Bueno, es verdad que la situación al final se ha contenido, como siempre ocurre.
El año anterior había sido desastroso en cuanto a la cantidad de apagones.
Este empezó fatal también porque en junio se produjeron unos picos de consumo
que, bueno, tenían alarmadas a las empresas eléctricas.
Pero yo creo que con la experiencia del año anterior se tomaron medidas, se importó,
porque, claro, la electricidad no se puede almacenar y ese es uno de los problemas serios, ¿no?
Y se tomaron medidas, se consiguió importar de Francia en los momentos claves de picos de consumo
y yo creo que desde ese punto de vista este año ha pasado relativamente bien.
¿Quién te ama el apagón? Es un reportaje extenso de dos páginas del país,
que ya sabemos mucho lo que supone esto.
Es un reportaje extremadamente bien elaborado, con muchísimas fuentes, con muchísimos datos.
Un reportaje vaya como los de antes, como los que muchas veces quizá uno hoy en día
no se hace tanto como se debería. ¿Por qué?
No, bueno, quizás nosotros intentamos hacerlos en la sección del Domingo del País,
pero es verdad que también hay una tendencia a hacer cosas que se lean más fácilmente,
que sean más atractivas y que tengan un poco un mayor componente de distracción
y de entretenimiento para el lector que no un componente un poco, casi te diría yo, educativo.
No tanto de denuncia como de ponerle delante de unos hechos que pueden ser inquietantes.
A veces se prefiere, hay una tendencia a que un reportaje sea más entretenido para el domingo,
sobre todo, ¿no? Que hay tiempo libre.
Esta búsqueda del entretenimiento, el tema del reportaje sobre una temática que es bien cotidiana,
pero que mucha gente muchas veces la pasamos de largo, no le prestamos la atención que pasa.
Son muchos los riesgos con los cuales convivimos muchos cada día en la sociedad
y también hay esta tendencia a menospreciarlos, a no tenerlos en cuenta.
Sí, seguramente la vida entera es un riesgo, ¿no?
Desde que uno se levanta hasta que se va a la cama por la noche, hay gente que es capaz de asumir más,
otros menos, normalmente cuando se es joven se asumen con más facilidad,
pero es verdad que son muchísimos.
Lo que pasa es que el tema del reportaje tenía más bien mi intención en este caso,
era centrarme en un riesgo que no es tan evidente para la opinión pública.
Uno cuando se levanta está acostumbrado a encender la luz lo primero
y sabes que cuando tú pulsas la palanca del interruptor de la luz se va a encender
y sin embargo, para que eso ocurra, tienen que pasar muchas cosas antes
y algunas que son realmente delicadas y que entrañan un proceso complejísimo
que no está asegurado, que nada nos hace suponer que tenga por qué ser siempre así
y verdaderamente pretendía un poco llamar la atención sobre esa fragilidad sobre la que vivimos
que puede ocurrir que no nos dé ninguna preocupación en diez años,
pero que también podría darnos la mañana mismo.