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Señor Víctor Pérez, buenos días.
Hola, muy buenos días.
Una buena manera el programa de este miércoles
para celebrar el centenario del nacimiento de Chostakovich.
Pues sin duda, y también para crear afición
ante una música y un músico realmente muy impresionante,
con un lenguaje muy de hoy,
que yo creo que es entendible fácilmente,
está cercano, digamos, a lo que es la música descriptiva,
la música también de algún modo cinematográfica,
y yo creo que es muy apropiado
para que la gente se enamore de este compositor
y de la música clásica y de una orquesta sinfónica
como es tan fantástica como la que se hace.
El plato fuerte del programa es la Sinfonía Leningrado,
una sinfonía que fue compuesta como un himno antifascista
y que después se ha convertido, en cierto modo,
ante un canto contra la guerra en general.
Pues yo creo que es una sinfonía que tiene lugar su composición
durante la serie de Leningrado,
una serie feroz por parte del ejército alemán, de los nazis,
una serie que duró 900 días y que supuso, pues bueno,
todo tipo de calamidades, de hambre,
de problemas inmensos en la población de Leningrado,
y en ese momento se componen muchas obras
contra la guerra, pero hay una,
una que es esta sinfonía de Sostakovic,
que se distingue de algún modo
y que consigue ser estrenada,
no exactamente primero en Leningrado, sino en Moscú,
el microfil de la partitura tiene que hacer un recorrido inmenso
muy tortuoso para llegar incluso a Estados Unidos,
hay una gran disputa para ver quién la puede estrenar a Estados Unidos,
si Toscanini o si Stokowski o los grandes del momento,
y al final se convierte en esto un alegato contra la guerra,
contra la intolerancia, contra cualquier tipo de invasión,
contra la invasión de las ideas, contra la invasión física, etc.
Eso lo iba a comentar, porque la obra generó un gran revuelo
ya desde su estreno, y eso, hubo unas disputas,
usted comentó una, ganó Toscanini, si no voy mal,
y vaya, se difuso rápidamente por toda Europa y en Estados Unidos.
Sí, en concreto fueron 60 y tantas orquestas
que atacaron a Estados Unidos en unos meses inmediatos
al momento del estreno en Moscú,
y bueno, pues todo el mundo quería estrenarla,
todo el mundo se consideraba, digamos,
como que el que más había hecho por la música de Sostakovich
y se sentía en el derecho de poder estrenarla,
porque era un momento realmente importante
en la historia de la humanidad,
con esa invasión nazi generalizada,
y esto era un alegato, era un símbolo
de la resistencia de un pueblo
ante toda esa invasión tremenda.
En el inicio de esta entrevista comentaba
que el concierto de ese miércoles tendrá
algún toque cinematográfico,
y no sé si refería quizá a la primera parte
del concierto en que sí está previsto
interpretar la música de la película
The Great Citizen.
Sí, es el Gran Ciudadano,
es una música que es netamente cinematográfica,
pero es que además toda la música
que después es escrita por Sostakovich
tiene ese ingrediente, digamos, visual,
ese ingrediente descriptivo,
más en esta sinfonía Leningrado,
donde, bueno, desde la gran invasión,
con un tema que se repite una y otra vez,
un poco a modo del bolero de Rabel,
pues se ve como las tropas nazis,
de un modo casi hasta grosero,
llegan hasta Leningrado,
y como después hay una serie de recuerdos
de Sostakovich, de su vida,
de lo que es su país,
hay incluso hasta un momento de relajación,
porque Sostakovich consideraba,
y bien considerado,
como han hecho los grandes,
como sespes,
que la tensión no puede durar siempre,
tiene que haber un momento también
de contraste, de relajación,
hay un escarcho lírico,
que se convierte después en una especie
de escarcho un poco más macabro,
un poco más duro,
y finalmente hay lo que es la victoria,
incluso con el signo de la victoria,
tal como se hacía en el lenguaje,
en el lenguaje, digamos, telegráfico,
con tres notas, pan, pan, pan, pan,
un poco este mismo,
estas notas que usa Beethoven
con la quinta sinfonía,
esas notas del destino,
y yo creo que a la gente,
pues yo creo que ojalá le pueda gustar mucho,
porque ya digo,
es un lenguaje muy directo,
muy preciso para hacer entender la música.
Shosakovich es una de las figuras capitales
de la música en el siglo XX,
¿así lo considera usted?
Pues sin duda,
desde luego es,
dentro del sinfonismo,
es el último gran sinfonista del siglo XX,
está a la altura de cualquiera
de los grandes compositores,
no solamente rusos,
como puedan ser Prokofiev o Stravinsky,
sino también,
como pudiesen ser,
lo Brands,
Sub,
pero Beethoven,
o sea,
Stravinsky,
esto,
Brands o Stravinsky
se ha convertido en un clásico absoluto,
y es un compositores
que tiene además la facilidad
en todos sus cuartetos,
como sus sinfonías,
en toda su obra,
de distinguirse
en cuanto uno huye,
cualquier persona la escucha,
el segundo compás sabe que es Shosakovich
y que,
bueno,
luego el desarrollo formal,
el desarrollo de esas obras
realmente impresiona,
para mí sí,
es uno de los grandes.
Además de estas dos obras de Shosakovich
que hemos comentado,
el concierto,
el programa del concierto
también incluye una pieza,
no sé si calificarla de curiosa,
de Berkeley y Briten,
la suite de danzas catalanas.
Sí,
bueno,
esta es una obra pequeña
que es un homenaje
que Briten
cuando viene a Barcelona
para un congreso
de música contemporánea
se hace amigo
de otro compositor,
de Berkeley,
y deciden,
después de un paseo
por Ramón Llull,
deciden,
un paseo que ves,
que en la fricción
fue nada más y nada menos
que Roberto Gerard,
pues deciden escribir
algo conjuntamente,
en homenaje a España,
en homenaje en concreto
a Cataluña,
y muy específicamente
uno de los temas
en homenaje a Barcelona
con un lamento,
un lamento sobre el momento
que estaba viviendo
en el año 36
sobre la guerra civil,
donde aparece el canto
de su ser,
o se anuncia,
digamos,
y luego pues Briten
y Vascoe
lo hacen a su manera,
y es una pieza
realmente maravillosa,
donde hay una especie
de canto
de lloro
por lo que estaba sucediendo
de España en aquel momento
en la guerra civil.
El concierto de este programa
ya viene rodado
en Tarragona,
mañana sí,
mañana martes
si no voy equivocado,
ustedes estarán
en Lleida,
pero este fin de semana
ya se ha interpretado
en Barcelona
y además con mucho éxito
tanto de pública
como de crítica,
porque los diarios
les han dejado muy bien.
Sí,
yo no he leído todavía
los comentarios,
pero la verdad
que el público
ha reaccionado
de un modo espectacular
todos los días
y está siendo,
bueno,
pues afortunadamente
un bellísimo concierto
con un gran éxito
para todos,
la orquesta está tocando
con un convencimiento
realmente magnífico,
con unas ganas
de hacer esa música
como pocas
y con un nivel
increíble técnicamente,
yo estoy realmente feliz
de poder tener
este privilegio
de dirigirles
y poder hacer música
pues con ese convencimiento,
que eso siempre
es más importante
para que llegue a la gente,
llegue con toda
su fuerza la música.
Usted no ha visitado
la ciudad de Tarragona,
vaya,
no ha tocado
en el Palau de Congresos,
pero no sé
si le han comentado
alguna cosa
del recinto
de la sala
o del Palau de Congresos
de Tarragona.
Me han dicho
que es una sala atípica
que tiene un sistema
para ampliar
la reverberación,
yo ya conozco
un sistema similar
en otros sitios.
Bueno,
tengo una gran ilusión
por conocerlo
y por hacer
allí esa sinfonía
que realmente
es aparatosa,
o sea,
es una orquesta enorme,
una orquesta de más de 100 músicos
con dos equipos
de metales
tremendos,
es como
para hacer figurar
esos ejércitos
con tres cajas
que están,
digamos que
anunciando
toda esa invasión
brutal
y realmente
pues es,
tengo muchas,
muchas ganas
de poder volver a hacerlo
y que resulte
muy bien
ahí.
Y el marco
estará a la altura.
Ya lo verás.
Señor Víctor Pérez,
director invitado
de la OVC,
de la Orquesta Sinfónica
de Barcelona Nacional
de Cataluña,
muchas gracias
por atender
la llamada
de Tarragona Radio
y nos escuchamos
este miércoles.
De acuerdo,
muchas gracias.
Hasta pronto.