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Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
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Fins demà!
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Fins demà!
Fins demà!
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Tres de ellas o cuatro,
pues las estamos tocando en los conciertos.
Vale, vale, vale.
Así que hay un poco de refrescar el repertorio.
Por eso te iba a preguntar precisamente por eso, porque veía que era del 2010 el Jamón
Baby y yo digo, déjame preguntar así, yo te lo pregunto en plan de Strangis, ¿todavía
estáis con el álbum este?
Son muy lentos y con el Jamón Baby todavía era peor, porque antes de salir ese disco,
ese disco salió 5 años después del anterior. O sea que era un poco horrible
para las entrevistas, para todo, bueno, estáis...
No, nosotros vamos rulando, vamos rulando, vamos repitiendo, refrescamos un poco,
tocamos los hits de turno, porque hay que tocarlos.
Claro, porque si no nos dejan bajar del escenario, ya te lo digo ahora.
Y nos echan al pilón y esas cosas, pero vamos, el porcentaje de concierto que no es
de carnaza, digamos, pues lo vamos renovando siempre un poquito y vamos rulando por todas
partes y ya está. Entonces, pues claro, hay que sacar el disco, lo cual es que ya a nuestra
exacta edad y con hijos y otra cosa, pues vamos despacio, vamos despacio.
Y además, la fábrica se amolda a otras historias, a otros deberes.
Sí, sí.
Y todo esto sea de compaginar lo mejor posible, ¿no?
Me imagino.
Claro, y aparte de la situación general actual, pues no, tampoco da para sacar discos así
como con la pala, ¿no?
Un disco detrás de otro, venga, tal. Tampoco hay una compañía que te diga, venga, pues
ponemos un estudio y poneros a grabar, hacer vuestro trabajo, que nosotros nos encargamos
de todo, ¿no?
Ahora hay que encargarse tú de todo y luego la gente pues no lo va a comprar y ya pues
nada, lo aceptas sanamente, pero dices, pues si no lo vais a comprar, ¿para qué vamos a
a trabajar con tanta ansia, no? Vamos a trabajar a un ritmo más adecuado al ritmo
nuestro de vida y ya está.
Y cuando llegue el momento, pues llegará el momento y cuando no...
Sí.
Porque te iba a preguntar, en los otros álbumes que tenéis, habéis sido muy fructíferos
que ahora me he extrañado que sea un EP de cinco canciones o de seis canciones, porque
el Hamon Baby son 17, el otro, el del Arzo, no me atrevo, ¿eh?
Siempre en el...
Arturofobia.
Este mismo, este son 15.
Todos son entre 15, 16, 17 canciones.
Y el autorretrete ahí ya os pasasteis del... que fueron 18.
Sí, sí.
Y no sé si falta alguna más, porque seguro que me falta algún álbum más que también...
Son 7 en total, con este nuevo van a ser 8.
Por eso, por eso.
Y además al principio salían cada año, o sea que el ritmo era muy rápido.
Pero también era otro tiempo, lo que decíamos, ¿no?
Sí.
La ilusión se ve de otra manera, todo cambia con el tiempo y...
Ahora vamos despacito, vamos despacito.
No pasa nada.
De todas maneras, el público nuestro que se va reciclando, va prendiendo esa gente nueva,
que ya cumple 18 y puede ir a los garitos y tal, pues el público se va renovando, pero
de alguna manera los éxitos nuestros, o como los quieras llamar, ya están un poco fijos, ¿no?
Claro.
O sea, son los mismos siempre.
Entonces, que son unos cuantos.
Entonces, eso hay que tocarlo, hay que tocar otras cosas.
Y el hecho de renovar es muy sano y muy bueno, pero yo creo que sería un poco...
No sería muy realista pretender, decir, bueno, vamos a sacar un disco entero nuevo,
con muchas canciones y las tocamos todas en directo, porque esto es lo que hacemos ahora y tal.
Eso, bueno, lo hacen algunos artistas, pero yo creo que es un poco como demasiado arriesgado, ¿no?
Entonces, un término medio entre las dos cosas.
Y a más a más, dices, mira, y ahora en vez de hacerlo con la guitarra, vamos a hacer heavy,
o vamos a hacer punky.
No, no.
Continuamos con lo vuestro, ¿no?
Lo que sabemos hacer bien, ¿no?
Sí, no.
Si a mí me salen las canciones como me salen y luego los músicos, pues al final arreglamos
las canciones de la misma manera.
O sea, que al final hay una especie de sello de identidad que se mantiene.
Muy bien.
Y eso va a seguir siempre, sí.
Por cierto, antes me comentabas, claro, os piden cuando salís al concierto, os piden
los hits, paréis, las canciones que más conocen de mamá ladilla.
Sí, sí.
Pero que son muchas.
O sea, te pueden pedir un total de 30 canciones, ¿no?
30 canciones.
De las cuales a lo mejor…
Sí, bueno.
Y ocho que las tienes que tocar seguro, digamos.
Bueno, puedes saltarte alguna, ¿no?
A lo mejor hay otras 20 que para ciertas personas son un hit y la quieren y no la tocas
y se les gusta.
Y te la piden, te la gritan, te la tiran.
Sí, sí, sí.
Cántame esta.
Yo te quería preguntar, ¿te has descubierto en alguna de las canciones que dices, ostras,
esta hace tanto tiempo que la canto o que he dejado de cantarla y que ahora me la han
pedido?
Ostras, oye, que me encanta que la volvemos a coger como bandera otra vez.
Sí, sí.
Al cabo de los años, ¿no?
Sí, sí.
A lo mejor como bandera no, porque si no se toca en directo suele ser porque a lo
mejor el tiempo que se tocó pues se demostró que la gente a lo mejor baila menos, tal,
¿no?
No parece que sea un subidón en el concierto y por eso de manera natural como que se
cae del repertorio.
Claro.
Pero de todas maneras sí que nos damos el gusto de vez en cuando.
Recuperamos esta, recuperamos aquella.
Hay muchas que no recuperamos nunca, pero…
Hombre, tenéis unos cuantos álbumes que comentábamos antes, ¿no?
Como para perdernos.
Es que son cientos no sé cuantas y un concierto nuestro de unas 30 canciones, aunque
dure hora y media, que tampoco es una duración espectacular o está bien, es que tiene tal
densidad, porque todas las canciones tienen muchos trocitos, muchas tonterías, entonces
al final es una densidad tal que sales hasta las cejas de canciones.
Y también me imagino, Juan, que saliese en una hora y media, que parece aquí que sea
muy rápido y tal y cual, porque claro, son sus momentos, sus explicaciones, sus canciones,
conectar con la gente, ¿no?
Su llamar la atención en un punto determinado seguro que del concierto…
Pero poquito, ¿eh?
O sea, en realidad van bastante seguidas, incluso van dos o tres empalmadas y otras
dos o tres y así, o sea que…
Tampoco hay mucha interrupción.
O sea, es hora y media de trayuza nivel medio, no nivel altísimo de música heavy bestia,
pero es lo bastante agresivo, bailón, así, rapidita, ligera, como para que…
No sé qué han sido.
No, pero yo también me imagino, yo me imagino también a ti en el escenario, que seguro
que estás parado, quieto, estático, ¿no?
Bueno…
La de ejercicio que debéis hacer, ¿eh?
Hombre, yo me muevo lo que puedo, lo que pasa es que casi todo el rato estoy muy
ocupado, o cantando o tocando con las dos cosas a la vez y tengo que estar en
quieto parado, pero vamos, doy los botes que puedo y tal, y si no, pues bueno, el bajista
está un poco más liberado, que se mueva ahí un poco.
Anda, anda a salta tú, anda a salta tú hoy, y te toca, pero cuidado con el escenario
que tiene unos metros, que algunas veces nos dejamos llevar, nos dejamos llevar y no
calculamos.
Uy, qué un peligro, sí, sí.
No te habrá pasado, ¿no?
No, caemos, no, pero vamos, puedo decir, ostras, como me caiga aquí hoy, que hay una
caída ya importante y no hay nada que me impida caerme, y hay poco espacio, sí, sí,
hay veces que es un deporte de riesgo que no veas, según que garito.
Pero bueno, ahí en la cero el escenario bajito, es más como cerca de la gente y tal, y ahí
si te caes no te escoñas mucho.
No, no, ahí directamente ya la gente ya te puede dar las canciones en la mano, apuntada,
o si no te lo dice casi casi en la oreja, yo digo, pues Juan, que me gusta esta, póngela,
me la vas a tocar, por favor.
Bueno, lo que te ponen es el móvil en las narices.
Es verdad, ¿eh?
Y a ver, yo me he puesto como público y digo, pero la gente que lo graba, o que se lo
quiere llevar después para casa, lo disfruta igual el concierto, porque te lo has perdido.
Sí, pero es que, bueno, todavía uno que lo esté haciendo un poco detrás, digamos,
o por ahí, pues bueno, pero uno que te está poniendo el móvil encima, para sacar un primerísimo
plano ahí de las gotas de sudor.
Pero vamos a ver dónde está el límite de esto, ¿no?
¿Dónde está el límite de esto y dónde está el límite de sacar el jodido móvil
para ver el WhatsApp en cualquier circunstancia, cuando estás con gente y tal.
Se están perdiendo las formas, ¿eh?
¿Cómo está?
Juan, eso es una canción, lo sabes, ¿no?
Bueno, de hecho, sobre eso, en el Hammond Baby hay una canción.
¿Ves?
No me acuerdo si es la segunda o la tercera, hay una canción de las primeras que habla
de estar en un espectáculo y sacar la cámara de vídeo para grabarlo en vez de vivirlo.
Claro, pero has dicho cámara de vídeo, ¿no?
Sí.
Ah, tienes que ponerlo de lo del WhatsApp, que cuando estamos hablando, deja de tuitear,
por favor, que estamos aquí en la cena con toda la familia.
Claro, es que va todo muy rápido.
Ahora da para...
Es lo que me pasaba antes, también con lo que te he comentado.
Claro, bueno, habrá que extrapolarlo.
Es que esa canción tiene cinco años, y cinco años ya es una eternidad en cuanto
a tecnologías.
Por eso mismo, ¿eh?
Por eso mismo.
Cómo cambian las cosas, ¿eh?
Sí, sí.
Ahora haces una canción del WhatsApp y dentro de tres años se descojonan de la canción.
Es porque era el WhatsApp y ahora es el WhatsApp.
Yo qué sé.
Sí, sí.
Cualquier cosa.
Es verdad, es verdad.
Es verdad.
Recuerdo que os tenéis, que tenéis, bueno, tenemos a la gente de la Mamaladilla en concierto
con Oscar Boles.
Sí.
Ayer tenía a Oscar Boles aquí conmigo y me dijo que es del club de fans vuestro,
ya más a más, ya apasionado, y que cuando se enteró de que veníais a Tarragona, lo
primero que hizo fue ponerse en contacto con la gente de la Sala Cero para ver si podía
telonearos.
telonearos.
Quería estar con vosotros.
Yo no sé si habéis podido sentir alguna cosa de ese último trabajo discográfico de Oscar
Boles.
No, no, no.
A ver si lo escuchamos ahí en directo, que es lo que mola.
Es aquello que se dice es un genio en la sombra, ¿eh?
Ya te lo digo ahora, ¿eh?
Bueno, pues mira, deseando verlo pasado mañana.
A más a más sin tapujos y se dice las cosas, aquello que dice Tarragona y como se piensan
se sale, ¿eh?
Pues nada.
Ya lo verás.
Juan, ya me explicarás si tenemos la oportunidad más adelante de volver a hablar.
Sí.
De decirme qué te ha parecido.
Vale, vale, vale.
Me quedo con la referencia.
Vamos, si lo voy a ver, si estamos ahí.
¿A qué hora venís?
Espera que cambia un poquito el planning que tenéis para este sábado.
¿A qué hora venís?
No me lo sé, no me lo sé.
Me parece que tenemos la prueba de sonido tipo a las 7 o algo así, entonces no me acuerdo
a qué hora se toca.
Supongo que será en torno a las 10 o así, pero a cualquier hora que te diga...
¿Qué te lo digo?
Me lo puedes decir tú.
Sí, tocáis a las 10.
Es que lo malo, la gente que está escuchándolo, el dato malo, pues no...
No pasa nada.
No pasa nada.
Teóricamente el concierto en sí empieza a las 10, que seguramente que empezará Oscar
Boles, y luego seguiréis vosotros.
¿No?
Más o menos.
Mínimo mínimo a las 11, entonces...
Sí.
Una cosilla así, ¿no?
Sí que os dará tiempo a ir a cenar tranquilamente.
Claro.
Después de las pruebas de sonido, a relajarse un poco.
¿Tenéis alguna historia antes de salir al escenario, mamaladilla?
Qué bueno, es todo a palo seco tocar.
¿Sí o no?
Venga, vamos para arriba, chavales.
Al cambiarse ni de ropa ni nada, salimos ahí, afinamos, venga, empezamos, pum.
No hay ni un CD, ni una triste intro.
Lo que pasa es que en cuanto empieza la primera canción y la segunda y tal, pues ya se pone
la gente en movimiento y ya estás dentro.
Claro.
Te metes en ese tren y ya es hora y media de...
Yo siempre he pensado...
Juan, yo siempre he pensado que el inicio es brutal.
Lo que es el principio del concierto, lo que decías tú, lo del intro, hacer alguna
cosa, yo creo que los grupos, tal vez os ha pasado también a vosotros en un momento
dado, pero ostras, y ahora tenemos que hacer algo especial para que la gente, porque
sabes aquel agujero aquel de ozono que hay en los conciertos siempre al principio, arriba
a desaparecer de alguna manera, llega a desaparecer.
Sí, sí, y hay gente que se lo monta muy bien y que hace cosas realmente espectaculares
y que ponen situaciones y tal.
Y yo cuando lo veo, o eso, o lo de disfrazarse, o cualquier cosa escénica que se haga, cuando
las veo y están bien hechas, digo, joder, cómo mola, yo tendría que hacer algo así,
y nunca me arranco.
Es como algo que no va conmigo, no va con nosotros.
Hombre, te lo pongo más fácil.
Yo no sé si tendréis micrófonos inalámbricos, pero a ti imagínate lo alucinante que sería
que en vez de aparecer encima del escenario, una vez que empiece la canción, aparecieras
en otro lado.
Esto también se ha hecho, que no lo he inventado.
No, mira, hizo una Tom Waits que apareció, me parece que, o sea, me lo contaron, me parece
que el grupo salió y empezó a tocar algo.
Sí.
Desde el fondo, era un teatro, la gente sentada, pues se recorrió todo el pasillo,
¿no?
Por el centro, con un megáfono, cantando la canción.
Sí.
Hasta llegar al escenario, y ahí pues ya continuó con lo que fuera.
Me parece bastante original y espectacular.
No sé, sobre todo si estás esperando a ver a un tipo así desde hace años y años,
verlo aparecer así tiene que ser distinto que lo que hacemos nosotros.
Yo lo entiendo, pero a día de hoy...
Pero ahora mismo no lo comparto, ¿no?
No, no, no es que no lo comparto.
Es que no nos sale.
Después de 20 años de carrera no lo hemos hecho nunca y no acabamos de engancharlo,
yo que sé.
¿Y 20 años que parece que han pasado en un suspiro o no?
No.
No.
Ahora que miras para atrás y dices, ostras, que son 20 años que ya estamos aquí.
20 años que...
Bueno, pero yo me miro la tripa y digo...
No.
Somos distintos.
Me miro la tonsura y digo, han pasado 20 años.
No, pero eso es la experiencia.
Sí, sí.
Tú también estás inundado.
¿Tienes retención de agua, como yo?
¿No?
¿Cómo, cómo, cómo?
Que estamos inundados, ¿tenemos retención de agua?
Ah, claro.
Claro.
Claro.
Sí, sí, sí.
No, no es lo mismo, hombre.
Hacer las cosas...
Hombre, por un lado parece que se pierde la frescura, la ilusión y todo eso, pero por
otro lado es que mucho mejor, como traen mil cosas de la vida.
No, me imagino.
Es mejor tener cierta edad.
Hombre, si ya eres un abuelo y no te puedes mover, pues supongo que ya es peor.
Pero...
Sí.
Pero...
Ya vamos, eh.
Lento, pero vamos, eh.
Lento, pero seguro.
Sí.
Pero me he tratado a disfrutarlo con madurez y con serenidad.
Qué bueno.
O sea, ahí lo has dado.
Juan...
Dijo el cantante de Mamá Maravilla.
Serenidad.
Muy bien.
Tranquilos todos, eh.
Sí.
Y esto también lo dices en los conciertos, ¿alguien se lo cree en un momento dado?
Yo recuerdo un día decir, a ver, nos estaban pidiendo una canción que es la leía de
Händel, pero diciendo, uy, hijo puta, hijo puta.
Sí, es verdad, la conozco, la conozco.
Sí, esa caerá del sábado.
Pues estaba la gente ya pidiéndola, pero cantándola, ¿no? Entonces la estaban cantando
como por grupos.
Esto fue en Barcelona, en una que se ocupa hace muchos años.
Entonces lo cantaba un grupo por aquí, otro por allá, y estaban como desordenados, ¿no?
Me ocurrió decir, a ver, a ver, orden, orden. Y de repente un punky que había al
lado empezó a decir, caos, caos.
Bueno, ¿qué dices?
Pringados.
Decía yo un poco de orden, un poco de caos.
A ver, cantad como se la gana, hombre, al final.
Ostras.
Es difícil estar a la altura de algunos, eh.
No, no, y depende, depende de la situación todavía peor, ¿no?
Sí, sí.
Por cierto, que recuerdo, yo me hago muy pesada en este aspecto.
Este sábado te tenemos a las diez de la noche o a partir de las diez de la noche
en la sala cero.
Mamá Ladilla.
Y después, ¿cómo lo tenéis?
Me decías que estabas un poco así en el aire todos los conciertos.
¿Pero tenéis alguna cosilla más?
O sea, el día anterior estamos en Martorelles, en la fiesta mayor.
O sea, mañana.
Sí.
Y luego, pues nada, los fines de semana siguiente tenemos bolos en Madrid, cerca de Madrid,
y luego ya los meses siguientes hemos ido cerrando algunas cosas por el Sur, por Levante,
no lo tengo memorizado.
Pero vamos, está todo en la página web, mamaladilla.com.
Porque a Andorra no vais a ir, ¿no?
Pues por ahora no.
Gástima.
Bueno, no, es que tenía yo una en cargo aquí para vosotros.
Digo, si van a Andorra, que me traigan algo.
Es que hay fans muy acerrimos en todas partes.
Lo que pasa es que no son el número suficiente para con lo caro que está el gasoil y todo,
poder ir a todos los sitios y que nos salgamos perdiendo.
Le van fuertiendo como cruces a determinadas capitales o ciudades o pueblos diciendo,
mira, aquí es que no volvemos porque no puede ser.
Entonces, al final, pues tocamos, yo que sé, en Salamanca y viene mucha gente de Valladolid,
de Valencia, de aquí, allá, otro que está de vacaciones.
O sea, en cualquier concierto nuestro siempre hay, a lo mejor, un 15 o un 20% por lo menos
de gente que viene de otro lado.
Hombre, también eso quiere decir que hay ansia de veros.
Sí, claro, pero...
Dicen, bueno, ya que no acabáis de venir tal vez a Valladolid, pero estáis aquí al lado,
pues me acerco yo en un golpe de coche y nos mováis vosotros.
Sí, no, pero también es el pronto ese de, a que no hay huevos, parece a tomar una paella, ¿no?
O sea, que a veces no es el pueblo al lado, a veces son 200 kilómetros o los que hagan falta.
Sí, sí, sí.
O programar las vacaciones en torno a ese concierto, cosas así.
Son casos más o menos puntuales, pero es continuo.
Qué costumbre es hacerlo, ¿no? Por lo que me estás diciendo, ¿no?
No es una cosa que te haya ocurrido así de casualidad, ¿no?
No, no, no, ocurre continuamente y yo que sé, vamos a Alicante y a Murcia, por ejemplo,
Sí.
Porque ya de paso nos pilla bien.
Pues es continuo que alguien, a lo mejor tocamos el primer día en Murcia y nos dice alguien,
ha estado muy bien y mañana nos vemos en Alicante.
¿Hasta?
O viceversa.
Sí, sí, gente que repite, pero directamente.
Y además tal vez te corrige, perdona, Juan, esta canción, que la cantaste ayer, no la
veo igual que la hiciste el otro día, ¿eh? O sea, llega a pasar, no.
Y mira que esa gente además se traga a conciertos completamente idénticos.
Bueno, pero eso es la pasión por vosotros, por Mamá Aladilla.
Sí, sí, no, no, es una pasión, bueno, enfermiza.
Bueno, y que sigan, ¿eh?
Bueno, y que sigan, ¿eh?
Es una pasión muy grande.
Te digo una cosa, y que sigan, que sigan, que nos separen.
Claro, claro que sí.
Lo que pasa es que no es un grupo ni de pelotazo, ni de grandes masas y tal, y eso nos ha permitido
estar años y años como siempre igual.
Vamos sacando discos, vamos haciendo cosas, vamos tocando por todas partes y de repente
alguien nos pregunta, oye, ¿pero vosotros seguís?
Pues claro que seguimos, o sea, todos los meses tocamos, siempre, siempre.
Claro.
Parece que tampoco va a saltar a todo el mundo, ¿no? Es como un submundo de Mamá Aladilla
que la gente va a verlo y todos contentos.
Bueno, pues sí.
Oye, también de alguna manera también se agradece, a ver, parte, porque así que ves
el cariño de la gente que te sigue y que te sigue con esa pasión, ¿no?
Que dices, ostras, y gente que a lo mejor lleva desde el principio, principio del grupo
y que todavía está ahí.
Sí, sí, sí, sí.
Y eso no tiene precio, ¿eh?
Gente que cuando sacaste el primer disco, nacieron ese año y vienen ahora a verte
y se lo saben todo, o sea, los antiguos y los que se va renovando la cosa y tal.
Y la verdad es que sí, o sea, es gente a la que no puedes decepcionar y dar cualquier cosa.
O sea, nosotros vamos muy ensayaditos y muy... y procuramos buscar un garito apropiado
por aforo y por todo, porque suene bien, que sea un sitio lo más agradable posible, ¿no?
No siempre se puede dar lo mejor del mundo, porque en esta ciudad o toco en tal garito,
que sea a lo mejor un poquito mugrientillo, pero es lo único que hay.
Bueno, por ejemplo, este no es el caso. O sea, en Tarragona tenemos la suerte de que esté la sala cero,
que es estupenda y que suena muy bien y la gente está a gusto. Es diáfana, además.
Y está bien de afuera de todo, pues mira, pues es un puzle de dos piezas.
A Tarragona hay que ir cada añito, año y medio, dos años como mucho.
Y ya ves que también se corresponde la gente, esperamos, ¿eh?
Sí, espero que sí, hombre.
Pues, Juan, muchísimas, muchísimas gracias por hablar con nosotros un ratito,
por habernos explicado un poquito más.
Recuérdame quién te acompaña encima del escenario, que no lo hemos dicho.
¿Quién es ahora mismo mamaladilla?
Pues somos tres, como siempre.
El batería es Ferro, que es el batería de toda vida,
y el bajista, pues es el tercer bolo que hace.
Se llama Sergio González y es nuestro bajista nuevo.
¿Y cómo fue que lo engañasteis?
De nuevo, pues lo dijimos, te apuntas, dijo, venga, sí, tal.
Que venga, no te lo pienses, no te lo pienses.
Le venía bien, claro, vive por nuestro bien.
O sea, concordaba muchas cosas, venga, pues vamos, vamos para adentro.
Y está saliendo muy bien las cosas, está todo muy ensayadito,
además como con ese empuje inicial, que él hace ilusión al tío y tal,
entonces estos primeros conciertos están siendo como muy entrañables,
muy entrañables, muy, no sé qué palabra usar, muy emocionales, digamos.
Ya está bien, ya está bien, que es otra de las partes que tiene que funcionar en un concierto, ¿no?
Hombre, si no ves que se están divirtiendo los de arriba, apaga y vámonos.
Pues sí, pues sí.
Juan, que muchas, muchas, muchísimas gracias,
aunque bienvenido a Tarragona, que también es partida de tu casa, casi, casi, ¿eh?
Pues muchísimas gracias a vosotros.
Un besote.
Así que lo paséis muy bien el sábado.
Gracias.
Así lo haremos.
Gracias.
Gracias.
Hasta luego.
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
¡Majaderos!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
Fins demà!
!