Es un proyecto que se ve muy profesional, ¿no?
Los bailarines ya en el escenario ya son profesionales.
Es un proceso de dos años de experiencia profesional para los bailarines
que salen de los conservatorios, tanto del instituto que de otras escuelas.
Y, bueno, tengo que llegar a encontrarles trabajo.
Están por todo el mundo ahora.
Entonces, bueno, tenemos un éxito a nivel de público
porque son programas muy accesibles al público.
Hay mucha diversidad en el programa, haciendo cuatro coreografías.
Entonces, para todos los gustos.
Pero llega mucho a la gente porque yo creo en la danza como modo de expresión
que los bailarines tienen que interpretar y estar más allá de la técnica, ¿no?
Poder expresarse con su cuerpo y pasar un mensaje y sus sensaciones.
Y esto se llega mucho al público, ¿no?
Entonces, el público que viene a vernos es un público muy diverso
y cada vez hay más gente, ¿no?
Porque tanto si no conocéis de danza o que la gente es un poco escéptico,
sabes que la danza no entiendo nada.
Bueno, yo creo que la danza se siente, ¿no?
No hay que entenderlo, se siente y se capta y se recibe.
Pero la gente que vienen a ver, que nunca le han gustado o que dicen solo le han gustado el clásico,
pues vuelven.
Dicen, ah, me ha encantado.
Yo no entiendo la danza, pero esto me ha encantado.
La gente baila muy bien.
Además, son gente jóvenes, con mucho dinamismo, muy frescos y con ganas.
Y esto se ve, se nota mucho.
Claro, Caterina, es que cuando se habla de danza contemporánea parece que estamos hablando de cosas raras, ¿no?
Y a veces son espectáculos muy sencillos de llegar a la gente y con una belleza extraordinaria.
Sí, yo creo que la danza está muy unida con la música, ¿no?
Y a veces hay unas danzas contemporáneas que cuesta mucho llegar por el tipo de música.
Y entonces, bueno, los coreógrafos que elijo siempre están muy, muy...
Bueno, la selección de músicas las cuidan mucho, pero también la coreografía va muy bien con Elia, ¿no?
Está muy acorde, ¿no?
Aunque las músicas son muy diversas en este programa.
Una prueba de ella es uno de los espectáculos Corpardut que está basado en música de María del Marbonet.
Claro, es que, bueno, Nacho Duato ha trabajado, bueno, Corpardut es un duet que hemos, al fondo, creado juntos, Nacho y yo.
Le hemos bailado muchos años y le habíamos ofrecido como regalo de cumpleaños.
Pero lo que quería decir es que la conexión, bueno, de la música con la coreografía es uno.
Nacho es capaz de entender completamente, enteramente la música de María del Marbonet.
Su voz se acorde muy bien a los movimientos.
Y además llega mucho al público pues una pieza bellísima, que es un duet así, que habla del deseo, ¿no?
Que nunca ha morido, ¿no?
El deshidro es amor, ¿no?
Y es una pieza muy sencilla, pero que tiene, bueno, que llega mucho a la gente.
Y la belleza coreográfica es la de Nacho, ¿no?
Y entonces, bueno, hay, está en el programa como tercera pieza.
Son gente jóvenes que lo van a bailar, pero lo bailan con todo su corazón, ¿no?
Esta es la tercera pieza del programa.
Bueno, la primera pieza es una pieza de Ramón Ollé que acabamos de estrenar en San Cugat hace dos semanas.
Que es el Manolo Enfriens.
Manolo Enfriens, que es una pieza divertida, con sketch, es una pieza alegre que ha creado propiamente para los bailarines,
que está con música de Hawaii, están en la playa y, bueno, tienen un aire muy fresco.
Bueno, la segunda pieza no tiene nada que ver con la primera, se llama Stations.
Es una pieza de un coreógrafo belga que se llama Stein Selys, que es coreógrafo para compañías como el Kulbeck Ballet,
Le Grand Ballet Canadien, está, bueno, es un joven coreógrafo.
Ha creado esta pieza y la estrenamos al mismo tiempo que Manolo Enfriens.
Es una pieza ahí muy sutil, muy fina, con un insólita, es más contemporánea, queremos decir,
pero los bailarines se mueven, que dices, no, cómo consiguen moverse de este modo, ¿no?
Lo que consiguen hacer con su cuerpo, pero además con su alma.
Es una pieza de una finura increíble y yo pienso que, bueno, como contraste, pues impresiona mucho, ¿no?
Y la tercera pieza es Corperdut, entonces que es un clásico de Nacho, Nacho Duato.
Con el que ha trabajado varias veces, Caterina.
Sí, bueno, es una pieza que creamos juntos, yo fui, bueno, pareja de baile de Nacho.
Y, bueno, es una pieza que le tengo muchísimo cariño y además, pues me encanta trabajarla con los bailarines.
Cuando pide a Nacho, ¿la puedo montar? Eso sí, enseguida, enseguida, porque sabe que le voy a pasar el espíritu,
porque fue creado con nosotros, ¿no?
Y entonces, bueno, es muy especial, muy bella.
Luego tenemos la última pieza, que es de un joven coreógrafo ex-alumno del Instituto del Teatro,
que pasó por Víctor Ulate, como en su profesión, pues en Netherlands Dance Theater, en el Hoover Street.
Y, pues, le he pedido de hacer esta pieza con los bailarines, que la creó el año pasado para el Festival de Sitges.
Y es también impresionante la manera que los bailarines la desenvuelven, bueno, los movimientos,
cómo consiguen llegar a estos movimientos que a veces parecen imposibles, ¿no?
Es, tiene una poesía, no sé, la encuentro muy bella.
¿Es intencionado el hecho de ofrecer un espectáculo del trabajo, como muestra del trabajo que hace Danza Jova,
con cuatro piezas diferentes, mantener esta estructura tan variada?
Sí, puede ser tres o cuatro.
¿Y no hacer un espectáculo global de una hora, hora y media, sino hacer piezas distintas todas entre ellas?
Sí, bueno, en principio sí.
Bueno, es intencionado porque me gusta tanto para el público la diversidad,
pero también para el bailarín, porque como trabajo quiero que sean capaces de adaptarse a un estilo
y cinco minutos después cambiar de estilo, ¿no?
Ahora el mundo está en la diversidad.
Los coreógrafos piden tanto hacer puntas que hacer un tipo de trabajo que otro.
Entonces, darles la posibilidad también de cambiar de personalidad dentro de una pieza,
bueno, cambiar de personalidad, de interpretación, digamos.
La personalidad la tienen y está muy claro.
Pero la posibilidad de adaptarse a estas variedades y además para ellos les ayudan a tener un criterio más fuerte
de lo que quieren hacer como bailarín o lo que les gusta, donde se sienten más a gusto,
lo que quieren desarrollar.
Y entonces, bueno, también yo pienso que IT Danza tiene una tasca,
y lo hemos comprobado ya, a nivel de divulgación de la danza.
Entonces, aquí se puede ver que la danza contemporánea no es una.
Hay variedades, hay maneras de hacer muy distintas y que se ve muy bien en un programa.
También la elección es otra, es que a mí siempre me ha parecido que una noche entera de baile,
puede ser una pieza, más de una hora o una y media,
o una hora y media, se hace siempre muy largo y siempre en el momento que el coreógrafo se repite.
El propio Nacho Duato o Kirill y Kirillán evitan hacerlo más que 45 minutos o media hora.
Lo hacen, pero en general prefieren hacer 20 minutos, ¿no?
O, bueno, también son genios y consiguen hacer unas piezas de noche entera fantásticas, ¿no?
Bueno, yo prefiero ofrecer a los bailarines y al público la diversidad.
Gracias.
Gracias.
Gracias.
Gracias.
Gracias.