de trigo, prácticamente, ¿no?
Sí.
A mí me impresionó Galicia.
Yo tenía muchísimas ganas de ir a Galicia.
No había ido nunca.
Yo creo que era la única parte de España que no conocía.
Y a mí me encantó Galicia.
Me reconfortó otra vez interiormente con el sentimiento que yo quería.
A mí me gusta también mucho la naturaleza, evidentemente.
Yo quería señalar una anécdota.
Ha habido muchas anécdotas, ¿no?
Pero ahora me estaba acordando de una.
Estaba yo con mi hija en un polo deportivo, tomando un refresco, y apareció un chico joven,
porque ese día nos tocó con un grupo enorme de chicos jóvenes, incluso de gente de Reus también, que había un grupo,
y aparece y me dice, ¿usted es el jurista criminólogo?
Y yo le miro y, claro, estamos en Galicia.
¿Quién me va a conocer por aquí?
Yo no le conocía de nada.
Digo, pues sí.
Y pensé, pero yo en mi interior pensé, ¿y este qué sabrá de lo que es un jurista criminólogo?
Pero dice, mire, es que yo he hablado con dos, él me dijo dos presos.
Y me han contado cómo es el tema, la experiencia y todo esto.
Y yo venía, y cuando le vi yo venía, le veo que empieza como medio a llorar.
Y digo, Dios mío, ¿yo qué habré hecho?
No habré hecho.
Dice, yo venía a darles las gracias por el camino de Santiago que están haciendo, por el proyecto,
por que usted haya facilitado esto.
Digo, no, no, si ellos son los protagonistas, a mí no me den las gracias.
Ya puedes ir a hablar con ellos y darles las gracias a ellos,
porque han sido ellos los que hay que darles el verdadero mérito.
Es que yo sigo pensando, de verdad, no es querer hacer las cosas así,
es que ellos son los que tienen verdadero mérito.
Los críos yo ya lo sabía que iban a funcionar así.
Esto era, para mí era una apuesta sobre seguro.
La gente puede, mucha gente puede haberse quedado sorprendida
de que esta experiencia haya sido para mí única, yo creo que ha sido única.
Yo no conozco otra experiencia en ninguna parte del mundo,
ya no del Estado, en ninguna parte del mundo,
que se hayan concatenado estos dos colectivos.
Pero un colectivo yo ya lo sabía,
ese apostaba sobre seguro, he vivido con mi hija,
y entonces yo sé cómo funcionan.
Y el otro colectivo, pues, llevo también mucho tiempo
y también podía apostar casi sobre seguro.
Entonces no ha habido ningún mérito mío,
he acertado porque era lógico.
Entiendo que es aquí té mérito,
pero tiene mérito, ¿eh?
Porque además, José, ya hace años que está trabajando,
por ejemplo, estudiantes de la facultad de Jurídicas,
van a hacer una experiencia,
también van a portar al centro meditenciario,
que pudiesen hacer allí las prácticas.
Sí, es una asignatura que hay que se llama Derecho y Prisión,
que es una asignatura muy curiosa,
bueno, yo no estamos hablando de la asignatura,
pero como cosa anecdótica,
los estudiantes solicitan que les suspenden la asignatura
para volver a repetirla.
Para volver a repetirla.
Sí, sí, lo cual es paradójico
porque en la facultad que yo estudié en Madrid
nunca se me ocurriría pensar que me repitan la asignatura.
Bien cierto es lo que está comentando Francisco,
que muchos peregrinos, no muchos,
pero bastantes peregrinos,
sabían de nuestra situación,
que éramos presos,
y en ningún momento nos hemos sentido rechazados,
sino todo lo contrario,
muy apoyados, muy agradecidos.
Yo tuve una red toda muy bonita,
que fue cuando llegamos a coger las acreditaciones,
pues ya sabían que eran presos,
entre ellos se suponían que yo también era preso,
y me dijeron que por qué hacía el camino.
Yo estaba sacando la acreditación,
y me hizo gracia la pregunta,
¿por qué vienes a hacer el camino pensando que eran presos?
Digo, porque es que me han dado la libertad condicional,
y vengo a agradecérselo,
o sea, fue una adentro de que todo el mundo sabía
que estaban allí,
todo el mundo nos miraba de reojo,
pero la verdad es que aún sabiendo que eran internos,
o supuestamente se vea que casi todos éramos internos,
ya no voluntarios,
la gente te ayudaba y buen rollo.
Sí, luego lo que les chocaba mucho
era lo de los dos colectivos,
lo de que fuéramos,
porque yo con las personas que he tenido la oportunidad
de hablar un rato y explicárselo,
Claro, es que claro,
esto es una cosa que no,
como dice Francisco,
no se ha sentido nunca,
de internos de segundo grado,
vayan con chavales así,
pues la gente le chocaba,
tú notabas que decías,
hostia,
pues qué cosa más rara,
pues rara pero preciosa,
y como experiencia,
yo te digo,
volvería a repetir,
año que viene,
el otro,
el otro y el otro.
¿Os enamoraste del camino
o de alguien del camino?
Bueno,
hubo un compañero que sí,
hubo un compañero,
Dani,
Dani Ligol,
¿eh?
¿Quién Ligol?
Tenemos un compañero que efectivamente,
sí,
ya tiene contactos,
por carta,
se va comunicando,
yo me lo tenía,
sí,
bueno,
es que también creo que era el único
que iba a quedar sol,
pero lo demás,
todos estábamos casados,
bueno,
yo no tengo relación,
así que estoy disponible,
estaba abierto,
pero estaba muy ocupado,
estaba muy ocupado,
no tenía tiempo.
Francisco,
la próxima cita,
¿cuándo,
qué mes?
Pues todo dependerá,
porque mi idea
es ir a,
es posible a platicar,
¿no?
Entonces va a depender un poco
de la agenda de ellos,
en realidad es curioso,
hablando de esto un poco,
y seguramente que hay una niña
que me está escuchando
y se llama Silvia,
y yo el otro día la comentaba,
digo,
el año que viene te llevaré,
y haremos lo posible por llevarte,
porque tengo que pedir permiso,
claro,
está en una entidad pública,
y me decía,
y le dije,
¿tú qué le pedirías al Papa
si tuvieras la oportunidad
de hablar con él?
Y me dice,
yo ver a mi mamá,
que hace mucho tiempo
que no la veo,
digo,
cariño,
pero eso también
solo puedes pedir a Dios,
y dice,
sí,
pero él está en el cielo,
el Papa está aquí,
y entonces,
estos niños son muy directos,
entonces la próxima,
la próxima será en Roma,
cuando tengamos la oportunidad,
la tercera un poquito más lejos,
y la cuarta cerraremos el círculo,
pero todo trabajando,
hemos trabajado,
el grupo,
y cuando digo que hemos trabajado,
lo digo seriamente,
hemos trabajado el grupo,
yo he hablado con ellos a nivel colectivo,
a nivel personal,
he tenido la oportunidad de que yo llegar a su interior
y ellos llegar a mi interior,
que es muy importante,
la próxima vez trabajaremos el tema familiar,
de cohesión familiar,
el siguiente,
el tema de las raíces personales de cada uno de ellos,
y el cuarto,
que volveremos otra vez a Santiago,
cerraremos el círculo.
Y José Juan Rabón,
que el día que se abran las puertas,
tu centro,
recordáis estas cosas,
seguramente.
Sí, claro.
Igual es una experiencia inolvidable,
irrepetible.
Yo lo único que vi de ellos,
fue cuando íbamos,
íbamos,
íbamos muy contentos,
era una pasada,
y lo único triste que me causó,
un poco de tristeza,
fue cuando veníamos,
porque todo el mundo venía,
muy muermo,
o sea,
el verlos así me preocupó,
porque claro,
yo por ejemplo,
en mi caso,
pues venía contento,
volví a mi casa,
había hecho el camino,
me había costado un sacrificio,
quería ver a mi mujer,
a mis hijas,
pero el verlos a ellos,
pues así,
fue un camino un poco triste,
el de vuelta.
A ver,
el regreso ya era un poco más duro,
es lógico.
Sí, bueno,
esto es de cajón.
A mí me hubiese gustado,
por ejemplo,
volver y encontrarme con mi hijo
y con mi mujer,
y no era el caso.
Pero bueno,
somos adultos y conscientes,
¿no?
De dónde estamos,
y de lo que hay.
Aprovecha para saludarles.
Sí,
aprovecho para mandar un beso a mi hijo
y a mi mujer,
y a compañeros del camino.
Y a mis compañeros también,
que no pueden estar aquí,
por motivos,
cada uno por sus motivos.
Y al equipo de tratamiento,
que se han portado todos muy bien.
Y no quiero dejar de agradecerle
a los voluntarios también,
que han dejado sus trabajos,
sus familias,
para poder acompañarnos,
así como los profesionales,
que han hecho posible esto.
Bueno,
lucharemos por ello
y seguramente lo haría más veces.
De hecho,
pues bueno,
supongo que nosotros
nos vemos más
y que sepáis que estamos ahí.
José Francisco,
José,
Juan Antonio,
Paco,
gracias por venir a contarnos
esta experiencia tan humana,
de la que hemos aprendido tanto,
y si hemos conseguido
cambiar alguna conciencia,
mejor que mejor.
Gracias a vosotros.
Muchas gracias.
Por darme la oportunidad.