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Hem de fer referència a una altra cita de tall completament diferent.
Fa uns dies la Fundació La Caixa ens està oferint tota una sèrie de conferències
adreçades a explicar-nos la situació de pobresa, explotació i violació dels drets humans
que pateixen els nens i nenes a tot el món.
Un cicle que organitza la Fundació La Caixa, com dèiem, amb la col·laboració de la URB Solidària
i que està portant a diferents persones que coneixen el tema de prop,
persones que treballen estretament amb infància, que ha viscut horrors,
com per exemple els nois amb els quals treballa des de fa molts anys Gervasio Sánchez,
però sobretot Xema Caballero.
Tenim a Xema Caballero a l'altre costat del fil telefònic,
que és la persona que estarà aquest vespre aquí a Tarragona
per parlar dels nens soldats a partir de la seva experiència fonamentalment a Sierra Leona.
Xema Caballero, molt bons dies.
Hola, bons dies.
Yo no le he hecho una presentación formal
porque imagino que hay muchas personas que le conocen a usted.
Usted es misionero, está destinado,
ha trabajado en Sierra Leona durante mucho tiempo.
Digo que le conocerán a usted porque un gran amigo suyo,
como es Gervasio Sánchez, es de Tarragona.
Sí.
¿Y alguna vez él ha estado aquí también hablando de este tema?
Yo creo que sí, además Gervasio es una persona que conoce muy bien el tema
y lo está difundiendo muy bien en los medios de comunicación.
Un tema muy difícil de difundir.
difícil porque explicar la situación en la que han vivido y siguen viviendo muchos de niños
cercanos a los conflictos bélicos, es difícil explicarlo, pero también es muy difícil escucharlo.
Yo creo que sí, en nuestra sociedad es difícil ver que esas realidades,
tampoco están tan lejos de nosotros, están pasando.
y no queremos enterarnos de estas cosas.
Son muy pocas las personas que realmente quieren saber lo que realmente está pasando.
Y también olvidamos que nosotros, desde nuestra sociedad oriental, estamos promocionando,
estamos haciendo posibles con el tráfico de armas, con la explotación de los recursos naturales de África,
que niños tan pequeños como de 7 o 8 años sean convertidos en soldados en países como Sierra Leona
o en otros países de África.
Yo le voy a ser sincera, Chema, el libro Salvar a los niños soldados, de Gervasio Sánchez,
yo no podía acabarlo de leer.
Dígame usted que tengo una mirada muy occidental, pero no podía acabarlo.
No lo sé, a mí mucha gente me ha dicho que es lo mismo.
Yo tampoco lo he leído, la verdad.
Es que es prácticamente imposible poder asumir tanto horror a través de la lectura.
Y sin embargo usted y otras personas como usted se han comprometido hace muchos años
a convivir y a intentar recuperar no una infancia,
pero intentar que estas personas como mínimo puedan hacer de ahora en adelante eso,
vida de personas.
Yo creo que sí, cuando está sobre el terreno y cuando hemos visto estos niños durante muchos años
por siendo secuestrados, siendo manipulados, los hemos visto en los puestos de control en las carreteras,
los hemos visto luchando, nos hemos encontrado de frente,
hemos decidido que haya que hacer algo para sacar a estos niños de esa violencia,
de ese mundo al que no pertenecen, al que están obligados y forzados,
y darles la posibilidad de volver a ser personas humanas.
A los niños se les convierten en máquinas de matar y nosotros hemos intentado,
yo creo que lo hemos conseguido, porque más de 3.000 niños y niñas han salido de la guerrilla
y están viviendo una vida que se puede llamar normal,
de volver a convertirlos en personas que pueden vivir una vida normal,
a pesar de los traumas, a pesar de los miedos que tienen que asumir,
los niños que han vuelto al colegio, que han tenido un oficio, que se han casado.
Yo creo que lo bonito de esta historia no es tanto la violencia,
que se nos han sometido estos niños, sino la esperanza que transmiten,
es decir, que el ser humano se recupera y si tiene la fuerza suficiente,
es capaz de salir de toda esa violencia.
¿Niños y niñas también que entraban en estos ejércitos por la fuerza?
Sí, en todos los casos que me he encontrado siempre han sido niños secuestrados,
niños forzados a convertir en soldados, niños que se les manipula,
incluso se les obliga a matar a su propio padre,
han sido de ritos que les lleva a convertirlos en máquinas de matar,
como decía antes.
Yo no me he encontrado ninguna vez un caso de un niño que voluntariamente
se haya unido a la guerrilla, por ejemplo.
Niños que se les droga, que se les alcoholiza, que se les somete a vejaciones impensables,
incluso en un mundo de adultos.
Sí, es increíble que, y además, esto todo responde a un plan concebido,
porque es un patrón que se repite, no solamente en Sierra Leone,
sino en Liberia, en Costa del Marfil, o en Uganda, o en Sudán, en Gafú,
que es un plan establecido por los niños, una vez manipulados con las drogas,
con el alcohol, como tú bien decías, además, estos son niños que no razonan,
que obedecen ciegamente, que se convierten en máquinas de matar,
que entran a saco en las aldeas.
Entonces, es mucho más fácil utilizar niños que utilizar adultos,
que pueden cuestionar las órdenes.
Entonces, es un fenómeno que cada vez está aumentando más,
cada vez hay más niños y niñas en todo el mundo siendo utilizados como soldados.
Explíquenos un poco cómo ha ido trabajando usted, Gervasio, este tema.
Ya hace tiempo que ha estado en Sierra Leona y hace tiempo que empezó a trabajar a nivel de escuela.
Explíquenos un poco cómo empezó toda esta historia, desde su experiencia personal.
Sí, vamos, yo llevo en Sierra Leona desde el año 92 y siempre trabajo en el campo de derechos humanos
y ante la realidad que nos veíamos estos días, desde el 91 que empezó la guerra en Sierra Leona,
viendo, como decía antes, estos niños los encontrábamos en las calles,
los veíamos en la ciudad, los veíamos en los puestos de control.
Entonces, decidimos que había que hacer algo.
No solamente denunciar lo que estaba pasando en el país,
sino también hacer acciones prácticas que pudiesen ayudar a que la paz se forma en realidad en Sierra Leona.
Y fue así como poco a poco fuimos diseñando este proyecto de recuperación y rehabilitación de niños y niñas soldados.
En un principio, la experiencia que había anteriormente nuestra era más bien de internamiento de estos niños en centros,
casi cárceles, porque una vez que salían de la guerrilla,
que no volviesen, que no continuasen matando o ejerciendo como soldado.
Nosotros nos planteamos que a estos niños había que rehabilitar,
dar la oportunidad de volver a ser personas.
Y al principio, pues metiendo mucho la pata, porque ya teníamos referentes de otros países,
no sabíamos muy bien cómo hacerlo, pues fuimos un poco dateando,
hasta que fuimos encontrando la fórmula, y así fue como surgió este programa.
¿El caso de las niñas es diferente?
En el caso de las niñas es mucho más difícil.
Las niñas van a ser soldados, son de serión pequeñita, son hechas de escravas sexuales.
Tienen niñas que son violadas, abusadas, y después están a disposición de cualquiera que quiera utilizarlas.
Entonces, al final, cuando un niño sale de la guerrilla,
la clave de que un niño se preocupe es que hable, que cuente su experiencia.
Y las niñas también cuentan su experiencia como niño soldado.
Pero muy difícilmente una niña, pues por toda la presión cultural, por la educación,
por toda una serie de cosas, nunca va a hablar, o muy pocas veces va a hablar,
de su experiencia como mujer abusada, mujer utilizada.
Y eso va quedando dentro, es una vida muy fuerte.
Y eso ha hecho que muy pocas niñas realmente se rehabiliten y vuelvan a la sociedad.
Trabajar con estos niños y estas niñas, es decir, imaginemos, haciéndose un poco gráfico,
cojo a todos estos niños, todas estas niñas, los saco de su país, los llevo a un centro a miles de kilómetros,
y bueno, parece que los puedo ir recuperando.
Pero ustedes lo que plantean, lógicamente, es que esta recuperación se ha de hacer en su propio hábitat,
en su propio territorio, pero claro, también esto da que pensar de qué manera el entorno,
incluso las propias instituciones, les pueden presionar a ustedes a la hora,
o la propia guerrilla, ¿no?, a la hora de trabajar con estos chavales.
Sí, durante todos los años de la guerra, pues la guerrilla ha estado a un par de veces a sitios del centro,
que nos lleva a los niños, que hemos sido totalmente ignorados, pues por el gobierno.
Bueno, pero nosotros pensábamos que el niño tiene que recuperarse y volver a vivir en su propia familia,
en su propia sociedad, nada más imagínate que lo difícil que es para una familia
que vuelvas con un niño que ha matado al padre, es decir, el niño vuelve, está recuperado,
entonces la madre siempre verá al asesino del padre, los hermanos verán al asesino del padre,
y es muy difícil que este niño vuelva a su aldea, que vuelva a su familia,
y a pesar de eso, más de tres mil niños se han vuelto a su familia, están viviendo de nuevo con su familia,
esto es también un ejemplo de cómo la sociedad ciudadanesa se ha vuelto a perdonar y a acoger,
y está cansada de la violencia y quiere vivir en paz.
Llama la atención cómo una sociedad capaz de crear soldados que secuestran niños
y los someten a estas situaciones, es capaz de ser también tan generosa
para poder después del tiempo acoger a esos propios niños, ¿no?
No es tanto la sociedad la que ha creado...
No, las familias, bueno, las familias los acogen, pero ya sabemos quién lo ha creado, ¿no?
Sí, es bonito el gesto de estas familias, que todas son víctimas, todas ya han sufrido mucho.
Yo creo que la gente después de 11 años estaba tan cansada de la guerra
que ha tenido que hacer el esfuerzo de saber perdonar y saber acoger,
porque si no, la guerra nunca tendría.
A mí hay una cosa que me llama mucho la atención de este mundo nuestro occidental y confortable,
Chema, es que si ahora saliéramos a la calle, explicáramos esta situación de estos niños,
hablamos de Sierra Leona, pero como usted decía, en muchos puntos del planeta encontramos situaciones similares.
Si preguntáramos, explicáramos estos casos y preguntáramos a las personas que van por la calle al azar,
todo el mundo se sentiría horrorizado, todo el mundo se sentiría solidario,
pero de alguna manera parece que estamos como un poco anestesiados en Occidente ante estos problemas,
no queremos oír o acusamos un cierto cansancio de oírlo, ¿no?
Yo creo que son tantas las causas que por los días nos están dando, nos están vendiendo, ¿no?
Y además se nos ha adormecido un poco la conciencia diciendo, bueno, pues tú das, lo que sé,
20 euros a esta ONG, a esta asociación, a esta congregación y ya estás contribuyendo, ¿no?
Entonces nos olvidamos que realmente eso que sirve y que ayuda no es lo que soluciona el problema,
es decir, los verdaderos problemas de por qué existen soldados, como decía antes,
el tráfico de armas, la explotación de los recursos naturales de África,
en el caso del Diamante en Sierra Leona, por ejemplo, entonces tenemos que realmente pedir
que esas cosas terminen, tenemos que pedir responsabilidades a nuestros gobiernos,
porque España es parte y cómplice de todo esto, siendo el quinto país exportador de armas,
armas españolas son utilizadas en Sierra Leona, por ejemplo,
tenemos que crear el paso de sentidos horrorizados y querer ser solidarios
a pedir responsabilidades a nuestros gobiernos, para que realmente las causas
que están creando ese tipo de fenómenos como niños soldados o niños esclavos sexuales
o niños explotados laboralmente terminen de una vez.
Por lo tanto, está muy bien esa aportación económica que hacemos a través de la ONG,
pero usted en definitiva me está hablando de una militancia ciudadana, civil,
que pida explicaciones a todas estas situaciones, ¿no?
Yo creo que sí, que si no hacemos eso, nosotros seguiremos poniendo parches
en países como Sierra Leona, por 3.000 niños yo consigo sacar,
otros 6.000 serán secuestrados mañana y otros 9.000 me he pasado mañana,
es decir, nunca podremos fin a este tipo de fenómenos.
Usted de vez en cuando viene aquí, se va hacia allá,
y cuando está aquí y ve estos problemas que tienen nuestros niños que no son soldados,
¿qué piensan? No de los niños, sino de los padres.
Yo me pierdo un poco, vengo por unas semanas, dos semanas,
y no entiende nada, ¿no?
Y me está a eso ya con mis sobrinos y está totalmente perdido.
Ya, ya, ya me lo imagino.
Chema Caballero, esta tarde estaremos puntuales a las 7 y media
en el auditorio de la Fundación La Caixa.
Un primer paso es conocer el tema a través del trabajo que hace usted y sus colaboradores.
Después ya cada uno en conciencia que actúe y que haga lo que considere que es mejor.
Pero de entrada, la información no hace daño a nadie
y es muy importante conocer estas situaciones.
Gracias por atender nuestra llamada
y disculpe porque en alguna ocasión le he dicho Gervasio
porque habíamos hablado alguna vez por la radio,
pero le aseguro que sabía con quién estaba hablando.
Ningún problema.
Muchísimas gracias, Chema.
Mucha suerte.
Adiós, hasta pronto.