This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
I avui amb nosaltres, demà al Highland, Álvaro Carrero.
Que si tú te sabes cuatro frases en inglés, es que no te sabes nada, nunca la vas a utilizar.
Basta para que un día un día te pregunte por una calle, que además es muy sencillo, solamente hay que decirle todo recto a la derecha,
que tú ya te agolles, te bloqueas, entres en una fase de lobotomía, que hasta se ha perdido tu propio idioma,
y ya se explica el rollo de... ok, ok.
Yes, you, you go, and go, and go, and go, and...
Pa'ca.
Pa'ca.
Pa'ca.
Que puede ser muchísimo peor, porque puedes llegar a dotar el inglés de tus padres,
eso ya es la hostia.
Porque nuestros padres pensaban que la gente extranjera era sonda y gilipollas.
Entonces se ha tratado de hablar muy alto y muy espacio.
Aquellas parejas, hombre o mujer empezaban el hombre con su gafas tirándolos así y...
No, no, no, ho hem de deixar aquí perquè això demà mateix, demà mateix, a dos quarts d'onze de la nit a la sala Highland, a la Rambla Vella el tindrem, Álvaro Carrero, buenas tardes, buenas tardes.
Hola, buenas tardes, què tal, què tal?
Muy bien, aquí escuchándote que jo continuaria, eh?
Sí, sí, és un bon senyal, és un bon senyal.
Perquè abans abans tienes la razón del mundo, eh?
Sí, bueno, yo sé en primera persona, o sea, no sé si ha sido una broma de alguien que no, no, no, es sencillo, tal cual, ¿sabes?
Sí, sí, perdona.
No, te iba a comentar que esto ya hace unos añitos, eh?
Sí, sí, sí.
De esto que estábamos escuchando, que no creo que sea lo que mañana nos tocarás en el Highland.
Eso lo tengo mucho más desarrollado.
¿Qué dices? ¿Qué ha pasado?
Sí, sí, sí, sí, sí.
Hablo, lo tengo muchísimo más extendido de lo que aparece ahí, y es un tema que, bueno, veía que funcionaba muy bien,
y había tanto por contar en el mundo del idioma, que, bueno, lo he ido depurando con el tiempo, la verdad.
O sea, que todavía tenemos mucho más que descubrir, ¿no?
Sí, sí, sí, sí, bueno, en fin, o sea, este es un pequeño ejemplo un poco de la cotidianidad,
que yo intento expresar siempre mis monólogos en mi vida, a través de mí mismo,
y a partir de ahí, bueno, creo que a través de otras muchas personas que se sienten también muy reflejadas, ¿no?
En aquello que cuentas, que se forman relatos y partes de tu vida,
y que de esta manera no deja de ser un estándar de la vida de otras muchas personas, ¿no?
Es que la vida en sí, yo creo que ofrece muchísimos gags, que tal vez pasan desapercibidos,
pero eso quiere decir que tú también eres un buen observador de lo que hay alrededor, ¿eh?
Bueno, yo creo que eso es consecuencia del monólogo, un poco eso, ¿no?
A observar y a tener una dependencia total de todo aquello que te rodea, y sacarle puntilla,
porque sí, la vida es que es muy, ya ves que sea cómica, la vida es muy absurda,
y entonces, bueno, te lo puedes llevar al lado trágico, porque claro, el absurdo también puede ser
como muy, todo muy tenso y muy tal, y nosotros pues siempre intentamos darle la vuelta a la tortilla
y verlo desde el lado más cómico para un poco desahogar, ¿no?
Pero sí, hay cientos y un mil historias, todo, todo tiene una puntilla que sacarle,
que vas a compartir con una sonrisa, ¿no?
Y que mañana te tendremos aquí en Tarragona para explicar las puntillas, las sonrisas
y conseguir todo lo que necesites, ¿no?
Sí, además mañana en esa pedazo de sala, como es la Highland de Tarragona,
que es una pedazo de sala a nivel nacional, con un publicazo, es, bueno, una cosa, es un regalo bendito.
El Enricio lo agradecerá muchísimo, ¿eh?
Pues, pues...
Eso es por donde voy.
Sí, sí, sí, no, no, claro, pero es que es real, o sea, es una cosa que hay veces
donde a lo mejor, pues oye, en fuertes a lo mejor hablar de una sala que no conoces,
pero en ese caso es que es una señora sala, la verdad, se está muy a gusto
y nada, espero que el público lo esté conmigo, vamos.
Yo no voy a estar con el público, solo falta que la otra parte también lo pueda compartir conmigo
y nos estemos riéndonos un buen rato.
Álvaro, con la cancha que tú ya tienes encima del escenario,
creo que cuando salgas del Highland te pesarán muchísimo los bolsillos, ¿eh?
Ah, bueno, pues no, no estaría más bien en la historia.
Ya sabes por dónde voy, ¿no?
Porque seguro que te meterás al público de Tarragón adentro, ¿eh?
Directamente.
Sí, hombre, yo espero que confíe en ello y, bueno, uno siempre va a hacer lo que mejor sabe hacer
y que a partir de ahí, seamos sinceros, esto del humor, en el fondo, no deja de ser también luego todo muy chorra.
Si no quieres entrar, no entras, si lo quieres desde un punto de vista ya no crítico, ¿no?
Sino decir, literal, de lo que estás contando, pues incluso, podría decir, valiente chorrada la que estamos soltando, ¿no?
Pero cuando te dejas llevar y te dejas contagiar, bueno, pues por lo general el público entra en un estado de euforía,
funciona muy bien, ¿no?
Y que a nosotros nos ayuda muchísimo a elaborar el monólogo, la verdad.
Y además, yo creo que también nos ayudáis vosotros también muchísimo a nosotros,
porque venimos de un día, a lo mejor, estresante, un día que te has estado subiendo por las paredes,
que hubieras roto cualquier cosa que te hubiera puesto por delante
y que son esos minutos que estás ahí, que eres tú, que estás en atención a una persona
que te está explicando cosas que te hacen volar y te hacen sonreír, te hacen hacer una buena carcajada
y en ese momento yo creo que ha valido todo lo del mundo, ¿no?
No, y tanto para vosotros como para nosotros, ¿eh?
O sea, qué decirte, cuando ves esa recompensa a tu trabajo, bueno, eso es la leche, la verdad,
eso no tiene nombre.
Yo creo que es nuestro enganche día a día seguir en esto, ¿no?
Cuando ves que a alguien le has alegrado una parte de su día,
cuando alguien incluso a lo mejor se te acerca, ¿no?
Y te dice, mira, tenía un día muy malo y me lo acabas de arreglar.
Bueno, eso es la leche, escucharlo, ¿no?
Es lo más emocionante que te pueden decir y te llena de absoluta felicidad, ¿no?
Ver tu trabajo reflejado en la felicidad de alguien, ¿no?
Eso es algo que no se puede explicar, la verdad.
Es una fortuna.
Porque como muchas veces hemos comentado, Álvaro, con otros monologuistas
que hemos tenido la oportunidad de hablar, no es llegar y besar el santo.
No.
No, no, no, no.
Se tiene que ir preparando, seguramente que también haber...
Bueno, claro, sí, sí, efectivamente, efectivamente.
Y perdona, mira, es que acabo de decir, yo es que encima vengo de la rama,
yo vengo de la interpretación.
Y al actor no es que se le dé especialmente bien el género del estandar.
Hay muy pocos actores que han llegado a ser monologuistas,
porque es otro ritmo, es otro tempo, es otra manera de conectar con el público.
Entonces, bueno, hay que hacerlo todo con muchísimo respeto, porque además,
mira, yo siempre se lo digo, el otro día se lo decía un compañero, digo,
estábamos en el Rey de Victoria, en Madrid, y decía,
bueno, te sueles poner nervioso, después de 10 años como monologuista,
digo, claro que me pongo nervioso.
Y digo, es que si tú pienses en frío lo que vamos a hacer ahora mismo,
salieron ese, digo, a cerrar el rey durante 40 minutos, bueno, cada uno, ¿no?,
a este público sin parar, es una osadía.
Como lo pienses en frío, sales corriendo, huyendo, diciendo...
¿Cómo lo hago, no?, ¿cómo lo hago?
Claro, claro, claro, efectivamente, ¿no?
Siempre que afronto una osadía muy grande, ¿no?
Entonces, bueno, también forma parte del morbo y de todo esto,
y del nervio y del ansia que te lleva, bueno,
a que una vez que ya estás en escena, dices, bueno, aquí ya está, ¿no?,
aquí ya sí que es, toca solamente disfrutar la tensión.
Me han quedado atrás y ahora ir a por todas, ¿no?
Sí, sí, sí.
Y además, además, también debe ser incluso un propio recto para ti.
Ciudad, en cada ciudad, el humor seguramente...
Debes notarlo, cómo cambia.
Y dices, este chiste que te espera es que la gente se parta de risa.
Tal vez uno ha reaccionado, pero todos los demás han quedado en silencio.
Y en otros que tal vez no piensas que no entrarán al juego
por aquello de que has venido de otro sitio donde no lo han hecho
y aquí se han partido de risa,
que has tenido incluso que parar el monólogo y decir, bueno,
a ver, acabar, acabar de una vez que tengo que seguir, ¿no?
Sí, sí, sí, no, no, por supuesto.
Es que en anécdotas hay miles.
De todas maneras, fíjate, yo con el tiempo al final,
la reflexión que tengo un poco de todo esto
es que más que por la zona y tal, que es verdad que, oye,
unos pueden a lo mejor ser más efusivos, otros tal,
pero por lo general, cuando hay un evento bien preparado,
siempre hay un buen público.
O casi siempre, va a ser muy raro que encuentres con una frialdad.
Mira, hay anécdotas, ya notarlo,
vuelvo a repetir, de salas como Highland,
que de entrada siempre ha sido una sala
que ya ha tenido una entrada en sus inicios muy grande, ¿no?
Pero a lo mejor, cuando yo empezaba en esto,
en salas más pequeñas, yo nunca volveré en Portevedra,
en Galicia, de ir, cuando yo también estaba empezando en esto,
y todo lo cual, y un bolo, una sala que estaba empezando,
y aquello fue un infierno.
¿Pero por? ¿Por qué?
La gente hablando, no, no, no, no,
no estaba aquello nada preparado, ¿no?
O sea, la gente no sabía lo que venía.
No había cultura, exactamente.
Bueno, pues un año y medio después me llamaron,
porque increíblemente los dueños se quedaron contentos, ¿no?
Y yo no entiendo nada, ¿no?
Y yo me acuerdo que iba para allá diciendo,
pero ¿cómo se me ocurre ir otra vez a este sitio?
Bueno, pues ha sido uno de los mejores bolos de mi vida, ¿sabes?
Para qué veas, ¿eh?
En la misma sala, ¿sabes?
En la misma sala, pero había una historia completamente diferente.
Entonces, ya te digo, ¿no?
Cuando hay un bolo bien preparado,
es sinónimo de que va a haber ahí algo bueno, ¿sabes?
Y ya va igual un poco donde esté, ¿sabes?
Gente con predisposición a reírse mucho,
por suerte en este país lo hay en todos lados, ¿sabes?
Lo hay, lo hay, lo hay, lo hay.
Y con ganas también, ¿no?
Al principio tal vez la predisposición es aquello de haber la curiosidad,
a ver qué pasa,
pero una vez que entramos,
una vez que entramos nos dejamos llevar, ¿no?
Claro, también, hombre, también tengo una cosa,
yo y me parece muy normal con parte del público,
a ver, aquí, después de tres años,
pues hay gente ya que tiene,
es muy mediática,
ya tiene un nombre muy conocido,
luego estamos un segundo elenco,
que sin ser mediáticos estamos muy metidos en el circuito,
tenemos un nombre dentro del circuito,
pero bueno,
somos muy,
somos desconocidos, ¿no?
para el público,
y eso a veces el público,
sé que es verdad que hay en sitios donde,
segundo uno,
te han abierto sus brazos,
pese a que no te conozcan,
y a lo mejor sí que hay gente que los primeros minutos te observan,
¿sabes?
Sí, sí, sí.
Y dices tú, bueno, vamos a ver,
no sé quién eres,
y yo me quiero reír.
Demuéstame,
demuéstame lo que haces, ¿no?
Y exactamente, ¿no?
Y entonces es maravilloso ver cómo,
¿sabes?
Vas y vas y vas,
y al final, pues,
nos hemos hecho colegas en la escena, ¿no?
¿Sabes?
Eso está muy chulo, la verdad.
Por cierto,
mañana mismo,
que te tenemos en el Highland,
a las diez y media,
y a partir de ahí,
¿hacia dónde vas, Álvaro?
¿Hacia dónde te encaminas?
Pues mira,
Ibiza,
que no es un mal destino tampoco,
que no es un mal destino tampoco.
Va solo, ¿no?
¿La maleta qué tal?
¿Pequeña maleta,
maleta grande?
Pequeña maleta,
maleta Ryanair,
maleta Ryanair.
Ay, entonces no,
no, no,
porque es medida estándar.
Ah, vente,
vente,
que yo te vuelo sin problema.
No irás para México
ni para allá, ¿no?
No, pero mira,
hay que abrir el campo.
Y hay compañeros,
sé que están,
compañeros muy emprendedores,
que han estado actuando
por Argentina,
por México,
y...
Dile que me llamen.
Claro, claro,
claro,
efectivamente,
claro, ¿no?
Aquí ha sido un poco la inversa,
o sea,
ha sido un poco el ofrecimiento
de decir,
oye, mira,
llegamos esto haciéndolo
aquí en España
y,
¿qué te parece?
También son gente
que es que ya tenían
un contacto
o habían vivido
y tal cual
y más o menos
conocían la historia.
Y luego nada,
luego acabó
el fin de semana
en Madrid,
en los madriles,
con el monaguillo
el sábado actuando
otra vez
en el Reino de Victoria
y, bueno,
no es una mala semana,
la verdad,
es una semana estupenda.
Y luego,
¿pequeña parada
también para Navidad,
o no?
¿En casa te tenemos
para Navidad?
Sí,
más o menos,
sí,
sí,
sí,
pequeño tal,
porque, bueno,
hago una cosita de teatro,
pero en Málaga,
o sea,
que con lo cual,
si ya te digo,
es que compagino
tanto el teatro
como los monólogos
tengo una compañía de teatro
con dos compañeros más
y el 28 de septiembre
hacemos una cosa
muy cachonda,
pero sí que es de teatro,
¿eh?
Pero una comedia
que es
las desviaciones
y o bifurcaciones sexuales.
Esto tienes que traerlo
a Tarragona,
¿eh?
Esto tienes que venir
a Tarragona,
¿eh?
Ya lo trairemos,
ya lo trairemos,
a poco,
a poco.
Además,
es que estas cosas
se necesitan.
Claro.
Álvaro,
se necesitan estas cosas.
Sí,
sí,
sí,
además,
mira,
perdona,
fíjate,
yo,
Tarragona siempre
va a ser un destino
muy especial
porque,
bueno,
yo en esa vida he hecho
de todo,
siempre de lo mío,
he tenido esa suerte,
pero,
y grandísima además,
porque yo me tiré año,
cosa con la que coincidimos
con Chay Franquesa,
el grandísimo amigo
y cómico,
del 96 al 2000
yo estuve haciendo,
era jefe de espectáculos
en la animación turística
en el Cambris Park
y en el Sangulí.
¿Qué dices?
Los campes,
sí,
sí,
sí,
sí,
como te lo cuento,
entonces,
claro,
son cuatro años ahí
por la zona de Tarragona
que,
bueno,
lo tengo como un grandísimo
recuerdo
y que me lo pasé,
bueno,
maravillosamente bien.
Entonces,
ya te digo,
¿no?
Siempre Tarragona
es un reencuentro
con un momento de mi vida
muy curioso.
O sea que casi,
casi,
casi,
casi,
Álvaro,
juegas en casa,
¿eh?
Casi,
casi,
casi,
nada,
nada,
nada,
en casa,
en casa,
en casa,
esto es en casa.
Pues Álvaro,
que vaya muy bien por Ibiza,
que vaya muy bien
por todos esos proyectos
que tienes ahí,
molta merda,
que tú ya sabes
que eso también
se estila mucho por aquí.
Sí,
sí,
sí,
sí,
sí,
y que nada,
que mañana mismo
te tenemos a partir
de las diez y media
ese gran recuerdo
de nuestra ciudad
por muchos años
y eso quiere decir
que te volveremos
a ver por aquí,
¿eh?
Estupendo,
muchísimas gracias
a vosotros
y nada,
un saludo muy grande
ahí a toda la gente.
Bueno,
yo sigo aquí
a ver qué pasa
con esta pareja,
que a ver cómo hablan,
que hablan lento
y hablan así como chillando.
Yo quiero continuar
a ver qué pasa,
¿eh?
Que continúe con tu monólogo
para que...
Ah,
sí,
muy bien,
muy bien.
Venga,
ahí te dejo.
Álvaro,
gracias.
Un beso muy grande,
hasta luego.
Hasta pronto.
Tú tienes que ir a inglés,
tú música en inglés
escuchas.
Incluso,
hay temas que
tanto escuchar
o tanto escucharlo,
tú llegas a movilizar,
a memorizar sonidos,
palabras que llenan a tu oído
que no es ni inglés,
ni nada,
porque te lo estás inventando,
pero tú dices,
ay,
yo creo que hice esto,
pues yo lo digo,
¿sabes?
Y eres capaz de sacarte
la letra de la canción
por la puntera cara.
Yo me dije en esta historia
con el tema central
de la película gris,
la de yo en Trabonta
que había el Antonio.
Aquel que te ponía
sorprendido de espejo
y empezabas,
¡acachucho!
chamón de playa
en el canchu
cheguauau
en el playa
mágina el sol
¡Equichiquichiflayer!
¡Equichiquichiflayer!
No has dicho
una puta palabra
en inglés.
Ni una, ¿sabes?
Pero mira que también
está complicado, ¿no?
Muy mal, muy mal.
Yo además soy de los que,
soy de los que,
los que no sabemos inglés,
que estamos en la escoteca,
nos crecemos mucho
en los escribillos
de las canciones
que no sabemos.
Porque como es ese momento
que dices tú,
ahí esa parte
yo me la sé
y la canto ahí
que venga,
a grito pegado,
¿sabes?
Que me oigan.