Pero ahora viene la otra parte, que es que tenemos que organizar los mejores juegos de la historia.
Siempre que alguien le conceden unos juegos siempre dicen los mejores de la historia.
No, esta vez tiene que ser así.
Había un peligro añadido, y el alcalde lo sabe muy bien,
de que ha habido unos juegos en donde la organización no ha sido, digamos, excelente
y nosotros tenemos que marcar un antes y un después de Tarragona
para que estos juegos, que es una mezcla de cultura, una mezcla de religiones,
una mezcla de sentimientos y que va mucho más allá de la práctica deportiva
después de Tarragona, tengo un nuevo impulso para que esto se siga manteniendo
y se siga manteniendo al máximo nivel.