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Aquí seguim al matí de Tarragona Ràdio i en la recta final,
tal com els anuncia, van fer en referència
a una organització prou coneguda, en general,
però també a la nostra ciutat.
Ens referim a Mans Unides, que ahir a la tarda
iniciava els actes públics de la seva campanya.
Dic públics perquè, de fet, és una entitat que no té calendari,
treballa durant tot l'any i de forma continuada.
Ho feia presentant el que ha estat l'exercici de l'any anterior,
que sembla ser molt positiu en quant a aportacions,
i iniciatives solidàries de la comunitat en general,
i també amb la conferència de José Antonio Ferrer,
un missioner que ha viscut molts anys a l'Àfrica.
Ara aquests dies és per aquí, va fer una conferència
que, la veritat, va plegar moltíssim públic.
Avui la repetirà la ciutat de Reus,
però millor que ens ho expliquin ells mateixos, que són aquí.
Maite Rodríguez és la delegada de Mans Unides de Tarragona.
Maite, bon dia.
Hola, bon dia.
Benvinguda i saludem José Antonio.
Pepe, no? Pepe, buenos dias.
Sí, buenos dias.
Por primera vez que prefieres Pepe que José Antonio Ferrer.
Sí.
Se ve que Pepe es como te conoce todo el mundo.
Más familiar Pepe.
Nos interesa sobre todo hablar del trabajo que hace Pepe,
¿verdad, Maite?
Sí, mucho más.
Porque además, como la semana que viene tenéis la Marcha de la Solidaridad,
podemos hablar de los proyectos.
Este año son tres, concretamente.
Son tres, uno en Asia, en la India,
otro en Ghana, en África, y el otro en El Salvador.
Pero ya hablaremos.
Yo prefiero que hoy exponga toda su historia y su trabajo,
Pepe, en África, que realmente en la conferencia de ayer quedó plasmado.
Gente quedó entusiasmada.
Aquello hubo que decir, bueno, por favor, vamos a terminar,
porque el coloquio no se acababa nunca.
De todas maneras, Maite, lo que sí es cierto y es buena noticia
en un momento en que cada vez es más difícil tirar adelante organizaciones
como la vuestra y otras.
¿Estáis satisfechos en cuanto a las aportaciones que han hecho las personas?
Pues sí, porque yo he dicho muchas veces...
Habéis de un aumento de aportación económica.
Un aumento.
Y es que además, yo siempre lo digo,
y yo este año, a final de año, cuando repartimos la memoria del año anterior,
dimos las gracias a todos los que a través de donativos,
unos a través de socios domiciliados en el banco,
y otros con donativos esporádicos y puntuales
que llegan ahí a la delegación de todas las clases sociales,
pues que a base de estos donativos les poníamos en el agradecimiento
gracias porque con tu colaboración estás ayudando a que el mundo cambie.
Y yo creo que muchas veces las ONGs y todas las asociaciones
pedimos, pedimos, pedimos, pero hay que darles gracias.
Y yo siempre digo que la sociedad tarragonina es generosa,
que recibimos muchos donativos que además cumplen la confianza
de algunas personas que son completamente desconocidas,
pero vienen y dicen que tenemos confianza en que su organización lo...
porque nuestra organización, como he dicho otras veces,
es muy transparente en los donativos que recibe y cómo lo invierte.
Damos las cuentas cada año a nivel general, a nivel nacional,
a nivel diocesano, porque creemos que es una obligación nuestra
la transparencia y dar cuenta de cómo invertimos el dinero
que es de la sociedad.
Y eso tenemos, somos una organización muy austera
que intentamos gastar lo menos posible
porque creemos que más del 85% va directo al Tercer Mundo,
que para eso existimos en nuestra organización,
tiene su finalidad en ayudar o colaborar.
Más que ayudar, es colaborar.
Es sabido y no es un secreto que la estructura
de muchísimas organizaciones requiere de mucho dinero
y a veces ese dinero, obviamente y con transparencia,
pero se lo lleva la propia infraestructura de la organización.
Otro de los aspectos, y aquí entraríamos ya a hablar con Pepe,
que destaca Manzunidas, es el hecho de que los proyectos
en los cuales invertís el dinero que aportan las personas
tienen nombre y apellidos.
Nombre y apellidos.
Son proyectos concretos.
Concretos.
Y ya sabemos, Pepe, que la ayuda de urgencia
ante lo que es ya una situación crónica es la que es,
pero luego hay determinadas circunstancias,
aquello de siempre llueve sobre mojado,
que necesita ayuda de urgencia, pero en definitiva
no es la ayuda circunstancial, sino la ayuda estructural,
lo que precisan estos países, ¿verdad?
Sí, claro. Y además, como bien precisa,
hay dos tipos de ayuda.
La ayuda de emergencia, cuando surge una catástrofe,
cuando pasa alguna desgracia, que hay que responder con urgencia
a las necesidades primarias básicas,
si hay una inundación, un terremoto o algo así.
Pero luego hay una ayuda más a largo plazo,
donde los resultados se ven después de,
incluso de varias generaciones,
cuando se invierte en formación, en enseñanza,
cuando se van creando infraestructuras pequeñas
para mejorar la calidad de vida,
tanto en agua potable como en las medicinas,
por ejemplo, la escuela.
Todo ese bloque de ayudas,
que representa una ayuda más de infraestructuras,
con una perspectiva de desarrollo
y de futuro a largo plazo,
eso es lo que más se está haciendo ahora.
Hay ayudas de emergencia, como has dicho,
pero son, bueno, en sitios puntuales,
aprovechando, o aprovechándolas,
quizás el verbo aprovechar no sea al apropiado,
pero sí, con motivo de desgracias puntuales,
terremotos, catástrofes,
pero el trabajo más continuado,
más a largo plazo es muy necesario.
Tú has trabajado fundamentalmente
en Costa de Marfil y el Benín,
es donde estás actualmente,
mucho tiempo en África, llevas...
Siete años he estado trabajando allí.
Intensos, ¿no?
Porque allí 24 horas dan muchísimo más de sí de aquí, seguramente.
No sé qué decirte, no te creas.
En el sentido de la...
El tiempo allí tiene su ritmo
y no es como lo podemos vivir aquí.
Son muy intensos,
no por tanto por la actividad,
como por la riqueza de las relaciones personales.
Yo pienso que esa es la gran diferencia.
Aquí ocupamos el tiempo con actividad
y allí se ocupa el tiempo con personas
y eso, pues, quieras que no,
tiene sus matices
y cambia mucho la perspectiva de la vida.
Y lo que sí es verdad
es que en esos siete años
ha habido un poco de todo, ¿no?
Los primeros años de adaptación,
de aclimatación,
de conocer el medio,
son duros.
Y luego ya, pues,
cuando pasa un año, dos años,
es cuando empieza ya uno a disfrutar
de lo que tiene delante
y de las relaciones personales
porque ya conoces el idioma,
conoces las costumbres
y el acercamiento a la persona
pues ya se hace de una manera mucho más directa.
¿Tu primer contacto con África
fue en Costa de Marfil?
No, fue en Benín, en el norte de Benín.
En Benín.
¿Sabías a dónde ibas?
A lo que ibas,
supongo que tenías una ligera idea,
pero sabías exactamente a dónde ibas
y imagino que, a pesar de todo,
dijiste no,
no era como yo me imaginaba, ¿no?
Exactamente.
Antes de ir allí,
pues aquí oye hablar de África,
ves fotos, imágenes,
oye a compañeros que han estado allí,
que están allí,
que te cuentan su experiencia
y me dijeron que iba a Benín,
lo tuve que buscar en el mapa
porque no sabía
dónde estaba ese país
ni que existía siquiera.
Y bueno, pues fui un poco, sí,
con algunas ideas hechas
de lo que se oye,
de lo que se ve aquí,
pero claro, efectivamente,
cuando uno llega allí,
aquello es otra cosa.
¿Qué te encontraste, Pepe?
Pues mira,
me llamó la atención
sobre todo el hecho
de que normalmente
los aeropuertos internacionales
están en las ciudades
más importantes de los países.
Y cuando yo salí
del aeropuerto,
ya el aeropuerto en sí
es un mundo,
pero cuando sales del aeropuerto
y ves la pobreza que hay,
dices,
si esta es la ciudad
más importante del país,
¿cómo será el resto?
La pobreza llama mucho la atención
porque no es una pobreza
de que ves por la calle
un pobre,
sino es que todo el mundo,
el contexto,
las casas,
la estructura de las calles,
todo muestra esa pobreza.
No hay nada en el que nosotros,
material me refiero,
a lo que nosotros
estamos acostumbrados.
Hay muy poco, exactamente, sí.
Muchísima gente,
mendigos por la calle,
no sé,
es otro contexto,
otra geografía humana
de pobreza muy fuerte.
¿Cómo era la comunidad
a la que llegaste
por primera vez?
No sé si es la que has dejado
también recientemente,
si es la misma comunidad.
No, la comunidad cambió.
Cambió.
Sí.
Bueno,
¿te refieres a la comunidad
que estábamos trabajando?
A la gente.
A la gente,
a la gente.
¿Dónde tú ibas a desarrollar tu labor?
Es un contexto de poblado,
de zona rural,
en el interior de la sabana,
en el norte de Benín,
lindando con Nigeria,
cerca del Níger también,
cerca de Burkina Faso.
al principio cuando llegué.
Y, bueno,
pues gente sencilla,
de pueblo,
muy,
todavía muy influenciada
por sus tradiciones,
por sus costumbres,
con mucha referencia
a la naturaleza,
viven en contacto continuo
con la naturaleza,
se sienten parte de la naturaleza,
no dueños de ella.
Y, bueno,
pues una gente muy sencilla.
Viven de lo que trabajan,
de lo que siembran,
malviven,
porque en realidad
dependen de que
si la lluvia viene a tiempo,
o si no viene a tiempo,
si la Tierra se reseca
o si no se reseca.
Y dependen de eso
y de su trabajo
con la mano.
Allí no hay trastornos
ni otras...
¿Tenés esperanza de vida corta?
La media en África
es de 49 años.
Allí es de 47.
Alta mortalidad infantil,
lógicamente.
Muchísimas, sí.
¿Cuál era tu labor allí?
¿Qué hacías?
Pues al principio nada,
al principio no hacíamos nada.
Y eso es un poco desesperante,
sobre todo cuando llega uno allí
con la mentalidad europea
de la eficacia del mundo.
De arreglar el mundo, además.
Exactamente.
Yo que soy el más listo
y el que más tengo.
Yo que tengo medios
y soy blanquito, pues...
Pero claro,
al principio no hacías nada
porque no conoces el sitio,
no puedes hablar con la gente,
no conoces su idioma.
Y esos dos primeros...
El año y medio,
los dos años primeros,
son muy duros.
Por ese aprendizaje
al que estás obligado a realizar,
de aprender a hablar,
a sentarte,
a comportarte,
los protocolos de educación,
la relación con las personas.
Todo lo tienes que aprender
otra vez de nuevo.
Y luego, pues después,
nuestra misión consiste
en estar allí,
acompañar a la gente,
dar lo que somos,
lo que tenemos,
abrir nuestro corazón
para que desde su forma de vida
también nosotros nos enriquezcamos.
Es un diálogo,
es dar, recibir,
caminar juntos,
compartir las ilusiones,
las esperanzas,
los dolores,
los sufrimientos.
Y bueno,
es estar allí con la gente
y que la gente esté en tu corazón
y convivir
y participar de la vida
junto a esas personas.
Es importante que personas
ya sean desde la religión,
en este caso,
que tú eres misionero
como cooperantes
que trabajan en otro tipo
de organizaciones laicas,
cuando han estado desarrollando
una labor en estos países,
vuelvan aquí
y lo expliquen.
Porque cuando tú estás aquí
y se proyecta,
se habla de África,
de las hambrunas de África,
de los problemas políticos de África,
de esta especie de colonialismo
que sigue padeciendo África,
¿nosotros percibimos África
como realmente es?
Tú que has estado allí.
Digo,
por eso que debe ser muy importante
que vosotros nos lo expliquéis
de primera mano.
Cuando uno vuelve de África
le llama la atención
el desconocimiento
que hay aquí
de ese continente.
Se tiene una imagen
que no digo que no sea real
porque eso existe,
pero una imagen muy negativa.
Es decir,
porque cuando se habla
de algún país de África
es simplemente
o casi siempre
porque ha habido una desgracia,
una guerra,
un conflicto.
Muy pocas veces
se habla de África
en sentido positivo.
Ahora con la Copa de África,
con el fútbol,
pero no llegan noticias
realmente positivas
y buenas
y optimistas de África.
Y eso nos va creando
una imagen muy negativa
de lo que es ese continente.
Parece que toda África
sea solamente
hambre o guerra
o enfermedad.
Y en África
hay mucha vida,
mucha esperanza,
mucho color.
Precisamente quizás
porque la vida es frágil
y es muy frágil en África.
La gente se agarra
a la esperanza
y a la vida
con más fuerza
y se valora mucho más
que aquí
lo que es todo lo que es vida.
Es una gente muy vital,
muy vitalista.
Y eso aquí
no se conoce.
Tampoco conocemos
su historia,
no conocemos su arte,
su concepción de la vida,
su manera de pensar,
sus tradiciones,
sus cuentos,
sus mitos.
No conocemos
prácticamente nada.
Y parece que nos empeñamos
en que su desarrollo
se realice
de una forma paralela
o similar al nuestro,
¿no?
Sí,
esa es una pregunta buena
y a mí me pone nervioso
además cuando reflexiono
sobre eso.
Parece que solamente
hay una línea de desarrollo
que es la nuestra,
la que impone
el sistema capitalista
neoliberal que tenemos.
Parece que la única forma
de progreso
sea el nuestro.
Y yo creo que no,
que ellos tendrían
que buscar
desde lo que son
la manera
de salir hacia adelante
y que ellos sean
los protagonistas
de su desarrollo,
no nosotros,
imponiendo formas
de organización,
formas de hacer las cosas,
imponiendo políticas,
imponiendo sistemas económicos.
Pienso que tendríamos
que dejarlo,
por lo menos
que busquen
desde lo que son,
desde cómo ven el mundo,
que busquen
su línea de progreso
y desarrollo,
que sean ellos
los protagonistas
de ir escribiendo
su dignidad.
porque la historia
de África
desde la Edad Media
hasta nuestros días
está marcada
por el colonialismo,
por siempre
África no se la ha dejado
ser África
desde la Edad Media,
desde la trata
de esclavos
hasta
la ocupación
que tenemos allí,
si no política
económica.
Y eso está haciendo
que África
no sea ella misma.
Y aquí se añade
de un tiempo a esta parte
el hecho de que
los africanos
se tienen que ir,
se van,
con la esperanza
de tener una vida mejor
aquí en Occidente
y cuando llegan
de entrada
si no se encuentran
las puertas
que se les da así,
pues encuentran
que no era aquello
que realmente
alguien les explicó
que podía ser esto.
Allí se habla
de las migraciones
entre los africanos.
Sí, sí se habla.
El deseo de irse,
de ir,
porque llegan mensajes
de que aquí viven muy bien
y nadie les explica
realmente
lo que pasa
cuando llegan aquí.
Hombre, aquí se vive
muy bien, ¿eh?
Tenemos que...
Incluso ellos.
Incluso ellos,
efectivamente,
incluso ellos.
Yo hablaba con un colombiano
que vive mucho mejor
que los africanos,
el nivel de vida
de Colombia
es más alto
que Benín
o que Costa de Marfil
o que Burkina Faso,
es bastante más alto.
Y hablaba con un colombiano
y decía,
el colombiano este,
que no tenía papeles,
estaba en Madrid,
decía,
es que aquí no te dejan
morir en la calle
aunque no tengas papeles.
Y llevaba razón.
en su país,
siendo colombiano,
si no tienes dinero
te mueres en la calle solo
y no te recoge nadie.
Aquí no,
aquí aunque no tengas papeles,
si te ven en la calle
llaman al 061,
no sé aquí en Tarragona
qué número,
pero llaman a la ambulancia
y te llevan a un hospital.
Tengas o no tengas papeles,
no te dejan
morir en la calle.
Eso a él
le llamaba la atención.
y en Tarifa decía
un negro,
un superviviente
de una patera,
cuando le preguntaban
por qué se arriesgaba
de esa manera
al cruzar el estrecho
y decía,
prefiero morir de un golpe
que ir muriendo
todos los días
poco a poco.
Y es verdad,
nadie quiere vivir
en un infierno,
si eso es normal.
Yo imagino
que la auténtica
dimensión
del concepto
pobreza y miseria
lo encontramos allí,
no aquí,
¿verdad?
Yo siempre digo
que la pobreza
más pobre
está en África
y es cierto.
Aquí hay pobres,
no digo que no,
y hay gente
que vive por debajo
de lo mínimo.
Pero bueno,
hay un contexto
alrededor de esa pobreza
de bienestar
y esos pobres
tienen acceso
a comedores,
a servicios sociales.
Allí no,
allí la pobreza
es el sistema.
Entonces,
todo el contexto
es pobreza
y no hay esperanza.
no hay nadie
que te eche una mano,
no hay dónde ir.
Es muy triste.
Pepe,
tú cuando vienes aquí,
pongamos por ejemplo
en la conferencia
que diste ayer
en la Cámara de Comercio,
con este talante
de proximidad
que tienes,
yo imagino
que miras las caras
de tu auditorio
a medida que vas hablando.
Y antes de hablar.
Y antes de hablar.
¿Qué ves?
A medida que vas explicando
tus experiencias,
¿por qué no nos engañemos?
Este tipo de actos
tienen también
por una parte
esa cierta militancia
de querer pensar
en los demás,
pero también ejerce
una cierta fascinación
por lo desconocido.
¿Qué ves en las caras
de los auditorios
cuando tú explicas
tu experiencia en África?
Pues,
son los auditorios
muy variopintos,
muy diferentes.
Yo me fijo mucho
en los ojos,
en cómo la gente mira,
cómo la gente va captando
y va entrando
en este tema, ¿no?
Los ojos reflejan mucho
la sensibilidad
de cada persona
y, bueno,
pues en relación
a cómo van
evolucionando
las miradas,
pues,
va uno haciendo hincapié
en un aspecto
y en otro.
Pero el objetivo
siempre es que
ese fondo
de la persona
solidario,
ese fondo
de amor,
fraterno,
que en todas
las personas
está,
pues el objetivo
es tocar eso,
despertar ese deseo
de fraternidad,
de abrirse
a los demás,
sobre todo
a los más pobres.
Hay ambientes
en los que la gente
va con más sensibilidad,
más predispuesta
a estos temas
y otros ambientes
en los que cuesta
más trabajo
llegar a esa realidad
de la persona,
pero, bueno,
se intenta
en todos los campos,
en todos los ambientes.
Ayer había acuerdo
unánime
en las expresiones
de las personas
que fueron a la conferencia.
Al mismo tiempo
que estabais hablando
de esto,
como yo estaba
en la mesa
acompañándole ayer,
pues mientras
él iba hablando,
yo iba observando
a la gente
porque yo estaba
tranquila
el que hablaba
era él
y entonces
a medida que
iba explicando
pues esto,
cosas distintas,
porque ayer le oí
cuatro o cinco
intervenciones
y siempre explica
cosas distintas
porque como lleva
África en su corazón
tiene cantidad
de ideas
de qué exponer,
pero incidiste
bastante
en la pobreza,
en eso de que
la pobreza más pobre
está en África
y entonces veías
algunas caras
como diciendo
bueno y yo
qué puedo hacer
como angustiada
así,
¿sabes?
Y entonces le dije
en un momento
Pepe,
que está muy bien
todo eso que estás diciendo
pero esta mañana
te he oído decir
que también
aunque la calidad
de vida
de los africanos
sea muy pobre
y que la muerte,
una de las cosas
que dijo ayer
que me impresionó
que la muerte
formaba parte
de la vida
de las familias
que aquí ocultamos
a nuestros niños
cuando alguien muere
o incluso ir a un hospital
pero que allí forma parte
pues se te mueren
y nacen y mueren
en la misma mesa
en donde comes
forma parte de la vida
forma parte de la vida
pero aparte de todo esto
que el contacto
con la tuerza
que se une mucho
entre las familias
las comunidades
y que eso
dentro de todas las carencias
pues que viven
a su manera
felices
que son unas personas
muy acogedoras
muy
con un gran sentimiento
y que eso
aunque a nosotros
nos parezca imposible
que porque no tener
un montón de dinero
ya somos desgraciados
pues que ellos vivían
a su manera
la felicidad
entonces le dije
oye Pepe
explica algo
de todo esto
que la gente
quiero que salga
de aquí
con una
a ver
a mí me dijeron
nunca pensé
que me podía
enterar
en una hora y cuarto
porque hora y media
que duró aquello
me hubiera aprendido
tantas cosas
de África
salgo con una idea
completamente distinta
de la que tenía
que todo el mundo
todos los negros
se pagaban puñetazos
y navajados
a mitad de la calle
cuando has explicado
todo esto
me voy con otra idea
tan distinta
y por qué no la hacéis
con más frecuencia
porque nunca tenemos
tan a mano
una persona
que venga de África
porque si están aquí
dando conferencias
no están en África
haciendo lo que tienen que hacer
solamente con que
nosotros
aumentemos la sensibilidad
ante las desigualdades
y las injusticias
y dentro de nuestro mundo
desarrollado
podamos aportar algo
yo creo que es un paso
adelante siempre
pero no solo dinero
también respeto
¿verdad?
porque hacer la aportación
económica
quien más y quien menos
con más o menos dificultad
puede hacerlo
si realmente quiere
pero quizás hay que añadir
algo más
¿no?
si yo pienso que
ayer comentaba eso
con otra persona
la labor
tanto de los misioneros
que volvemos
de África
que estamos aquí
pasando un tiempo
como sobre todo
las organizaciones
que están aquí
trabajando de continuo
como por ejemplo
Manos Unidas
además de la labor
de recaudar dinero
tienen otro reto
quizás más difícil
que el de ir
sensibilizando a la sociedad
para que
salgamos de nosotros mismos
y nos sintamos
más sensibles
y más cercanos
a los más pobres
ese reto
de ir cambiando
la mentalidad
de las personas aquí
es lo más difícil
lo más ingrato
pero yo pienso
que es un trabajo
prioritario
que hay que hacer
pues no tenemos
más tiempo
¿qué le vamos a hacer?
pero hoy estaréis en Reus
en el centro de lectura
a las 8
aquí al lado
si alguien se quedó
con ganas ayer
y no se enteró
pues que lo sepan
que hoy
es nada
un 10 minutitos
estamos en Reus
y a compartir
y a aprender
de este conocimiento
de un continente
que tenemos más cerca
de lo que creemos
o que tendríamos que tener
por lo menos
desde la sensibilidad
Pepe ha sido un placer
de verdad
igualmente
muchas gracias
José Antonio Ferrer
nos ha dado la confianza
de llamarle Pepe
Pepe Ferrer
y hasta que vuelvas por aquí
que estaremos encantados
de saludarte
que nos continúes
hablando de África
muchas gracias
Maite muchas gracias
la propera semana
vindrás
que feo la marcha
de la solidaridad
¿no?
si porque me he parlado
una mica
yo hoy me he portado
muy bé
y casi no he parlado
de Mansonidas
en parlaremos
la próxima semana
pero como Mansonidas
financen
muchos productos
en África
yo estoy muy contenta
que haya podido expresar
todo eso
hasta la semana que viene
muchas gracias
muchas gracias