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És la una del migdia, sis minuts i mig.
Obrim ja la recta final del matí de Tarragona Ràdio.
Ens continua acompanyant un temps esplèndid
a la ciutat de Tarragona, gairebé primaveral.
Tenim 14 graus de temperatura en aquests moments
a l'exterior dels estudis.
Encara diuen que els termòmetres s'han d'afilar més.
Hi ha una certa tranquil·litat pels carrers i més no
allò que podem observar des dels estudis de l'Avinguda Roma.
Jo diria que és un decorat, un escenari ideal
per parlar de llibres i parlar de felicitat.
A vegades és un binomi perfecte.
Lectura i felicitat és un complement magnífic.
Ens acompanya Alejandro Palomas.
Alejandro, buenos días.
Hola, què tal?
Bienvenido.
És l'autor del quadern del Mà on t'espera la felicitat.
Es presenta aquest vespre a la ciutat de Tarragona,
concretament al Saló d'Actes del Servei Territorial
de Cultura de la Generalitat, a les 8 del vespre.
Posteriorment hi haurà a Catar, signatura de llibres
i una miqueta de tertúlia informal amb el mateix Alejandro.
D'entrada jo, quan el llibre em va arribar a les mans,
dic això no crec que sigui un llibre d'autoajuda,
perquè la dius on t'espera la felicitat.
I no és un llibre d'autoajuda.
No és un llibre d'autoajuda.
Ni és un manual per a ser feliç.
Ni és un manual per a ser feliç.
Perquè a ser feliç no te enseña a nadie.
A ser feliç te enseña la vida, la vida misma,
i a ser feliç te enseña tu capacitat de observació, crec jo.
No crec que hi ha cap a ser feliç que sigui cap a ser feliç.
Perquè si no, la Biblia no tendria ja ningún sentit.
O sea, vendería como rosquillas ese libro,
un manual de una televisió.
Hay libros que proponen esto o que intentan vender esto
y se venden como rosquillas, también es cierto.
Sí, pero es que yo antes te lo decía,
a mí me gustaría mucho que después de nuestra conversación
yo fuera capaz de que a los oyentes no les quedara la sensación
de que ni es un manual ni es un libro de autoayuda.
Es un libro de evidencias, de cosas evidentes seguramente.
porque yo he ido leyendo y decía, pero claro, si es que esto...
Esto es lo que hay.
Es de cajón, eh?
Esto es lo que es.
A l'azard.
La culpa no engrandeix ni dignifica,
tampoc no ens fa més bones persones.
La culpa paralitza, ens allunya de qui volem ser,
dilueix el nostre somni i prorroga el nostre viatge.
Escollides de la culpa és escollides de la por,
des de la no llibertat, alerta.
No actuem, no fem una cosa determinada
perquè ens sentin culpables, perquè...
Aviam, culpables?
Què és la culpabilitat?
Prendre una decisió que als altres no els pot agradar?
Sí.
Normalmente la culpa es tomar una decisión
que crees que va a perjudicar a alguien.
Lo que pasa es que lo de creer que vas a perjudicar a alguien
es algo que forma parte de ti, de tus fantasmas.
Nunca sabes realmente si vas a perjudicar a alguien o no.
Nunca sabes cómo los demás se van a tomar las cosas,
porque ahí estás tocando con los fantasmas de los demás
y no los conoces.
Entonces es un poco...
Siempre presupones a l'autre, ¿verdad?
Claro, es vivir en la suposición constante.
Y la suposición constante genera culpa.
Porque siempre, hagas lo que hagas,
siempre vas a perjudicar a alguien
y siempre vas a beneficiar a alguien.
Esto es la vida.
Esto es así.
Si tú coges un autobús A, quiere decir que no coges un autobús B.
Quiere decir que el conductor del autobús B tiene un billete menos
y, por tanto, estás perjudicando a un conductor de autobús.
Esto depende de cómo vivas todas tus decisiones.
Pueden ser a través de la culpa o puede ser a través de mil millones de cosas.
Dices en otro momento, la vida no es justa ni es injusta, se vive.
Exacto.
Y en función de eso, pues vas actuando.
Y sobre todo se fabrica.
Yo no creo que la vida sea.
La vida se crea constantemente.
Es decir, a medida que avanzas, vas creando, vas optando, vas decidiendo, vas renunciando.
Es aquello del decidir es prescindir.
En algún otro momento recuerdo haber leído que el miedo realmente se instala en uno mismo
antes de tomar las...
No, no leo textualmente.
Intento acordarme.
Antes de tomar las decisiones.
Una vez la decisión está tomada, decías, el miedo se diluye.
Sí, esto es curioso.
Hablo por experiencia personal y propia.
Realmente lo difícil es los momentos antes de tomar las decisiones.
Una vez la decisión está tomada, es un poco las cartas están echadas.
Y hay que vivir.
Y entonces ya no queda lugar al miedo.
Es simplemente el recuerdo del miedo.
Que a veces es mucho peor.
Pero eso es lo que engendra la culpa.
Claro, no, no.
Estás tocando un terreno muy complicado.
Y del que no hablamos, del que tenemos escondido.
Cada vez se habla menos de los sentimientos, de las emociones, ¿no?
Incluso desde el diálogo interior de cada uno.
Es que...
A ver, el diálogo interior.
Esto es una patata caliente, ¿eh?
Vaya.
Es muy difícil.
¿Sabes por qué es tan difícil?
Porque es muy difícil encontrarse una voz con la que hablarse a uno mismo.
Porque somos muy generosos con nosotros mismos y poco críticos, seguramente, ¿no?
Y porque para hablar con uno mismo hay que tener una perspectiva.
Es decir, tienes que alejarte de ti y verte.
Y el primer signo de que has conseguido esto es cuando eres capaz de reírte de ti mismo.
Si tú eres capaz de reírte de ti mismo es que tienes la perspectiva desde la que poder empezar a actuar contigo mismo.
Hay mucha gente que es incapaz de reírse de sí misma y que se ofende enseguida.
Ante cualquier cosa la vive como una amenaza.
Es decir, una opinión se convierte en una crítica.
Cuando es simplemente una opinión.
Es decir, la crítica...
Y ahora me estoy yendo por los terros de Úbeda, pero esto es lo que hay.
Esto es la vida.
A mí me encanta que te vayas por los terros de Úbeda.
La crítica habla del que critica, no del objeto criticado.
Es decir, si yo te digo qué guapa eres, cosa que es cierta, de nada, está hablando de mi percepción de ti.
No de ti.
Tú no eres más guapa o menos guapa.
Es lo que tú piensas.
Claro, estoy desvelando cómo soy yo.
Pero no es un hecho, exacto.
Me estoy desvelando a mí.
Y la gente puede conocerme a mí.
Pero normalmente nos fijamos en el objeto.
Es decir, la gente estará pensando, ah, o sea, que ella es guapa.
No, lo es.
Él piensa.
Es empíricamente demostrable que lo es.
Pero la historia es que es empíricamente demostrable que yo pienso que ella es guapa.
Es decir, hay que saber de dónde viene.
Cuál es la fuente de todo.
Pero en este momento que corre, si apenas dedicamos tiempo a lo más mínimo,
es más difícil todavía dedicar tiempo a pensar alrededor de las decisiones,
a pensar alrededor de lo que queremos, de lo que quieren los otros,
que a veces nos pesa más lo que quieren los otros que lo que queremos nosotros.
Ya, este es el gran problema.
Esto de pensar siempre en lo que quieren los demás y no en lo que uno quiere.
Porque siempre estamos esperando la aceptación del resto para sentirnos algo.
Y esto es un sufrimiento.
Esto es la base del sufrimiento.
El esperar constantemente a que los demás validen nuestra existencia aquí.
No tiene ningún sentido.
Lo que apuntabas del sentido del humor, de la capacidad de reírse de uno mismo,
de relativizar según qué cosas y sobre todo intentar perder ese sentido dramático de la vida
que tiene nuestro entorno social.
Dramatizamos por todo.
Si tenemos algún tipo de enfermedad, no sufrimos solo la enfermedad,
sino que nos encanta exhibirla.
Exhibimos mucho nuestros dramas personales hacia los otros,
pero poco exhibimos la alegría y las cosas positivas.
Es curioso. Parece que tuviéramos que avergonzarnos de la alegría.
Estás bien, pero ¿cómo puedes estar también? Pues estoy bien.
¿Qué quieres que haga? No, no. Hay que decir que estás mal, que tienes muchos problemas,
que tu vida es terrible, ¿no?
Y además, es que fíjate, el hecho de tener muchos problemas no quiere decir necesariamente que estés mal.
Hay muchas veces que tienes muchos problemas y estás bien.
Y te sientes muy bien.
Estás preocupado por A, por B, por C, pero en el fondo estás bien.
Como quien está enfermo.
Hay mucha gente, yo creo que la mayor parte de la población del mundo está enferma.
O sea, tiene alguna enfermedad.
Yo no me libro.
Yo tengo una de esas enfermedades desde hace mucho tiempo,
que son enfermedades malditas,
porque son de difícil diagnóstico, como es el síndrome de fatiga crónica.
Y en los momentos en que tengo brotes de síndrome de fatiga crónica
y me quedo en la cama y no puedo hacer nada porque tengo dolor en todo el cuerpo,
es realmente cuando mejor estoy.
Porque estoy más cerca de mí.
No puedo hacer nada más que estar conmigo.
Y es el momento en que mejor me conozco,
en que me oigo mucho mejor,
y en el que me siento de verdad.
Siento a Alejandro al lado y puedo hablar conmigo y tengo mucho tiempo
y respiro mucho mejor y entiendo el dolor.
Es decir, soy feliz en el sufrimiento.
Y no es una cosa de masoquismo,
sino es una cosa de, vale,
vivir la enfermedad como una oportunidad para algo.
Trazar siempre un camino a partir de un hecho por desagradable,
que sea de todas maneras,
desde la pérdida de un ser querido,
desde la infelicidad,
desde la enfermedad,
desde todas estas perspectivas,
a veces parece que estas afirmaciones que estamos haciendo aquí
pues pierden sentido, ¿no?
Sí, y parecen gratuitas.
Normalmente dejan de ser tan gratuitas
cuando alguien habla desde la experiencia personal.
Es cierto que cuando pierdes a un ser querido,
y muy querido,
y sobre todo si es un niño, como es mi caso,
no entiendes muchas cosas.
Y el dolor es tan grande
que no hay forma de verbalizarlo.
Con el tiempo
puedes empezar a vivirlo como algo positivo en la vida.
Con el tiempo.
Más o menos, da igual.
Pero te das cuenta de que
un dolor tan grande,
tan inmenso,
como es la pérdida de un niño,
no hablo de un hijo,
sino de un niño muy, muy, muy cercano,
te enseña mucho sobre ti,
sobre cómo vives el dolor,
sobre cómo te sobrepones,
sobre cómo miras a la gente
que está pasando por lo mismo
y te hace un poquito más parte del resto.
Y eso también es importante.
¿Y no crees a veces, Alejandro,
que este sentirse,
no actuar como uno,
como nos diría el sentido común,
este tipo de parámetros
que ponemos encima de la mesa,
es porque nos creemos inmortales eternos
y que tendremos muchas oportunidades
de probarlo todo,
cuando realmente la vida
son cuatro días.
Este es el secreto.
Este es la verdad.
Esto es un ensayo general,
cuando haga la representación
ya lo haré bien, ¿no?
No.
No hay representación.
La representación es
aquí y ahora y no hay más.
Y o lo aprovechas
o lo desaprovechas.
Tú decides.
Haz lo que quieras.
Nadie te obliga a nada.
Y quien cree
que alguien le obliga a algo,
miente.
No es cierto.
También echamos la culpa a los demás.
Siempre de lo que nos pasa.
Bueno, eso ya es vivir
intentando facilitarte a ti mismo las cosas
y en realidad lo que haces
es todo lo contrario.
Es decir,
proyectar en los demás
tus propias carencias,
tus propios miedos,
cobardías, etc.
Pero es cierto que no...
Esto se acaba.
Esto empieza
y esto se acaba.
Y no hay más.
Un poco el carpe diem.
Sí.
O no tanto,
no tan exagerado.
Pero viviéndolo desde...
Esto es una aventura.
Y hay tantas oportunidades.
Hay tanto que investigar
que el miedo sobra.
vamos a reducir un poquito
la cota de miedos.
El peor enemigo de la felicidad
o la peor enemiga de la felicidad
es la rutina.
Depende.
Si es una rutina elegida,
conscientemente elegida,
sobre la que montar
otras cosas
y sobre la que experimentarte
como ser rutinario.
Porque es muy difícil también
aprender a ser rutinario.
es decir,
entendemos la rutina
como algo negativo.
Si intentamos también
restarle peso moral
a las cosas,
es decir,
bueno,
la rutina es.
No es positiva
ni es negativa.
Es.
Es una elección,
otra vez.
Si tú la eliges
como un proceso de vida
o como una forma
de encontrar
o buscar
o descubrir cosas,
es perfecta.
No es...
No vale echarle la culpa
a la rutina.
Empiezo a pensar
que la felicidad
es verte capaz
de elegir en cada momento
porque desde que naces
¿a quién quieres más?
¿a papá o a mamá?
¿Qué vas a querer?
¿Carne o pescado?
¿Qué prefieres?
¿Dulce o salado?
¿Mar o montaña?
¿Te pasas la vida eligiendo?
Claro,
pero es que
esa es la gran bendición,
yo creo.
Ser capaz de elegir
pero desde la libertad.
No desde...
Si eliges carne
quiere decir
que no eliges pescado.
A culpabilidad.
Si no eliges pescado
vas a hacer infeliz a mamá.
Entonces,
bueno,
mejor que escojas
unos días carne,
otros días pescado
porque así tendrás feliz
a papá y a mamá.
Pero tú no.
Claro.
Pero tú no serás feliz.
Entonces,
¿dónde estás tú?
¿Quién es el que elige?
Elige papá y mamá,
no eliges tú.
Entonces,
ahí ya estás perdido.
todo esto,
Alejandro Palomas
no lo explica
desde una serie
de frases
construidas brillantemente,
lo explica a través
de relatos,
de cuentos,
de narraciones.
Es literatura,
lo que estamos hablando
es literatura,
no estamos hablando
de otra cosa.
también.
Sí,
a ver,
es lo que yo hago,
yo escribo novela,
escribo literatura.
Es el sexto libro ya,
¿no?
Sí,
es el sexto y,
a ver,
no podía hacerlo
de otro modo.
Para mí,
intentar hacer un ensayo
o un libro
simplemente de reflexiones
duras
y árido
es algo que yo no leería
en realidad.
Entonces,
bueno,
pretendía hacer algo
que entrara fácil,
que fuera muy suave
desde un principio
y que fuera
envolviendo
a quien lo lee
y no convenciendo,
porque no quiero convencer
a nadie de nada,
pero sí acompañando
como un poquito,
bueno,
vamos a hacer un viaje,
vamos a hacerlo tranquilos,
vamos a disfrutar,
vamos a hablar,
vamos a pensar
poco a poco.
De hecho,
puede leerse
los once capítulos,
los once vagones
de este tren,
puede leerse
cada uno
sin orden,
es decir,
puedes escoger cualquiera,
leerlo,
dejarlo,
pero la experiencia
me dice
que es importante
fijarse
en el vagón
que eliges.
Te dice mucho de ti,
dice mucho de ti
si escoges
por qué te llaman
la atención
los objetos
que te llaman
la atención
de este libro.
Es decir,
por qué escoges
el espejo
y no escoges
la pajarita azul,
por ejemplo.
Y yo creo
que al final
uno se da cuenta
de por qué.
Un cierto reflejo
de uno mismo
sí que encuentras
en un que relato,
¿verdad?
Al final
no somos todos
tan diferentes.
Yo creo que somos
todos muy iguales.
Una de las características
positivas
del libro
bajo mi punto de vista,
un modesto punto de vista,
es que Alejandro
plantea todo esto
desde la cercanía,
no desde aquella posición
a veces tan terrible
del que se cree
que tiene la verdad absoluta
y que intenta predicar.
¿En ningún momento
adoptas pose de predicador
en este libro
la cual cosa
es para agradecértelo?
No, no me atrevería.
Porque sabes que
cuando se hablan
de estos temas
pues hay una cierta tendencia
a escoger un rebaño.
Sí, y sobre todo
hacer una especie
de proselitismo,
a convertirte
en una especie
de gurú
y no me gusta
cuando
en algunos medios
o en algunas entrevistas
se me compara
con ciertos personajes,
ciertos gurús.
Nada más lejos
de la verdad
que eso.
Yo no le he visto
nada de esto.
Es simplemente
una sugerencia
y es simplemente
un acompañamiento.
Yo quiero acompañar
a la gente
que quiera viajar
y quiero que lo hagamos juntos.
Me gusta sentirme acompañado,
me gustó hacerlo así
cuando lo escribía,
me sentí muy bien
imaginando que iba
con alguien
y que le contaba
cosas a alguien
y que...
De hecho,
es que la escritura
de este libro
fue muy extraña.
También tengo que decirlo.
¿Se puede explicar?
Sí, por supuesto.
Estuve un mes
encerrado en una casa
en Pals.
Yo tenía una casa
alquilada en Pals
y fue el mes
de junio
y estuve un mes
dedicado únicamente
a escribir este libro.
Es decir,
lo escribí en unos
veintitantos días
y dormía afuera
en el jardín,
tenía un jardín pequeñito
y dormía afuera
en una tumbona
y fue una experiencia,
yo sé que va a sonar
extraño
lo que te voy a decir,
pero fue
una de las experiencias
más fuertes
que yo he vivido
conmigo mismo.
fue
como si
alguien
me dictara
todo lo que iba
escribiendo,
que en realidad
era yo,
ya lo sé.
Pero había una fluidez.
Había una conexión,
yo estaba súper conectado
y la sensación
y la felicidad
que yo sentía
mientras escribía,
mientras comía
y pensaba
y seguía escribiendo,
mientras todo,
fue un mes
de una felicidad
que yo no he vuelto
a conocer hasta ahora.
Un mes de vida intensa.
Sí, absoluta.
Interna e intensa,
pero de una intensidad
como yo no he vuelto
a experimentar.
Hablábamos
de que no es
el primer libro,
ni mucho menos
el sexto.
Hay otros detrás
que son,
antes Alejandro
me comentaba
uno de los suyos
de Tanta Vida
que es un libro
que crea
un círculo de mujeres.
No lo he leído,
por supuesto,
y lo leeré.
En el caso
de los diferentes relatos
o vagones
que están
capitaneados
por cada uno
de los objetos,
son historias
que yo me imagino
que poco o mucho
has observado
y has ido reconstruyendo
porque si hablas
de la vida,
la vida tiene mucho
que inventar,
pero bueno,
al final siempre
nos movemos
con bastantes estereotipos,
¿verdad?
Sí.
Que son necesarios
para crear los actores
y que el lector
sepa de qué estás hablando.
Claro.
De hecho,
algunas historias
son ciertas,
es decir,
no tuve que imaginar mucho
porque es que
yo en lo que escribo
imagino poco.
Parece muy imaginativo
pero normalmente
no necesito imaginar mucho.
Veo lo que hay,
observo la realidad,
escucho mucho
y plasmo.
No necesito
inventar nada
porque está todo aquí.
Entonces,
¿para qué?
Si lo tengo a mano
no voy a hacer el esfuerzo
de imaginar cosas
que no son.
Hay otras cosas
que son experiencias personales
que yo he vivido
y que parecen
alienígenas,
pero que...
Bueno,
en la vida pasan
cosas muy raras.
La vida pasan
cosas rarísimas.
Pero muy raras.
A veces,
es verdad.
Es que bien
que pasen cosas raras.
Claro,
pues son las mejores.
Son las mejores
y las que a la larga
recuerdas
y al principio
te parecen extrañísimas
y después
te parecen fantásticas
cuando las recuerdas
y las decoras
y las revives
y las vuelves
a palpar
con mucho cariño,
con el cariño
de la distancia,
creo yo.
¿Has empezado a hacer
algún otro libro?
Yo siempre estoy haciendo...
Estoy ahora terminando
el guión
de la película
de tanta vida.
Y bueno,
lo de escribir guiones
es algo...
¿Ves?
Es una de esas cosas
que tú dices
que cosas tan raras
te pasan.
Es algo que yo no imaginé
nunca que iba a hacer.
Y M aquí
que estoy terminando
ya la última versión
que empezamos a rodar
en agosto.
¿Ah, sí?
Sí.
Y bueno,
y tiene una pinta
fantástica.
¿Con quién lo vais a hacer?
¿Con qué director?
Solo tenemos...
Bueno,
la productora es Filmax
y la directora
Ángeles González Sinde.
Es lo único que hay.
Las actrices
están todavía
en fase de casting.
Pues en la vida
pasan cosas raras
y maravillosas
porque esto que acabas
de decir para ti
debe ser un motivo
aparte de orgullo,
de alegría, ¿no?
Sí.
He tenido miedo,
he tenido fases de miedo
porque ver una novela tuya
plasmada en la pantalla
con esos tempos,
con esos personajes,
es complicado,
pero
aquí he jugado
un poquito
a ganar
y he controlado
yo el guión
desde un principio.
Lo que te voy a decir
es fundamental,
que haya sido amo
dueño de tu obra
y que nadie te la haya...
Sí, sí, sí,
esto lo dejé muy claro
desde un principio
y bueno,
la productora
se está portando
pero fenomenalmente
conmigo.
Hemos hecho un equipo
muy bueno,
muy activo
y es que no tengo
ninguna queja.
Qué bien.
Sí, sí, sí.
Magnífico.
Sí.
Aquí esta tarda
la Alejandro presenta
el libro
Recording
al Salud Actes
del Servei Territorial
de Cultura
de la Generalitat
a las 8 del Vespre.
Alejandro Palomas,
el cuaderno del mago
donde aguarda la felicidad,
ya no tenemos más tiempo.
Ni nada más que decir.
Ni nada más que decir,
creo yo.
A veces se habla demasiado,
a veces demasiado poco,
nunca sabes
dónde está la medida.
Pero hay que elegir.
Darte las gracias por venir,
la enhorabuena por el libro
y que tengas muchísima felicidad
en tu vida.
Que menos.
Igualmente.
Adiós, muy buenos días.
Hasta luego.