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Andrés, és divendres, jo no me'n vull anar de cap de setmana sense saber com acaba, eh?
Bé, doncs tornem-hi, som-hi.
Vam deixar ahir que es troben tots dos,
després d'un grapat de donar voltes per les passes de toros, pels carrers,
aixecant faldilles amb els gegants, veient, descobrint la televisió,
al final el troba que el pobre Don Quixote està amagullat al magatzem de l'Ajuntament.
Tancat amb una mena de carretó gàbia, no?
L'han deixat allà, no és que estigui tancat, però a l'home li sembla que l'han deixat allà.
I el Sancho tot valent s'enfronta amb els que estan rodant la pel·lícula,
que representa que és una pel·lícula dins d'una pel·lícula, no?
Mentre ells estan allà i hi ha l'Orson Welles treballant.
Ja ho dic, sempre ho dic, que és una fantasmagoria del Don Quixote d'Orson Welles.
Doncs a veure si el Sancho Panza pot treure'l d'aquesta gàbia.
Mucho agradezco tus palabras y tu esfuerzo, amigo Sancho, pero es inútil.
¿Por qué debes saber que mis enemigos han fraguado novísimos encantamientos para reducirme a la nada?
Sé que podrá escapar.
No se puede escapar al destino.
Mire usted que le he visto superar situaciones más duras.
No olvide que después de la tempestad viene la calma, y después de la prisión la libertad, y tras la desventura la aventura.
¿O es que ya no quiere usted salir en busca de nuevas hazañas para ofrecérselas a la hermosa Dulcinea?
Ay, Sancho, en verdad Dulcinea no es ninguna hermosa dama, ni yo el caballero que tú crees.
¿Qué le ha hecho esa gentuza a nuestro amo?
Él tan presto para guerrear y con una idea tan clara de las cosas.
¿No crees que estás exagerando, amigo Sancho?
Podría ser.
Pero él...
...tiene su lógica.
Nos hemos divertido tanto juntos.
De acuerdo, no tiene uno chavo y con él se pasan hambre y fatigas.
Pero es el único señor con el que me he topado en toda mi perra vida.
Dicen que está loco.
Pero, loco o santo, quizás sea lo mismo.
Le sacaré de allí, aunque él no quiera.
Vaya, si lo haré.
Durante toda la noche Sancho no pegó ojo, intentando hallar el medio para devolver a su amo la ilusión y las fuerzas.
Intuyendo posiblemente que don Quijote solo estaba preso de su propia sensación de fracaso,
discurría la manera de quitarle tan negras ideas.
Invocó a la luna como su amo hiciera tantas veces.
Y la luna, respondiendo a sus nobles deseos, le dio una buena parte de la respuesta.
Mi señor, escúcheme.
He venido a sacarle de aquí.
Sancho, mis enemigos no me dejarán salir nunca de esta oscura mazmorra.
No puede usted resignarse.
Aún tiene que ver muchas cosas.
He estado en la gran ciudad y he visto fiestas gigantescas e invenciones increíbles y maravillosas.
No hay nada nuevo bajo el sol.
¿Qué no?
Hay una caja en la que se ven y se oyen cosas y dice que los cohetes llegarán a la luna.
Y yo lo creo, señor, porque les vi como hacían trizas barcos y aviones.
La luna está muerta, amigo Sancho.
Le gustaría que fuéramos a la luna juntos.
Te has vuelto un soñador.
He dormido a la guardia, señor.
El camino está libre.
Pagaré tu esfuerzo, Sancho.
Haciendo te caso, huyamos.
Aunque no les acaba, ahora nos vamos a coger un cohete de esos.
Nos vamos a subir encima y a la luna llevaremos a Rocinante y a mi rucio.
Y nos pondremos a buscar los tuertos esos que tanto le gustan a usted.
He estado viendo la luna en un telesporio que así los llaman y le aseguro que allí sí que hay anulas para perderse, sí, señor.
Para ir y venir de aquí para allá, como a usted les gusta.
¿Y qué?
¿Le he liberado o no?
Para que luego después trinque de su escudero.
No, no, no, no, no.
¿Por qué me traes a mi pueblo, Sancho?
Espera, pasaremos por su casa a recoger unas cosas y nos iremos enseguida.
No se puede ir a la luna sin equipaje, señor.
¿No me estarás engañando con la pretensión de encerrarme en mi casa?
No, el tiempo de tomarse un bañito y listo.
No quiero ir a mi casa.
¡Suéltame, traidor!
¡Suéltame!
¿Vas a ponerme en las manos de esos miserables otra vez?
Tú debes ser el maldito Arkalaus, el encantador que ha tomado la forma de mi escudero.
¡Déjame, villano!
Vamos, señor, solo quiero que descanse un poquito y luego a la luna.
¡Fue mentido, bellaco!
¡Has hecho un pacto con todos los magos que me quieren mal!
¡Venga, contrapeño!
Pero mi opero no hago una cuenta de ti.
¡Deteneos vosotros, gigantes malditos!
¡No riáis de quien os sobrepasa en valor!
¡Sancho!
¡Sancho, ¿dónde te metes?
Señor, escúcheme, por favor.
¿No le parece que ha llegado el momento de que nos retiremos a una vida más tranquila?
Ya está bien de ir de la ceca a la meca.
Le ha pasado el tiempo de atacar.
Ahora le toca retirarse.
No puedo perder mi tiempo escuchando sandeces.
Los caballeros como yo siempre buscaremos fama y...
¡Oh! ¡Oh!
Y no me venga con las litanías de siempre,
que llevamos mucho tiempo metidos en estas empresas, como usted las llama,
pero yo aún no he conseguido la famosa ínsula que me había prometido, señor.
Estem veient que Sancho Panza té posat a dins un d'aquests grans barrils de petroli,
però que estan foradats per dalt.
Hi ha omplert aquest barril de ferro amb aigua
i està banyant amb el Don Quixote.
Això està passant a dalt, una terrassa, d'una casa qualsevol, d'un poble qualsevol,
i al costat mateix tenim antenes de televisió,
o sigui, un simbolisme contradictori amb els dos personatges.
Anem escoltant la conversa mentre l'està banyant.
Es lo que querrás decir.
Yo quiero decir lo que quiero decir, señor.
Ayer canonizaron a un humilde fraile.
No es pues mejor, mi amo, ser un simple fraile que un caballero.
Los religiosos buscan en el cielo el bien de la tierra.
¿Y los caballeros qué buscan?
Pues buscamos la gloria.
¿Qué es más, señor, resucitar a un muerto o vivir en el empeño de matar gigantes?
Porque si las iglesias están abarrotadas de gentes devotas,
debemos creer que la fama del que sana a los enfermos y resucita a los muertos
es mejor que la del caballero.
Ciertas son tus palabras, que el de santo es un oficio más noble,
pero el de caballero, harto más sacrificado.
En tal caso, ¿por qué tendríamos que seguir sufriendo?
Porque para alcanzar la gloria hay que pasar penas, angustias y aporreamiento.
Y también hambre sin pie, José.
Yo nací por querer del cielo, en esta nuestra edad de hierro,
para resucitar en ella la de oro o la dorada, como suele llamarse.
Yo soy aquel, Sancho, para quien están guardados los peligros,
pero también las grandes orgañas, los valerosos hechos.
Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar a los de la tabla redonda,
los doce de Francia y los nueve de la fama,
y quien ha de poner en olvido a toda la flor de famosos caballeros andantes.
¿Esta pinta?
Habrá que arreglar esto porque tiene usted un aspecto lamentable.
Estése aquí, ¿eh? Que vuelvo enseguida.
¿Pero dónde vas?
He determinado, Sancho, que vayamos a visitar a la simpar Dulcinea,
su residencia del Toboso,
antes de emprender la peligrosa aventura de la luna.
Escucha, sea quien fuera, respétala,
pues merece ser la señora de todo el universo,
la más alta princesa de la Tierra.
Y puesto que yo la amo,
más te ve con pensar que Altonza es mujer hermosa y honesta.
Ui, ui, ui, ui, que torna a començar aquest home s'ha animat, ¿eh?
Oh, esclar.
El Sancho, pobret, que el creia d'allí
per deixar-lo tranquil·lat a casa i no hi ha manera.
Esclar, tornar una altra vegada a estar fresquet
i passar el trauma de la tancada que li van fer en aquell poble
o en aquella ciutat, perquè ell no sap ni on és,
doncs, torna una altra vegada al seu cervell
a funcionar en plan de Don Quijote de la Banja.
Caballero andante.
Doncs nosaltres hi tornarem dilluns.
Sí, adéu.
Hem de saber com s'acaba. Gràcies.
Adéu.