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Arxiu/ARXIU 2010/ENTREVISTES 2010/


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L'una del migdia i deu minuts, com dèiem, recte final del matí de Tarragona Ràdio,
de la Ràdio de les Festes, per parlar ara d'una exposició que s'inaugura aquest vespre
a les 8 al tinglado número 1 del moll de costa del port de Tarragona.
Es tracta d'una exposició titulada Ciutats, Patrimoni de la Humanitat, 13 joies d'Espanya,
una exposició itinerant organitzada pel grup de Ciutats, Patrimoni de la Humanitat
i que a més compta amb el suport de Caja Duero.
L'autor d'aquesta exposició és un fotògraf molt destacat, José Manuel Nàbia,
el que podem saludar ara mateix a través del telèfon.
José Manuel Nàbia, buenos días.
Hola, buenos días, ¿qué tal?
¿Cómo podemos explicar de manera sintética, luego ya entraremos con un cierto detalle,
cómo podríamos explicar de manera sintética esta exposición de las ciudades Patrimoni de la Humanidad?
¿Qué es un recorrido en imágenes por las 13 ciudades de España?
Efectivamente, es un recorrido en imágenes que de algún modo pretende ser la mirada personal de un viajero,
de ahí que sea un solo autor el que se encarga, en este caso me eligieron a mí,
el que se encarga de llevar adelante el proyecto.
Se intenta un poco huir de las imágenes, digamos, tópicas, de la visión turística de las ciudades
y sustituir la mirada rápida del turista por la mirada un poco más reposada del viajero.
Es decir, que además la exposición forma parte de un proyecto que también incluye un libro, ¿no?
Efectivamente, de hecho, digamos que el libro contiene muchas más imágenes que la exposición.
Para nosotros, en nuestra forma de trabajar, primero fue el libro y del libro surgió la exposición.
Pero el proyecto era hacer un libro que diera una visión concreta en un momento determinado del tiempo de estas 13 ciudades.
¿Cómo se enfoca un trabajo fotográfico por encargo de esas características en que le piden a un fotógrafo como José Manuel Navia
que haga de turista, que haga de viajero y que, en fin, retrate a través de su cámara lo que considere más interesante de cada ciudad?
Sí, hombre, para mí era fácil y sobre todo muy atractivo porque no me pedían algo muy distinto de lo que hago habitualmente.
Otra cosa hubiera sido que me hubieran pedido fotografía más típicamente monumental o de arquitectura,
que también es interesante, pero está un poco más lejana.
Pero en mi caso lo que me pedían era tomar un poco, con mucha naturalidad, con mucha normalidad,
tomar un poco el pulso de las ciudades y ver un poco qué las une y qué las separa.
Es decir, cuáles son los aspectos diferenciales de cada una de ellas y cuáles, sin embargo, son todos los aspectos que también las unen.
De hecho, nosotros, el autor del texto, Gustavo Martín Garzo, lo cuenta muy bien en el prólogo,
de alguna manera lo que jugábamos era con las trece ciudades a construir una gran ciudad soñada,
una gran ciudad ficticia que tuviera un poco de lo mejor, de lo más interesante de cada una de ellas.
Y, de hecho, tanto en el libro como en la exposición, si lo ven, no se pone una ciudad tras otra,
sino que se combinan las imágenes, los lugares, digamos, los distintos alientos,
lo que cada ciudad añadía al proyecto global.
Y después de visitar las ciudades, ¿qué las une, según usted?
Pues las une una mezcla que a mí me parece fantástica, que es, por un lado, el peso de la piedra,
lo que podríamos llamar el peso de la historia, de lo monumental, con la vida diaria.
Porque las trece ciudades son trece ciudades muy vivas.
No son ciudades monumento únicamente, no son ciudades, digamos, típicos lugares montados o mantenidos solo para el turismo,
sino que dentro de esos cascos históricos, dentro de esas ciudades, vive gente,
y vive gente de manera muy activa y muy dinámica.
El caso de Tarragona es un ejemplo perfecto y, en mi opinión, fantástico y un poco único.
Pero como Tarragona, cada una de las otras trece ciudades tiene mucha vida.
A mí la que más me sorprendió es, probablemente, Ávila, que yo pensaba que era una ciudad un tanto muerta,
dicho con todo el respeto, un tanto dormida en su pasado,
y descubrí que, por el contrario, es una ciudad muy vital y con muchas ganas de vivir el día a día.
Recordemos que las trece ciudades españolas, patrimonio de la humanidad, son
Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, en Tenerife,
Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo.
Decía que, por ejemplo, Ávila le había sorprendido.
¿Y alguna cosa más que de este viaje, en fin, quizás no se esperase usted?
Bueno, es que, digamos, no hay una gran sorpresa porque las trece ciudades, de un modo u otro,
yo ya las conocía bien y creo que había trabajado también prácticamente en las trece.
No hay grandes sorpresas, pero son constantes pequeñas sorpresas, ¿no?
Y por hablar de Tarragona, que es donde estamos y donde hoy se inaugura la exposición,
a mí me fascina esa presencia de los romanos latiendo como debajo de la ciudad y aflorando, ¿no?
Son como pequeñas islas volcánicas a lo largo de la ciudad y de repente donde menos te esperas,
pues en la oficina de un banco, en un bar, en una plaza, aparecen restos romanos
que nos están dando un poco cuenta, no solo de lo que fue la ciudad,
sino de cómo su estructura actual no es más que una superposición de momentos y de historias
sobre esa estructura original, ¿no? Romana.
Y luego, como no, la presencia del Mediterráneo.
Para mí hay dos ciudades fundamentales en el proyecto, que son Tarragona e Ibiza,
que es una ciudad que yo conozco muy bien y a la que he viajado mucho,
porque nos traen un poco el aliento del Mediterráneo, ¿no?
Siempre hay esta cosa en la península ibérica, esta división entre el interior y la costa, ¿verdad?
Y en ese sentido, tanto Tarragona como Ibiza son el Mediterráneo en estado puro.
Con ellas llega la luz, llega esa parte tan cálida y tan acogedora que tiene nuestro mar.
¿Alguna curiosidad sobre el encargo que recibió el señor Navia?
Por ejemplo, ¿el viaje lo hizo a las 13 ciudades de una manera seguida, continuada, o no?
¿O eligió momentos diferentes del año?
No, lo hice bastante sistemático. Primero porque tampoco...
Estos típicos proyectos institucionales, como usted sabe, se tiraron más de un año para decidirlo
y luego había que hacerlo en menos de un año, como ocurre siempre, incluida la impresión del libro y todo, ¿no?
Había un plazo que cumplir.
Efectivamente. Lo cual a veces no está mal, ¿eh?
Porque si no también se nos va un poco la cabeza y nos demoramos.
Entonces yo fotografié básicamente durante cuatro meses seguidos, durante toda la primera parte del año 2008
y viajé a las ciudades de un tirón, casi una tras otra.
Y eso me facilitó mucho dar esa visión global, ¿no?, que yo quería dar.
Y no, no, en ese sentido preferí hacerlo así.
Se hizo de una vez además porque se pretendía eso, que todo tuviera una unidad y que fuera una mirada en el tiempo.
Sí que pude elegir un poco la estación para mí preferida para trabajar, que es la primavera,
porque es un momento de luces muy variadas, de tormentas, de soles, de mezclas de luz, de...
En fin, cuando la climatología está más revoltosa, normalmente los fotógrafos andamos más contentos.
¿Cuántas fotografías podremos ver en la exposición, por cierto?
La exposición son 13 fotografías por cada ciudad, son 78 en total, y el libro tiene bastantes más.
Tiene algo más de 200, creo que son 203 imágenes en total.
Pero bueno, en la exposición hay una representación de cada una de las ciudades.
De hecho, la exposición debe reflejar muy bien, en fin, la importancia que tiene para un país como España
tener 13 ciudades que son declaradas Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO.
Sí, bueno, le diría que como ciudades y sobre todo conjuntos y lugares declarados Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO,
hay bastantes más.
Lo que ocurre es que estas 13 ciudades, como lo que se nombra es el conjunto urbano de la ciudad
y algunos de sus aspectos, decidieron asociarse.
Digamos que estas 13 ciudades forman parte de un proyecto común que se llama el Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad,
que es el que le hace a la editorial La Fábrica el encargo de llevar adelante este trabajo
y luego ya me eligen a mí para hacerlo.
Pero aparte de estas 13 ciudades hay otras, cómo no, pero vamos, sí, España es que es un...
En ese sentido me parece que tanto España como Portugal, la península es un verdadero privilegio,
es una zona que, bueno, aunque sea un tópico decirlo, pero es un crisol,
un punto de encuentro histórico de culturas de uno y otro lado
y luego esa mezcla que hablábamos del mundo del interior, el mundo de la meseta
con el mundo de la costa y todas las tensiones históricas, culturales, artísticas
que surgen de esas relaciones tan ricas.
Yo creo que en ese sentido lo que ha aportado el que España sea tan variada
es muchísimo más que los pequeños problemas que pueda suponer.
Es un privilegio vivir en un país tan lleno de contrastes.
¿Hay alguna ciudad que cree que esté especialmente cuidada,
que cuide especialmente su patrimonio, de las 13 que estamos hablando?
Aparte de que es una pregunta excesivamente...
Incómoda, me imagino, para responder, ¿no?
No, pero es verdad que cada una lo hace de una manera.
Yo preferiría decir algo que en estos casos me importa mucho, que igual es más genérico.
A mí, en general, me han gustado más las ciudades que viven todo este peso de la historia con naturalidad.
Y no es porque estemos ahora hablando de Tarragona,
pero sí que me parece bastante ejemplar en ese sentido.
Cómo en Tarragona se integra lo contemporáneo, la vida contemporánea con el peso de la historia.
Me parece verdaderamente ejemplar.
A lo mejor hay alguna otra ciudad que pecan un poco de lo que yo le decía en broma
a alguno de los alcaldes en las inauguraciones,
de querer construir pequeñas Disneylandias, ¿no?
De convertirlas en parque temático.
Y eso creo que es un error.
Creo que la grandeza de estas ciudades es ser como son.
Yo, en ese sentido, defendía mucho que en las imágenes se tenían que ver también
no solo los monumentos y los lugares famosos, sino los pequeños rincones, a veces anodinos,
y también los desconchones, si se tercia.
Es decir, un poco la huella del tiempo en la ciudad.
No me gustan mucho las ciudades excesivamente restauradas.
Yo creo que a todos, al final, las ciudades que de verdad nos impactan son las ciudades vividas
y las ciudades, un poco como las personas, ¿no?, que sus envejecimientos y sus propios defectos y tal
los saben poner a favor y no en contra.
Me parece que es un síntoma de inteligencia, ¿no?
Y, hombre, lo que uno siempre sueña cuando viaja.
Claro, dicho de otra manera, prefiere los cascos antiguos, las zonas patrimoniales históricas,
con vida, con gente que viva, que no, quizás, en fin, los núcleos antiguos
que estén excesivamente monumentalizados, sin vida cotidiana, ¿no?
Claro, y que estén tan cuidados que, o sea, que de repente no pasa nada.
Que parecen perfectos.
Claro, si hay un cartel o hay una zona un poco, o un desconchón, un pavimento que parece que no pega,
o, bueno, todo eso son las huellas del tiempo, ¿no?
Si los dejamos demasiado perfectos, empiezan a ser menos creíbles.
Y, al final, las cosas que de verdad nos llegan son las que sentimos que son más verdaderas, ¿no?
José Manuel Navias, un fotógrafo nacido en Madrid en 1957.
En fin, yo no sé si este tipo de fotografías de la exposición que hablamos es lo habitual en su trayectoria profesional.
¿O ha sido una cosa muy excepcional?
No, no es muy excepcional. Yo trabajo mucho sobre...
A mí, bueno, trabajar con elementos históricos es algo que me gusta, ¿no?
Esta cosa. Y mi trabajo está siempre muy ligado, por otra parte, a la literatura.
De hecho, por ejemplo, el último proyecto que hemos expuesto y que hemos hecho un libro con la editorial Lumberes
es sobre Madrid y la literatura, ¿no?
Un Madrid literario, un poco la huella de la literatura en la ciudad.
Trabajé también sobre el casco viejo de Vitoria, ¿no?
No, no, no, en un proyecto de la Fundación Catedral Santa María en Vitoria.
No es algo que esté muy ajeno a mi trabajo, ni mucho menos.
Está cercano.
Es verdad que al ser un encargo había un compromiso, sobre todo de proporcionalidad entre todas las ciudades, ¿no?
No habría tenido sentido que de una ciudad nos hubiéramos dedicado de lleno a ella
y otra apenas hubiéramos puesto una fotografía.
Todas las ciudades participaban y todas tenían el derecho a ser tratadas por igual.
En ese sentido es un trabajo, si quieres, más profesional o más de encargo.
Pero luego con la temática me sentí bastante cómodo, teniendo en cuenta, por supuesto,
que lo que se me pedía era algo concreto, pero no está muy lejos de lo que yo hago habitualmente.
Ya para acabar, y al hilo de lo que estábamos comentando,
aunque sea una exposición de fotografías de ciudades que son patrimonio de la humanidad,
en las fotografías salen personas, ¿no?
Salen la vida.
No es una exposición de monumentos.
No, no solo.
Sale la vida, salen personas y sale mucho algo que a mí me obsesiona mucho en todo mi trabajo,
que es la huella de las personas.
A veces no es tan imprescindible que se vean personas nítidamente en las imágenes
para que el ser humano, como elemento que articula la realidad, esté presente, ¿no?
No, es una fotografía con gente, o perdón, una exposición y un tipo de fotografía con gente.
Para mí el elemento humano es fundamental en todo mi trabajo.
Aparte, que cuando se trabaja mucho con elementos arquitectónicos, como en este trabajo,
es el hombre la escala, ¿no?
Es la presencia humana la que da la escala de las cosas.
Y a veces, para ver la grandeza o la pequeñez de algo,
es necesario compararlo con nuestra propia escala, como hacía Leonardo, ¿no?
Con el propio cuerpo humano.
Todo esto lo podremos ver, pues, a partir de esta tarde.
Se inaugura la exposición a las 8 en el tinglado número 1 del Molda Costa del Porto de Tarragona.
Además, es una exposición, señor Navia, que coincidirá con las fiestas de Santa Tecla,
la fiesta mayor de la ciudad de Tarragona, con lo cual seguro que será visitada por miles de personas.
Y eso me ha hecho mucha ilusión, porque además me consta, me lo han hecho saber mis compañeros de la fábrica,
que ha sido una apuesta muy clara, o sea, pelearon mucho por esta fecha concreta en el ayuntamiento de Tarragona.
Entonces, me hace mucha ilusión, primero por los vecinos de Tarragona,
porque yo, en realidad, a quien dedico más este trabajo no es a los turistas,
que me parece muy bien que vayan y son muy necesarios en las ciudades,
sino sobre todo a los habitantes que viven en las ciudades cada día, ¿no?
Y el que coincida con las fiestas, en el fondo, lo que demuestra es que el ayuntamiento está contento
y sobre todo que le importaba mostrar en buenas condiciones y al mayor número de gente posible el trabajo.
Y eso me ha hecho mucha ilusión, me encanta estar ahí.
Pues estará presente la exposición a partir de hoy, hasta el 3 de octubre,
y además es una exposición, recordemos, itinerante, que luego viajará a Segovia.
José Manuel, no, había sido un placer saludarle a través del teléfono desde Tarragona, desde Tarragona Radio.
Muchas gracias por sus explicaciones, que realmente nos invitan a visitar esta exposición
sobre las ciudades españolas que son patrimonio de la humanidad.
Muchas gracias.
Ojalá que sí, gracias a ustedes.
Hasta la próxima.
Chao, hasta luego.
Adiós, buenas tardes.