Vicente Ortuño, muy buenos días.
Hola, buenos días.
¿Qué tiene de particular este animal, este insecto,
que haya despertado una cierta expectación entre el mundo periodístico?
Porque, desde luego, la cantidad de trabajo que hacéis los investigadores
y nunca sale a la luz pública en este caso, ¿por qué?
¿Cuál es la razón de que este elemento haya acogido esta popularidad en los últimos días?
Pues quizá lo más llamativo de este animal es que pertenece a un linaje muy primitivo
de origen mesozoico, podríamos decir, de la época de los dinosaurios
y que ese linaje ha sobrevivido hasta nuestros días en la forma de esta especie
que se ha acantonado y ha sobrevivido en los espacios subterráneos de Castellón y del sur de Tarragona.
Es decir, es un animal verdaderamente singular adaptado a vivir en unas condiciones muy hostiles en el medio subterráneo.
Por lo tanto, no estamos hablando de un animal que sea de ahora, ni mucho menos,
sino que estamos hablando de un invertebrado prehistórico o cavernícola.
Sí, a eso habría que hacer una pequeña matización.
Evidentemente, es una especie actual.
Lo que pasa es que procede de una línea evolutiva de un linaje muy primitivo
que ha sobrevivido hasta nuestros días y uno de los supervivientes es esta especie cavernícola.
Podríamos decir que, hablando de esta especie que se llama Gulumjapis smigol,
podríamos decir que es un fósil viviente.
¿Un fósil viviente?
Sí, se podría calificar así. Es quizá un término poco ortodoxo en ciencia,
pero desde un punto de vista didáctico es muy gráfico utilizar ese término.
No, pero fíjate, Vicente, que coincide.
Ahora, al decir esto, a mí me ha llamado la atención,
porque aquí en Tarragona tenemos una exposición que se llama Rastros y Restos,
así traducido al castellano, que precisamente presenta fósiles de algún que otro ser prehistórico,
pero además también hay como una especie de acuarios, que hay como unos animales,
no me digas decir de qué especies son, que también son como fósiles, que están vivos
y tienen una cáscara así como que parece de piedra, ¿no?
Sí, sí, sí.
O sea que bichos de estos, y perdona la expresión tan poco científica, parece que hay, ¿no?
Sí, sí, hasta nuestros días han llegado animales de linajes muy primitivos,
pues habría que citar el famoso cangrejo cacerola, que pertenece a un grupo que son los hifosuros.
Yo diría que es este el que yo te intentaba describir.
Hemos coincidido en nuestra apreciación, sí, pero por ejemplo también podríamos citar,
pues no sé, el celacanto, esos famosos peces que tienen en las aletas que asemejan a,
pues bueno, parece que empiezan a asemejarse a las patas de un animal tetrápodo,
es decir, que fósiles vivientes, pues ya se conocen desde hace tiempo,
o animales que se han tildado como fósiles vivientes,
y podríamos decir que este nuevo hallazgo de este invertebrado cavernícola, pues es uno más.
¿Y qué hace que estos individuos se hayan prolongado a través de tantos y tantos años
y hayan sobrevivido a todos los cambios que ha experimentado el planeta?
Pues es que lo que sucede con los artrópodos es que tienen una bondad
para sobrevivir a múltiples cataclismos y cambios geológicos y climáticos
a lo largo de la historia de la Tierra,
y es que son animales en general de reducido tamaño.
Entonces, al ser de reducido tamaño pueden encontrar abrigo, cobijo,
en pequeños intersticios del suelo, de distintos ambientes o ecosistemas,
y ahí sobrevivir a las vicisitudes que sobrevienen a lo largo del tiempo.
Entonces, bueno, pues eso es una de las bondades que tienen los artrópodos,
y en este caso, este linaje mesozoico, o concretamente esta especie,
pues debió sobrevivir a cambios climáticos importantes,
a catástrofes medioambientales, pues refugiándose en el medio subterráneo
y evolucionando allí, adaptándose a vivir en esas condiciones.
Alguien puede pensar que, mira, que un día estabais los investigadores
haciendo trabajo de campo y os topasteis con este invertebrado.
A ver, yo tengo entendido que llevabais mucho tiempo trabajando en el tema.
Sí, la verdad es que no ha sido producto de la casualidad.
Es decir, nosotros estamos desarrollando un proyecto de investigación
estudiando fauna hipogea, que es lo mismo que decir fauna subterránea,
en este caso de la península ibérica,
y concretamente hemos centrado nuestros esfuerzos en los últimos años
en la región levantina.
Entiéndase, por Levante, pues una zona amplia,
pues no sé, desde el sur de Alicante hasta el delta del Ebro.
Y, bueno, pues estamos centrando ahí nuestra investigación.
Hemos descubierto nuevos artrópodos, nuevos invertebrados cavernícolas,
pero quizá uno de los más sobresalientes de los que hemos estudiado
y de los que hemos descubierto, pues es este Golunjapis-Smeagol,
del que ahora se ha hecho con la prensa.
De todas maneras, descubrimientos como este, y en el caso este ejemplar,
aparte de otros que, como bien decías, estáis también inventariando,
y descubriendo día a día, digamos, ¿qué hipótesis o qué líneas de trabajo
puede abrir a los investigadores?
Porque no es el hecho solo de descubrirlo, bautizarlo y catalogarlo,
sino que todo esto abre expectativas de estudio,
incluso interdisciplinares posteriores, ¿no?
Sí, sí, desde luego, estos animales y esta fauna
no solo se estudia desde un punto de vista faunístico,
se estudia también desde un punto de vista de biología molecular,
se hacen estudios ecológicos, además estos animales,
dado su gran adaptación al medio subterráneo y su gran sensibilidad,
se pueden utilizar como indicadores biológicos
para ver la calidad de los medios subterráneos,
que son un auténtico tesoro en nuestro país,
y que, bueno, pues hoy en día, pues no se tiene quizá muchos escrúpulos
y se explotan de manera inmisericorde algunas cavidades, ¿no?
Que con fines turísticos, si no se tiene en cuenta la fauna
que vive en estos espacios subterráneos,
hay que tener en cuenta que este tipo de fauna, junto con otra mucha,
pues forman parte del legado y del tesoro de nuestro país, ¿no?
Entonces, ahí sí que tenemos que ser extraordinariamente cuidadosos
y, bueno, pues enfatizar todo lo que podamos este tipo de descubrimientos
y este tipo de estudios.
Esto os convierte en espeleólogos también, ¿no?
Sí, la verdad es que lo somos desde hace mucho tiempo.
En realidad, bueno, hay una definición para nosotros
y es el de bioespeleólogos, es decir,
somos biólogos que, bueno, necesitamos de la espeleología
y la practicamos para poder adentrarnos en estos espacios subterráneos
y poder acceder a esta vida críptica, esta vida oculta
para la gran mayoría de las personas, ¿eh?
Y así obramos, así trabajamos.
Naturalmente, porque ahora que la espeleología,
como otros deportes de aventura, pues están muy de moda
y hay muchos practicantes, alguna vez hemos bajado a alguna cueva
y no hemos visto absolutamente nada.
Y cuando preguntas, pero que en las cuevas no hay nada,
no hay nada de nada, y vosotros encontráis y mucho, ¿no?
Sí, la verdad es que hay mucha vida en las cuevas.
Lo que pasa es que, como te he dicho antes,
en la mayoría de los casos son pequeños invertebrados,
no es fácil verlos en una situación en la que no tenemos tampoco muy buena luz,
una luz que, pues en realidad, se obtiene una luz ambiente casi de penumbra.
Es difícil seguir el rastro de este tipo de animales y encontrarlos,
pero también hay que decir que cuando nos adentramos en una cueva,
nosotros nos movemos por los grandes espacios de las cuevas.
Estos animales, en realidad, buscan refugio en las pequeñas grietas,
en las diaclasas, en las fisuras que hay en las paredes,
en las coladas estalagmíticas, en el suelo.
Es decir, están en las cavidades, en las cuevas,
pero a su vez buscan pequeños resquicios, pequeños reductos
donde se encuentran más protegidos.
Entonces, ya te digo que hay que buscarlos ahí en ese tipo de ambientes
y no es fácil.
Ahora, digamos que habéis contabilizado varios ejemplares o cómo...
Sí, sí, conocemos cerca de una docena de ejemplares.
Creo recordar que son los que hemos constatado en la publicación,
pero, bueno, son animales que los primeros se recogieron hace unos 20 años
y, bueno, pues en 20 años de prospecciones en la zona,
pues hemos conseguido, pues eso, unos 12 ejemplares de esta nueva especie.
Quiere decirse que es un animal que no se ha tornado muy conspicuo,
no es muy fácil verlos en estas cavidades.
Eso no quiere decir que no sea frecuente y que no esté,
lo que pasa es que no se hace muy visible.
A ver, las publicaciones científicas nada tienen que ver con los periódicos ordinarios,
como si dijéramos, y entonces, claro, es aquel titular que llama la atención
en el segundo grupo y dice, un feroz depredador de dos centímetros de largo.
Y yo cuando he leído esto digo, uy, qué barbaridad, nos encontramos ante una auténtica bestia.
El caso es que también hemos, es lo que tiene tres pares de patas, ¿no?
Sí.
Y es casi transparente.
Sí, es un animal, bueno, pues en biología este tipo de animales se les tilda,
se les llama hexápodos, es decir, tienen tres pares de patas.
Es un animal que, como bien dices, es de un color prácticamente transparente,
está despigmentado, es ciego.
Pero, bueno, hay que recordar que en las cavidades el hecho de tener ojos es, bueno,
pues realmente es un gasto energético, hay que mantener una serie de pigmentos oculares
que luego no sirven para nada.
Entonces, a lo largo de la evolución se van seleccionando formas que economizan la energía
y la saben administrar adecuadamente y, por tanto, bueno, reducen aquellos,
o se van seleccionando aquellas formas que pierden órganos que no tienen sentido
y son caros energéticamente el mantenerlos, ¿no?
Y en este caso este animal es ciego.
Tiene las patas muy alargadas, las antenas también muy alargadas,
en donde tiene un equipo de, una batería de receptores sensoriales
que le sirven para orientarse en oscuridad.
Y luego, pues quizá como remate, lo más curioso de este,
o lo más característico de este animal es que al final del abdomen
tiene un par de pinzas muy poderosas que se asemejan a las pinzas de una tijereta
y que utiliza para triturar e inmovilizar a sus presas.
Por lo tanto, pica.
Bueno, más que pica, digamos que es un animal que se revuelve contra quien lo hostiga.
Lógico.
Esta falta de pigmentación ha sido uno de los factores que ha provocado que le hayáis puesto Gollum.
Bueno, en buena medida hemos querido encontrar un paralelismo con Gollum.
En esto es que hay una cierta traición, no siempre se cumple, ni se tiene por qué cumplir,
pero hay traición de las bestias subterráneas, y permíteme esta expresión,
o los animales más singulares del medio subterráneo cuando son descubiertos,
pues normalmente se les asigna un nombre o pues en memoria de una figura mitológica
y normalmente se ha echado mano de la mitología griega y de la mitología romana.
Nosotros quisimos hacer algo parecido con este animal tan singular, tan excepcional,
pero bueno, estas mitologías pues ya están muy usadas, muy manidas para este tipo de recursos.
Y entonces al final pues pensamos en una mitología moderna y que tuviese un gran impacto social
y pensamos en este mundo fantástico que creó Tolkien.
Y hemos encontrado ese paralelismo con Gollum, porque Gollum en origen fue un hobbit,
un ser epigeo, es decir, un ser que vivía en la superficie y que luego por los poderes extraños del anillo
pues se convirtió, se transformó en ese Gollum que vivía en el medio subterráneo, en unas cavernas.
Bueno, pues algo parecido nos ha pasado con nuestro Gollum yapis esmígol.
En origen sus ancestros eran epigeos y por esas cosas de la evolución pues este animal o sus ancestros
penetraron en el medio subterráneo y evolucionaron allí hasta dar la forma hasta actual.
Apasionante el mundo de la ciencia y es de agradecer que los investigadores, los científicos,
cada día estén más abiertos a la comunidad y nos den la oportunidad de compartir a nuestro nivel naturalmente
la riqueza de los descubrimientos y de un trabajo que es lento, pero es seguro
y que afortunadamente ofrece resultados.
Ha sido un placer de verdad compartir estos minutos Vicente Ortuño,
investigador del programa Ramón y Cajal de la Universidad de Alcalá de Henares.
Muchísimas gracias y enhorabuena.
Muchas gracias a vosotros por haceros ecos de este tipo de noticias.
Adiós, buenos días.
Adiós.