This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
La novela El efecto Starlux, de la que es autor Juan Ballester Colomer,
ha obtenido el premio de la crítica valenciana de narrativa 2012.
Publicada por Arola Editós, El efecto Starlux nos introduce desde su mismo arranque
en la piel de Germán Casanova, un médico forense que se ve en el trance
de hacer la autopsia a su mejor amigo.
Tino Polo se ha quitado la vida en el campanario de la igre...
Tino Polo se ha quitado la vida en el campanario de la iglesia ciprestal de Vinaroz
y ahora su cuerpo exánime yace en la mesa de la sala.
Germán y Tino habían dejado de hablarse hace algún tiempo,
pero una sala de autopsia no parecía el mejor lugar para reconciliarse.
No suelo practicar autopsias de día y, acostumbrado a la luz artificial.
Cerré la ventana de la sala, encendí la lámpara y examiné superficialmente el cuerpo
para cerciorarme de que la causa del fallecimiento no fuera otra que la asfixia.
Toqué su mejilla fría, observé la decoloración temprana derivada de la anoxia
y busqué en los ojos signos de deshidratación.
Creí controlar la situación hasta que fui al armario vitrina a por unas tijeras
y descubrí que mis manos temblaban, que no era un patólogo capacitado para practicar la cirugía,
sino un pobre hombre que se negaba a afrontar la pérdida de su mejor amigo.
Mientras realiza el trabajo de anatomía forense, Germán Casanova emprende una conversación imaginaria
con su viejo amigo.
Sobre el cadáver, en la camilla de autopsias, se eleva como un vaho penetrante la evocación.
Antes de conocerlos, me parecía imposible que un chico pudiera sentirse orgulloso
de unos padres desdentados, calzados con alpargatas de esparto,
que bebían anís jugando a cartas y los educaban a palos.
Pero descubrí que para aquella gente el honor, el valor, la verdad y la vergüenza
todavía tenían significado.
Tino Polo y su primo, Tito Carreras, deciden abandonar el oficio que les aguardaba,
pescadores o acaso camareros.
Buscan bien lejos, en el lejano piélago que esconde petróleo,
la posibilidad de ejercer su título de buceadores obtenido en la escuela militar.
La vida le regala en ese momento el mar.
Así comienza una larga separación de cinco años entre Germán y Tino.
El efecto Starlux va adquiriendo una sutil estructura contrapuntística
entre la disección del cuerpo de Tino y los pasajes narrativos
que cuentan su vida aventurera en las remotas prospecciones de crudo.
Tino Polo y Tito Carreras respetaron la única ley que debe acatar un blanco en el continente negro
y no interfirieron en sus asuntos internos.
Cabizbajos, encañonados, de rodillas, las vieron temblar
y Ami les pidió que las enterraran juntas en posición fetal.
Después de colocar con su primo la última piedra,
Tino Polo se acercó a un baobab que estaba tan solo a dos metros del océano
y escribió, sin preámbulos ni cortesías introductorias,
que la luna es una pelota de huevo pálida por la que luchan las ramas peladas de los niños.
Hubiera sido un problema tener que censurar el contenido de ese sobre,
que se yo, de camino a Sally, en la oficina postal de Fatik,
porque las reflexiones ya no eran propias del hombre
que había parido a la mujer de un pescador de la calle San José.
Para ser infeliz tiene que existir en tu idioma la palabra feliz.
Sino las ideas curtidas de alguien que está fermentando con la levadura del entorno
y destruye su ego para salir purgado.
Sus vidas son intensas porque viven un año varias veces
y no una sola vida de varios años.
La muerte les produce indiferencia,
son parte de todo y no tienen nuestro enorme yo.
Tras la edad de dejar a los amigos,
se suceden los amores contrariados o incompletos.
Solo después, el efecto Starlux anuncia el equilibrio armónico
que busca todo contrapunto
gracias al timbre nostálgico de una melodía que no deja de ascender.
Cuando somos adolescentes,
firmamos un contrato con la vida en el que pactamos cómo será la nuestra,
pero a medida que pasa el tiempo y el mundo nos va decepcionando,
consentimos rebajar las prestaciones en una transacción constante.
Lo llaman madurar.
Yo me temo que la gente bebe demasiado alcohol en los aniversarios,
porque esos días señalados, mientras te pones el pijama,
sabes que en la almohada te está esperando el idealista que lo suscribió
para pedirte explicaciones por los recortes que has aceptado.
Esmeralda había ingerido bastante bujolet,
tenía pocas ganas de discutir con Tino la cuestión de tener otro hijo
y menos de escuchar frente al espejo del baño
a aquella chica que se fue de Valencia enfadada con el mundo
y repleta de fantasías.
Y a Esmeralda, la adulta,
no se le ocurrió nada mejor que inhibirse de ambos conflictos
prestando su cuerpo de mujer a la menor
para que se las arreglaran
convencida de que su esposo no osaría cometer estupro.
Esmeralda sospechó que aquello no iba a ser una discusión cualquiera,
sino la guerra de los sueños.
Esmeralda nunca aceptará la separación.
El divorcio transforma el éxtasis en trauma y el amor en odio.
Mayor odio cuanto mayor amor hubo.
Con precisión de geometría fatídica
que recorre las páginas centrales del efecto Starlux.
Una espiral de mentiras que hieren y verdades que matan
termina separando a Tino Polo de lo que más quiere,
su hijo.
La brillante idea de un negocio inconcebible
preludia a la locura de Tino.
Enterrar en el mar a los muertos
que así lo dispusieron en vida.
Los sepulcros submarinos llevan a la novela
a su metáfora final.
El día primero de abril sacaron la mare de Deu Misericordia del agua
y Tino Polo se trasladó a mi apartamento.
En los astilleros Leimosa de Vinaroz,
especialistas en fabricación de arrastreros
convirtieron la barca de pesca en un barco de difuntos.
Tito Carreras ha decidido con una lógica aplastante
que de los dos el vivo sería el que estuviera más caliente.
Se ha sacado el guante derecho
y ha colocado la palma de la mano en la frente de Tino.
El agua estaba a 5 grados.
El cuerpo de Tino retenía el calor ambiental
y la sensación térmica lo ha hecho errar.
Le ha colocado en el cuello una bolsa alza pesos
para izar 100 kilos.
Le ha dado el último adiós.
Han descendido boca abajo, agarrados a las planchas,
hasta que, esta vez de verdad,
Tito Carreras ha encontrado al final del túnel la famosa luz.
Era roja, destellante, fuerte, fosforescente,
intensa y deslumbrante.
Exactamente igual que las que producen, encendidas,
las bengalas submarinas de rastreo.
Germán, estamos atravesando las puertas del infierno.
Juan Ballester imprime al final de la novela
un clímax emotivo que parte de un diálogo febril
entre los vivos y los muertos.
La amistad, el sexo y la muerte
son los tres navíos que los hurcan,
pero la muerte se confirma en ese punto final
por encima del amor y de la propia vida,
como tema central de la novela.
La última travesía es un viaje alucinado
por el reino de las aguas donde nada
y el póstumo Tino Polo subiendo por el cabo de Amarre
para embarcar en el galeón fantasma.
El efecto Starlux recupera así la vida
de la única forma en que puede hacerlo la escritura,
mediante la evocación literaria.
Los extractos de El efecto Starlux de Juan Ballester,
novela publicada por Arola Editós
y galardonada con el Premio de la Crítica Valenciana de 2012,
han sido leídos por los actores Albert Forner y Frédéric Porta.