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Arxiu/ARXIU 2008/ENTREVISTES 2008/


Transcribed podcasts: 102
Time transcribed: 17d 11h 24m 11s

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Anthony Blake, buenos días.
Buenos días, ¿cómo están?
Cuesta un poquito, pero parece que poco a poco
la magia va recuperando los escenarios de los teatros,
que es el lugar que le corresponde, ¿no?
Hombre, yo creo que fue de donde salieron
en el momento en que aparecieron el cine y la televisión
y es en el lugar en el que tienen que volver a entrar
gracias a que ya el cine y la televisión
ya están lo suficientemente manejados y manidos
como para volver a recuperar los espacios escénicos, ¿no?
Yo no sé si es la sensación,
porque aquí en Tarragona últimamente
a través de la iniciativa de diferentes personas
estamos viendo grandes espectáculos de magia,
pero me da la sensación que vuelve a los teatros
y también vuelve si es que alguna vez se perdió
el gusto del público por la magia
en todas sus diferentes acepciones, ¿no?
Exactamente, sin lugar a dudas.
Es decir, yo sí noto, por ejemplo,
una subida muy importante, muy interesante
de gente que está entre los 18 y los 30 años aproximadamente
de volver a renovar el interés por el tema de la magia
y todo este tipo de historias.
Porque la generación que tienen ahora mismo,
entre 40 y 50, bueno, pues más o menos
más o menos han tenido o hemos tenido
un poco de magia en algunos sitios,
sobre todo en directo, ¿no?
Y sobre todo, y sobre todo, y lo más importante
es que lo que tú dices, volvemos a recuperar el escenario
y sobre todo la gente vuelve otra vez
a estar en contacto con la magia
desde un punto de vista muy próximo.
Eso puede ser un buen síntoma,
que empezamos a recuperar la ilusión
porque la magia no deja de ser eso, ilusión, ¿verdad?
Evidentemente, evidentemente.
El espectáculo, el último que has estrenado
y que viene aquí a Tarragona,
se titula más cerca, es elocuente el título,
porque, de hecho, es lo que planteas.
Salas más pequeñas, proximidad con el público,
distancia corta, ¿verdad?
Es que lo que a mí realmente me estaba preocupando,
por decir de algún modo, en esta última temporada,
es yo empecé en sitios muy pequeños.
Yo llevo 26 años en esta profesión
y empecé en sitios muy pequeños.
Sitios como eran, pues, ¿qué siguió?
Galileo Galilei en Madrid o el Café del Foro, ¿no?
Sitios en donde habían 100 personas, 150 personas
y estaba el sitio que ya no entraba ni uno más.
Bueno, el Galileo era tristeza
porque el Galileo era ser un cine, era más grande, ¿no?
Pero en el Café del Foro
entraban 60 y tantas personas sentadas
y en total unas 120, entre sentados y de pie.
Es que no había sitio físico para nadie más.
Bueno, pues, en aquellos sitios,
mi generación, pues era lo que utilizábamos
como laboratorio.
O sea, donde probábamos,
donde veíamos los nuevos números,
donde veíamos las nuevas historias.
Si esos sitios no los hay ahora,
la gente nueva, ¿de dónde va a salir?
Claro.
Porque también había cantantes,
también había pequeños grupitos de teatro.
Vamos a recordar, pues, por ejemplo,
a Cansado y a Faemino,
o vamos a recordar a Virtudes,
o a Loles León,
o a Las Veneno,
o a este...
Por Dios, guerra,
pero guerra el de la...
Sí, sí, sí.
O, por ejemplo,
ella baila sola.
Todos estos grupitos,
toda esta gente,
todos estos grupos,
todos salimos del mismo lugar,
del mismo sitio,
de esos bares chiquititos
y por eso es por lo que nace
el espectáculo de Más Cerca.
Es un poco un homenaje
a los 26 años que yo llevo en esta profesión
y a los inicios de mi profesión, ¿no?
Porque, de hecho,
lo que intento es recoger y escoger
lo mejor de esos 26 años
y plasmarlo en el escenario.
Hablando de inicios, Anzoni,
todos aprendemos con la experiencia.
No somos los mismos
cuando empezamos en nuestras carreras
que cuando llevamos ya
más de dos décadas.
Hay, al principio,
y en esos espacios tan abigarrados
de personas y tan cercanos al público,
¿alguna vez la cosa...
Es decir, ¿se te vio el plumero?
No, no, en esos años ya no.
¿No?
Cuando se empezaba del todo,
del todo, del todo,
cuando empezabas yo,
sobre todo cuando yo empezaba en Asturias,
¿no?
Hay, pues, en alguna ocasión,
por calentura,
más que por otra cosa,
y me refiero a calentura
por creer que tienes un número
más preparado
de lo que lo tienes preparado.
Y un mucho entusiasmo, ¿no?
Sobre todo.
Y un muchísimo entusiasmo,
efectivamente.
Pues sí,
a lo mejor alguna vez
enseñamos el plumero.
Pero lo bueno,
lo bueno que tenían estos sitios
tanto de aquí de Madrid
como de Barcelona,
en Barcelona estaba el Yantiol,
que era también un sitio
que era, vamos,
de los ejes centrales
de las actuaciones de Barcelona,
¿no?
Pues en aquellos sitios
la gente la tenías
a 25,
a 30 centímetros
de distancia.
Había que ser muy fino.
Había que ser muy fino
y había que hilar muy fino
precisamente
para lo que usted dice,
para que no te vieran
enseñando el plumero
en ninguno,
bajo ninguna circunstancia.
Yo tengo la sensación
que además algo
que también ha favorecido
muchísimo
y se ha sabido adaptar
a los tiempos
es que magos,
ilusionistas,
mentalistas,
cada uno a su manera
ha recuperado la voz
y aquel mago
que permanecía en silencio
todo el espectáculo
con una música
de hilo musical,
esto ya en principio
no va a ninguna parte.
Eso ya no es.
Nos gusta esa relación,
¿verdad?
A nivel cabaret
y eso se queda
a nivel 10 o 12 minutos
en un congreso
internacional de magia
que es donde,
pues eso,
al reunirse países
de todo el mundo,
es más fácil
montar un número
en silencio
que montar un número
con diálogo.
En fin,
sí,
sí,
efectivamente,
el mago en silencio
con la música
de hilo musical
de fondo,
yo creo que se ha venido
un poco a menos,
yo creo que se ha venido
un poco abajo.
En este programa
somos entusiastas
de muchas cosas,
también de la magia
que como te comentaba antes
pues está a menudo
en los escenarios
de Tarragona
y a veces hemos hablado
de ese espectador
que son una minoría
que les encanta
saber los trucos,
que intentan ver
a ver dónde se equivoca
el mago,
a ver si esto,
si lo otro,
incluso hay aquellos
que exigen
que sea verdad
lo que hace el mago.
Pues qué malo.
Cuando al final
lo que queréis
es divertirnos,
¿verdad?
Ni más ni menos,
ni más ni menos,
ni más ni menos.
Es decir,
yo el señor
que va a ver
el espectáculo
con la intención
de destripar
por dónde van los tiros,
es como para sentarse
al lado de él
en el cine
y decirle,
mira,
ese coche
es mentira,
no lo desvuelve de campana,
el que va dentro
del coche
es un especialista.
El que se acaba
de morir
lo vas a ver
dentro de dos películas
en otra película
distinta.
El ketchup
es lo que hace
fundamentalmente
la sangre
de los disparos.
Y hay un momento
en que ese señor
te va a decir,
¿me quieres dejar
ver la película
en paz?
Aquí es lo mismo,
claro.
Es lo mismo,
es lo mismo
pero en directo.
Sí, sí.
Es lo mismo
pero en directo.
Es decir,
por decir de algún modo,
el mago sería
un especialista
en efectos especiales.
Creaos en vivo,
creaos en directo
para el deleite
de la persona
que está allí mismo.
No hay que hacer
una postproducción
de la película
ni muchísimo menos.
No, no, no, no, no.
Yo los que van
a ver el espectáculo
que muchas veces
me dicen,
ah, pues lo suyo
es verdad,
digo, vale.
Ah, no,
es que lo suyo
es mentira,
digo, vale.
Pues está bien.
Entonces,
¿en qué quedamos?
Digo,
pero es que vamos a ver,
no se trata
de que lo mío
sea verdad o mentira
porque lo mío
no es para creer,
lo mío
es para entretener,
para divertir.
Yo no vivo
de lo que yo hago,
yo vivo
de lo que ustedes ven,
que es muy diferente.
No tiene por qué
coincidir lo que yo hago
con lo que ustedes ven.
Pero la gente
se lo toma todo
muy a pecho.
Hay gente que se lo toma
muy a pecho.
Dicen,
no, es que lo suyo
es completamente verdad.
Digo, pues bueno.
Entonces,
¿usted puede?
Digo, no.
Pero no quedamos
en que era verdad, no.
El que dijo
que era verdad
fue usted,
no fui yo.
De todas maneras,
esto a Anthony Blake
le debe crear
efectos secundarios
en reuniones familiares
de amigos
cuando va por la calle.
Gente que pretende
que le arregle la vida
y le solucione el futuro,
¿no?
Algo momento decir,
pero oiga,
que yo soy mentalista,
que yo me dedico
al espectáculo,
no soy profeta.
Exactamente,
exactamente.
Que yo no adivino
ni el por venir
ni el por llegar.
Así que,
que no,
que no,
que no se confunda usted,
que yo además
las cosas son
en un escenario,
en un teatro,
en un pub,
en una reunión,
no,
nada más,
no hay más historia.
Entonces,
usted no me podría decir
ni de no.
No puedo decirle nada.
Y ahora que se acerca
la lotería,
qué horror,
¿no?
Bueno,
no te lo quiero ni contar.
Es que debe ser terrible.
¿Qué número va a tocar?
Hablabas antes
de temas familiares.
Cuando salió
lo del tema
de la lotería nacional mía,
mi madre me llamaba
y me decía,
hijo,
por Dios,
a ver si acaba
esto de la lotería,
que a mí me tienen loca.
Me están llamando
cada dos por tres
diciendo,
bueno,
si tu hijo lo sabe,
tú lo tienes que saber.
Así que ya nos puedes
decir algo.
y mi madre decía,
pero bueno,
vamos a ver,
¿sabéis a qué se dedica
mi hijo?
Mi madre estaba la pobre
que ya no aguantaba más
porque ya no aguantaba más.
Bueno,
así somos las personas.
Lo que sí,
no le vamos a preguntar
por la lotería,
aparte que no tenemos
ningún interés,
lo que sí tenemos
un interés
es en saber
qué va a pasar
el jueves
en el Teatro Metropol
porque de entrada
nos va a invitar
a que participemos
todos del espectáculo.
Pues sí,
lo más posible.
Es decir,
la participación
de la gente
en el espectáculo
ronda las 90 personas
por noche.
Es decir,
aproximadamente
90 espectadores
colaboran activamente
durante el espectáculo,
durante todo el espectáculo
conmigo.
Entonces,
es un repaso
fundamentalmente
por las capacidades
que en un momento determinado
o en teoría
tiene la mente humana.
Como puede ser
en principio,
empecemos por
la comunicación
no verbal,
es decir,
cómo la gente
con un gesto
te puede estar contando
si está diciéndote
verdades o mentiras
y continuar
a lo largo
de todo un espectáculo
escogiendo,
yo te digo,
lo mejor de esos 26 años
de carrera profesional
y luego acabándolo
con lo que yo tenía
muchas ganas de hacer
desde hace mucho tiempo.
Es decir,
hasta ahora mismo
he sido yo
el que he leído
el pensamiento
de las personas
o eso parecía.
Bueno,
pues ahora va a ser
alguien del público
que me va a leer
el pensamiento a mí.
Ah, sí.
Es la vuelta atrás
a la historia,
la vuelta a la tostada,
de la historia.
¿Cualquier persona
del público?
Cualquier persona
del público.
Pues ya puede usted
pensar cosas positivas
porque como...
Y el público
se va a enterar
antes que esa persona
en que estoy pensando yo,
es decir,
van a comprobar
que lo que yo estoy haciendo
y lo que le está ocurriendo
en el escenario
es tal cual.
Ajá.
Telepatía,
predicciones,
telequinesia,
premoniciones,
vinencia,
todo esto es mentalismo,
¿verdad?
¿Cómo se define así
el mentalismo
en un escenario?
Exactamente.
Exactamente.
que a mí personalmente
me está gustando más
en la última temporada
llamarlo magia de la mente.
Sí,
porque si no parece que...
Se están subiendo
todos los echadores
de cartas,
adivinos,
videntes,
astrólogos...
Oye,
ese es un camino
muy peligroso,
¿verdad?
Y no,
es que no tengo
nada que ver con eso,
afortunadamente.
Nada que ver con eso,
mi mundo es otro mundo,
gracias a Dios.
Claro,
debe ser un poco complicado
sentarse ante Anthony Blake
y decir,
tengo que poner la mente
en blanco
o tener pensamientos
de entrada
que sean positivos
hacia él,
no vaya a pensar
que lo estoy criticando.
Y eso es una cosa
que me he dado cuenta
hace mucho tiempo,
que es que directamente
hay mucha gente
que cuando me conoce
por primera vez,
hola,
¿qué tal, cómo estás?
Me miran un instante
e inmediatamente
agachan los ojos.
Por miedo a que lea
el pensamiento.
Si yo no hago nada,
me dicen,
no, que igual sabes
lo que estoy pensando.
Digo, ah, bueno,
pues mucho tendrás
que esconder.
Ah, pero Anthony,
entre nosotros,
¿se puede saber
o intuir
lo que piensa esa persona,
aparte de por otras cosas
mágicas que no entraremos?
Sí.
Porque si se practica
un poco la empatía
hacia los otros,
si se sabe leer
lo que dices,
el lenguaje no verbal,
a ver,
hay que saber mucho,
pero vaya,
son pistas, ¿verdad?
Lo que,
son pistas importantísimas,
porque en un momento
determinado tú piensas
que cuando un señor
sale por el patio
de Butacas alante,
simplemente viéndolo venir
y viéndolo caminar,
yo tengo que saber
más o menos
en qué actitud me viene,
¿no?
Entonces,
eso es importantísimo
porque automáticamente
lo que tengo que hacer
es colocar a esa persona
en el sitio
de donde viene
y cómo viene.
Es decir,
colocarlo en un ambiente
en donde él se encuentre
cómodo y a gusto
sin que interfiera para nada
lo que yo voy a hacer
en el escenario.
Ir a ver a Anthony Blake
no es ir a ver
cualquier espectáculo,
por lo tanto,
no es que haya un manual
del público,
pero,
a ver,
danos unas cuantas recomendaciones.
Por ejemplo,
a ver,
siempre entre el público
están aquellos
que les encanta
que les cojan
como voluntarios
y están aquellos
que prefieren
mantenerse pasivos
como espectadores.
Exacto.
Para unos y para otros,
¿qué nos recomiendas?
¿Dónde nos podemos ir sentando?
Para unos.
¿Miramos al suelo
todo el rato
para que no nos mires?
¿Qué hacemos?
Para el que quiera salir
que salga cuando le apetezca.
Yo voy a pedir voluntarios
en determinados lugares
del teatro
porque divido
el público
en varios sectores.
Entonces,
cuando yo digo
de ese sector de ahí
o de ese sector de aquí
o de allí o de allí
que venga una persona
y de esa otra.
Y,
si por casualidad
yo señalo a alguien
para que me ayude
y esa persona me dice
no,
no insisto.
Que nadie se preocupe,
nadie sale al escenario
si no quiere salir.
Nadie.
¿Alguna instrucción más
cara al espectáculo
del jueves?
Pues ir como quien va al cine.
Es decir,
ir con la mente a mierda,
entretente,
diviértete,
déjate sorprender,
colabora,
participa,
sorpréndete
y al salir
sigue disfrutando.
Yo,
perdona,
Anzonilla,
para acabar,
no sé si probablemente
me equivoque
pero a mí me da la sensación
que a Tarragona,
a Tarragona
es la primera vez
que vienes,
¿no?
La primera vez que voy.
Es que a mí no me sonaba
que hubieras venido nunca.
Nunca,
nunca.
He estado en Tarragona
trabajando para empresas.
Sí.
A nivel privado.
Pero nunca,
nunca a nivel público,
nunca en un teatro,
nunca a taquilla abierta.
Bueno,
pues esperemos que
es la primera vez
pero que no sea la última
ni mucho menos.
Yo creo que no va a ser la última.
Estoy absolutamente convencido
y estoy convencido
de que en Tarragona
el espectáculo va a ser un éxito.
Pues Anzon y Blake
más cerca
seguro que será un éxito
y le agradecemos muchísimo
que haya atendido
nuestra llamada.
Me ha encantado.
Espero veros
espero veros mañana
en el teatro.
Sí, sí,
allí estaremos
con los ojos abajo
para que no nos leas
nada del pensamiento,
¿de acuerdo?
Anzon y muchísimas gracias,
un abrazo.
Muchísimas gracias a ti,
un abrazo.
Hasta pronto,
adiós.
Chao.