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Arxiu/ARXIU 2004/ENTREVISTES 2004/


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Time transcribed: 13d 21h 6m 0s

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És el so que ens acompanya de forma constant aquests dies a la ciutat de Tarragona
i de manera més intensiva des d'ahir dimecres.
Primer dia del Festival de Dixieland, la onzena edició a la ciutat de Tarragona,
un festival del que podrem gaudir fins dissabte o diumenge fins a altres hores de la matinada,
podríem dir-ho així, perquè no ens cansem de repetir-ho,
són les bandes al carrer, són les bandes al teatre
i són les bandes a tots els locals de la ciutat de Tarragona.
I si la música és protagonista també ho són altres elements que tenen molt a veure,
amb el món del jazz.
En cada edició no ens falta una exposició antològica,
una exposició que mostra les cares del jazz des de diferents perspectives.
En aquesta ocasió, l'exposició du per títol Jazz a l'estació Via Musical.
És una exposició patrocinada, presentada per la companyia Renfe
i és una exposició que recull el treball de Javier Marina,
un fotògraf professional, a més a més un gran apassionat per la música jazz.
Altanima, a l'altre costat del fil telefònic.
Javier Marina, molt bons dies.
Hola, bons dies.
Fotògraf professional apassionat per el jazz.
Jo no sé d'on empeça i d'on acaba la professió i la devoció.
És complicat, és un límite difícil de establecer, realment.
No és fàcil.
De totes formes, sempre que vaig al jazz llevo la càmera,
el que vol dir que no puc separar una cosa de la altra, realment.
Els fotògrafos llevan la cámara sempre, vayan a donde vayan.
És així, és així.
Jo crec que són incapaces de veure les coses que no sé a través d'un objectiu,
no?, la majoria de vegades.
Sí, sí, quan les ves directament a vegades te sientes raro, vamos.
És com si faltara alguna cosa ahí.
Te falta el encuadre, digamos, de la escena.
Claro, esta exposición que podemos ver estos días en Tarragona,
si no la tengo mal entendido, es una exposición itinerante
que generalmente separa, viaja hacia aquellas ciudades,
a aquellos lugares donde se celebra algún tipo de festival
o de conciertos relacionados con el jazz.
Esto es esto.
Sí, sí, teóricamente era un año en el que iba a estar itinerando por España
y efectivamente sigue a los festivales de jazz.
Como lo sigue también Javier Marina.
Correcto, o al menos lo intento.
Lo intentas.
En la medida en que el trabajo me deja.
Esto es desde hace muchísimos años, ¿no?
Sí, sí, yo empecé probablemente en el 80 a escuchar conciertos de jazz
y a fotografiar los puestos cuartos de lo mismo,
porque creo que nacieron a la vez la afición al jazz y la afición a las fotos.
¿Y conciertos y afición en lo que es España o también por otros países europeos?
¿Dónde ha centrado un poco el radio de acción
en cuanto a este fotografiar las estrellas del jazz?
Pues en principio donde iba a trabajar, es decir, si he estado trabajando
y esa noche ha habido un concierto en Londres, pues me he acercado a fotografiarlos allí.
Si me pilla en Tarragona, pues en Tarragona, es decir, un poco donde voy trabajando.
Y después si no hay trabajo, evidentemente, pues ya es un poco por libre, por elección propia.
¿En conjunto cuántas fotografías tenemos aquí en Tarragona estos días?
Bueno, van a ser las cien las que rueden por toda España.
Cien fotografías son muchas fotografías, ¿eh?
Y muchos momentos.
Sí, sí, sí, son más que nada, lo sé porque me tocó elegirlas de todo lo que hay,
es duro y largo, vamos.
De las formas negativas hay muchísimos más.
Ya, ya me imagino.
Hay que multiplicar por mucho más.
Porque a lo largo de un festival de jazz, momentos e imágenes, hay muchísimas.
Sí, sí, sí, muchas, muchas, muchas.
O sea, no siempre estás tirando, evidentemente, porque si no, no podrías escuchar
o no podrías enterarte de lo que se está diciendo en el escenario,
pero realmente se tiran muchas imágenes.
Al menos yo soy de dedo fácil.
Claro, imágenes además de grandes artistas de jazz de nombre internacional.
Algunos de ellos ya no están entre nosotros.
Correcto.
Algunos están, desgraciadamente, y otros sí, afortunadamente, se mantienen vivos.
¿Podríamos comentar alguno de esos grandes nombres del jazz que están en esta exposición
y que han pasado por la cámara de Javier Marina?
Pues, hombre, yo lo que más recuerdo realmente es a Sara Bogán,
y fue un colegio aquí en Valencia, en el teatro,
que hizo parar el concierto realmente porque le molestaban los flashes de los fotógrafos.
Y eso es lo más interesante que me ha pasado.
Todos los fotógrafos mirando al suelo, ¿no?, despistando.
Sí, vamos, decía, coño, esto no debes ir conmigo porque no estoy tirando goflash, pero claro.
Entonces, nada, nos despejaron de allí rápidamente.
Y después recuerdo a Chet Baker porque vino aquí prácticamente tres meses antes de morir.
Entonces esas fotos eran, imagino, de los últimos conciertos que dio.
Es que aquí estamos hablando de Ray Charles, Bruce Brothers, Chet Baker, B.B. King,
y Sisi Les Pi, Pedro Iturralde y Tete Montoliu, como jazzistas de nuestro país, ¿no?
Sí, sí, sí.
Es una galería de los números uno del jazz.
Sí, realmente, claro, hay gente muy potente.
Lo que pasa es que estamos hablando de gente que o es muy mayor o ya no está efectivamente.
Es sobre todo de los americanos porque las nuevas generaciones ya, vamos, tengo fotos,
pero la idea no era tampoco un panorama actual, ¿no?
Era un panorama general de los músicos que han ido viniendo o que he ido viendo por ahí.
Sí, sí, adelante, Javier.
No, no, era eso, básicamente, que realmente son músicos que en su mayor parte o no están
o ya son muy mayores realmente.
Con la cantidad de negativos que comentabas que tienes de festivales,
me imagino que no solo de los grandes nombres del jazz, sino de público, de momentos.
Hay como algo de ritual, ¿no?, en un concierto de jazz,
de estos de grandes dimensiones con grandes estrellas.
Sí, claro.
Es decir, aquella imagen fabulosa no solo está en el escenario,
sino que está también en cada uno de los rincones de las salas.
Claro, sí, sí, por supuesto.
Después también hay muchos sitios que no existen,
muchos clubes de jazz que están fotografiados,
hay o muchos, no se ve realmente porque no está fotografiado el club de jazz,
pero aquí en Valencia, por ejemplo, hay dos que ya no están
y, bueno, varios por ahí que ya no existen como tal.
Van desapareciendo locales, pero se van añadiendo iniciativas relacionadas con el jazz, ¿no?
Sí, sí, correcto, correcto.
Aquí en Valencia, en concreto, que es lo que más conozco,
nos hemos quedado prácticamente sin nada.
Hay un par de locales ahora que programan jazz,
pero lo que eran clubs de jazz han desaparecido, tal cual.
Y lo que dices es cierto, lo han sustituido iniciativas de PAOS o de bares
o de otro tipo de locales de este tipo que programan actuaciones.
Precisamente tenemos hoy en Tarragona la seda Jazz Wits Band,
que es del País Valencià,
que es la banda que está impartiendo el jazz a las aulas para los escolares.
Yo no sé, Javier, si conoces el Festival de Dixieland de Tarragona.
Sí, sí.
Sí, he estado un par de veces, pero curiosamente siempre sin la cámara.
Vaya, pero eso es muy extraño, ¿no?
Es patético.
Es patético más que extraña.
Es un olvido imperdonable.
Coincide que las dos veces que he estado allí,
vamos, la idea era que fui a Barcelona a llevar las cámaras a reglamentos,
bajé a Tarragona a escuchar el festival y estuve sin cámara.
Vaya, eso sí que es, pues nada, está obligado a volver, ¿eh?
Es cierto, es cierto.
Hay que volver al festival, que bueno, tendrás referencias, ¿no?
Porque además si has estado, ¿de qué manera se llenan las calles y los locales de música?
Sí, la verdad es que la idea era acercarme, pero me ha coincidido con otra cosa y ha sido imposible.
Si no estaría, claro, con la cámara.
Ahora ya son digitales, ahora ya no son negativos, es una pena, pero...
¿Tú eres todavía de los que están por el negativo aquel que se tenía que revelar artesanalmente?
Hombre, todo tiene su lado bueno, ¿no?
Y su lado malo.
Lo que pasa es que son mucho tiempo tirando con negativo tradicional, analógico,
entonces como que el cambio ahora al digital queda un poco rarito y un poco extraño y falta algo ahí.
Es el proceso ese y el positivado, que ahora lo haces en el ordenador realmente, no lo haces en el laboratorio.
Pero bueno, tenías un encanto también, ¿eh?
Positivar el papel tiene mucho encanto, al menos para mí, claro.
Son otros tiempos los de la fotografía, los del jazz también,
aunque el jazz conserva buena parte de sus raíces
y que podemos ver a través de esta colección de fotografías, jazz alastasio vía musical.
Javier Marina, este año te lo perdonamos,
el que viene te queremos aquí en el festival y con tu cámara, ¿eh?
Sí, sí, yo también iré, también tengo ganas.
Pues muchas gracias por atender nuestra llamada, buenos días, adiós, buenos días.
Gracias.
Gracias.