Anèdotas habría muchas, pero teníamos que
ahora que, no sé,
ahora mismo no me recuerdo,
con Ángel tendríamos de todas.
Nos gustaba mucho la broma
y lo pasábamos muy bien
siempre, aparte de jugar al fútbol.
¿Ángel era tan leñero como cuenta o
eso es solo una fantasía?
Pero era un gran lateral, era muy férreo
y muy duro y muy marcador.
Era un gran lateral. Yo con él
me hinchaba, me hacía jugar a mí.
Yo lo hacía jugar a él y él me hacía jugar a mí muchas veces
porque él me la daba a mí, aguantaba un poco el son
y le entraba hasta arriba del todo.
Él entraba muy bien, entraba todas las veces
hasta... Era un
carrilero de los de ahora.
Y entraba hasta arriba y yo se la daba muchas veces.
Le daba fuerte hacia arriba
y él llegaba siempre a todos los valores porque tenía
una gran facilidad para incorporarse al ataque.
Entonces, pues bueno, era
de aquellos tiempos, era
como el que
empezaba de aquella época. No había muchos
defensas que hicieran eso antes.
José Manuel Prieto, muchísimas gracias por
atendernos. Que vaya muy bien y
encantados de hablar con
un personaje histórico del Nasti.
Que mucha gente nos habla de cómo jugaba Prieto,
qué jugador que era Prieto.
Los que no le hemos visto jugar, pues nos hemos
cagado con las ganas, pero hoy quizá a alguien
lo ha conocido un poco más.
José Manuel Prieto, muchas gracias
y mucha suerte.
Pues muchas gracias a todos, ya que tengo
la oportunidad de hablar para la
afición del Tarragona, pues que
sigo casi treinta y tantos
o cuarenta años después
enamorado
de lo que viví allí,
que siento la afición del Tarragona,
siento al Tarragona como algo propio
y que estoy
encantado de haber pasado esos años
que pasé allí, cuatro años de mi vida, que fueron
bueno, pues para mí la pena fue
que como toda la vida se acaba y
hubiera seguido
los años que hubiera faltado jugando allí.