logo

Arxiu/ARXIU 2007/JA TARDES 2007/


Transcribed podcasts: 160
Time transcribed: 2d 12h 58m 25s

Unknown channel type

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

And the autumn weather turns the leaves to flame.
And I haven't got time for the waiting game.
And the day...
En fi, l'excusa de tenir-lo avui per telèfon és que la setmana passada el presentava aquí a Reus.
Convidat, podríem dir, sí, hostetjat, convidat per l'Associació d'Alzheimer de Reus i el Baix Camp.
Entre altres coses, jo crec que serà interessant no només parlar sobre el llibre, que és una història...
Bé, que l'Alzheimer és sorpresent, però a part de tot això és una història vitalista sobre la vida, sobre els somnis, sobre emocions i sentiments.
Sinó també parlar amb el Jorge Larena, que sembla que és un home, doncs, també com a molt vitalista.
Millor ens ho explica ell. Jorge, buenas tardes.
Hola, buenas tardes, Líria.
Què tal estàs?
Bien, aquí, escuchándote con atención.
Pillando, a ver si pillabas algo de catalán.
Sí, lo pillo, lo pillo bien y lo hablo habitualmente.
¿De dónde eres, Jorge?
Yo vivo en Barcelona.
Vale.
Lo hablo habitualmente, lo que pasa es que subintim problemas para trobar la parábola adecuada.
Ah, home, si no res, te veo súper puesto.
Sí, sí.
Viniste a Reus a presentar, pues, esos sombras de otoño, un libro que, entre otras, bueno, características positivas, quedó finalista al Premio Planeta.
Sí, quedó en la edición del año 2002, quedó entre los doce finalistas, entre más de quinientas novelas, y estuve allí en la cena donde acabó ganando Brice Chenique.
Sí, sí, fue una experiencia, bueno, para un escritor fue una experiencia muy enriquecedora.
Jorge, porque tú eres escritor, ¿te dedicas solo a esto?
No, no, yo soy empleado público y escribo en... sacrifico mi ocio por mi afición.
Bueno, ¿te quita muchas horas?
Sí, escribir quita muchas horas, porque el proceso de escribir empieza mucho antes de cuando estás escribiendo estrictamente.
El proceso de escribir empieza cuando se te van ocurriendo las cosas, cuando tienes que documentar,
y realmente, al final, la mayor parte de los esfuerzos que no son meramente laborales o familiares están encaminados a escribir.
¿Te esperabas que quizá que quedaría el libro finalista en el Premio Planeta?
Lo digo porque, bueno, con páginas, como dices, te tomas la escritura un poco entre comillas, ¿eh?
Como hobby, como cosa que haces de más a más.
¿Te esperabas, pero, que tuviera esta recepción?
Hombre, a ver, cuando uno escribe, escribe con la esperanza de algún día alcanzar al público.
Y es cierto que el Sombras de Otoño, especialmente, tenía la sensación de que el libro era bueno.
Escribía y la sensación que yo tenía era que había mucha inspiración.
A veces uno escribe con técnica y sale adelante y a veces parece que siente lo que está escribiendo.
Con sombras sentía mucho y, hombre, cuando llegó la noticia de lo del planeta, pues sí, realmente fue una sensación un poco sorprendente.
Pero, por otro lado, me pareció que ya se ajustaba a lo que yo había escrito, que era una posibilidad real estar allí.
Ya tenías experiencia escribiendo e incluso publicando.
Bueno, hemos encontrado una primera novela tuya, Las tablas de Agartha.
Es otro registro, es un thriller ocultista, atlantes, nazis, es una historia más de ciencia ficción.
Y sombras, entonces, ¿sabes lo que pasó?
Que gracias a Las tablas de Agartha escribí Sombras de Otoño.
Porque Las tablas era eso y mucha gente que conozco empezó a pensar que yo era un experto en ocultismo.
Uy.
Y entonces decidí cambiar de registro.
¿Por qué escogiste, pues eso, un thriller ocultista?
Dime.
Sí, sí, ¿por qué? ¿Por qué escogiste en la primera novela, bueno, ese género, no?
¿Por qué te tiraste para el ocultismo?
Porque me llaman mucho la atención las cosas, ¿sabes?
Me gusta mucho la historia, me gusta mucho ir a ver iglesias, castillos.
Es una pasión que tengo por lo antiguo.
Y entonces siempre esa simbología, todos esos misterios del pasado, pues siempre me han llamado la atención.
Pero vamos, no tienes una bola de cristal en casa, ni realizas ritos satánicos ni nada.
No, no, yo eso lo hago.
A ver, la novela era un entretenimiento.
No había una pretensión de descubrir claves, de encontrar el santo grial en la realidad, ¿no?
Vale.
Y ahora, como para quitarte esa etiqueta, quizá no, dijiste, bueno, vamos a escribir algo más realista.
Sombras de otoño sería eso, ¿es un relato de la vida cotidiana?
Sí, Sombras de otoño tiene un proceso de creación muy largo, porque todo nació en una noticia que escuché en la radio y que me golpeó mucho.
Me golpeó mucho y la dejé ahí, escribí tres páginas acerca de ella, de mi reflexión acerca de lo que había oído, y lo dejé ahí.
Y unos diez años después, cuando sucedió esto de las tablas de hidroocultismo, buscando una historia que escribir me encontré con esas tres páginas.
Y ese era el embrión de Sombras de otoño.
Una historia sobre gente como cualquiera otra, como yo mismo, en un barrio normal de Barcelona, que le pasan cosas.
¿Y cuál era esa noticia que te...?
No puedo desvelarla, porque esa noticia es el final del libro.
¿Qué me dices? ¿Sí?
Sí, de hecho, de hecho, compré el libro. De hecho, la noticia me tocó el corazón y empecé a pensar cómo se podía llegar a producir.
Vale. Y dejaste la noticia para el final, como desenlace.
Sí, sí.
Vale, vale, vale.
Todo esto es ficticio excepto el final.
Vale, por lo tanto, tampoco es que sea un trabajo de investigación alrededor de esa noticia. Nada que ver con la realidad.
No, es un trabajo de investigación acerca de uno mismo, de la gente que lo rodea, de las circunstancias que trajeron a muchas personas a Cataluña, porque la protagonista es una inmigrante, una inmigrante del sur que vive en Barcelona.
Y que en un momento determinado empieza a perder la memoria. Eso la lleva a tener recuerdos muy antiguos y a perder el contacto con lo inmediato. Y la novela es un poco la historia de su vida hasta ese momento.
Que supongo que aquí está el enlace, ¿no?, con el Alzheimer.
Sí, claro, claro. El Alzheimer es la enfermedad que late detrás de sus pérdidas de memoria hasta que se manifiesta y entonces ella tiene que tomar decisiones.
¿Por qué escogiste esta historia y no otra? Porque, vale, en el momento la noticia te chocó y tal, pero como para recuperarla diez años después.
Y para que te diera esta pasión, ¿no?, que dices que además lo escribiste como con el alma.
Sí, sí. Es que ahora mismo me pongo a hablar de sombras y siento la emoción. Es una sensación extraña, sombras de otoño. No es una novela que yo domine.
No es una novela que yo haya dominado con mi técnica. A veces pienso que era como una historia revelada.
Que la historia me cogió a mí para contarla. ¿Sabes? Y es así desde el principio. Desde que escuché la noticia, pero sobre todo desde que leí esas tres páginas.
Es así. Fui atrapado por la historia.
¿Qué crees que tenía de especial para el jurado del Premio Planeta?
Yo creo...
¿Hablas de técnica todo el rato?
No sé.
Yo creo que lo que tenía de especial para el jurado y lo que tiene de especial para los lectores, que me están dando una retroalimentación muy positiva, es el que tiene mucho corazón.
Mucho corazón.
Que tiene mucho corazón.
Yo tengo que decir que había noches, porque normalmente escribo por la noche, claro.
Yo había noches que tenía que parar de escribir porque no soportaba. Lloraba. Lloraba viviendo la aventura de María.
Y tenía que parar y decir, bueno, esto es una novela. Te posee, pero es una novela.
Es así. Yo creo que lo que tiene sombras, que es diferente de otros libros que he escrito o de lo que escribo ahora, es que es una novela de corazón. Solo de corazón. Todo es corazón.
¿Y qué sensación le deja al lector? ¿Va cambiando de estado de ánimo? ¿Le queda una sensación como de uf, de respiro? ¿Es positiva, negativa? ¿Cómo lo ves?
Pues me ha sorprendido mucho, pero un buen número de lectores. La historia es dura, porque el Alzheimer es duro y porque la vida de la mayor parte de las personas comunes tiene momentos duros.
Pero a pesar de eso, los lectores me están retroalimentando que es un viaje, que la novela es como un viaje, como un viaje de cada uno.
Cada uno de ellos me dice, no, pues esto me ha llevado a esto, a esto, cada uno a sus cosas. Pero me ha sorprendido mucho.
Yo no había visto nunca la novela como un libro de viaje. Sin embargo, la gente me dice que es un viaje interior. Leer la novela es un viaje interior.
Y en general, ¿sabes? Hablo mucho de la técnica porque me preocupa mucho la técnica. Porque la forma es muy importante en la escritura.
No solo importan las historias, importa el modo. Y estoy muy contento porque a pesar de que hay tanto corazón, la técnica resultó muy eficaz.
Entonces, la gente coge el libro y se engancha a leerlo. Muchos lectores lo han leído en dos días, en tres días.
Y eso, claro, eso no solo es la historia. También es la forma en que cuentas la historia.
Tú dirías, por tus palabras, ¿dirías que es un libro de estos que podríamos considerar de autoayuda? ¿O huyes de esta etiqueta?
No, no tiene vocación de autoayuda. Lo que sí que tiene es... La vocación que tiene es contar esa historia. Solo eso.
Cada uno toma de ella lo que le llega más. Lo que sí que es cierto es que cuando acabas de leer sombras, en general,
las personas que la leen tienen la sensación de que empiezan a valorar muchas cosas de la vida cotidiana de otro modo.
O sea, sí que aporta, ¿no? Un conocimiento, como decías tú.
Sí.
O un cambio.
Yo no diría que es un libro de autoayuda en ningún caso, ni está hecho con esa intención,
pero sí que es cierto que las personas, al final de la lectura, han obtenido algo.
¿Qué recomendarías, Jorge, a alguien que esté en tu situación, que hay mucha gente,
que bueno, que compagina el trabajo diario con una afición por la escritura?
¿Qué recomendaría? Que peleen, que peleen por su obra, que tengan fe en lo que hacen y que peleen.
Mira, después del planeta, que parecía un hito importante, que era como que los focos estaban ahí,
estuve en esa cena. Después de eso, vino la nada.
Ya.
Durante cinco años a ninguna editorial le ha interesado ese manuscrito. No era su línea.
Eso me hizo llegar a creer que realmente no valía para escribir, que realmente no era el libro tan bueno como yo pensaba.
Ha sido ahora cuando me he decidido a luchar por él, cuando soy feliz con el libro,
cuando me doy cuenta del valor del libro, porque yo soy el primero que tiene que valorar el libro y luchar.
Yo creo que la gente que escribe, en general la gente que tiene cualquier actividad artística,
tiene que pelear por ella, tiene que poner pasión.
A partir de ahí, el éxito es una cosa muy etérea.
El éxito es muy difícil de medir.
Mi éxito es que el otro día en Reus había 70 o 80 personas allí,
y mi éxito es que esas personas lean ese libro y saquen algo.
Que además uno tiene otro tipo de reconocimiento social, económico.
Bueno, eso es otra historia.
Pero uno tiene que luchar por su obra, por lo que cree.
Esta lucha, vamos, intuimos que el paso más difícil en este caso es publicar.
Porque dices que incluso siendo finalista del Planeta no encontrabas editorial.
No, no.
Eso es sorprendente.
Claro, pues imagina, imagina que eres el autor y crees que has dado un paso al llegar a la final del Planeta.
Es que desciendes al infierno de cabeza.
Dices, bueno, me habéis invitado a cenar y ahora qué.
Exactamente.
Si yo la cena no me importaba.
La cena estaba muy buena, era del catering del bullí, Ferran Adrián.
Quiero decir, realmente la cena era un premio en sí mismo.
Pero claro, uno espera que ese aval le abra alguna puerta.
Ya no espera encontrar las puertas de oro, pero sí alguna.
Y claro, después de reiterados, está bien, pero no es nuestra línea, empiezas a creer que no es la línea de nadie.
Claro, por eso te digo que hay que pelear, hay que pelear.
Uno debe pelear por lo que cree.
A partir de ahí, publicar es muy difícil o muy fácil.
El asunto es luego entrar en la industria, en la distribución.
Por ejemplo, yo todavía no he conseguido que el distribuidor ponga los libros en Tarragona y en Reus.
Llevo un mes prácticamente peleando con ellos.
Porque todo es una cuestión económica.
¿Cuánto me gasto en distribuir? ¿Cuánto voy a obtener?
Pero uno debe seguir peleando.
No te puedes rendir.
Si tú crees en tu obra, pintes, hagas escultura, escribas.
Si tú crees en lo que estás haciendo, tienes que pelear.
Y es cierto que todo lo demás es muy grande.
Pero tienes que pelear.
Jorge, ¿en qué estás trabajando ahora mismo?
Hablabas ya de otro proyecto.
Sí, ahora estoy trabajando en una novela de otro estilo.
En una, eso es, es una herramienta de, este sí es un libro de viajes.
Es un libro de viaje con varios personajes y es un, es un tipo policíaco.
Es un tipo policíaco que es un, algo que no había tocado nunca.
¿Sabes lo que pasa?
Que me pongo retos.
Porque es difícil ponerse cada noche a escribir.
Entonces quiero hacer cada vez algo distinto.
Y ahora estoy en eso.
En un policíaco, misterio, intriga.
De esos de final sorprendente.
Ajá.
¿Tienes algún proyecto ya para este nuevo libro?
¿Sabes si se publicará?
¿Tienes fechas?
No, no tengo fechas porque todavía estoy, todavía no he acabado la primera versión.
¿Sabes lo que pasa?
Que el manuscrito inicial pasa una cosa muy curiosa.
Como uno no puede escribir tanto como quisiera, al acabar el manuscrito descubres que cosas que tú has escrito
con una diferencia temporal amplia, dos meses, a la hora de leerlo suceden en dos días.
Entonces tienes que ir adaptando el ritmo de lo que tú has escrito al ritmo al que se va a leer.
Puedes poner más información de la precisa, este tipo de cosas.
Con lo cual el post manuscrito suele durar tres o cuatro meses.
Claro, y cuando hablas de manuscrito, hablas literalmente de manuscrito, escrito a mano.
Sí, yo escribo a mano.
Lo que pasa es que lo voy y no.
Es manuscrito, hay un manuscrito real.
Manu.
Existe un manuscrito, lo que pasa es que ese manuscrito lo voy transcribiendo al ordenador regularmente, no al final.
Porque eso me permite ya hacer una primera, al pasarlo al ordenador ya me permite hacer una primera corrección.
Y luego ya cuando digo manuscrito estoy hablando de listados de ordenadores.
Vale.
Trabajo sobre ellos, sí.
Vale.
Jorge, a ver, ¿a quién recomendamos sombras de otoño especialmente?
Yo creo que lo puede leer todo el mundo, pero ¿a qué público crees que va dirigido?
Es que eso es otra cosa que me ha sorprendido mucho.
Lo han leído adolescentes.
Ah, sí.
Adolescentes y les ha gustado.
Yo pensaba, claro, lo leen adolescentes de mi entorno.
Y, claro, yo pensaba, no van a... no es una historia para ellos, es una historia para adultos, ¿no?
Y, sin embargo, me ha sorprendido el modo en que ellos han...
Primero han visto historias que no conocían, como es la de la inmigración interna, que sale en el libro a través de los recuerdos de María.
Eso es una... eso me ha fascinado, cómo esa parte de la historia está tan oculta, la tenemos tan apartada, que los adolescentes ni siquiera saben que existió.
Y de eso me ha llamado mucho la atención.
Y luego el modo en que... bueno, lo han leído cinco, seis adolescentes.
El modo en que ellos han captado cómo puede ser la vida si te quedas sin memoria.
Lo han captado casi mejor que los adultos.
Ha sido fascinante... lo que más les ha llevado la atención ha sido esa historia, que no conocían su existencia,
y luego el choque que les ha producido vivir sin memoria.
La verdad es que me ha sorprendido. Por eso no sé para qué público.
Yo creo que cualquier persona que tenga sensibilidad puede encontrar en Sombras de Otoño algo que le va a servir.
Pues nada, nos apuntamos la referencia Sombras de Otoño de Jorge Larena Castejón, editado por...
Editado por Mandala Lapicero.
Vale.
Y reitero, sigo peleando con el distribuidor, porque uno debe pelear siempre por lo que cree,
para que el libro esté ahí.
Si no, en Internet se puede encontrar y se puede enviar a domicilio.
Ah, muy bien. Bueno, pues entonces ya se está en Internet, Jorge.
Sí, sí.
Bueno, no está tan cerca, ¿no?, como en la librería no se puede tocar.
El libro debe estar en la librería, y esa es una parte de todo este combate que todavía tengo por ganar,
aunque no tengo dudas de que ganaré.
Pero si no, como remedio, está Internet que nos abre otras puertas.
Pues Jorge, que no te falten las fuerzas, ¿eh?
Muchas gracias.
Vale, a seguir escribiendo. Muchas gracias.
Muchas gracias a ti.
Gracias.