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L'11 de març de 2004 hi va haver un atemptat terrorista a Madrid
amb 10 explosions simultànias en tres trens de Rodalies a primera hora del matí.
L'atac d'ara fa 9 anys ja van morir 191 persones
i unes 1.600 van resultar ferides.
Avui volem parlar amb una de les advocades de la defensa,
de la nomenada trama asturiana.
Ella va haver de vetllar per uns drets inalienables,
uns drets no sempre compressos,
en el judici més important de la història del país.
Una advocada del torn d'ofici, el judici de l'11M,
així es diu la conferència que avui mateix a la set pronunciarà Mònica Penya Maeso.
Serà la sala d'actes del Col·legi d'Advocats, al carrer Enric Dussó.
El cas li va valer el Premi de la Unió Europea a la Defensa dels Drets Humans
i també el reconeixement dels seus col·legues de Madrid.
Mòn en Parlanbella, la tema de la defensa de la Fónica,
Mònica Peña.
¿Qué tal? Buen día, buenos días.
Buenos días.
Bueno, supongo que de camino, ¿no?, para Tarragona.
De camino, sí. Camino de coger el Aves, sí.
Hace nueve años ya, ¿eh? Parece que fue ayer, ¿no?, y hace nueve años.
Hace nueve años, sí. La verdad es que ha hecho pasado rápido.
¿Qué recuerdas de cuando te llamaron para el turno de oficio para ponerte el caso?
Bueno, pues me acuerdo que como fue, además, mi primera asistencia en la Audiencia Nacional,
pensé que volvería enseguida, que era una asistencia más y volvía,
y estuve tres días metida en comisaría.
¿Enseguida te diste cuenta de la magnitud del caso?
Sí, en cuanto vi las medidas de seguridad, ya me di cuenta que no era un detenido normal.
Te tocó defender a Carmen, a María Toro, ella finalmente fue absuelta, ¿no?,
la mujer del ex minero José Emilio Suárez Trasorras, digo que a muchos sientes seguramente le sonará el nombre,
¿no?, de José Emilio Suárez Trasorras.
Cuando te dijeron que te tocaba defenderla, era conocida como la trama austuriana,
¿qué pensaste de entrada? ¿Qué es lo primero que te vino a la mente?
Pues es que como primero la conocí a ella, pues no me llegó a asustar mucho,
porque realmente el trato con ella es que no te da la impresión de que haya podido,
bueno, ha sido asulta y realmente es que no se desprende que haya podido hacer nunca lo que se le acusa.
Entonces no es lo mismo que te toque otro imputado, a lo mejor que puedas tener tus dudas.
Entonces yo creo que en eso siempre estuve muy tranquila.
¿Cuál dirías que fue la clave de la absolución?
Pues hombre, yo creo que para mí la clave fue la relación que tenía con Emilio Suárez Trasorras,
que yo creo que era fundamental y vital que ella nunca podía ver, aunque lo hubiera sabido,
que era también más que dudoso, nunca tenía por qué haber acusado a su marido.
Entonces yo creo que eso desde un principio es algo que tenía que haber visto la fiscalía antes de imputarla.
Pero bueno, fue una pelea muy larga.
Cuéntanos, Mónica, ¿cómo se vive un caso como ese, de tanta trascendencia,
y lo más importante en la historia del país, desde el turno de oficio?
Pues se pasan muchos nervios, pues porque no tienes costumbre, todos los días está la prensa,
cuando no les gusta lo que dices ya te están, pues eso, dando caña,
y luego pues tú tienes además un despacho pequeño, un despacho que mantener.
Yo en mi caso acababa de ser mamá y no veía al niño.
Bueno, pues mucha tensión sobre todo por eso, porque no se te hunda el despacho
y porque no te dejen mal, porque si te ponen todos los días mal,
pues al final te da miedo quedarte sin clientela.
Es decir, que día tras día salías en los periódicos, ¿no?
Pues todos los días, era prácticamente diario.
Menos mal que éramos de segunda línea y bueno, pues les dábamos un poco más igual que otros.
Cuando te dieron el expediente del caso, ¿eran muchos folios?
Sí, además es que en un principio nos daban todo en hojas, entonces eran cajas y cajas.
Luego ya se, pues en una reunión se acordó que nos lo dieron en CDs,
porque es que era imposible trabajar con folios, imposible.
¿Lo afrontaste tú sola el caso?
Sí, lo afronté yo sola, porque además en esos momentos yo estaba sola en un despacho,
o sea, no tenía compañeros.
Así que me tocó sola, sí.
Es decir, que las cajas de folios tuviste que leerlas prácticamente todas, ¿no?
Todas, sí, todas.
Y además con señalamientos, a lo mejor iba a ser Semana Santa y les daba igual,
vencimiento de un día para otro y así todo el rato, la verdad es que fue duro.
¿Cuánto duró todo el proceso?
Pues a ver, esto debió empezar dos años antes de, yo creo que,
o sea, lo que son las vistas diarias duraron nueve meses,
que íbamos todos los días menos los viernes.
Pero ya lo que fue la instrucción, que teníamos pruebas muy largas, con careos y todo eso,
yo creo que duró dos años.
De eso me acuerdo menos, pero de las vistas sí que sé que duraron nueve meses.
Es el caso de la Mónica Peña Maeso, que va poder absolve, aconseguir l'absolución de esta imputada,
que era la Carmen María Toro.
Y cuando se llegó a la conclusión de que estaba absolta, ¿qué pensaste?
Bueno, te entra una alegría como si te hubiera tocado la lotería.
Bueno, que no me ha tocado nunca, pero vamos, una alegría muy grande.
Te emocionas mucho porque además, pues al final, tantos meses juntos,
los compañeros son amigos y todo el mundo te da la enhorabuena
y estás como en una nube, la verdad.
Tuviste que defensar unos derechos, antes lo comentábamos en la introducción,
a veces no comprendidos, ¿no?
Porque en estos casos tan mediáticos siempre hay un juicio en paralelo en la calle, ¿no?
Sí, o había gente que no lo entendía, incluidas las acusaciones,
que había quien no nos miraba bien y tratábamos con ellos todos los días.
Pero es cierto que hubo quien nunca entendió que estábamos de oficio,
que nos había tocado y que teníamos que defenderles.
Creo que eran más de 150 radios, ¿no?, televisiones, periódicos, agencias.
¿Cómo se sobrevive a esta presión tan brutal en el día a día?
Pues al final te acostumbras, pero al principio es una presión horrible, horrible,
porque realmente es que es eso, están todo el rato cuestionando tu trabajo
y tu trabajo además, que no es solo estar en ese juicio,
es que no se te hunda tu despacho.
Mónica, ¿crees que para ti hubo un antes y un después de este caso?
Seguramente sí, ¿no?
A ver, sí, sí, pero no tanto laboralmente, porque hubo quien sí pensó
que esto podía ser un lanzamiento, a tener más clientela.
Yo en mi caso eso no ha sido, pero sí con unos compañeros,
yo de hecho trabajo con una compañera del 11M ahora,
o sea, que bueno, sí a nivel de amistades y de relacionarte y todo eso,
fue una experiencia muy buena.
¿Del turno de oficio cambiarías algo del sistema de cómo funcionar?
Yo cambiaría muchísimas cosas.
O sea, cambiaría los puestos que estamos,
a la gente, al descontento, injustificado de la gente,
a cómo va el sistema de notificaciones, por lo menos en el Colegio de Madrid,
que muchas veces le llega antes al cliente que a ti.
La verdad es que cambiaría muchísimas cosas,
porque creo que por lo menos en Madrid no está muy bien organizado.
Pues ahí hemos querido comentar contigo tu experiencia.
Hoy vas a hacer una charla Quinta Arragona en el Colegio de Abogados,
una abocada autor de oficio al Judicio de la 11M.
¿Te llevan muchas veces para hacer charlas o no?
A mí no mucho, la verdad.
Como hay compañeros que tuvieron una, pues tuvieron gente más interesante
o con más relevancia, pues suelen llamar más a ellos.
También yo es que soy como que nunca me ha gustado mucho
meterme en estas cosas y estoy un poco más a lo mío.
Mónica, cuando te dieron el reconocimiento este premio de la Unión Europea
a la Defensa de los Derechos Humanos, ¿cómo lo encajaste?
Pues bueno, fue una alegría.
Nos fuimos todos a Bruselas, los compañeros, y bueno, lo pasamos muy bien.
Después de todo el trabajo y de todo, pues fue una cosa muy bonita.
¿Qué recomendarías ya para ir acabando, Mónica,
a aquellos abogados o futuros abogados que empiecen próximamente
en un turno de oficio?
¿Qué les dirías?
Pues nada, que la verdad es que el turno de oficio al final
es una experiencia muy buena para todo
y que se conoce también gente, muy buena gente,
que la ves muy necesitada y que al final, pues es agradable ayudar.
Entonces, que bueno, que no es tan malo como parece,
pese a lo duro que sea muchas veces.
Una última pregunta.
¿A priori lo veías como un caso difícil o sencillo?
La verdad es que yo pensé que iba a ser muchísimo más difícil
que lo que luego, una vez que te has metido y lo estás trabajando,
resultó.
En principio te parece mucho más difícil,
por lo numeroso que fueron las pruebas, las comparecencias,
pero luego la verdad es que yo no sé si es que al final te acostumbras
o lo llevamos mejor de lo que en un principio pensábamos.
Y ya para acabar, ¿cómo te va actualmente, Mónica?
Pues poco madera.
Bien, esperemos que dure,
porque ya se sabe cómo es este oficio.
Bien, estoy, sí que tengo trabajo,
o me salí un poco del penal,
pero bien, la verdad,
llevando empresas, otro tipo de cosas
y, bueno, pues saliendo adelante de momento.
Mónica Peña, un fuerte abrazo desde Tarragona.
Te esperamos hoy por la tarde, las 7, en esta conferencia
y que nos cuentes muchas más cosas,
que vaya muy bien por la tarde a las 7,
aquí en el Colegio de Abogados.
Gracias, un fuerte abrazo y buen viaje de venida.
Muchas gracias, buenos días.
Hasta pronto.
Hasta luego.