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Arxiu/ARXIU 2005/JA TARDES 2005/


Transcribed podcasts: 460
Time transcribed: 6d 0h 13m 53s

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Dia romàntic avui amb Andrés d'Andrés
perquè estem a punt d'assistir radiofònicament
l'encontre entre el Quixot i la seva estimada Dulcinea.
Suposo que això passarà avui.
Andrés, bona tarda.
Bona tarda. Ja ho veurem, ja ho veurem.
Misterio, emoción, intriga, suspense...
Tot això és deixar que les circumstàncies siguin les que ho diguin.
Però abans hem de dir el que farem aquesta tarda
a l'antiga audiència de la plaça Pallol número 3.
Estem amb el mes dedicat al sindicat d'iniciativa i turisme.
Iniciativa perquè permet que allà hi hagi pintors, escultors, poetes, rapsodes...
En fi, tota classe de persones que vulguin desenvolupar algun art.
I després tenen turisme perquè això és el que fan ells,
fer turisme d'anar a un lloc a un altre.
Llavors hem pensat que aquest mes seria molt apropiat
fer servir una d'aquestes dues característiques del sindicat
i és el turisme.
I per tant, amb aquesta excusa, hem buscat quatre pel·lícules
que representa que passen diversos punts del món.
I aquesta setmana tenim Vacaciones en Roma,
una divertidíssima i alegre i romàntica pel·lícula
que van interpretar Gregory Peck i Audrey Hepburn.
Aquesta tarda, a les 6, entrada completament gratuïta
al saló local, a la pantalla de l'antic ajuntament de la plaça Pallol número 3.
I ara anem a entrar amb el tema que ens està ocupant durant tots aquests dies,
que és Don Quixote de Orson Welles.
Una pel·lícula rara, diferent,
perquè no es tracta solament tot de Don Quixote a la manxa,
sinó que és una fantasia que va crear Orson Welles
per intentar fer un coneixement diferent del Don Quixote.
Ahir vam parar que Don Quixote deixa amb Sancho Panza que se'n vagi sol
i Sancho Panza està caminant en busca de qui serà aquesta dulcinea
que tant vol Don Quixote, que no coneix ni ell ni el seu amo.
Anant caminant, troba amb unes noies una miqueta senzilles,
una miqueta del poble, per dir-ho així,
que van comentant les seves coses de la pols que hi ha pel camí
i de la set que elles ja tenen.
Escoltem.
Don Pablo, tenemos sed!
Sí, ja no s'agua, hombre!
Ja va, mujer, ja va!
Ah, que artita són, que tanto volvo!
Mira esta!
Tenemos sed!
Si Don Quixote confunde a los molinos con gigantes
y a los rebaños con ejércitos,
no resultará muy difícil hacerle creer
que su famosa dulcinea del toboso es una de esas.
¡Basta de paliques!
¡Y vosotras, iros ya!
¿Y por qué no?
Si no se lo cree, lo juraré,
y si insiste, juraré más fuerte.
¡Mulero!
¡Ahí van los cuatro muleros!
¡Ahí van los cuatro muleros!
¡Qué daño está más pesado este Don Pablo!
¿Qué ha sucedido, Sancho?
¡Para el culetín!
¿Podré marcar este día con una piedra blanca?
Tres piedras le traigo a falta de una.
¡Mire qué hermosuras!
No quieras alegrar mis tristezas con falsas alegrías.
¿De qué diablo se está hablando, señor?
Le traigo a la princesa con sus torcellas.
Esas son unas simples campesinas, Sancho.
¡Vaya, está enfermo!
Pero, señor, ¿qué estáis diciendo?
Me traes zafias y vulgares salteadas.
Pero, señor, vuestra mente os engaña de nuevo.
Anda, que no habrá usted bregado con damas de menos tirpe y cuna.
Vedlas vos mismo, si no...
¡Vamos, pasad rápido!
Reina princesa y duquesa de la Majeta,
da vuestros pies al gran caballero Don Quijote
y que pasmaos se ha quedado el pobre al vero.
¡Qué hacer, puñetas, guapá!
¡No huyáis del gran caballero Don Quijote de la Mancha!
¿De la Mancha? ¡Será del borrón!
Esto sí que debe ser un cantamiento, señor.
Los magos que tan mal le quieren habrán hecho que a usted le parezca una aldeana,
pero a mí se me parece una princesa.
Nada, ¿no?
¡No!
¡Eh! ¡Pronto empiezas tú!
Me procuraré una espada hecha por tal maestría
que ningún encantamiento podrá doblegarle.
Pero ya me tarda encontrar una aventura donde acabando la cobre fama.
Yo le sigo, pero decida sea, ¿a dónde vamos ahora?
Hacia el sur.
¿Por qué hacia el sur?
Por ahí solo hay toreros o viajantes.
No discutas mis decisiones.
Yo solo preguntaba, pero bueno.
¡Eh! ¡No íbamos por ahí!
¡Venga! ¡Tira pa'lante!
No hay quien lo entienda, mi señor.
De eso puede estar bien seguro.
Claro que de aquí a mañana muchas horas hay.
Y en una... y aún en un momento, ¡pap! ¡Se cae la casa!
Yo he visto llover y hacer sol todo en uno.
¿A dónde vas a parar, Sancho?
Que cuando comienzas a ensartar refranes,
no se puede esperar sino que el mismo Judas te lleve.
Este mi amo, por mil señales, he visto que es un loco de atar.
Y yo no lo he quedado en zaga, pues soy más mentecato que él,
ya que le sigo de aquí para allá y le sirvo.
Si son ciertos los refranes, dime con quién andas y te diré quién eres,
y no con quién naces, sino con quién paces,
entonces, siendo él un loco, yo lo soy también.
Proteger al inocente es mi obligación de caballero.
Porque el espíritu andantesco sigue vivo.
¡Ah, pero mi señor!
Ya decidieron que profesor de caballero estaba pasado de moda.
Pero la caballería andante es la única esperanza del futuro.
Ya conoces las palabras que figuran en nuestro estandarte.
Las mujeres y los niños primero.
No hay que dudar que este arte excede a todos
y tanto se ha de tener en estima, cuanto más peligro está sujeto.
Pues yo digo que cada hombre se valga por sí mismo.
¡Primero mujeres y niños!
Venga, no se excite, mi señor.
Lo que no hay que intentar es hacerle creer a uno
que el blanco es negro y el negro es blanco.
Para mí, cada uno vale tanto como el Dios que lo creo.
Aunque a veces sea mucho más malo.
Me gustaría ver al inventor de todo este asunto
de los caballeros andantes reducido a cenizas.
Habría hecho bien yéndome a casa y quedándome allí.
Si deseas irte, no te retendré.
Ni de cobrar, ¿qué?
Haz cuentas y págate.
Págate.
Es muy fácil decirlo.
Al principio todo son promesas.
Que si tendrás una ínsula,
que si serás gobernador de no sé qué,
pero a la hora de la verdad,
lo único que se le ocurre decirme es págate.
¿Pagarme con qué?
Mal negocio hecho, mi señor.
Tú llevas en las alforjas todo lo mío.
Toma cuánto necesites.
¿De las alforjas?
Eso he dicho.
Pero si están vacías.
Llévate mi bolsa, villano.
Buscaré otro escudero más diligente
y sobre todo,
menos para la chingatú.
El escudero de un caballero andante
trabaja más que un mozo de granja,
pero vive peor.
Se alimenta tan solo de pan.
Ha de dormir al cielo raso
y además,
sobre el duro suelo.
Pan,
con ingratitud recibido,
según veo.
Me abandonas
justo ahora que te iba a nombrar
el mejor gobernador
de la mejor ínsula del mundo.
Sancho,
eres un asno
y lo serás hasta el día de tu muerte,
porque ese día llegará
antes de que descubras
que tú no eres más
que un burdo
y un estúpido animal.
Pero ya es hora
de que acometa
mi mayor y más peligrosa hazaña.
Tiene razón,
soy un burro.
Solo me falta el rabo
y si usted me lo quisiera añadir,
lo consideraría bien ganado.
Pero,
¿de qué peligrosa aventura
me está hablando?
No tiene por qué
acometer ningún peligro.
Mire, señor,
que no es bien
tentar a Dios
acometiendo cosas
más grandes que uno.
Se lo ruego.
Mi señor,
hablan de su corazón.
Mi amada dulcinea,
suplícote que no me niegues
tu amparo,
que ahora que doy licencia
a mi escudero
tendré a la luna
por único testigo.
Valor no le falta,
pero mi amo,
hablan de su duro corazón
pensando que al separarme
de usted
se me encogerá el alma
y poco faltará
para que me muera.
Seguiré mi camino
y será en valde
intentar persuadirme
a que no quiera yo
lo que los cielos quieren.
La fortuna ordena
y la razón pide.
Habrás de dejarme solo
para que acometa
y acabe
a quien la inocencia
mantilla
y a la libertad
pone trazo.
Pero, señor...
Déjame que arduas
son las empresas
que me aguardan
y estrecho
el camino
de la virtud.
Las charlas
insustanciales
no harán
sino apartarme
del sendero
trazado.
Yo dejé a mi familia
solo por serviros,
señor,
creyendo valer
más
y no menos.
Pero la avaricia
rompe el saco
y a mí
me ha arrasgado
las esperanzas.
Ai,
que trobem aquí
que se separen
els camins.
És un punt
molt trist,
aquest, eh?
Però els teus
i els meus
seguiran demà aquí.
Home,
Andrés,
per favor,
inseparables
n'altres dos.
Aviam,
escolta.
Fins demà,
Andrés.
Como los dos mosqueteros.
Vinga,
dos solo.
Havrem de buscar
dos persones més.
Fins demà,
to the wall.