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Arxiu/ARXIU 2008/ENTREVISTES 2008/


Transcribed podcasts: 102
Time transcribed: 17d 11h 24m 11s

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Tres minuts i mig, un quart de dotze del migdia.
Aquí seguim en directe, matí de Tarragona Ràdio.
I ja és moment de conèixer exactament què hi ha darrere d'aquest projecte
que es materialitza en la ciutat de Tarragona,
a la tardor literària, que ja està en marxa,
però de fet és un projecte que ja porta molt de camí
per diferents indrets de l'estat espanyol.
Tenim a l'altre costat del fil telefònic
el promotor del projecte Persones Llibre,
Antonio Rodríguez, muy buenos días.
Bon dia, Yolanda.
A ver, en la presentación de lo que es el proyecto,
dice, hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros,
hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua,
en lo que a mí se refiere soy incapaz de imaginar un mundo sin libros.
Frase de Borges, un nombre muy bien escogido
cuando se habla no del amor a los libros,
no de la pasión por los libros,
sino los libros como un elemento indispensable
para desarrollarse como un ser humano, ¿no?
Sí, yo así lo creo.
Todo el mundo encuentra en los libros
palabras que le explican la vida.
Al fin y al cabo, en la vida lo que buscamos es
la conversación con amigos
que nos ayuden a interpretar lo que nos ocurre, ¿no?
Lo que sentimos, lo que pensamos.
Y los libros son amigos, eso.
En los libros está todo,
y entonces nos cuentan lo que pasa.
Por eso son imprescindibles como los amigos.
A veces se crea un mimetismo, ¿verdad?
Que uno se mete tanto que siempre encuentra una cierta complicidad
con los personajes, con el autor.
Por eso decimos que forma parte de nuestra vida, ¿no?
Porque creamos un lazo de intimidad con todo lo que hay dentro del libro.
Sí, se crea un vínculo grande.
Yo tengo una perversión y la voy a contar.
Bien, bien, nos gustan las perversiones.
Una de las cosas que me ocurre,
yo vivo en Madrid
y lo utilizo mucho al metro.
Y entonces suelo
ver a las personas,
observar a las personas que están leyendo, ¿no?
Y hay un momento
cuando alguien está terminando un libro
que veo cómo está deseando terminarlo
y no quiere terminarlo bajo ningún concepto, ¿no?
Lo sé.
Está en esa pelea
y a veces me he quedado
una estación o dos o tres más
simplemente para ver cómo lo acaba
y la cara que se le queda.
Y es una mezcla entre cara de felicidad
y cara de tristeza, ¿no?
Porque se le ha acabado, ¿no?
Y yo creo que es una buena metáfora de la vida.
Yo, si me permites, Antonio,
añadiría que a veces,
según qué libro,
es cara de indignación
y le reprochas al autor
que no haya sido capaz
de hacer mil páginas más
si el libro te ha gustado.
Sí, pero está bien eso.
Pero entonces eso ya...
Pero lo bueno de los libros
es que se tienen que acabar.
Porque entonces nos instalaríamos en ese libro
y no conoceríamos otro.
Claro.
Esto es como cuando te quedas sin un amor.
Pero ¿por qué?
¿Por qué me dejas?
¿Por qué no?
Estupendo porque conocerás a otra persona.
Es verdad.
Es que, de hecho,
es como si te abandonaran un amor o un amigo
cuando acabas un libro.
Y luego encuentras otro también, claro.
Amor, amigo, en fin.
Vaya, vaya.
Era inevitable,
perdón,
que si hablabais de este proyecto
de Personas Libros
hiciera referencia a Fahrenheit 451.
Entonces, recorramos,
por lo menos la película de Kubrick,
cómo se podían destrozar los libros,
cómo se podían perseguir.
No siempre,
o sea,
es una metáfora,
lógicamente,
la película,
y es una fábula.
Porque a veces,
cuando salen estas encuestas tan frías
de la gente lee,
la gente no lee,
la percepción personal,
¿eh?,
que tengo yo,
es que la gente lee
y sigue leyendo
y lee mucho.
Yo creo que no es cuestión de leer,
es cuestión de leer bien.
Porque, por ejemplo,
y si nos metemos en el amor,
la gente sigue,
con el tiempo ya no hace el amor
tanto como al principio,
¿de acuerdo?
Pero lo hacen menos.
Pero a lo mejor hay caricias
y hay besos ligeros,
pero son ciertos también, ¿no?
Es decir,
que el tiempo también te pone en tu sitio.
Yo hoy proponía
con unos maestros
en Valdepeñas
que los chavales
todos los días,
con la manera de leer
que yo propongo,
que es una lectura vinculada,
una palabra vinculada,
que de eso hablamos
en otro momento,
que dijeran una frase nada más,
o un pequeño,
algo que les haya gustado,
simplemente,
cómo se sentaba una persona
a comer, ¿no?
Entonces,
que lo leyeran,
que lo dijeran nada más,
eso nada más,
poquito.
Y si le gusta,
un poquito más.
Y si le gusta,
otro poquito más.
yo creo que se lee poco
porque se lee mal.
Y lo de poco o mucho
es que a mí eso no importa.
Pero es lo que te voy a decir,
¿tú crees que se lee poco?
Probablemente se lee
y quien lee mal
no llega a leer
porque tampoco ha encontrado
las claves.
Es como cualquier otra expresión.
Si no aprendes a leer
y a tener tu propio criterio
a la hora de elegir tus lecturas,
que es muy importante,
difícilmente llegarás
a ser un lector.
Y si eres un lector habitual,
te vuelves muy exigente, ¿no?
Sí,
pero esto es como,
insisto,
es como las personas,
y es que,
por eso hablo de personas.
Personas libro, ¿no?
Claro.
Sí,
es que yo doy un taller
que se llama
La mirada que respira.
Y la clave de todo esto
es la siguiente.
Cuando hablamos,
cuando leemos,
cuando narramos,
lo que hacemos
es que soltamos
las palabras al aire, ¿no?
Pues hay chopitos,
calamares, tal, tal,
hablamos aquí arriba, ¿no?
En vez de hay tal cosa,
hay tal cosa,
no entregamos la palabra.
Los robots hablan en un lugar
de la mancha
de cuyo nombre,
no dicen en un lugar
de la mancha
de cuyo nombre,
no entregan la palabra.
Entonces, yo,
el trabajo que estoy haciendo
es de entregar la palabra.
Pero para entregar la palabra
tienes que mirar la persona
a la que vas a leer
o a narrar.
Y cuando tú miras a alguien,
lo puedes mirar sin más
o mirarle y respirarle.
Entonces, la clave mía es
mirar y respirar
a las personas
a las que vamos a hablar,
mirar y respirar
lo que vamos a leer
o vamos a decir
o vamos a narrar,
y mirar y respirar
es el mismo hecho
de salir del silencio
y hablar a otra persona.
Entonces, si hacemos eso,
todo lo que miramos
y respiramos existe.
Y existe de una u otra manera
según lo respiremos,
en fin.
Por ahí va todo mi trabajo.
Entonces,
según tú,
ahí puede haber
un texto buenísimo
y tú lo lees
deprisa y corriendo
de cualquier manera,
pues no te llega.
Y yo cada día leo menos,
pero leo un poquitito
y es que me llega tanto
que digo,
espera, para,
que no puedo seguir.
Bueno,
un poco está
en la línea
que todo tiene
que ser rápido,
deprisa.
Hacemos libros fast food
también,
muchas veces,
porque nos autoimponemos
por una serie
de circunstancias
tener que leer
y lo que dices,
leemos deprisa,
mal,
no le sacamos.
Después nos volvemos
a reencontrar
con ese viejo amigo
o ese viejo amor,
como decías,
que es el libro
y descubrimos cosas
que probablemente
no era nuestro momento
para leer aquel libro,
¿verdad?
Porque los libros
también tienen momentos,
según lo que nos cuentan.
Sí,
yo una vez le escuché
decir a Juan Goiti
solo que los libros
había que releerlos
y yo a veces,
cuando has tenido
una relación
con alguien amorosa,
de amistad
o lo que sea,
al final creo que
hay que desarrollar
con pasión
y decimos,
mira,
hicimos lo que pudimos.
Entonces con un libro
es también,
yo hice lo que pude,
pero si yo lo releo ahora
lo voy a ver
de otra manera.
Entonces hay que volver
a mirar las cosas,
a redefinir las relaciones,
¿no?
Pues a lo mejor
no era el momento,
pues es como si a un niño
le das un filete
y el niño tiene que tomar
leche de teta,
es decir,
que no,
no,
es ver en qué momento.
Lo que sí es cierto
es que cuando nosotros
respiramos algo,
quizá no entendamos
lo que pone ahí,
pero sabemos que hay algo
y entonces ahí aparece
un silencio
y yo digo que
los silencios
es donde viven
los deseos
y los temores
y entonces ahí puede ocurrir algo.
Cuando empieza
a aparecer algo
de ese tipo
de deseo
empieza a moverse
la gana de leer
y la buscas
y además
todo el mundo recordamos
eso es un momento
en que hemos deseado
terminar de comer
para leer,
hemos deseado terminar
lo que sea
para quedarnos solos
y leer,
eso todo el mundo
lo ha tenido,
el que no lo ha tenido
pues realmente
es una tristeza,
yo le deseo ese bien.
realmente es así,
lo de los silencios
que son tan elocuentes
pero de lo que se trata
con este proyecto
que se materializará
también en Tarragona
será precisamente
que no haya silencios
y volviendo con ese ejemplo
que ya ponías al principio
que me parece magnífico
cuando hablamos del libro
porque pone la emoción
que nos provoca
a nivel de otras emociones humanas,
amores hemos podido tener
pocos o muchos,
amigos también
pero libros
hemos podido leer muchos
y tenemos que elegir uno
lo tendremos muy difícil
para elegir un trocito
o un texto
para participar
en este programa
que haces.
El asunto es lo siguiente,
el libro de Ray Bradbury
cuenta una historia del futuro
en que los libros
están prohibidos,
los bomberos los queman
y 451 grados
en la escala de Fahrenheit
la temperatura
en la que empieza
a dar el papel.
Entonces hay personas
que huyen de la ciudad
y se aprenden
los libros de memoria,
son las personas libro.
Hasta ahí bien.
Hay personas
que queman los libros,
Sarajevo,
Bazdak, etcétera, etcétera
y dice
oye, ¿por qué no vamos
a ser personas
que defendamos los libros
que no los aprendamos?
Pero no la heroicidad
prenderse un libro de memoria,
solamente un fragmento,
el que más te ha gustado
y ahí empezamos bien
porque partimos del deseo.
Entonces es curioso
porque aquí
si hacemos otra comparación
con el amor
puede existir
una buena promiscuidad
o puedes estar
con un libro,
con otro,
con otro,
con otro
y no tienes que elegir uno
y sabes que es
al cual le tienes que ser fiel.
Claro.
Sino que puedes convivir
y todos te aportan algo.
Entonces la primera cosa
es elegir un texto deseado.
Claro,
esto tiene un bien colateral
que es que cuando tú
te pones a buscar
entre tus libros,
entre los que leíste,
entre uno concreto
y concretamente
fragmentos,
vas a descubrir
que hay muchos
y entonces vas a volver
a encontrarte
con ese viejo amigo,
ese viejo amor,
etcétera, etcétera.
Eso está bien,
es una de las ventajas
que tiene.
Y la otra historia
es entregar la palabra,
no soltarlo de cualquier manera
sino entregar la palabra.
Para eso es el taller
que vamos a hacer
aquí en Tarragona,
estos días,
para que cada persona
le salte esto que quiera
y ver cómo entregar la palabra.
Claro,
es que fíjate
cuando hemos estado mirando
y preparando,
porque el lunes ya empezáis
y no es solamente el lunes,
es toda una serie de actividades
que ahora comentaremos,
un poco internamente decías,
vale,
imaginemos que yo tengo que,
digo,
ah, pues mira,
elegiría este fragmento
de este libro,
no, no,
mejor aquel otro,
no,
pero es que creo
que este es más adecuado,
no es fácil,
no es fácil.
Pero quién quiere,
quién quiere,
claro,
y todos deseamos decir,
no, este,
y yo digo,
no,
que no sepa cuál,
que desee varios,
entonces voy a vivir
en el deseo,
voy a vivir en la contradicción,
pero bueno,
poco a poco,
es que yo,
es que justo este es
el terreno que a mí me interesa,
un terreno donde no hay
algo definido,
sin más,
sino que estás continuamente
definiéndote,
redefiniéndote,
eso está bien,
a mí me gusta.
Antonio,
este es un proyecto pensado,
digamos que no tiene
un carácter local,
está pensado con una proyección
a toda Europa,
prácticamente,
¿no?
Y más.
Y más,
y más allá todavía.
Claro,
claro,
claro,
hay personas que han escrito
un libro en Aymara,
en Quechua,
en Guaraní,
o en lenguas de África,
Bubi,
Ondoé,
Fan,
Pichingli,
Hassanía,
Bahamarani,
en fin,
en japonés,
en chino,
en la lengua de las personas
sordas,
en hebreo,
en árabe,
en latín,
en fin.
Bueno,
pues entonces está,
yo creo que podremos reproducir
todos los libros,
por si alguien tiene la mala idea
de acabar con ellos.
La idea del todos,
es que me dice Yolanda,
es un poco lo del completo,
y yo,
lo completo,
yo vivo en lo fragmentario,
yo siempre cuando uno tiene una cosa
te falta otra,
que tiene dinero te falta amor,
que tiene ese amor
te falta salud.
Joder,
eso es fatal,
¿eh?
Entonces,
yo vivo en lo fragmentario,
¿no?
En el fragmento vivo yo,
en el detalle.
Entonces,
yo,
no todos los libros,
pero sí la actitud
de lo que a cada uno le mueva.
Por eso,
las organizaciones que se hacen
en distintos sitios
son organizaciones no gregarias,
no van detrás de la grea
y del rebaño,
¿no?
Sino que cada persona
aporta a esa organización
desde su propio deseo.
Es más,
por ejemplo,
la cuota que hay que pagar
no es en dinero,
hay que aprenderse un texto
cada tres meses,
por ejemplo,
cuando despertó
el dinosaurio
todavía estaba allí.
Un relato
de Monterroso.
Bueno,
ya está,
fíjate que corto,
ya eres personal,
ya has pagado
tu cuota de tres meses.
Sí,
sí,
encuentro que es asequible.
Entonces,
claro,
esa es la manera
que nosotros tenemos
de organizarnos.
y el texto que a ti te guste
y yo no te pregunto
si tú te quieres aprender
un texto de mi lucha,
de Hitler,
te lo aprendes.
Yo no te voy a decir que no.
Mientras tú hagas eso
y al lado haya alguien
que haga,
si esto es un hombre
de Primo Levi,
perfecto.
Entonces,
el tema está en que
todos podamos convivir.
A nadie le pregunto
qué piensa.
Lo que me interesa
es el tema libro
y el tema personal libro.
Porque fíjate,
la persona le da
la voz al libro,
una voz sencilla,
llana,
una voz que recorre
la palabra,
una voz vinculada,
entregada.
y el libro le da
las palabras
a la persona,
unas palabras por lo pronto
deseadas,
elegidas,
unas palabras
que le llegan,
unas palabras inteligentes,
delicadas,
llenas de enjundia,
bien escritas.
Bueno,
pues este es un buen pacto,
¿no?
Tú le das la voz
al libro
y el libro te da las palabras.
Esto es lo que se hace.
Si tú lo haces,
aunque sea con un libro,
el que sea,
el que a ti te toque,
ya empezamos bien.
Claro.
Antonio,
tú estarás el lunes
aquí para hacer
la presentación
de este proyecto
porque aparte
de los talleres
y los actos
que se irán haciendo
hasta el día 24,
también lo que se pretende
es que esta filosofía,
este proyecto
de personas libro
se implante en Tarragona,
¿no?
Y se crea ya una dinámica
que se quede aquí,
que no se vaya.
Exactamente.
La idea,
yo ya no me comprometo
con nada,
porque no se convertiría,
me convertiría
en un espectáculo
con nada que no cuaje.
Por eso la actitud
de los organizadores
me ha entusiasmado
y yo realmente
se lo agradezco.
y por eso vengo.
Entonces,
mira,
te voy a poner un ejemplo.
El otro día
personas de Sevilla
organizaron en Moguer,
en Huelva,
en la casa,
en la fundación
de Juan Ramón Jiménez,
en torno a Platero y yo,
pues nada,
empezaron a mandar,
yo no sé cómo lo hicieron,
y bueno,
ocho horas,
cuatro por la mañana
y cuatro por la tarde,
ocho horas
de narraciones
de los capítulos
de Platero y yo
completos,
o sea,
alguno que falló
que se leyó.
y eso lo han organizado
la gente de allí,
sin nada,
sin un duro,
lo han organizado
tranquilamente.
Entonces,
y ahora van a organizar
otra cosa en torno a tal
y ahora en torno a cual.
Entonces,
la idea es crear
organizaciones
en cada sitio
y que esa gente
salga a la calle,
voy a ir a Benalmádena,
por ejemplo,
en Málaga,
a trabajar con,
a crear jóvenes personas,
con el libro,
con la Concejalía de Educación
en los institutos,
porque esto es un tema importante,
el tema de la educación,
¿no?
Y luego estoy trabajando
con centros de profesores,
que esto es un tema potente,
¿no?
Porque la educación
es mi joyita,
es donde yo quiero trabajar más.
Entonces,
la idea es que esto cuaje
y que esas personas
sean autónomas
y empiecen a moverse
y a hacer las cosas
en las que creen,
siempre desde la palabra entregada
y siempre desde la palabra deseada,
nunca imponiendo nada.
Pues que fíjate las virtudes del libro,
que en un momento
en que normalmente
se dice públicamente
que la sociedad civil
es muy apática,
estamos asistiendo
a fenómenos
en los que la sociedad civil
y gracias también a Internet,
se está movilizando
al entorno de la cultura
y en particular
en torno al libro,
crossing,
clubs de lectura,
este proyecto
que presentarás aquí
en Tarragona
de las personas libro,
vemos que además
tiene pues otras virtudes,
¿no?
El hecho de la lectura
y el libro en sí mismo.
Sí,
claro,
la idea
son lo que yo llamo
los bienes colaterales,
es decir,
cuando tú
tienes que empezar a leer
y ya hablaremos
de la manera de leer
recorriendo
y entregando la palabra,
vas a leer
de otra manera,
vas a disfrutar
y ya no vas a querer
simplemente leo esto
y otro más
y otro más,
no,
vas a disfrutar
con el camino,
¿no?
Entonces,
esto en sí mismo
ya es un placer,
si hay alguien que dice
no,
yo no quiero ser personal,
yo quiero leer,
esto es lindo.
Luego hay otros proyectos,
yo tengo un proyecto
que es
La Voz a Ti de Vida
que no sé cómo se dirá
en catalán.
Yo la traducción libre
no me atrevería mucho
a hacerlo,
pero respeto demasiado
la lengua
y las lenguas en general
como para atreverme.
Es un texto que se basa
en la igloga tercera
de Garcilaso
y de poemas
de Pedro Salinas,
un libro de amor precioso,
de poemas de amor.
De los que se estudiaban
en el bachillerato
antiguamente además,
La Voz a Ti de Vida.
No, no, no,
no, no,
entonces se llama
La Voz a Ti de Vida
y es porque nosotros
a nuestros mayores
y a otras personas
dependientes
les debemos la voz
porque cuando nos daban
la leche materna,
en fin,
los biberones,
lo que sea,
no solamente nos daban
alimento,
nos daban también palabras
y ahora nosotros
les debemos la voz.
Hay una carta
que es la Carta Europa
que le entregamos
en nuestro legado
al Instituto Cervantes
en la que decimos
que la lectura,
aparte de ser
la seña de identidad
de Europa,
que es justo porque
es lo que tienen
en común
con otros pueblos,
que la lectura
es un derecho humano
y queremos que se reconozca
en la ley de dependencia
el derecho a la lectura.
Queremos que haya
organizaciones
en cada población
de personas que lean
con lectura,
vinculada,
que es justo
de lo que yo aporto,
con lectura vinculada,
que lean
a quien no puede leer.
Aquella imagen antigua
del lector por horas,
que había antiguamente,
que era un trabajo
y que la literatura
lo refleja muchas veces.
Pero eso tiene que ser
en torno
a un voluntariado cultural.
Y entonces hay niños
que cuando,
yo he visto en institutos,
en colegios,
que cuando llega al recreo
a otra criatura
que no puede leer
porque tiene una serie
de limitaciones,
les leen
para que estudie mejor.
y hay personas,
por ejemplo,
personas mayores
que están aburridas
y que si pueden leer
a otras personas,
pues fíjate
lo bien que se sentirían.
Incluso hay lecturas
por teléfono.
De hecho, mira,
si me permites,
Antonio,
hay un colegio en Tarragona
y otros colegios,
yo conozco un caso particular,
que hacen lo que se llaman
los padrinos de lectura,
que niños del segundo ciclo
de primaria,
una vez a la semana
y firman un contrato
para que haya un compromiso
una vez a la semana
a la hora del recreo,
se juntan con niños
que están aprendiendo a leer
y leen los dos juntos
y comparten
como una actividad
más de la escuela.
Pues yo te pediría,
Yolanda,
que me pongas en contacto
con ellos
para que en el tiempo
que yo estoy allí
hable con ellos
y yo les explique
o vengan ellos a los talleres
o yo les explique
mi concepto
de lo que es lectura vinculada.
Porque hasta ahora
a mí no me gusta
esto de vender la moto,
yo he estado muy callado,
muy encerrado,
pero alguien empezó a decirme
que esto funciona,
te lo digo que funciona
y digo,
vale,
bien,
vamos a moverlo.
Hay cantidad de manifiestos
sobre la lectura,
cantidad de estudios
sobre la lectura
en la época,
que si Piaget,
que si Balón,
lo que sea.
Pero,
de pronto,
cosas concretas
de cómo tú
te tienes que enfrentar
al libro
y a la persona
a la que vas a leer
o incluso aunque sea
para leer para ti mismo,
eso es justo
lo que yo trabajo.
Entonces,
a mí me gustaría,
si hay este movimiento
en esos colegios,
por favor,
me gustaría acercarme a ellos
y yo les ofrezco
en el tiempo
que yo tenga libre
darle alguna clase
o lo que sea
y lo hago
con mucho gusto
porque justo
lo que yo tengo
es que apoyar
todo lo que se mueva
que esté vivo.
Pues ningún problema
porque ya te proporcionaremos
los datos.
de momento lo que es importante...
Para esto sirve la radio,
¿verdad?
Claro que sí,
para esto hay mucho más.
Es como un libro abierto
también cada día.
Exactamente.
Pues que estaremos allí
a partir de lunes,
el martes,
miércoles,
hasta el día 24,
diferentes actividades.
Los talleres son fundamentales
pero luego también
proyección de películas.
Es uno de los elementos
innovadores
de este año
de la Tardo Literaria.
Muchísimas gracias,
Antonio.
Yo quería decirte
que cualquiera
puede ser persona libro
desde un niño
hasta una persona mayor.
Es que eso de ser
persona libro
es muy atractivo
y ahora lo he estado pensando
y digo,
soy una persona libro
pues es atractivo.
También tengo que avisar
que esto crea adicción.
Ya,
como todo lo bueno
en la vida.
Lo siento,
pero la letra chica
hay que decirla.
Sí que es verdad,
sí.
Muy bien,
Antonio Rodríguez,
muchísimas gracias,
un placer.
A vosotros.
Hasta pronto.
Adiós.
Adiós.