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Señor Francisco García Olmedo, muy buenos días.
Buenos días.
Gracias, antes que nada, por atender nuestra llamada
y comentar un poco algunos de los términos en los cuales se planteará
la conferencia de esta tarde.
El tema en sí mismo es apasionante.
Y la primera cuestión que nos viene a la cabeza es que si, por desgracia,
estamos acostumbrados a ver el fraude presente en nuestra sociedad actual,
la ciencia como ámbito de la cultura no puede ser una excepción, ¿no?
No, bueno, lo que no son una excepción son los científicos como grupo.
Es decir, la frecuencia con que un científico comete un delito
en el curso de su actividad profesional, aparte de lo que pueda cometer como ciudadano.
La frecuencia, pues, podemos suponer que es la misma que la de cualquier otro grupo profesional.
En cambio, la ciencia tiene mecanismos que depuran este problema
más que otras actividades.
Lo depuran tanto el problema del delito, de la desviación intencionada,
de lo que es la buena práctica, ¿no?
Como la honesta, los errores honestos y las diferencias de criterios, ¿no?
Porque la ciencia es como un sistema, funciona, por usar una metáfora,
como un sistema judicial en el que en lugar de haber tres instancias de apelación,
digamos que las conclusiones están siendo apeladas constantemente.
Y no se considera ciencia establecida más que aquella que ha sido comprobada
por varios agentes independientes.
Pero la ciencia va a ser los científicos, ¿no?
Sí, es decir, que es que para avanzar en ciencia hay que apoyarse en lo anterior.
Entonces, el que va a avanzar apoyándose en lo anterior y descubre que es falso,
enseguida se pone de manifiesto, porque es un damnificado que enseguida reclama.
Entonces, realmente no se considera ciencia más que aquello que, una vez publicado,
es comprobado y respaldado y repetidas veces por otros científicos, ¿no?
Pero el tiempo también actúa como modificador de lo que consideramos ciencia,
porque lo que hace tres siglos era ciencia, probablemente esta realidad que usted presenta lo ha desmentido, ¿no?
Sí, eso es cierto.
Pero la ciencia lo que hace es ir aproximándose a la verdad cada vez más.
Es decir, es un sistema de aproximaciones sucesivas.
Entonces, esa modificación es hacia el perfeccionamiento del conocimiento.
Y ese mecanismo existe en la ciencia.
Pero ese mismo mecanismo, de pura lo erróneo, sea generado por una actitud delictiva
del que publica datos falsos o interpretaciones manifiestamente distorsionadas, etcétera,
junto con aquello que son errores honestos que se cometen en esta actividad como en cualquier otra.
Y se puede diferenciar, perdone, señor García Olmedo, ¿se puede diferenciar claramente
lo que es un fraude y lo que es un error honesto?
Unas veces sí, otras veces no, pero en general todo especialista sabe muy bien
cuando una cosa se ha sido interpretada de un cierto modo y más tarde se ve que está mal interpretada,
si ahí ha habido un afán de notoriedad, es decir, hay una serie de criterios
que el especialista enseguida, el culpable, los delincuentes se identifican con gran contundencia.
Y ahí no hay deseo de encubrir porque realmente si uno usa el trabajo de otro para seguir adelante
y resulta que ese trabajo está falsificado, le causa tal daño que es una persona que está reclamando, ¿entiendes?
No tiene ningún interés en encubrir al otro.
Y, por tanto, es un sistema en ese sentido, no está exento de coste,
el tener que repetir cuando un trabajo resulta ser falso,
el tener que repetir y averiguar cómo eran las cosas exactamente es extraordinariamente costoso,
pero es un sistema de depuración, de tal modo que en lo normal,
en las revistas más, desde las revistas más selectas, las revistas de élite,
hasta la última revista, es muy común que al final de cada número aparezcan dos tipos de cosas.
Unas son retractaciones, es decir, algunos de los coautores de un trabajo descubren que uno de los coautores ha mentido o ha falsificado
y tienen que retractar el trabajo, y correcciones, que son errores advertidos por los propios autores
después de haber publicado y que mandan publicar para advertir al resto de los científicos
que tal dato había un cálculo mal hecho o que en tal observación había tal sesgo, ¿verdad?
En el caso del fraude, usted apuntaba como una de las motivaciones de aquella persona
que publica un trabajo que es fraudulento, la notoriedad, etc.
Quien financia los proyectos científicos, ya sabemos que la inversión pública en investigación
no es la deseable ni mucho menos,
¿quien financia los proyectos pueden condicionar al investigador a que se desvíe un poco de esos principios deontológicos?
Bueno, cuando la investigación se hace a instancia de un agente privado con fines de aplicación,
es decir, cuando no es puro avance del conocimiento, pues naturalmente que existen presiones,
es decir, la investigación biomédica, pues la parte de la investigación biomédica que se hace a instancia de las empresas farmacéuticas
pues sufrirán la presión de las empresas farmacéuticas.
Pero en la medida en que para ser ciencia tiene que ser publicado,
eso pasa por revistas que tienen un sistema de evaluación que es independiente de las empresas, ¿no?
De manera que no vivimos en un mundo puro, existen presiones, por supuesto.
Cuando la financiación procede, como en muchos casos es, ya sea de entidades locales,
o sea, regionales, sean de todo el Estado, o sean de, hoy día muy frecuentemente, de Bruselas,
en ese campo, en ese aspecto, no existe ningún tipo de presión.
Puede existir presión en la distribución previa de los medios.
Es decir, en Bruselas, por ejemplo, se puede anunciar el programa marco que toque
y en ese programa marco puede estar incluido como prioridad una cosa o no presente,
y o presente otra cosa o no presente.
Para esas presencias o ausencias existen presiones, obviamente, positivas y negativas.
Es decir, por ejemplo, los grupos ecologistas, pues han logrado que no se financie prácticamente
la investigación en plantas, lo cual es un disparate.
O, por ejemplo, pues ciertas industrias logran que los temas que a ellos les interesan
aparezcan en el programa marco.
Ese tipo de presión sí existe.
Pero una vez que se está el dinero, ese dinero se compite libremente
para realizar las investigaciones pertinentes,
y en mi experiencia, desde luego, no hay ninguna presión
para sesgar los datos hacia aquí o hacia allí.
Queda clarísimo, perdone, y era muy importante esta división
que usted establecía al inicio de esta respuesta entre la ciencia como fuente de conocimiento
y entre la ciencia como aplicación, que en definitiva es una inversión económica, ¿no?
Sí. Lo que ocurre es que hoy día, pues, todo está en la ciencia.
Es decir, las aplicaciones están muy próximas al conocimiento básico
y esa división hay muchos ejemplos en que no están claras.
Y luego, por supuesto, hay otra presión muy importante,
que es que para uno ser financiado el siguiente proyecto
tiene que haber tenido resultados interesantes en el proyecto que está realizando en cuestión.
Y eso sí presiona hacia publicar y presiona, a veces, en exceso,
hacia publicar prematuramente, en fin, cosas de este tipo.
Es decir, es una actividad, como digo, una actividad humana
sujeta a todas las expresiones, delitos, en fin, y pasiones
que puedan suscitar cualquier otra actividad.
Lo que salva a la ciencia es el proceso de depuración permanente.
Cosa que, es decir, antes puse el ejemplo de la actividad judicial.
Puede haber un error judicial en primera instancia, va a una segunda instancia,
a veces también hay un error ahí o puede no haberlo,
o puede confirmar el error o no confirmarlo,
y a veces hay una tercera instancia.
Pero ahí se acabó la historia.
Entonces, pues hoy mismo, ahora mismo, estoy leyendo el periódico
que han liberado a un señor que ha estado indebidamente en la cárcel durante 15 años.
Sí, por un delito de violación que parece que no cometió.
Que no había cometido.
Pero en ciencia eso no espera tanto, porque es que está permanentemente...
Es decir, el número de instancias es indeterminado y creciente.
Sí, pero díganme una cosa, señor Francisco García.
Dicen que una mentira a fuerza de repetirla se convierte en una verdad.
Más allá del ámbito de la difusión académica donde estaba la ciencia hasta hace unos años,
ahora todo lo que es la difusión de ciencia y a otros niveles
entra en todos los medios de comunicación en general.
¿Cuántas veces los lectores no asistimos a artículos que se contradicen unos en otros
en cuanto a aplicaciones de la ciencia?
Este es otro terreno, de acuerdo, pero también es un terreno muy sencillo para el fraude, ¿no?
Cara al ciudadano, desde el punto de vista científico.
Ahí hay que hacer varios matices.
Por un lado, la ciencia crece por un proceso de contradicción.
Es decir, lo normal es que todo resultado se va debatiendo
y hasta que se aclaran las cosas, pues suele haber discrepancia de opiniones, ¿me entiendes?
Es decir, la ciencia no es un proceso donde todo queda claro desde el primer momento
y donde no hay diversidad de opiniones.
De hecho, necesita de esa contrastación, de ese enfrentamiento para que progrese.
Eso es un asunto.
El otro asunto es ya un debate de tipo ideológico que ocurre con las aplicaciones de la ciencia.
¿De acuerdo?
Claro.
Ahí ya sí, según de qué color sea usted o sus ideas,
pues considera como muy positivo un aspecto de la ciencia y otros lo consideran como muy negativo.
Es decir, hasta cosas donde hay...
Y ahí sí que hay una...
No una manipulación, sino el éxito de determinados eslogans sobre otros eslogans.
Pero eso no es el debate científico.
Ese es el debate ideológico sobre los resultados de la ciencia que es distinto.
Y económico, ¿no?
Porque yo ahora pienso que...
Sí, hay intereses económicos.
Si me permite una caricatura, hoy leo en el periódico que comiendo champiñones
mantendré la eterna juventud y mañana me dicen que no coma champiñones que producen cáncer.
Eso es todo deleznable, a menudo sin ninguna base o en otras ocasiones con un débil indicio de no sé qué,
pues parece que ahí está la cura de Benito, ¿no?
Claro.
Pero eso es otro plano de discusión que es cómo se percibe la ciencia por el ciudadano
en una sociedad que cada vez depende más de la ciencia y la tecnología
y que cada vez el ciudadano conoce menos de esa ciencia y de esa tecnología.
Es usuario diario de esto, pero es imposible que conozca.
Es decir, yo cojo el automóvil por la mañana y la verdad es que tengo...
De hecho, yo lo estudié en mi día cómo funcionaba,
pero realmente no sé muy bien cómo funcionan partes de las cosas,
no sería capaz de repararlo.
Yo sé que apretando el botón se empieza a ver esto, ¿verdad?
Entonces, en ese clima de ignorancia,
el eslogan ideológico disfrazado de mensaje científico,
pues acaba haciendo muchísimo daño.
Porque gran parte de la ciencia no es intuitiva, es contraintuitiva.
Entonces, lo que la gente por intuición piensa que debía ser así, ¿no?, ¿verdad?
Pues luego no resulta que es así, pero es muy difícil de explicar,
porque no es algo obvio.