This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Creo que muchos no somos conscientes de lo afortunados que hemos sido en la vida.
Hemos tenido una vida fácil, una buena familia, unos padres que nos han educado bien, que
nos han dado todo, no hemos tenido demasiados problemas, bueno, siempre alguna cosita, pero
hemos tirado bien, no nos hemos visto nunca en una situación de necesidad grave, no nos
hemos visto nunca sin un techo, no nos hemos visto nunca encerrados en algún sitio, pues
no todo el mundo tiene esta suerte, bueno, al final esto es un poco una suerte, donde
naces y con quién te toca convivir en los primeros años.
Hoy traigo un caso de un chico que ha tenido una vida muy dura, muy curiosa, con muchas
anécdotas, no todo será malo, también hay anécdotas más divertidas, pero es una vida
que muchos no habrían salido bien de ella, él lo ha logrado, tiene una historia de superación
impresionante y yo creo que vamos a aprender mucho y vamos a aprender, además de entretenernos
por supuesto, pero vamos a aprender de que incluso en las peores situaciones te puedes
salir y que te puedes reconvertir y que nunca sabes cuando puede llegar ese momento que
te cambie la vida y que te convierta en otra cosa mucho mejor.
Hoy, aquí muchos ya lo sabíais, porque se me escapa la lengua como una serpiente viperina
y suelto las cosas antes de ahora, hoy tengo aquí a Johnny Dey viviendo en la calle ¿qué
tal, tío?
Muy bien, encantado.
Bueno, aquí estamos ya, que hace mucho que te contacté y porque mucha gente me hablaba
de ti ¿eh?
Tienes que traerlo, que es ideal para el podcast, todo lo que ha vivido…
Pues muchas gracias.
Supongo que también te decían de venir aquí ¿no?
Sí, sí, lo que pasa es que bueno, que al final, oye, que si quieres vamos a su último
vídeo y se los petamos, digo, no, no, tío, las cosas cuando sucedan, tengan que suceder,
no mola ¿sabes?
Claro.
Pero nada, felicísimo de estar aquí ¿no?
Después de la gente que ha pasado por aquí, pues un honor.
No, y te digo la cosa, que mucha gente te lo dice eso, no, es que yo aquí, claro, vengo
y ha venido gente muy top, para mí todos somos iguales de top y las historias no van de
la fama, no van de quién tiene más dinero, más poder, va de quién ha vivido más cosas
y quién tiene más que aportar y, joder, tú has vivido mucha tralla ¿eh?
Cada uno tiene lo suyo para aportar ¿no? Al final, ver aquí a Ibai como se abrió contigo
por ejemplo o a Chocas, creo que nos hizo ver algunas partes de esa persona que no
todo el mundo conocíamos, entonces creo que eso es muy bonito ¿no?
Bueno, mucha gente te conocerá, mucha otra no te conocerá y es que tienes una trayectoria
que da para charlar mucho ¿eh?
Para explicar mucho, además tú te has abierto en todo y tú has contado todo ya ¿no?
Sí, sí.
No has escondido partes de tu vida, tú lo has mostrado ¿no?
En el primer momento, lo duro que fue tu infancia, cómo fueron tus padres, la droga, el vender
droga, la cárcel, etcétera y vamos a hablar de todo esto, entonces que sepáis que él
tiene pues su canal de Twitch yendo en la calle y que esto es lo que te ha propulsado
y te ha cambiado un poco la vida podríamos decir ¿no?
Sí, sí y también lo que te da una motivación porque yo a día de hoy, o sea, Twitch no
solo me ha dado unos ingresos, una profesión o algo que hacer, sino también te da una
motivación, algo para lo que crecer personalmente y ahora mismo me estoy apoyando en mi comunidad
para cumplir muchas cosas, por ejemplo, he dejado de fumar ¿sabes?
Hace ya cuatro meses, estoy intentando, ahora estoy haciendo rutina de deporte, la alimentación
me cuesta más.
Eso es más jodidillo ¿eh?
Es que cuesta muchísimo ¿sabes? pero voy haciendo cosas y cada vez voy, no sé, me siento
más motivado para hacerlo porque creo que tengo que cumplir con mi comunidad y me apoyo
en ellos, igual que muchos apoyaron en mí en sus momentos malos, pues yo también me
apoyo en la comunidad para eso.
Tú empezaste en Twitch cuando estabas yendo en la calle.
Literalmente ¿no?
Yo empecé literalmente el 24 de abril del 21.
El nombre del canal no es metafórico, alegórico, no, no, tú vivieses en la calle.
Sí, de hecho es que tenía varios nicknames pensados y al final dije, coño, viviendo
en la calle, pues ya está y creo que fue lo mejor que he elegido en mi vida.
Sí, porque es un nombre sencillo que no engaña porque al final lo que hay es lo que es y
que es llamativo porque también tiene que haber marketing y realmente viviendo en la
calle dices ¿cómo?
¿cómo?
¿cómo que viviendo en la calle?
Totalmente.
Es un sitio que realmente está viviendo en la calle y ahí claro también causas mucha
curiosidad.
Totalmente.
Yo creo que es de las mejores decisiones que he tomado nunca elegir ese nickname porque
es que claro, cuando aparecen recomendados la gente dice ¿esto es verdad?
Sí.
Y esa parte de marketing y de crecimiento me ayudó bastante ¿sabes?
Vamos a empezar por el principio, venga, vamos a conocer tu vida ¿vale?
Porque yo creo que también seguramente habrá gente que estará viendo esto o escuchando
esto en Spotify o en Apple Podcasts o donde sea que está en malas situaciones también
y quizás puede sentirse identificado un poco con tu vida porque es lo que digo, hay gente
que hemos tenido suerte y hay otras personas que han nacido en una familia muy complicada.
Cuéntanos dónde naces tú y cómo son tus primeros añitos.
Pues yo nací en Málaga, no tengo acento ni nada, no me he criado en Málaga, no conozco
con Málaga, tengo algún vago recuerdo, bueno, eso es en plan de vecinito, el recuerdo que
tengo es que íbamos en el ascensor y golpeaba yo el ascensor del lago y estaba mi vecino.
Es el recuerdo que tengo de Málaga.
Málaga, punto.
Y bueno, vine para Madrid no sé cuándo, pero los recuerdos que tengo ya son de Madrid,
es en la calle Divino Pastor, número 27, eso lo sé porque lo vi en la ficha de nacimiento
más tarde, pero en Malasaña, en el 2 de mayo, barrio de los 80, bastante…
Que ahora está de moda, pero en ese momento no.
Ahora está de moda, en aquella época bastante heroína y tal.
Y bueno, mis recuerdos eran pues una casa pequeña, un sofá, una cocina, un baño y
una habitación para todos y mis recuerdos pues eso, mi madre pinchándose, mi padre
desaparecía y muchos días yo solo, o sea, en plan, yo me quedaba hasta las tantas de
la mañana viendo V.
La serie V de cómo se llamaban los ratones, ¿eh?
Sí, la serie de V, me quedaba hasta las tantas y hasta que llegaba la carta de ajuste y ya
me echaba a dormir, esos son recuerdos que tengo, recuerdos que tengo como por ejemplo
de desayunar agua con azúcar.
Agua con azúcar.
Sí, azúcar y agua y ese era el desayuno.
Algunos de mis vecinos dándome de comer o bañándome porque yo me iba al rellano y
me quedaba en el rellano de la escalera y cogía algún vecino pues me subía a su casa,
me duchaba o me daba de comer, me daba chorizo con pan o algo de eso, esos son mis recuerdos.
¿Tus padres a qué se dedicaban?
No lo sé.
Yo creo que por aquella época, según he pillado cosas de un lado y de otro, creo que mi padre
se buscaba la vida tocando la guitarra en el metro y mi madre no sé lo que hacía.
Sólo recuerdo un día que vino muy alterada por la noche, me cogió la cabeza, me la puso
en el coño y dijo gracias a esto comemos, yo era enano.
Entonces uno le da vueltas y dice pues a lo mejor ese día vendría de trabajar en la calle
o no lo sé, lo que sí que sé es que se quedaba con la goma y la aguja colgando y totalmente
pues trastocada y tortearla, tortearla para que se despertara.
¿Tú cuántos años tendrías cuando veías a tu madre pinchando serollas?
De seis a ocho.
O sea, ¿tú con seis y ocho años tienes recuerdos de ver en tu casa a tu madre con la jeringuilla
clavada y en un estado…
Atontada, dormida.
¿Entendías lo que era eso?
No, no entendía nada.
De hecho, mi abuela de vez en cuando venía a visitar y mi madre me decía si viene la
abuela tú todo esto lo escondes.
Entonces yo recuerdo que un día llegó, creo que era por navidades, llegó mi abuela,
plan ¿quién es?
Soy la abuela.
Vale, pues yo me cogí de la mesa, cogí la cuchara, cogí los utensilios para drogarse,
los metí detrás del pie del lavabo y abrí a mi abuela.
Y recuerdo que me trajo de regalo unos pantalones vaqueros que me los ponía tanto que al final
un día, para quererlos secar, los puse encima del radiador y se quemó.
No tenías nadie supervisando.
No, claro, claro.
Tus padres no estaban por ti.
No, o sea, mis padres iban y venían, no había un horario de trabajo, no había alguien
cuidándome.
O sea, yo estaba todo el día haciendo lo que quería.
Tira la basura, me voy, tira la basura.
Pues yo cogía la basura y la tiraba por la ventana.
Hostia.
Literalmente.
Hostia.
Ni siquiera se fijaban.
Ni se fijaban.
Me bajaba la calle, es que era girar la calle, iba a ser el 2 de mayo y ahí estaba con los
chavales del parque.
Eso con 10 años.
No, con 8.
Con 8 necesidades.
Con 7 años, sí.
Hostia.
Era mi día a día.
¿Lo ibas al colegio?
No, recuerdo, tío.
Sí recuerdo llevar pendiente, de pequeño, recuerdo llevar pendiente y ya el siguiente
colegio que recuerdo es el Jaime Vera en Brown Murillo, que eso ya sería segundo de
G.B., creo.
Eso ya sí lo recuerdo, pero anterior a eso, casi nada.
Claro, es muy chocante lo que estás diciendo porque la imagen de una madre con heroína
que es la droga más, vamos a decir, más destructora y también la más agresiva visiblemente
porque al final es una raya, pues en un segundo está terminado, un porro, pues bueno, es
algo que se fuma como el tabaco, pero una jeringuilla, la cuchara, todo eso.
¿Tú crees que en ese momento eso te producía ansiedad, miedo, pánico, terror o lo habías
normalizado por completo?
No lo sé, es que era muy pequeño, es que yo no sabía lo que estaba pasando, o sea,
es que yo no sabía nada, no sabía si eso era bueno o malo.
Yo solo veía a mi madre tras tocado.
No he sabido eso hasta la edad adulta.
Lo que sí que es que me ha dado mucho miedo y luego yo he pasado para adicciones y gracias
a ese miedo nunca he llegado a eso, nunca he pasado.
He llegado a consumir por la nariz, he llegado a fumar, base, pero no he llegado a pincharme
porque me ha dado miedo y no he llegado a tocar la heroína por lo mismo.
A saber qué hubiera pasado si en un momento bajo tú y yo hubieras empezado con la heroína,
que es asesina total.
Totalmente.
Te ibas con ocho años al parque con los chavales, ¿qué tipo de gente te acuerdas que erais?
¿Sitaciones similares a la tuya?
No, recuerdo chavales mayores, recuerdo mucha prostitución en la zona.
En Malasaña.
Sí, zona ballesta, zona todo esto.
Recuerdo por los chavales bajar yo con un cochecito que tenía del coche fantástico.
Es que eres un niño, claro.
Recuerdo que se me cayó en una alcantarilla, recuerdo que un día vi a mi madre esconder
dinero en la almohada y se lo robé y cogí con el dinero y me fui a comprar una caja
de yo-yos.
Y cuando llegué a casa con mi caja de yo-yos, pues estaba mi madre y mi padre discutiendo
por el dinero y llegué allí, pues mira quién ha sido, ¿no?
Dos guantazos y vamos a cambiar los yo-yos.
Y recuerdo esas cosas.
¿Te pegaban o te matataban físicamente?
Físicamente, alguna par de hostias.
Más de lo que es normal en unos padres, en esa época que a lo mejor un tortazo nos había
caído a todos o en el culo.
Bueno, y le daban permiso a los profesores para que te pegara.
Claro.
O sea, mis profesores me han pegado.
Bueno, a mí a todos.
Recuerdo una monja que me dio una bofetada, pero que me dejó la marca durante una hora.
Te debía tener 10 años.
Es la época de los capones.
Te pegaban un capón que te dejaban un huevo, te pegaban unos capones así con el anillo
que te dejaban…
¿Los profes?
Sí.
¿Cuántos años tienes tú?
42.
No pareces, eh.
Bueno, gracias.
No pareces.
Ah, te he tirado.
Pareces 54.
No, Nacho.
Nacho parece que tenga 70, el cabrón.
Nacho, estás muy guapo hoy, eh.
Sí.
Con gafas veloz.
Qué grande.
Pues, claro, hay poquitos años de diferencia, pero eso marca, por ejemplo, que yo si no
vi nunca una agresión tan fuerte de un profe.
O sea, no…
Sí, sí, no.
Y cogía a mi abuelo y les daba permiso.
Oye, si se porta mal, darle un capón, eh.
Hostia.
Sí, sí.
Y si hay que castigarle, le castigas.
Es que antiguamente se…
¿Te habían hecho lo de los libros?
No.
Eso mi padre me había contado.
Eso es otra generación anterior.
Es la regla, ¿no?
Que poner los dedos así…
Eso…
A mí no me pasa nada.
No, eso no, eh.
No.
Entonces, ¿tus padres te trataban mal?
No era tratar mal.
Yo creo que era más dejadez y mala hostia.
No era de…
Soy un padre maltratador, controlador, que tengo a mi hijo aquí sentado, estudia, pam,
pam, pam…
No era eso.
Era en plan…
Yo estoy con la droga, voy, vengo, estoy mala hostia y lo pago con él, ¿vale?
Pero no es que sea un maltrato…
De llegar y pegarte palizas.
Sí, eso es.
De llegar y pegar palizas un menor, ¿no?
Que se le cruza…
Le pillas de mala hostia y te mando la mierda.
Pero no es en plan de solo venir a pegarte y puntualizarlo, ¿no?
Ehm…
Tienes 6-8 años y vives esta situación.
¿Cómo sigue?
Pues, los siguientes recuerdos que tengo es que me voy a vivir con mi abuela, ¿vale?
Donde me voy con mi abuela, me voy con mi abuela, con mi abuelo y con mi bisabuela.
Como no estaba viva y hago…
Sí.
Entonces, bueno, mi abuelo estaba con tubos de oxígeno.
Hostia.
Con esto…
Estaba todo el día sentado en un sofá.
Estaba jodidillo.
Muy jodido.
Y…
Mi bisabuela estaba muy cuerda.
Mi bisabuela murió con 92.
Estaba muy, muy cuerda.
A parte, me llegaba…
Toma, toma.
Como te digo que te van a dar un euro y así te van a pasar porros las abuelas.
Te hacía el pase, ¿no?
Toma, toma.
Toma 100 euros.
100 duros, ¿no?
No, 100 pesetillas.
100 pesetas.
Y tal.
Y…
Bueno, pues me fui a una habitación allí.
¿Te recuerdas si te fuiste porque tu abuela te reclamó, porque tu madre te murió o no?
No tengo ni idea de lo que pasó.
Me enteré después.
Resulta que mi abuela denunció a mis padres y les quitó la custodia.
Normal.
Luego la patria potestad o cómo se diga.
No sé la diferencia de una a la otra.
Entonces, yo pasé con mi abuela.
Mi abuela trabajaba en Griñón, o sea, como a 40 y pico kilómetros de Madrid.
Ella trabajaba de cocina o almacén, de un sitio como de retiro espiritual para el Opus
Day.
Hostia.
Entonces, ella era la que se encargaba.
Ella era la encargada, por así decir.
Ella era la que se encargaba de que la despesa estaba bien, de que se cocinara y de que las
camas estuvieran hechas.
¿Qué tanto vida?
Tiene un punto, eh.
Curioso.
El Opus Day ahora, eh.
Sí.
De hecho, bueno, mi abuela me metió en un club de fin de semana del Opus.
Del Opus Day.
Sí.
De que se bautizaba y esas cosas.
Sí, claro.
Religioso ahí.
Católico, apostólico y romano.
Es lo que pintaban en esa época, ¿no?
Claro.
Sí, sí.
Y, bueno, pues entonces mi abuela, como trabajaba de lunes a viernes, yo me iba a un colegio
internado que estaba en San Francisco de Osales, no sé si lo conoces, en Guzmán el Bueno.
No.
Bueno, Colegio del Amor Misericordioso se llama.
Y de monjas.
Sí.
Tú llegabas el domingo por la noche y tú ibas el viernes por la tarde.
Ah.
Vale.
Entonces, bueno, pues era…
O sea, había llegabas ahí, dormías y, bueno, por la mañana saclase, luego por la tarde
un poco de recreo, hora de estudio, recreo, cena y a dormir.
¿Qué tal era el ambiente en ese colegio de monjas?
Pues como todo el ambiente en cualquier colegio, al final…
Cualquier colegio hoy…
No sé si hoy en día, ¿no?
Pero en mi época es como la cárcel, o sea, es la vida el más fuerte, hay que marcar
territorio…
Había bullying, había lo que hoy se llama, que antes no se llamaba así…
Pero como en cualquier colegio, ¿no?
Todos, claro.
Yo creo que tú también lo habrás vivido eso en la época y, al final, pues era como
la idea más fuerte.
Si se pegaban, aquí no pasa nada y tu padre nos enteraba o tu madre nos enteraba porque
aquí no ha pasado nada y ya está.
Y llegaba la monja y te he pegado dos capones y era lo normal en la época, ¿no?
Y bueno, pues ahí estoy como de segundo hasta sexto de GB.
Bueno, antes voy al Jaime Vera, que es el que estoy en primero y segundo, creo.
Y ahí me pasan segundo al otro, al internado, porque mi abuela tenía que trabajar.
Y luego ya estoy hasta sexto, más o menos.
Sexto y séptimo y octavo voy a uno de Jesuitas en frente a la embajada en Manicana, en Madrid,
Serrano con Maldonado, donde murió Guerrero Blanco, donde cayó el coche, fue al patio
de mi colegio.
Ahí.
Hostia, ¿qué dices?
¿En el patio, patio?
Sí, estaba la placa dentro del patio.
Luego…
Le vas a que ese colegio ya no existe.
Hostia.
Sí.
Lo llamamos titular de atentado en atentado.
Sí, porque tú también.
Bueno, ya hablaremos luego, porque también te he visto una experiencia, bueno, cercana,
¿no?
Sí, en el colegio.
En el colegio este internado, pues, en frente a Estrategoría Civil, no recuerdo qué era,
¿no?
¿1988, 90, 92?
Pero, pues, geodeeta.
Sí.
De hecho, en mi barrio había policía militar, porque mi barrio era militar.
De hecho, mi abuelo era militar.
Hostia.
Y la casa donde vivíamos nosotros era de los militares.
La calle… En frente del Bernabéu, Concha Espina, bueno, pues, General Perón y aquí
comandante Zorita, todas esas calles de generales eran todas esas militares.
Hostia.
Y todo ese barrio había PM, policía militar, con la bandera blanca aquí de PM, vigilando
las calles con un… Toda otra relojina metralleta en los 80, en los 90.
Hostia.
Por el tema de geodeeta, ¿eh?
Claro.
Y, bueno, pues, justo en el colegio enfrente estaba la Guardia Civil y pusieron una bomba.
Y estábamos todos durmiendo y no nos despertamos ninguno.
Ni uno.
Ni uno.
No nos enterasteis ni uno.
Ni uno.
O sea, cuatro carriles, dos para arriba, dos para abajo, aquí una bomba, toda la esquina
del edificio caída, en frente todos los chavales durmiendo, las persianas salidas,
todos los cristales reventados… No se despertó ni Cristo.
A día de hoy sigo pensando que nos echaban en la sopa.
Sí, sí.
Es que ¿qué pasa aquí, tío?
O sea…
Es raro que no hubiera ni uno que estuviera con el sueño más ligero.
Ni uno.
O estaba reventado.
Sí.
O hostia.
O no se habían echado algo en la sopa.
Se habían echado.
Sí, ¿no?
Un tranquimacín ahí para dormir.
Para que no ireis por culo por la noche.
Eso es.
¿Había mucho salseíto de noche o qué en esos colegios, en este internado?
Sí, sí.
Mi imagen de internado siempre tiene ese puntillo de picarón.
Sí.
¿Chicos chicas o solo chicos?
No.
Chicos en una ala y chicas en otra.
Vale.
Sí que es verdad que empiezas a descubrir tu sexualidad con otros chicos, te enseñas,
te tocas y tal.
¿Todo esto lo viviste?
Sí.
Y yo lo he contado en mi canal.
Sí, sí.
¿Mutuamente también?
Sí, mutuamente.
Me tocaba y todo eso.
He tenido relaciones con otros...
No relaciones, pero sí como saber qué es.
Descubrimiento sexual con otros niños.
Descubrimiento con otros niños.
Ajá.
Y también teníamos guerras por las noches.
O sea, era en plan...
Esto era como una L, ¿no?
Ajá.
Aquí las monjas y aquí las chicas, ¿no?
Sí.
Entonces, en esta parte aquí eran tu habitaciones, uno se ponía aquí a vigilar y la contraseña
era más menos.
Entonces, todos los demás hacíamos como unas tinieblas, pero con calcetines pegándonos
y tú en los calcetines metías dentro una camiseta.
Sí.
Entonces, hacías como una bolea, yo que sé.
Ibas pegando a los demás.
Entonces, era un tos contra todos.
Ibas por mitad del pasillo, al que veías, pun en la cabeza, ¿sabes?
Hostia.
Eso en plena noche.
En plena noche.
Dos de la mañana y cuando llegaba la monja, más menos, más menos, y todo el mundo corriendo
a su habitación.
Y aquí no ha pasado nada.
¿Y nos pillaban?
No nos pillaban.
Hostia.
Porque realmente te tendrías que quedar toda la noche en vela, de pie, mirando por la ventana
del baño.
¿Era castigo?
Sí.
Más de una vez, me quedaba toda la noche en vela, mirando por la ventana del baño,
que era justo a la carretera de San Francisco de Sales.
Sí.
Hasta las 6 de la mañana.
¿Pero cómo te controlaban?
Luego, llegaba la monja, la mujer estaría rezando y dice, anda, para la habitación.
Dormías dos horas y para clase.
Hostia.
Sí.
Pero la guerra había valido la pena.
Depende, ¿no?
Depende.
Te dejabas llevar.
Es que no eres consciente de las cosas en ese momento.
¿Tienes buenos recuerdos por eso, de esa época, desde situaciones no demasiado?
Tengo un recuerdo bastante bonito, tío, y es de ganarme dos veces el respeto de mi
clase.
Una fue una época que me dio todas las tardes con otro chico se llamaba Felipe, que era
portugués, recuerdo.
Ajá.
Era la época de Oliver y Benji.
Uuuh.
Vale.
Y nos flipábamos todos.
Todos queríamos ser Oliver y Benji.
Claro.
Pues yo me puse de portero.
Ajá.
Yo me tiraba todas las tardes tres horas y yo me tiraba tres horas todos los días parando
penaltis.
Pero todo.
Y todo mi hijo me iba tirándome.
Pues ¿qué pasa?
Que me hice el portero del colegio.
No me colaban ni una.
Hostia.
Entonces, era…
Eh…
Partido.
Yo pido a Jonathan.
Este…
Portero.
Yo era el portero oficial, ¿sabes?
Hostia.
Y me gustó mucho, ¿no?
Porque me sentí como parte, ¿no?
O querido o apoyado por los demás.
Y luego recuerdo…
Tengo un recuerdo muy bonito de que hay que estudiarse los tiempos verbales.
Sí.
Que son…
¿Cuántos son?
¿32?
Muchos.
¿O 20?
Porque hay los condicionales…
¿Pretérito perfecto?
No sé cuánto.
Tú tampoco te acuerdas, ¿no?
De todos, no.
Vale, gracias.
No, no.
Esto te acuerdas de todos, ¿no?
Venga, empecemos.
No, pero ¿cuántos hay?
No, pero…
¿Cuántos tiempos?
Veintipico.
¿Veintipico?
De pasado, pasado perfecto, preteíto, perfecto, preteíto…
Pero luego están igual por los condicionales.
Es verdad.
Sí que hay muchos.
Claro.
Eso multiplica por dos.
Y el imperativo, quizás, también ahí tendríamos que…
Sí, imperativo también.
O sea que sí, sí, hay muchos, muchos.
Y…
Ponerlo en comentarios, que además yo sé que solo ve este podcast la gente más académica
del mundo.
Yo sé que todos tenéis mínimo tres carreras, dos de filología inglesa y española.
Todo el mundo poniendo los…
Totalmente.
Pero no tan solo que pongan el número.
Que los pongan todos.
Quiero un comentario con todos los tiempos verbales que existen en español y en inglés.
Bueno, en español, en español.
No, en inglés también, hombre.
Aquí, que estudien.
Yo, a propósito de esto, a mi chat lo llamo así, a mi comunidad lo llamo Los Pitágoras.
Los Pitágoras.
Sí, porque saben de todo.
Sí, hombre.
O sea, si yo estoy hablando de nutrición, todos saben de macros, de micros, de creatina,
de suplementación…
Si estoy hablando de coches, todos saben de mecánica.
Si estoy hablando de no sé qué, todos saben.
Yo llamo Los Pitágoras.
Y ellos…
Oye, chat, tengo que ir a…
No, cógete, no sé qué…
Y me lo solucionan, tío.
Y aciertan, ¿eh?
Y aciertan.
Al final, entre todos los sacamos.
Qué bueno.
Pues, tío, recuerdo que había un examen verbal de los tiempos verbales, ¿no?
O sea, nunca mejor dicho verbal, de los tiempos verbales.
Exacto.
Y me lo estudié el día anterior, pero en plan de que me lo estudié, ¿no?
Me senté y dije, me motiva, me lo voy a estudiar.
Y me los aprendí todos.
Bueno, pues, en la clase éramos varias filas, ¿no?
Y yo estaba, pues, al fondo de la izquierda.
Y iba el profe, levantaba el primero, tres o cuatro tiempos verbales.
Si le veía que le fallaba el…
Le ponía otro más para putearlo.
Pues eso, máximo cuatro tiempos, ¿no?
Y lo sentaba.
Pun, pun, pun, pun, hasta que me tocó a mí.
Y la gente a su bola, con su cuaderno, sus cosas.
Y en una de esas dice, yo nada más, empiezo con este, este otro, este otro.
Me terminó preguntando todos y no falló ni uno.
Claro, yo era siempre el que no iba bien en clase, el que le mandaba a dos por tres a
copiar cinco mil veces no haré esto, el que ponía alfileres en las puertas…
¿Cómo, cómo, cómo?
¿Dónde ponías alfileres?
En la entrada de la clase.
Para que no pudieran abrir la puerta y no tener clase.
No jodas.
Entonces iba antes, durante el desayuno, metía alfileres y así no podía entrar a
clase.
Se quedaba bloqueado, ¿no?
Claro.
Tenía que llamar a un cerrajero o al de mantenimiento de la época y cambiaban la cerradura y nos
perdíamos una o dos clases.
Bien, bien.
Bueno, apuntad esto, eh.
Son cosas importantes.
Y entonces, bueno, pues me los preguntó todos y automáticamente se dio la vuelta a toda
la clase y empezó a aplaudirme.
Hostia.
Y el profesor no sabía dónde meterse.
Son, yo creo, los dos recuerdos más bonitos que tengo de esa…
Fíjate que los dos están relacionados con ser tí te querido.
O apreciado por los más…
O aceptado, ¿no?
Aceptado, sí.
Al final, tú vienes de una casa en la que pasaban de ti.
Sí.
Un mucho.
Yo tengo la cosa de que…
Y lo que voy a decir, va a sonar raro, pero cuando una persona no tiene…
Eh…
¿Cómo se dice esto?
Cariño…
La aceptación de los suyos busca la aceptación fuera.
Y cuando busca la aceptación fuera, alguna gente se aprovecha y lo usa en su favor.
Sí.
Y se va a aprovechar de ti.
Porque tú tienes esa carencia que él no tiene.
Y para él tú eres una herramienta porque él lo suyo lo tiene en casa o lo tiene con
su gente.
A esto llegas a base de pensar muchos años y darle vueltas a todo.
Yo tenía mucho tiempo para estar solo, ¿no?
A mí…
Mucha gente me lo dice y dice ¿cuál ha sido la mejor época de tu vida?
Pues a lo mejor ha sido esos siete años en la calle que me han dado tiempo a pensar tanto
en cada evento de mi vida que lo he desgranado hasta el punto de decir esto pasó por esto
y por esto.
Aceptarlo, asimilarlo y pasar página.
A ver, siempre queda un poquito de dolor, pero lo aceptas, ¿sabes?
Por eso quizás también hablas todo tan libremente, ¿no?
Sí.
Y así lo estrenizas.
Luego también llegó un punto donde tú te empiezas a hacer conocido y empiezas a crecer
en redes, ¿no?
Entonces, de repente, hay gente que se cree que te va a desestabilizar soltando mierda
de ti.
Entonces, pues, me marqué un émine y dije que para que te lo cuentes tú, te lo cuento
yo.
Y lo cuento yo.
Vale.
Y empecé a hacer esa serie de capítulos de mi vida en mi canal desde el día 1 hasta
el día 3.
Todo lo que he hecho, tanto lo bueno como lo malo, para que quede ahí.
Y así que nadie puede decirme, no, es que tú…
Claro.
¿Qué has hecho, tal o no? Ya lo he contado yo, ¿no?
Te lo estoy contando yo.
¿De qué me vas a acusar, tío?
Claro.
De que he estado en la cárcel o que he robado, he atracado.
Vale, lo he hecho.
¿Sabes?
Dime otra cosa.
Entonces, bueno, pues, a raíz de eso empecé a decir, chicos, vamos a empezar estas series,
voy a contar quién soy, de dónde vengo y lo que he hecho y lo que me ha traído hasta
aquí.
Y en esas estamos, bueno, ya voy por el capítulo, 20 y tantos.
Pues, hacer 130.
No, yo creo que le quedan 10-12.
10-12 aún.
No sé.
Uh-huh.
Vamos por el 2008, pues, hasta el 2015, 2016.
Más o menos.
Bueno, aquí desgranaremos un poquito también, eh, cositas.
Sí, sí.
Tenemos spoilers.
Vamos.
Bueno, estábamos en el coleste, ¿no?
En la época del internado.
Hay algo que has comentado y me parece muy curioso, que es el nacimiento de la sexualidad
en un internado donde tú estabas, sobre todo, con chicos.
Y eso seguro que mucha gente.
Ahora no.
Pero de la época lo habría vivido.
Hay mucho tabú.
¿Te has fijado que hay mucho tabú sobre este tema, no?
Sí.
¿Crees que era algo común que tanto chicos como chicas, entre ellos mismos, probaran
la sexualidad, se tocaran…?
Yo creo que sí, ¿no?
Uh-huh.
O sea…
Yo llegué de un colegio normal, de chicos y chicas, y no había ningún tipo de cosas
de estas.
Pero es que tampoco convivías.
Porque no es un internado.
Es que era un internado.
Claro.
Ahí es la diferencia básica.
Pasas noches, pasas horas y horas sin nada que hacer.
Y mucho tiempo solo, porque al final no hay un tutor encima.
Claro.
Todo el… La monja o el cura o el que esté ahí rigiendo, lo único que haces es…
Hora de cenar.
Ya está.
Hora de tal.
Revisa que está todo bien.
Claro.
Y ya está.
¿Te acuerdas del primer momento en el que tuviste un contacto con otro chico, que empezaste
a preguntarte…
Oye, ¿esto cómo va?
¿Qué es?
Eh… Sí.
En mi habitación, éramos cuatro o cinco, y cuando se apagaban las luces y tal, nos íbamos
al baño, nos mirábamos y esas cosas.
Uh-huh.
¿Crees que el hecho de separar por géneros es algo negativo y que afecta a las etapas
posteriores?
Uh…
A ver, yo creo que sí.
Que sí.
Yo creo que sí, porque como que le coges miedo al otro género, ¿no?
O timidez.
Puede ser.
¿A ti te pasó?
Sí.
Te notabas que no interactabas también con chicas.
A ver, es que siempre he sido muy introvertido.
Vale.
¿Qué lo dirías?
No.
Es que es totalmente… O sea, para una caña o tomar algo o saludarnos, sí.
Pero al momento en que ya hay un componente emocional, no, en mi vida no entras.
Y soy así.
Cuesta mucho.
No, es que no lo acepto.
O sea, no, porque estoy bien.
Me gusta estar solo.
He aprendido a estar solo, me gusta como estoy yo y mi perro y no necesito tener…
Al final, siento que en algún momento me voy a defraudar o voy a sufrir, entonces prefiero
estar como estoy.
¿Ese es el motivo?
El miedo a que acabe pasando, acabe sufriendo.
Sí, o no volver a vivir situaciones por las que no quieres volver a pasar.
Por ejemplo.
O sea, no quiero volver a… No sé.
Tener esa expectativa de… Con una pareja o…
El desamor, ¿no?
Por ejemplo.
Discutir o tener que darle cuentas a alguien, ¿sabes?
Entonces, solo estoy bien.
¿Y no crees que eso te puede privar de una buena oportunidad para algo mejor?
¿Lo has pensado alguna vez?
Bueno, pero como estoy, estoy feliz.
O sea, no lo sé.
Es que tampoco a lo mejor tengo esa capacidad de saber vivir en pareja.
Es que lo he intentado varias veces y ha sido nefasto.
No lo sé.
Entonces, como no me veo capaz de ello, estoy bien como estoy.
Oye, se puede dar algo de conocer a alguien, quedar…
No sé.
Pero tú en tu casa y yo en la mía.
Eso sí.
Te costaría ver el tema de, vamos, los puntos…
Convivencia.
Ni de coño.
Cuando lo has intentado no ha funcionado bien.
No, es que tampoco quiero vivirlo.
¿Lo has llegado a vivir alguna vez?
Sí, una par de veces.
Y como mejor estoy solo…
No es lo tuyo.
No.
Mejor estoy solo con mi espacio y mi movida, ¿sabes?
¿Crees que hay casi como una obligación social de comunidad de que el formato de una
persona adulta es acabar con una pareja y que si no, para la gente se ve como incluso
un fracaso?
¿No tendría que ser así?
Sí.
De que la soledad, que no es lo mismo que estar solo, porque tú seguramente no querías
estar con alguien, pero tú no estás solo, tendrás tus amigos, conocidos…
Eso es.
… chicas random…
Y parece que esto es como la opción que la gente tiene miedo de acabar así.
A ver, es que también…
Todo nos lleva a ello, ¿no?
Hollywood.
Es como el ideal, ¿no?, de estudias, haz un máster, trabaja en Microsoft, comparte una
casa en las afueras, comparte un monovolumen y tenijos.
Claro.
Pero no hay un labrador.
Y…
La vida prototípica, ¿no?
No.
Y al final puede ser, pero yo a lo mejor no sé lo que quiero, porque no sé lo que quiero,
pero sí sé lo que no quiero y sé a día de hoy por lo que no quiero volver a pasar.
Entonces, son cosas que las voy vetando de mi vida y por ahí cada vez me voy encontrando
mejor.
Oye, a lo mejor no es lo ideal, bueno, según quién.
Porque a mí me funciona y me está funcionando.
La mejor época de mi vida es cuando más solo he estado.
Entonces, es cuando mejor me siento.
Si tú eres feliz estando en pareja, llevando esa vida prototípica, como tú dices, perfecto,
pero yo soy feliz así.
Entonces, no me tienes por qué obligar y mucha gente en el chat te lo dice.
Joder, Johnny, ¿para cuándo una pibita o para cuándo una pareja o para cuándo…?
¿Por qué?
Claro.
¿Por qué?
O sea, tengo que estar…
Pero todo el mundo está con eso en la cabeza, ¿sabes?
Sí, puede ser.
Al final, creo que por ahí vendrá la frustración de mucha gente.
Llegará una época en su vida o en su madurez que dirá ¿dónde coño estoy?
Bueno, pues yo me voy conociendo a mí mismo a estas edades.
Pues me imagino que la gente, en vez de ponerse a pensar en sí misma más pequeño, antes
de ir por la vida corriendo así como los cabestros, tío, así, pum, mirando para adelante
solo, cumpliendo metas que te imponen otros, sin conocerte a ti mismo, sin conocer bien
tu sexualidad a lo mejor o saber lo que quieres en la vida.
Es que muchas veces la gente llega a 18 años y dice ¿qué estudio?
Sí.
Y empieza una carrera y la deja y tal y frustración y a eso se le junta una pareja porque con
18 años hay que tener novia y tal… Entonces, no sé, creo que estaría mejor pasar más
tiempo solo o educar más desde el autoconocimiento personal, de que cada uno se vea a sí mismo
y diga qué es lo que le apetece de verdad.
Es una legato a favor de estar solo y es curioso por eso que dices eso en la época en la que
estamos más conectados socialmente que nunca o incluso tú, que llevas mucho tiempo ofreciendo
un contenido…
24 horas.
¿24 horas?
Sí.
Que es estar conectado con gente y gente que se conecta a ti, es verdad que físicamente
quizás no, pero igualmente hay una conexión social ¿no?
Sí, hay una relación parasocial.
Bueno, al final, yo entiendo que esas relaciones se crean cuando tú ves tanto a una persona
que sientes que es tu colega, pero realmente no es tu colega, o sea, realmente tú eres
un espectador, yo soy el que entretiene.
¿Te rompe la barrera? Sí, pero tú también tienes que hacer por tu parte para que eso
se vea que no, gente que te dice que te ha hablado en Instagram, bueno, pues no atiendo
mensajes privados, no respondo ni a chicos ni a chicas por Instagram, ni mensajes privados
porque…
¿Te gusta aparcar diferencia?
No, y aparte creo que es ser más profesional, para no romper esa barrera, oye, es mi trabajo
y tal, entiendo que la gente pueda confundir ese término, ¿no?
Pero intento a mi comunidad decir eso muchas veces, chicos, esto no es así, esto tal…
De hecho, hay un vídeo de Luzwik muy bueno que se llama No Soy Tu Amigo en inglés, ¿no?
y es hablando de esto, de cómo la gente rompe esa barrera porque se sienten inspirados por
ti muchas veces…
Sí, no es con mala fe.
No, no es con mala fe.
No es con malicia ni con ganas.
No es con mala fe o…
Pero es real.
Una vez me dijeron esto, dice, Johnny, es que tú no te das cuenta que a lo mejor eres
el puerto o el faro para mucha gente, que a lo mejor no saben qué quieren con su vida,
no saben cómo salir adelante y lo entiendo, pero tampoco puedo yo cargar con toda esa
presión de, ¿sabes?, de intentar responder por ellos o dar el consejo de su vida porque
no puedo, porque me ha costado a mí mucho encontrarme a mí mismo o cada día lo hago
para intentar superarme como para ocuparme de todo, ¿no?
Entonces, sí, yo hago ese contenido 24-7, pero intento separar bastante, ¿vale?
Y esto todo tiene un objetivo y unos horarios y me hago mis diferentes secciones durante
el día.
¿Me cuesta hacerlo?
Sí, porque al final es un esfuerzo físico y mental.
Joder.
Te digo.
Yo soy entrenado.
Entonces, a lo mejor creo que soy la persona para hacerlo, porque cada uno tiene que hacer
las cosas en función de sus skills y sus habilidades y lo que sea capaz de aguantar.
Y tú lo haces ya después de conocerte muy bien a ti mismo.
Exactamente.
Venías de siete años de calle, que ahora volveremos a tu vida, y empiezas cuando ya
tienes autocontrol sobre ti mismo, te conoces perfectamente, sabes en lo que eres bueno
en lo que no, en lo que te apetece… Bueno, voy aprendiendo.
Y aprenderás cuando tengas 80.
Totalmente.
Y todos.
Nunca es tarde para aprender.
Pero si quieres decirte que no todo el mundo ha estado años analizándose a sí mismo.
Casi nadie, de hecho.
Bueno, es que al final hay que tener tiempo.
Claro.
Claro.
Es que tú imagínate con un sueldo de 1.500 pavos, pagando un piso de 800-900, trabajando
ocho, nueve o diez horas si eres camarero, cinco días, seis días si eres camarero,
transporte hora para arriba, hora para abajo, a la que quieras quedar con un colega…
¿Qué tiempo tienes?
Es que la gente va, tío, a mil por hora.
Y se le suma eso… Que quieras o no, yo que nos dedicamos a ello.
Pero es parte del problema, para mí, que el poco tiempo libre que tiene mucha gente
lo gasta a veces en contenido vacío que está en Internet.
Pero también la gente necesita evadirse, ¿no?
Sí, pero a veces no solo se va a irte viendo una tía bailando en TikTok.
¿O sí?
A lo mejor es más negativo en ese sentido.
Creo que el contenido…
Pero a lo mejor es poner la mente en blanco.
Ya, pero yo me acuerdo que hace unos años había tiempo para todo, para entretenerte,
pero también había tiempo para imaginar, para pensar… Hoy en día la gente no imagina.
La gente está constantemente pegada a la pantalla, del ordenador, del portátil, de
la tele, del móvil… Constantemente, no hay momento para la imaginación.
Cada vez se lee menos, por lo tanto estimulas también menos una imaginación de algo escrito.
Yo creo que tenemos un problema, es que es un extremo, o sea, hemos pasado de un extremo
al otro completamente diferente.
A ver, si dices en el típico de «chaval con vida estándar…», ¿seguro?
Sí, una persona normal de vida estándar, vamos a ver.
El perfil estándar puede ser… Lo que pasa es que yo, en mi caso, he tenido tiempos
de… Llaman los siete años en el Tíbet, ¿sabes?
Tiempos de nueve meses en la cárcel, mucha lectura, a dos libros semanales, otros nueve
meses en la cárcel, otros dos libros semanales… Otra vez que estuve en un centro, un montón
de libros, jugar al ajedrez con otras personas y tal…
En la cárcel… Perdón, en la calle me he leído un montón de libros también, me iba
a la cuesta de Moyana y me los pillaba de segunda mano, un euro, dos euros, y me he
leído el Quijote en la calle, ¿sabes? Los dos libros.
Claro.
Entonces, sí, pero porque yo a lo mejor he tenido ese tiempo, pero es que he tenido que
pegarme la hostia más grande del mundo para tener ese tiempo.
Es que si tú nunca has tropezado y te has visto en esa, a lo mejor va a hacer falta
que te dé una crisis de ansiedad, vayas a la parte psiquiátrica del Hospital X y te
haces seis meses ingresado para serenarte y relajarte. Y a mucha gente le pasa eso también.
Sí, no, y en el último podcast hablamos en Tertulia de que para mí está habiendo una
crisis de salud mental sin precedentes y como no se había visto nunca, sobre todo en edades
infantiles y en gente adolescente.
Sí.
De hecho, la noticia que más me impactó quizás de esta semana fue una de que el bloque
entero de un instituto, de la dirección de un instituto ha dimitido porque hay 15 personas,
15 chavales, chavales con conductas claramente suicidas.
Quince. Estamos hablando de un instituto. O sea, de gente de 12, 13, 14, 15 años. Y
eso indica algo. El otro día, de aquí cerca, además, dos niñas de 12 años intentaron
suicidar. Yo estoy viendo algo y creo que tiene que ver un poco esta hiperconectividad. ¿Tiene
cosas buenas, muy buenas? ¿Tiene cosas que creo que nos están saturando un poco los
estímulos y están…?
Yo al revés. Yo creo que los chavales de ahora… Porque yo, donde dormía en la calle,
en la plaza, conocí un montón de chavales de 15 años que han empezado a patinar, han
empezado a hacer su primer grupo de amigos y les he visto chavales mucho más conscientes
de su salud mental que tú y que yo. Y mucho más decididos a hablar con sus padres de
decirles que se encuentran mal. Yo eso sí lo he visto.
Yo veo lo contrario. Veo que… Veo… Quizás son conscientes, pero el problema es que tienen
problemas mentales.
Bueno, ¿crees que lo mejor antes te lo callabas? ¿Ibas con un tramo patado a tu vida o te pega
el chispazo?
Yo tengo la sensación de que… Y no es la típica conversación de nuestra época era
mejor porque en nuestra época había cosas mucho peores que ahora, pero tengo la sensación
de que los adolescentes y la infancia de hace unos años, de una vida normal, vamos a poner
todo en el estándar.
En el estándar, sí.
Por supuesto.
Familia media, padres trabajadores…
Familia media, padres trabajadores, no les falta nada, tampoco les sobra. Lo normal,
lo típico.
Normal.
Pero yo tengo la sensación de que teníamos muchos menos problemas, de que había mucha
menos comparación social, de que había mucho, mucha, mucha menos presión social. Hoy en
día, la presión está global.
Antes, esa presión la tenías con tus cuatro compañeros de clase.
Sí.
Hoy en día, la presión la tienes con un tío de California que acaba de subir una foto
y dices, yo no soy como él o yo no tengo la novia que tiene él. Y a lo mejor tienes
13 años o la niña que está triste porque se mira en el espejo y dice…
No, es que es una comparación social que no existía en nuestra época y que ahora
es no tan solo muy fuerte, sino que también cuantificada con likes. O sea, tiene un número.
Sí.
A mí no me da muy buen rollo, no me da muy buena espina eso.
Hostia, a ver…
Y está habiendo una oleada de problemas de suicidios infantiles, adolescentes que yo
no había visto en mi vida en estos dos últimos años.
Pero a lo mejor antes no se hablaba tanto, ¿no?
Podría ser que ahora se hable más. Pero no sé, es la sensación que a mí me da.
O que se tapara más.
Es que al final no se habla de ello nunca. Porque dicen que no queremos hacer efecto
llamada. No interesa hablar de ello, a lo mejor. Es que resulta que de cada dos personas
que van a un centro de salud a buscar atención mental, o sea, salud mental, una no recibe
tratamiento o no recibe el adecuado.
Ah, bueno, eso es una locura.
O sea, es que ahí…
Tratamiento de salud mental es muy…
Es ambulatorio, primero se medica, no es uno a uno, están saturados…
Se dan hora para medio año. Dos meses, tres meses.
Sí, sí, sí.
Si no, tiene que ser de pago.
Entonces, es que venimos…
O sea, es que venimos de la época de el macho alfa, ser un líder conquistado, lobo de Wall
Street. Y ahora hemos pasado a lo otro, pero pan, de una hostia.
Y no ha habido una transición, ¿sabes?, como sociedad, creo yo.
No, en cinco años se ha cambiado el mundo.
Ah, eso voy. Pero totalmente.
Es así como ¡pum! No sé, yo, de repente, tenía un Nokia 3310 y, de repente, le vi
a mi compañero tener un iPhone, el primer iPhone que tenía yo, me lo daba y yo hacía
así y veía una bola que se movía por un agujero y digo ¿cómo se hace esto?
¿Dónde está el Snake? ¿Dónde está la serpiente? A ver, ¿cómo puedo jugar a esto?
Literalmente. O sea, yo, de repente, estaba con un móvil de mierda y mi jefe aparecía
con un iPhone y yo… ¿Qué es esto, tío? No, no, mira, mira, mira. Juega, juega.
Y yo miraba así la bola, la podías mover y…
Y flipabas.
Y yo digo ¿qué cojones es esto? ¿Sabes? Esto es táctil.
¿Dónde está el número? ¿Dónde está el 8?
¿Dónde están los botones?
La famosa fue un cambio brutal. El mundo ha cambiado de una barbaridad en muy pocos años.
En muy poco. En muy poco tiempo.
Yo tuve internet la primera vez con 28 años.
Hostia.
Con 28 años tuve mi primer ADSL.
Guau.
Una semana sin dormir.
Me hice… ¿Cómo se llamaba…? ¿Tú te acuerdas del Second Life?
Sí, creo que de hecho aún funciona. Yo nunca he jugado, pero es muy famoso.
Es el enganche que me pega al Second Life ese.
Estabas ahí metido, ¿no?
Ahí interactuando con la gente. Era como un mundo virtual.
Creo que aún funciona, diría. No lo entendía bien, pero mi colega era
DJ y el otro tenía una tienda de coches y…
El metaverso, amigos.
Era venir a trabajar y meterme ahí, tío. Me tiré una puta semana sin dormir, tío.
Casi yendo de Empalme a trabajar. O sea, dormir dos horas.
Con un vicio que flipas. Y lo terminé aquí teando.
Porque no era bueno para el cuerpo. Pero se me pasó lo mismo con TikTok.
¿Sí? Me instalé TikTok un día viviendo en la calle,
cuando recién empezaba con el canal. Me lo instalé a las 11 de la noche
y me lo desinstalé a las 6 de la mañana.
Del tirón, porque no había esparo de ver. Sí.
Me enganché a una chavala mexicana contando chistes.
Empecé… Jajajaja, jajajaja. Uno a otro.
De repente… Las 6 de la mañana. Hasta fuera.
Las redes están en casa para… Para atraparte.
Las compañías de redes… Todas, eh. No hay una peor que la otra.
Contratan a psicólogos para… Pues todo el tema de adicción.
Especializados en adicción. De hecho…
Que han trabajado en casinos, en estos tipos de sitios.
Para hacer algoritmos que sean lo máximo adictivos.
Porque son plataformas gratis donde está el dinero.
En el tiempo de retención que estamos, en los anuncios que te cuelan, etc.
De hecho, eh… Ya no hay algoritmo.
Ya es todo inteligencia artificial. Sí.
Y ahora ya va en función de la retención.
De hecho, el más bestia que hay en YouTube de retención por vídeo es MrBeast.
Consigue un 80% de retención en cada vídeo.
Y está trabajado. Y está estudiado en cada vídeo.
Cada momento en el que se dice el guión y todo.
Es un vídeo. Para ese vídeo, pum.
De principio al final, un 80% de la gente lo vea.
El que le da clic, de cada 180, lo termina en el vídeo.
Claro. Pues es un poco eso.
Y cada creador lo busca por su parte.
Y las plataformas más.
Y las plataformas van a recomendar el contenido que más retenga.
Claro. De igual.
Ahora los followers dan igual, ahora los seguidores dan igual.
Ahora lo que le interesa es la retención.
¿Eres capaz de hacerme un vídeo de dos minutos
que la gente se lo vea un minuto y medio?
Lo recomiendo a toda la plataforma.
Y así funciona.
Entonces, claro, las plataformas saben lo que hacen,
que es buscar retención, a la gente le dan lo que necesitan.
Pero yo sigo pensando que no es que la gente
esté gilipollas o diga tal.
Yo creo que la peña, muchas veces, necesita poner la mente en blanco
y hacer así y olvidarse de su tristeza, tío.
Yo me he drogado para hacer eso.
Para alejar la mente en blanco.
Yo me he drogado para estar sin pensar en otra cosa.
Es que yo creo que esto es una especie de droga.
Y te hace evadirte y no pensar en tus problemas, tío.
Ni en tu existencia ni en tu vida.
Nos están volviendo adictos a la conectividad, a los teléfonos.
La gente es adicta ya.
A lo mejor todos los somos o casi todos los somos.
Ya. Para mí no es bueno.
Es una sociedad que nos ha convertido en junkies de algo.
No, para mí es atorcida.
Ya. No hay nada perfecto.
Nunca habrá un formato perfecto y eso es evidente.
Pero ¿y qué?
¿Qué es? ¿Qué vía de escape tiene la persona
que está jodida de la vida?
Que la única forma de evadirse es esa.
Claro, yo le diría otra.
Sería desde el deporte hasta el...
Pero no todo el mundo es tan macho alfa como tú.
No, pero puedo hacer una chica de 12 años
hacer deporte y poder ir a correr.
Pero es que no tiene el hábito, tío.
Pero se tiene que ayudar a tener hábito.
O a lo mejor necesita un empujoncito.
A mí me parece perder el tiempo.
No todo, pero hay mucho contenido que es perder el tiempo.
Sí, estoy de acuerdo y muchas veces...
Y me gusta perder el tiempo.
Sí, pero...
Pero no estar adicto.
Que la gente pase una hora en la cama con el móvil
cuando se tiene que dormir.
Pero todo el mundo a lo mejor es tan metódico como tú y tan...
Yo no soy muy metódico.
Me refiero a que es tan consciente de ello como tú.
Ah, pero por eso se tiene que hacer conciencia.
Eso sí.
Que todo esto sea gratis tiene un coste.
Obviamente. Algo estamos pagando.
Y pagamos con nuestras adicciones y con nuestro tiempo.
Y también con tu salud.
Con las horas que ves anuncios.
Me da pena ver a una pareja sentada que no se miran a la cara.
O en un restaurante.
Me da pena. Y te lo digo en serio.
A menos tener una conversación.
Si te interesa más lo que tienes en la pantalla que lo que tienes delante...
Sí.
Esto se ve mucho ya. Un grupo de amigos en una mesa.
Todos así.
Y vas a un parque y están los chavales en cada uno con su móvil.
Es muy interesante este debate.
Hay dos visiones de la vida moderna actual.
De estos últimos tres, cuatro, cinco años.
Es que me explota la cabeza de nuestros debates porque me parecen mega interesantes.
Y esto va a ir a más.
Ahora con inteligencias artificiales que nos van incluso a dar más herramientas
para automatizar cosas.
Bueno, ¿pero viste lo de las influencers chinas?
Las que estaban en la calle.
Que...
Sí, lo hablamos hace dos semanas.
Estaban ahí en el suelo, en una calle que tenía buen algoritmo.
Para tal y todo.
El TikTok chino tiene el siguiendo, el para ti y el en tu zona.
Claro.
Y en tu zona las chicas se ponen cerca de la zona de los ricos
a ver si le llegan más bits o donaciones.
Ajá.
Y... Era distópica la imagen.
Y ves una calle de streamers al lado de la zona de los ricos
ocupando una zona entera con oro de luz y teléfono.
Todo por buscar vivir de ello.
Sí, sí. Curioso.
Es una imagen curiosa. Vale.
¿Cuántos millones de canales hay?
En Twitch. Muchísimos.
Por lo menos 7, 10, 12 millones de canales.
¿Cuánta gente...?
Porque en Twitch sí que es triste.
Tú haces así scroll para abajo.
¿Cuánta gente hay con menos de 20 viewers?
Tres viewers, un viewer. La gran mayoría.
Años intentando ser streamer.
Claro.
¿Cuánta gente hay con canales que nunca van a monetizar en YouTube?
La mayoría. Intentándolo.
Es que es lo que hay, tío.
Al final...
Es difícil, es duro,
pero el conocimiento te va a dar la madurez
y las hostias que te pegas.
Y vas a aprender de tus errores.
Yo he aprendido de mi soledad
que, por desgracia, he vivido.
Pues cuando otra persona
llegue un momento de hasta pollismo,
que diga hasta aquí no llego,
dirá ¿qué estoy haciendo con mi vida?
Pero tú has encontrado
tu forma hace unos años
o yo hace unos años
y cualquiera que haya salido de ello
sea más consciente, hace unos años.
Pero es que a un chaval de 15 años
no sabe ni lo que estudiar, tío.
¿Qué va a hacer? Y todo lo que dices tú,
influencia. Es que está el rapero de mi barrio
que va con un coche
alquilado vendiendo una vida.
¿Qué tal? Pero yo me lo creo
y pienso que es verdad.
Y se venden imágenes y se venden...
Se venden una mentira.
Sí, muchas mentiras se venden también.
No solo la gente famosa. Lo triste es que la gente anónima
también bien de mentiras.
Hemos hablado de los filtros aquí, que es una locura.
Ya directamente ha habido un aumento
de operaciones de cara,
de estética. No me acuerdo
del porcentaje, pero era elevadísimo los últimos
dos años debido a los filtros.
Los filtros están provocando una disonancia
entre la imagen que te ves
o una foto normal y el filtro.
Hay muchas chicas que ya solo
se hacen imágenes con filtro.
No verás una imagen sin filtro.
Aunque sea el filtro que te alisa un poco,
se cambia la cara. Pero el típico que te
quita las ojeritas... Sí, te afina la barbilla.
Pues se ve que están
las operaciones de barbilla, de nariz,
de antiojeras,
el ácido y el urónico. Todo esto
está que flipas aumentando. A ver, a mí me mola.
Los he probado y tal, pero no me veo
haciendo una foto directa.
Bueno,
que nos hemos ido totalmente. Vale.
Volvamos a tu vida.
¿Dónde estamos? Mira, estábamos en el
internado de monjas.
Pasa los años. Sexualidad, tal.
Claro, todo esto. Pasan los años.
Y de ahí, cuando sales de ahí...
De ahí voy a
los jesuitas de Maldonado.
Sí. Y donde lo de Guerrero Blanco
que te he contado. Ahí estoy
dos años. Sexto, séptimo y octavo.
Sexto, lo repito. Sexto de GB.
Sextimo y octavo. De ahí voy
al instituto de mi barrio, al Pablo
Sexto, en Braumurillo.
Vivías con tu... Abuela.
Seguías con mi abuela. Y ya no estabas
internado. No. Tú ibas cada día
a tu casa. Sí, al instituto y volvía.
Desde sexto dejo de estar
internado. Vale. Ya tengo
trece o no sé cuántos. Y ya
puedo coger el autobús y volver.
Y bueno,
pues ya empiezan
a pasar cosas. Ya empiezan
los porros, ya empieza
el barrio.
Robo una moto con otro colega del barrio.
Me pillan... ¿Cuántos años
esto? ¿13, 14? 14,
15. No me acuerdo. ¿Te acuerdas
la primera vez que pruebas una droga? Sería un porro,
imagino. Fue un porro, sí. Fue con
13, 14. 13, 14.
Porque en aquella época mi abuela
estaba operada de riñones. Estaba muy grave.
Y yo, cada fin de semana,
que salía del
anterior,
del internado,
me iba a casa de unos primos.
Entonces,
con mi primete
Pablo y tal, pues bueno, ellos
ya eran más...
Eso y lo probé.
Probé lo que es el cannabis, los porros,
el polen y tal.
Drogas duras no. Luego en el barrio también lo probé
más veces. Pero no era consumidor
habitual de ir a comprar
y consumir. ¿No te habías enganchado al cannabis?
No, era esporádico.
Muy esporádico. Si alguien tenía
o se daba, pues...
Pero no era de consumir. Vale. Vale.
¿Cómo llegas a robar una moto?
¿Cómo funciona
la cabeza en ese momento para decir...
Estoy en una época en que en el instituto
ya todo funciona de otra manera,
ya la gente va marcando más territorio.
Está el grupo de los Skins,
el grupo de los Bacalas,
el grupo de los Malotes,
uno vende perico... En los 80
esto, ¿verdad? En los 90. ¿Principios de los 90?
Sí, principios de los 90.
Se movía todo eso, ¿no?
La gente iba al instituto en moto.
¿Te acuerdas? La gente se compraba
su motillo, iba de malote con su plumas
y tal, ¿no? Esa estética, ¿no?
Sí, a partir de los 15 era que se podía
tener moto ya. Sí.
La gente iba con su moto de 50
tuneada, con su
Pedro Gómez, con su
pedazo de plumas de 500
pavos...
Entonces, bueno,
ya se... Ya
me empiezo a meter con ese
mundo, ¿no? Empecé a ir con uno, con otro
cambio bastante de grupo. Vale.
Al final me junto con otro, ¿sabes? Se llamaba
Tan Como Yo y nos vemos
en los bajos de Orense y nos encontramos ahí
un tifón. Lo partimos
el bloqueo, le hicimos ahí...
Le quitamos la tapa delante y no lo llevamos.
Y bueno... ¿Fue como juego
o queríais revenderlo? Niña
niñatada. Niñatada.
Niñatada. Luego otra vez cogí
íbamos...
Yo salía del instituto
del Cumbre.
Ese instituto
iba por Cuzco,
que era, y me encontré...
Iba con dos chavales también, que la liábamos
bastante. Y vi
un Vespino con las llaves puestas.
Pues cogí lo arranqué y me lo llevé, pero sin casco
y sin nada. Y en mitad
de la Plaza Gastilla me pegué la hostia con un coche,
me caí, se me dobló
el manillar, porque tipo bici, que se te va el
manillar con un lado y el otro para el otro,
me puse de pie, lo enderecé y me fui con la moto.
No ha pasado nada, me levanté, me empujé
y me llevé el Vespino
a la Plaza La Remonta,
la plaza donde paraban algunos chavales,
el barrio Jodidillos y tal,
y aparejé con mi Vespino robado
en la Plaza La Remonta, que encima hay una comisaría nacional.
O sea,
estaba aquí la comisaría
de nacionales
y los chavales aquí fue ando porros.
Eso eran los 90. Claro.
Y...
Pues tengo 5000 pesetas,
me llevo la moto, pues trámate acá.
Y la vendiste ahí con un colega y venga.
Y cogí la moto y hasta luego.
¿Y cuando robeabas eso, por ejemplo,
te sentías mal? ¿Había algún sentimiento de...
Bueno, esto no está bien hecho. No.
Te la pelaba. Sí. De hecho,
creo que...
Dentro de buscar esa aprobación,
al final uno busca la aprobación
de cualquier manera, ¿vale?
Ya sea en el entorno
que te ha tocado,
pues intentar querer
ser uno más de ese entorno.
Cosa que con los años me da cuenta
que yo no soy así. ¿Vale?
No, no. Yo muchas veces me he visto
en alguna pelea o yendo
a robar a alguien
y luego decir, tío...
Lo piensas a día de hoy
y se te ponen un nudo en el estómago.
¿Cómo hice eso, tío?
¿Cómo eres capaz de ir a intimidar a una persona?
A día de hoy lo pienso
y se me pone un nudo en el estómago. Ni hacerlo.
Se me podría vomitar.
Pero en esa época
lo haces y no eres consciente.
Porque tú solo quieres ser parte
de la movida. Quieres ser parte
de ese grupo de gente
e intentar agradar
o sentirte parte de.
¿Sabes? Claro. Y es lo que me decía mi abuela
siempre. Dime con quién andas y te diré quién eres.
O sea que el grupito con el que te movías
en esa época, ya de adolescente,
era el típico grupito de liantes.
Sí. La gente del barrio, tío.
La gente del barrio. Sí.
El barrio de los 90, que sería una mezcla de todo.
De un skin por aquí, el otro el bacala...
No, era más gente de barrio,
más quinquillera. Más quinquillera.
Había un gitano también. No,
gente de barrio, tío.
¿De Malasaña estabas? No, ya estaba en Tetuán.
En Tetuán. Vale.
Barrio obrero...
Eso.
La iglesia enfrente de mi casa, donde la sacristía.
Ahí se pinchaba la gente.
En público.
Sí. Y tú ibas al parque
y había jeninguillas en los parques. Esos eran los 90.
Y bajabas
y a jugar al fútbol y llegabas
con las piernas encarnadas
de jugar al fútbol o te ibas a jugar a las chapas.
Claro.
O ibas a por un triángulo de chocolate, ¿no?
Esa era la vida de los 90,
¿sabes?
Subías a por tu bocata de nocilla
y bajabas, ¿no? Claro.
Pues eso. Cuando ya estás
empezando a tener estos ambientes
y estas amistades, ¿el robo se empieza
a convertir en algo más habitual?
Sí. Ya no
en una niñatada, sino en algo que tú le ves
una forma de vida.
No, es que no es...
No es una forma de vida.
Es que, tío,
te ves de repente, porque claro, ahí
nos salta una parte gorda. Porque yo cometo dos,
tres delitos, pero hay un detonante,
¿no? Y el detonante es que
la convivencia con mi abuela es jodida.
Vale. Porque mi
abuela tiene a mi padre
y a mi tío junkies.
Vale. Mi abuela
tiene seis hijos y un tío,
dos, mi padre y mi tío,
mala vida. Vale.
De hecho, mi tío murió de sida.
Entonces, claro,
ella ya estaba súper revenida conmigo.
A mí se me junta
con él durante mi infancia.
Yo lloraba por las noches,
ahí faltaba una madre y un padre, yo no sabía nada.
Nunca nadie me preguntó
cómo estaba yo,
cómo me encontraba.
Nunca fui constantemente. Entonces, se genera
ese odio, resentimiento,
esconder tus sentimientos. No se hablaba
de todo como se habla ahora.
Entonces, te vas quemando, te vas juntando
con una bola por dentro y para ti
todo el mundo tiene la culpa, de todo menos tú.
Estabas enfadado con el mundo. Exactamente.
Y claro,
pues yo quería ser parte
del barrio de mis colegas y
te ibas con el Adolfo, con el Oscar, con el otro.
Ellos iban a la plaza mayor
con dos mil pesetas en Navidades
y a mí me daban 100 o 200
pesetas. Es que no me llegaba
al Burger King. No me llegaba ni
a ir a por la hamburguesa, aquí van todos.
Dame más dinero, que es que
todos van a por petardos, ya por bromas
y si me voy con la cara a partida
me están invitando. No, es que si no es para
droga. Y eso es que me repateaba.
No es que si no es para droga.
Y bueno,
me dieron un ultimátum en mi casa
en plan de, tío, te voy a hacer pruebas
como dispositivo
en drogas, eso fue mi tío,
te vas a ir de casa.
Vale.
Me hicieron unas pruebas pero yo di
negativo.
De repente
llegó un día que yo discutí muy
fuerte con mi abuela, que esto fue el 20 de
diciembre del año 96,
por lo del dinero. No me daba
dinero
para ir a la calle con los chavales
y me fui pegando un portazo.
Pues aquí a las 10 y yo voy a venir a las
12 o no voy a venir.
Y pegué un portazo. Cosa que luego me fui a la
12, fuimos de navidades por ahí
a pedirle a Guinaldo como todos los
chavales de la época y tal. Y volví
temprano porque me sentí mal.
Dije, joder, tío,
eres un gilipollas, vuelve antes.
Y cuando volví me encontré
a todos mis tíos. No estaban
ni mis tías ni mi abuela en casa.
Oye, vete a tu habitación que tenemos que
hablar contigo. Ahí ya
de repente me voy a la
sala de estar, perdón, no la habitación, me voy a la
sala de estar a ver la tele. Y ahí suena el
timbre, llega alguien y me dice,
ven, ha venido tu padre.
De repente llega ahí mi padre
que no lo había visto en mi vida.
Me siento
a hablar con él, me dice, ¿por qué
no le llamaba? Una movida
que tal. Entonces de repente
ya me dice, tío, mira, tienes que ir a un
hostal.
Al día es quien te miraba mi padre
y me dice, bueno, es que no puedes
venir conmigo porque yo estoy casado con
una gitana y tengo dos hijos.
Y ahora no puedes venir de vivir
con nosotros. A lo mejor podríamos
espiar un piso y vernos los fines de
semana. Y yo es
que de repente yo me vi sobrepasar, yo no
sabía qué hacer. Y al día siguiente
mi padre me dice, mira, tío,
di que
no quieres estar conmigo ni con ellos
y a ver por dónde salen.
Es que recurso de palabras textuales.
Vamos a hacer esta estrategia
a ver por dónde salen.
Y yo habíamos quedado en una
cafetería que abajo de mi casa se llama
el Adrià Martín, que ahora es un goico en la calle general Perón.
Es que lo recuerdo perfectamente.
Y quedamos allí y me dijeron, bueno,
Jonathan, ¿qué quieres hacer? Y yo venía
con la idea de
tío, agachá las putas orejas,
pide perdón, pórtate bien,
estudia, no salgas de casa,
no te juntes con este, no te juntes con el otro y ponte
las putas pilas. Pero
por la mañana había quedado conmigo. O sea, yo estuve
en el hostal toda la noche. Y yo había
pensado todo eso, tío. Agachá las orejas, agachá
las putas orejas. Arrepentido, ¿no?
Arrepentido y diciendo, tío, agachá las orejas.
Pero el día siguiente creí con mi padre por la mañana
y me dijo, no, tío, vamos a hacer esto a ver qué
dicen. Y le creí.
Y bueno, pues me dijeron, vale,
pues vete para el hostal y te diremos qué vamos a hacer.
Y pues nada, el día siguiente
me llevaron a un centro de menores.
Claro, no quieres con tu padre, no quieres con nosotros.
Hostia. Has decidido.
Cuando esa es la
mejor decisión que toma en mi vida, tío.
Jodido. Espera un poquito, tío.
No, no pasa nada, hombre. Al final
sacar estas cosas yo creo que es necesario
y es bueno.
Entonces, bueno, es que
cuando recuerdo esta parte, tío, me jode bastante, ¿sabes?
Porque es que era haber cambiado
mis palabras y me hubiera quedado con mi abuela.
Y hubiera podido encaminar mi vida y no haber
pasado por todo lo que he pasado, ¿sabes?
Tú sabías que ibas
a cambiar. Estabas convencido.
O intentarlo. ¿De qué ibas a intentarlo?
Por lo menos estudiar,
portarme bien, no hablar mal de mi abuela,
no ser tan exigente
con mi abuela a lo mejor o no hablarla
tan fuerte. Nunca la he pegado a
mi abuela, ni nunca la he maltratado, ni nada de eso,
pero era intenso. Exigente, ¿no?
Exigente. Oye, dame el dinero que
me quiero ir con mis colegas. Pues me voy.
O tal. O me voy a la calle.
Más que otro chaval, a lo mejor
guardo unos horarios de estudio,
tal, ¿no? Yo era un poco más, pues entro,
salgo, hago lo que quiero, ¿no? Vía de calle.
Sí. Pues yo estaba más dispuesto
a hacer eso, pero hice caso a mi padre
y hice todo lo contrario.
Y claro, pues de repente te ves con 16 años
en un centro en la Comunidad de Madrid. En un centro
de menores. Imagínate qué
tipo de gente debería haber en ese momento ahí, ¿no?
Pues un montón de menas
y un montón de chavales que vienen
como yo. El que no tiene padres junkie
los tienes en la cárcel, el que no
le han quitado
los hijos porque no pueden mantenerlos
o el que no viene porque es que su
padre le maltrate y le cama cigarrillos.
Eso es lo que te encuentras en un centro
de menores.
Claro, de ahí…
¿Eso era como una cárcel? No es como una cárcel.
¿Tenías sensación? No, al revés.
Los chavales se apoyan muchísimo. O sea, había mucho apoyo
entre vosotros. Sí.
Mucho apoyo, tal.
Ahí perdí la virginidad.
Una chica que conocí allí.
Ah, porque era mixto. Era mixto. Ah, vale.
Y…
Bueno, de ahí me pasan a Canillejas,
a un centro de menores en Canillejas y ahí
conozco a esta chica.
Otro dubito, pero ahí empecé a juntarme con lo peor.
O sea que ya, en vez de
ir a mejor, ahí ya es cuando explota…
Sí, porque ahí ya es… Si en tu casa era
una semilibertad, aquí ya es la libertad total.
Eres menor,
eres intocable
y un educador de un centro de menores no puede
hacerte ni mu.
Tú ya coges, entras, sales, robas…
Cada vez que te pillan,
juzga de menores, abogado del ayuntamiento
y otra vez para el colegio en libertad.
Y entras en una viana que ya entra
en dinámica de robar coches,
de pegar más palos…
Ibas
hacia robos incluso a gente
que iba por la calle…
Sí, una baja,
intimidación y violencia.
O sea, ya explotó y fuiste al siguiente nivel.
Al siguiente nivel.
Ahí ya llegó situación
también para el colegio de menores.
El director decidió hablar con la Comunidad de Madrid
y que yo estuviera fuera
del centro, que yo estuviera
en un hostal. Entonces la Comunidad de Madrid me pagó
un hostal hasta los 18.
Pues yo al hostal iba solo para dormir y comer.
Todo el día en la calle,
robando, drogándome… Y bueno…
Ahí sí que te drogabas… Sí, ahí
consumí por primera vez éxtasis,
probé la cocaína,
iba a todos los fines de semana de fiesta,
a las discotecas, hablaba de 5, 10,
15, 20 pastillas en un fin de semana.
La hostia.
Y ahí empezó todo esa… Círculo vicioso
fuerte. Exactamente.
¿Vivías de lo que robabas?
¿O de dónde sacabas el…?
Pues que comían en el hostal, tenían la pensión pagada.
Pensión completa.
Por el ayuntamiento, ¿no? Sí.
Es que de hambre nunca te mueres, tío.
No sé…
Pegas un palado, chavales y te compras una hamburguesa.
No sé,
de hambre nunca te mueres. No sé.
Y seguías sintiéndote enfadado con todo el mundo,
contigo mismo… Ahí es que ya…
Pierdes el control. Pierdes el control.
O sea, no eres consciente de nada. Eres simplemente una persona
que no tienes un rumbo
en la vida. Lo único que sabes es
drogarte, juntarte con otros
dos y ¿qué hacemos? Vamos a pegar un palo
y vamos a drogarnos.
Y ya está. O sea, es que
no hay… Y vale, vamos a
pasar este barrio y vas aquí todo el día callegeando
sin un…
Sin un rumbo en la vida, sin
las ganas de estudiar nada,
sin ir a hacer un FP,
sin ir a hacer ningún tipo de estudio,
ya totalmente fuera del colegio
y ya literalmente
todo el día en la calle.
Tú tenías 16, 17
por ahí ¿no? 17 casi. 17.
También
entiendo que igual que te pegabas
algún palo, era una vida en la que te podían
pegar a ti o podías tener problemas
o sabíais evitarlo bien.
Teníais miedo,
teníais miedo por la calle
de que alguna venganza o alguien a quien hubierais
tocado que no deberíais o…
No, porque tú no vas a ir
a un barrio a robar al más malote.
Obvio, vas a ir a robar al más débil.
Eso funciona así.
O te vas a una zona de
pijos a robar. Claro.
A la salida de un colegio de pijos a robar.
No vas a robar a un
barrio
de gitanos. Claro. Vale.
Entonces, bueno, pues es un poco así,
¿sabes? Y…
¿Robasteis algún tipo ya algo más establecimientos
o no llegaba a tanto?
No. A lo mejor hurtos y tal.
Coches sí.
Pero en plan
atacar farmacias y todo eso no. No.
Un Daniel Rojo no… No, no.
No he robado bancos. No he robado bancos.
Ahora cuando me cuentas. Bueno, sí, simplemente
atracamos a tres bancos. No, no.
12 millones de pesetas. Que va, que va.
De hecho, no he dado ningún
palo importante. Como ladrón
soy nefasto. Siempre me han pillado.
¿Te pillaban, sí? Sí, tío. O sea…
Palo que da palo que me han pillado.
Como delincuente he sido malísimo. Un desastre
absoluto. Te lo juro. Claro. Y eso te lleva
precisamente… A la
cárcel. A la cárcel. Que además yo
vi el vídeo donde lo contabas
que hay una traición también ahí…
Sí, bueno, un chaval
que me vende un poco
y… Porque
yo le quité como su estatus
del malota del barrio y…
Me tenía rabia. Me tenía rabia y, bueno,
pues… Me dijeron, no, baja,
que es solo para preguntarte por tu vecino.
Y cuando bajé me engrilletaron y…
¿De qué estabas acusado? ¿De qué te habían
pillado? De dos robos con intimidación
y violencia. O sea, lo que
se dice dos sirlas.
Pues
eso. Que en realidad no fueron así.
En realidad
son con matices porque una fue
en peñíscola en unos
apartamentos turísticos donde
con la historia del pedo, con unos guiris
que iban a los apartamentos turísticos,
pues, forcejamos un poco y no lo llevamos.
Pero no hubo ni intimidación
ni nada. Estaban topedos,
cogimos… Nos vamos. Y hasta luego. ¿Sabes?
Y lo otro fue con uno
en la puerta de la discoteca que venía
a buscar mandanga y, bueno,
pues le quité el dinero y le pegué dos hostias.
Pero…
Realmente no
fui yo a buscarle el parrobar.
Estaba topedo y dije, pues,
te lo quito. Claro, y se acabó. Y ya está.
Y eso es lo que te lleva a la cárcel.
A lo mejor habías hecho cosas peores
como robar un coche. Sí.
Y no te lleva y te lleva a estos dos. ¿A cuánto te condenan?
No me condenan.
Me hacen petición fiscal de seis años.
¿Y qué diferencia hay?
Pues que entras preventivo. Ah, tú estabas en preventiva.
Entré preventivo. Claro, tú vas
de la calle, el juez dice
prisión provisional sin fianza
y a la espera del juicio. El juicio tiene que
salir antes de dos años y no te vas a la calle
en libertad. Pues estuve
nueve meses. Ahí
conozco a un
párroco. De hecho, el párroco
le he vuelto a conocer hace poco a través de que la…
Hostia. Del…
Fui a la Andradez, está en la radio
y la radio luego nos puso en contacto y ahora
nos hemos hablado varias veces por WhatsApp y eso.
Guay. Era el padre José Juan de Castellón
iba a la cárcel y
oye, padre, mira
el número de caso tal, tal, tal. ¿Me lo puedes mirar?
A ver cómo bajo. Llevo seis meses esperando
el juicio. Ah, pues lo tienes en la audiencia
provincial de no sé cuándo. Ah, eso se informaba
y todo. Sí, iba, miraba por ti,
te decía tanto. Se preocupaba por…
Se preocupaba por nosotros. Hacía una… Nosoticia,
¿no? Y a los indigentes,
a los que no teníamos apoyo de dinero
o de familia ni nada, pues cuando…
A ver, yo también he mirado tu casa
y no sé qué. Y se ponía
contigo a caminar por los pasillos
y a la que no he mirado a nadie y
cambiás así que… Porque ahí se caminan
recto, ¿no? Caminas para allá, giras,
pues a la que girabas te decía
y te daba un paquete de tabaco y mil pelas.
Ah, bueno. ¿Sabes? O sea que era un
trozo de pan. Era un trozo de pan el tío y te daba ahí
tu dinerito y tal. Y él
conocía al juez
de la audiencia provincial que llevaba mi caso.
Entonces él fue a hablar con el juez
de la audiencia provincial. Entonces yo cuando fui al
juicio
renuncié a mi abogado
porque me decía, me conformara con tres años
o con cuatro, me dijo con cuatro años
y luego el juez
que ya había hablado con él
con el cura me condenó
a libertad condicional.
A cambio. Entonces
salí de aceptar cuatro
años a pagar nueve meses
pero irme un año y tres
meses que me quedaban en libertad condicional.
¿Antes de la libertad condicional?
Sí. ¿Cómo es el momento en el que
te tienen? ¿Cómo te sientes? ¿Se te cae el
mundo o estás tan modosupervivencia
que te la pela?
Tú vas donde te lleven, tío. O sea, vas...
¿Tenías miedo?
Vas. Tú vas por la vida,
tío. Es que no...
Es una mentalidad completamente diferente, claro.
La gente en una situación que le puede
causar algo así estaría asustada, pero ya
estabas en un modo totalmente supervivencia
automático casi, ¿no? Automático. O sea,
tú ya sabes lo que vas. Vale, pues
cárcel, pues cárcel. Pues llegaré allí.
Ya está.
¿Cómo es el primer día cuando llegas?
¿Te acuerdas del primer... Sí, el primer día
es un chabolo
de mierda. Una celda
yo solo.
Al lado tengo un chico
quinquillero.
Y poco más.
Un patio
vacío. Éramos muy pocos. Éramos 40 o
50 solo. Éramos menores.
O sea, a los de... ¿Solo menores? A ver, no,
no menores. A los de 16
a 21,
que ya tienen edad penal,
se los mete en un módulo. Vale.
Y a los de 21 en adelante son mayores.
Aunque tú tengas 18 y tengas edad penal,
tú vas a ir a un módulo de menores.
Vale. Vale.
O sea, hay módulo
de respeto, módulo de menores y los
demás módulos. Ajá. Vale.
Que es para más o menos... Y ya luego,
en función de lo que tú tal, te meten en un módulo otro.
El educador que te ve, ¿no? Te evalúa.
Yo fui a
menores. Tenía 18 años y fui a menores.
Y
pues nada, a los tres o cuatro días
pelea. ¿Tú viste una pelea ya?
Sí, ya empieza un poco... Porque ahí
la pelea supongo que eran los patios, quizás.
No, es el...
Llega uno y te dice, tío, nos falta uno para
jugar al fútbol. ¿Jugas? Pues no.
Oye, tío, que nos falta uno.
Pues no quiero jugar.
Pues el tío
se va a jugar al fútbol y cuando viene
llega y dice, eh, que a mí no me hablas así delante de la gente.
Buscando...
Para medirte.
Bueno, pues peleas
y tal, y luego pues llega un momento
que ya han pasado dos, tres
meses, han entrado tres,
cuatro nuevos y tú ya no eres el
nuevo. Entonces ya, a otra cosa.
Sabes, ya eres uno más. Claro.
Sabes. ¿Estabas siempre solo en tu
celda? Eh...
La primera vez sí y luego
ya me metieron a un chaval de Valencia que
estaba colgadísimo.
Sí, porque era drogas o... Estaba zumbado.
El pibe
estaba loquísimo todo el día
haciendo... O sea,
un chaval súper inestable, se auto lesionaba,
todo el día haciendo el tonto
en el patio y
tal. ¿Era agresivo?
Agresivo no, pero tenía bastante maldad.
¿Oh? Sí. Y hasta que un día
le dije, tío, me voy del
chabolo, tío, quedate lo tuyo y me voy a otro chabolo.
Me voy a ir solo, tío, no te aguanto y tal.
Luego se puso... En la hora de la comida
se puso un poco así a
provocarme, provocarme, provocarme y ya cogí con la
bandeja y se la tiró la cabeza.
Hostia. La esquivo.
Hay un agujero en la columna que
si no llega a pillarlo mato.
Hostia. Porque te estaba buscando ahí...
Llevaba días y días y días.
No le quería pegar porque yo lo veía como más
débil que yo y la verdad que
tampoco le puedes pegar a una persona más débil que tú.
En la cárcel del abuso
está muy mal visto. Sí. O sea, realmente
que se ve débil,
delgadito, poca cosa, no es...
A ver, en menores suele haber más abuso.
Ajá. Porque es como
que eres el malote, pero en mayores
los abusos no se permiten.
O sea, cada uno a lo suyo y tal.
Pero entonces, claro,
pues el chaval era como más menudo,
más pequeñajo y tal.
Era también más pequeño que yo.
Es que era...
Claro, poca cosa.
Era como Gollum.
Vale.
Y en todo, en general ¿no?
Como persona era un poco así.
Era un poco Gollum.
Y, tío,
ya un día me cansó tanto que le lancé la bandeja
en el comedor que casi le cerró.
¿Tú cuento dormías con ese Pau, por ejemplo?
¿No tenías un poco, al dormir,
sensación de este tío está loco que me va
a hacer algo esta noche? No, el pie...
No, no de hacerme nada.
Porque el pibe era todo el rato trasteando,
trasteando. Y oye, y tal. Y oye, y Madrid
y tal. Era como hiperactivo,
tío, no lo sé. Pero era como
buah, tío, qué intenso. No te aguanto,
tío.
¿Te gusta estar solo? Y era todo el día así.
Hostia, no había pausa.
No había pausa, tío.
Y chinchaba y chinchaba.
Era el típico que no medía.
La bromita que va
a hacer todo el día. Hasta que un día
me cansó. Claro. Y nada,
luego me metía a dormir con otro chico
que era un legionario.
Que esté, la verdad,
que muy bien. ¿Os preguntabais por qué estabais ahí?
¿O hay un código de no hablarlo?
Sí. O sea, a ver,
que se pregunte, pues
todo el mundo lo sabe. De hecho,
está la tele.
Y tú sabes
que se ha habido una...
Es que eso lo he visto yo en la cárcel.
Te digo, no, el chaval,
no sé qué, no sé cuántos.
Por ejemplo, Pepito de los palotes
algo metió en una violación
con 18 años
y el juez le ha decretado prisión.
Pues ya sabes que ese,
estando en Castellón, cae en tu módulo.
Por la edad.
Y ya sabes, cuando entra todo el mundo
ya sabe quién es. Por eso
muchas veces en los juicios se tapan las caras,
chaqueta y todo esto, ¿no?
Porque si no, luego dentro
lo ajustician, ¿no? Porque hay ciertos
delitos que ya sabíais que iba
a haber... A ver, entre
menores, no tanto.
Menores y módulos de respeto
no van a haber tantos pinchazos, pero
en un módulo de mayores sí que lo pinchan.
A violadores, a violadores de niños...
Antes,
en mi época, en los 90,
en los 70 y en los 60, seguro.
En los 90 depende
la cárcel y depende el patio.
Y ahora ya de los 2000 para adelante todo eso ha cambiado mucho.
Ya están los módulos de respeto,
módulos donde hay políticos,
violadores o policías corruptos,
apartados del resto
y ya desde que entran
pues el funcionario no los junta con los demás.
Pero antiguamente el funcionario
también... Sí, pues si sepa ya.
Claro. Y que se la lleve.
Claro.
Que ahí dentro ya la arreglan.
Claro. Más que nada en la época de Dani
que eran más galerías
donde todo el mundo bajaba aquí
y ahora la gente se la segrega.
Se hacen módulos que así es mucho más
controlable.
¿Y era como Dani que la celda estaba abierta?
No.
Durante una parte del día y uno iba a la celda el otro...
No, no, no.
Estabas cerrado, cerrado.
A las ocho abajo,
a las ocho y media se cierran
y todo el mundo abajo desayunando,
después de comer para arriba
y para otra vez y para la noche para arriba.
No teníais libre paso... No.
Tú puedes pedir quedarte
en el chábulo por las tardes solo
si pides estudios.
Ah.
O sea, si estás yendo a clase
o algo, puedes pedir
quedarte encerrado por las tardes.
Pues el que tiene tele y el que tiene play se queda.
¿Había plays ahí?
¿Había consolas, hoteles en la celda?
Sí, o sea, no, pero tú te las compras.
Hay un sistema de demandadero.
Un economato o algo así, ¿no?
Sí, bueno, el economato es el café,
la cola, las papas fritas, todo esto.
Pero luego está el demandadero,
que es el dinero que tú tienes en tu cuenta,
tú mandas a un funcionario que te compre
lo que tú quieres. Yo, por ejemplo,
la segunda vez me compré un radio
cassette con CDs,
me compré el disco de SFDK
y el de 2001
Odisea en el Lodo. No me acuerdo
cuál me compré. Uno de SFDK
de la época. Uno de SFDK, otro de Eminent.
Tele.
Y hay gente que se pilla videojuegos
y se pilla una play. ¿Y está ahí
en la celda? Pégame su subicio.
Hostia. Claro. Curiosa la imagen.
Eh...
Es muy diferente a lo que escuchaba Dani,
por ejemplo, que a mí era mucho más
old school. Claro.
Mucho más jungla. Se había ganado,
pero en aquella época les metían un chorizo ibérico.
Ahora eso ya no lo ves.
No sé qué es mejor ¿eh? La play o un choritito.
Yo prefiero el jaboncito,
que antiguamente, en su época en Caravanchel
o en La Modelo, llegaba tu familia
con un cubo a la fregona con la
despensa. Claro.
Y ahí disfrutar. Mejor eso que el Final Fantasy.
Oye, no sé. Depende
de los colores. Eh...
Sales a los nueve meses... No, a los...
Nueve meses sales y en libertad
provisional. Condicional. Ay, perdón.
Condicional. ¿Te portas bien?
No me queda otra.
O sea, lo cumples, lo cumples. Lo cumplo.
Lo cumplo. Me voy con el cura Castellón
a... Porque era
con requisito de ir al centro de...
O sea, con ir al piso del cura que cogía gente
de la cárcel. Vale. ¿Y ahí os hacía trabajar?
¿Os hacía estudiar? Sí. Estuve como
un mes, dos meses. Vale. Y luego dijo
tío, es que necesito el hueco para otra gente,
te voy a mandar a otro centro
más abierto de otro cura en Valencia,
en Los Oju. De ahí
pues
al tiempo hubo un
rifirraza y tal.
Me echaron
y volví a Madrid.
De repente dije, bueno,
tengo que volver a Madrid y
vine con algo de dinero, autobús
y me presenté en Madrid. Tenía yo 19
años.
No tenías casa ni... Nada.
Ni contacto con mi familia, ni nada.
Me fui a un albergue. En aquella
época el albergue fue el
San Juan de Dios, que está justo arriba
el verde o la izquierda. Y
había un educador y en aquella época
era una buena época en España.
Estaba el segundo a mano que era así de gordo.
Las páginas de trabajo eran así
de gordas y tú cogías y buscabas
trabajo.
Y de aquella
te dejaban llamar, buscabas trabajo,
hice varias entrevistas y encontré un trabajo de camarero
en
una pizzería. Y me dejaron
ir solo a dormir
que trabajaba y me permitieron entrar más tarde.
Estuve varios meses
ahorrando un poco. También me busqué un poquito
la vidilla de mala manera.
Un trapicheito
y tal. Sí, porque ahí había uno que tenía
dinero falso y yo cambiaba billetes
por la calle. Pero robarlo. No.
Ya empecé una vida más de trapicheante.
Vale. Ya...
No tan agresiva de ir a... Sí, ya es que
no me la quería jugar seis años de cárcel por
mil pesetas. Claro.
Puedes trapichear y bújate la vida en el barrio
y no hacer daño a nadie, ¿no?
Y hacer así, ¿no? Entonces, bueno, pues
empecé a hacer eso y salí de ahí.
Me pide una habitación. Y ahí ya
un día me presento otra vez en casa de mi
abuela. Navidad desde el 2020.
Sin avisar o avisando.
Sin avisar.
¿Te gusta el riesgo?
Bueno, yo qué sé. No, es... A ver...
Tenía 20 años, tío. ¿Qué 20 añitos?
Es una jugada. Puede salir muy bien o muy mal.
Yo qué sé, tío.
¿Quierías verla? No sé.
Yo quería ir a ver qué pasaba.
No sé. Es que tampoco lo pensé.
Nunca he pensado en las
consecuencias. Siempre he tirado
para adelante. ¿Sabes?
Entonces, me presenté allí, me encontré al portero
que me ha visto crecer,
que se llama Manolo, que este...
Lo recuerdo grandote,
con su puro y tal.
Portero de la época, ¿eh? Sí.
Jonathan, pero cuánto
tiempo, joder, qué alegría verte.
Ya pensé que estabas muerto, no sé cuánto,
que estabas en la cárcel. No sé cuánto.
Sí, pues tal. Pues bueno, ya, tú sabes,
Manolo y tal. Vale, vale.
Está mi abuela. Sí, sí, venga, pasa, pasa.
Y nada, toqué
y me dijo mi abuela. Vale, vale, pues oye, vamos al
corte inglés a tomar unas tortitas. Ah, bueno.
Y nada, fuimos a hablar un poco. Mi abuela
se puso a llorar. Fue un momento un poco
jodido y ahí de vez en cuando, más o menos
cada dos, tres meses,
íbamos a charlar. Bueno, retomaste el
contacto. Es bonito. El contacto, pero nunca
es lo mismo porque
yo a lo mejor, tío, sinceramente,
a día de hoy, yo esperaba
que me hubieran vuelto a coger.
O me hubieran dicho, tío, vuelve
a estudiar, coño. O sea… Que te dieran
una oportunidad. Claro, no.
Vuelve aquí, tío. Ponte a estudiar. Retoma los estudios.
Tienes 20 años.
Termina la secundaria. Ponte a estudiar una carrera.
Yo ya me encontré en una
época de curra
y búsquete la vida.
¿Por qué crees que no…
No lo sé. No cuajó, no me lo ofrecieron
ni nada. También era otra época,
¿no? Tú salías de un
lado, pegabas dos patas
y tenías trabajo. Sí. Ibas a cualquier
empresa y había trabajo.
Te ibas a ir, decían, net, subo el
sueldo. Sí, sí.
Eso era así en los 90. Entonces, era como…
La bonanza económica. Exactamente.
Entonces…
Es que elegías. O sea…
Y el jefe pagaba el almuerzo
los sábados y el día extra lo pagaba
entero.
Sí, sí. Claro. Y los obreros cobrando
3.000 euros… Y pagabas un piso
en cinco años o en diez
años, un piso nuevo…
TC, TC, ¿no? Pero tú por dentro te hubiera
hecho ilusión volver a… Yo creo que…
Una oportunidad, ¿no? Y creo que es lo que me hubiera
hecho falta.
Porque, tío, con 20 años ¿dónde vas?
Es que todos mis colegas estaban
estudiando. Todos mis colegas estaban
yendo al instituto, algunos empezando en
la universidad… No los colegas
de la calle, ¿no? Los del cole… Los del barrio.
Los del barrio. Los del barrio de mi abuela.
Entonces, era como…
¿Sabes?
Tú te vas con 20 años
en una habitación compartida
con tu motillo
y bajas al barrio, te drogas,
te vas de Fiesta al Space…
Y todo este rollo. ¿Sabes?
Y es… Coge esa
dinámica. Pues trabajas,
pagas piso y te
drogas. Y no tienes
una finalidad en la vida ni una motivación ni nada.
Ahí te drogabas bastante.
Ahí sí. ¿Te considerabas adicto?
No. ¿O ahora, viendo la obra, crees que lo eras?
No. No. O sea, era
adicto, pero podía
pagar mis cosas. O sea,
era adicto de fin de semana. Mi entretenimiento era
drogarme. ¿Vale? O sea…
Y es que soy consumidor recreacional.
Yo consumo recreacionalmente.
No. La gente va al cine
y tú te drogas. Ya
está. Es la verdad. Ya, claro.
Tú ves una película y tú ves Marcianos.
Sí.
Es verdad. Exacto.
Es otro tipo de ocio. Sí, sí, sí.
Pero… Es lo que es.
Es una plancha. Aunque tú digas
que es el fin de semana, sí, pero estás deseando que llegue.
Y cada fin de semana.
Y cada fin de semana a piñón fijo.
Y pues empecé
en esa dinámica, ¿sabes?
¿Te afectaba en el trabajo o seguías trabajando?
Me afectaba.
Cambios de trabajo, faltas dos días
porque te has pegado un mogo que flipas
y te echan…
Me estoy meando, tío.
Tienes vida de fiesta,
drogas… Empieza a afectarte
en tu vida personal, en tu trabajo…
Sí. Pierdes el control, supongo,
porque al final pasarte un fin de semana de locura…
A ver, no es el control
porque no llegas a estar tan
tirado, ¿no? Porque trabajo
y cuando quieras cambias a un bar, cambias a otro…
Pero no eres capaz de
mantener nada en el tiempo. No eres
capaz de mantener un trabajo más de dos o tres meses.
No eres capaz de mantener una relación
más de dos o tres meses. No eres capaz
de ser
constante en algo en la vida.
Al final la droga lo que te da es
lo quiero o lo consumo y ya está.
Te da el aquilla ahora.
No entiendes el valor de
el medio plazo o el largo plazo.
La satisfacción del esfuerzo
para conseguir algo dentro de seis meses.
¿Qué es para ti la droga?
Ahora es una mierda.
Pero totalmente, porque es que
te aleja de la realidad total.
Realmente,
la droga
es poder decir
que mañana me voy de vacaciones.
Hostia, es que
me hacen falta unas zapatillas y me las compro.
Wow, estoy pensando en cambiar
mi piso. ¿Puedo? Puedo.
Eso es
la auténtica salud para mí, la auténtica
vida. Puedo hacer mi cargo de los
problemas diarios.
La droga lo único que te hace es
evadirte de ellos. Un parche, ¿no?
Un poquito. Parches y
esconder la cabeza como una vestruz.
Tú piensas que nadie te ve,
pero te está viendo todo el mundo lo mal que estás.
Tú empiezas a ir la cabeza
bajo tierra y te escondes.
Dime. No, no.
Te voy a decir. La droga no tan solo
para ti ha sido
un consumo, sino que también
y de YouTube es tu vídeo más visto,
que es cuando explicas… ¿Cómo lo vendo?
¿Cómo vendías la droga?
¿Cuándo entras a empezar a mover?
Pues ahí empiezo…
Bueno, retomo con mi
abuela, muy a grandes rasgos, ¿vale?
Retomo con mi abuela,
sigo consumiendo y de repente
me compro una casa,
una casa de 20 y
pocos metros cuadrados, un estudio, una corrala
en cuatro caminos.
Y bueno,
yo ya empiezo con porros, tal,
planto marihuana en mi casa,
perdón, es probablemente unas plantitas
y tal, y de repente
me llega. El año
y tres meses que tenía
de libertad condicional del año 98
me llega para
pagarlo ahora y me decreta en prisión
directa. Entonces, se presenta
la policía en casa
y ellos así. Oye, mira, tienes que ir a la comisaría,
que hay una multa, no sé qué… Tenga idea de un poquito.
Claro. Voy
y cuando voy me dicen. No, mira, es que tienes un decreto
de ingreso a prisión. Pues
no he hecho nada. Estoy pagando
hipoteca, estoy pagando letra del coche.
Trabajo de camarero.
¿Qué he hecho?
Que así que trabicheaba, qué tal, pero no me voy a empillar
con nada. No, no,
es que esto lo ordena la audiencia provincial de Castellón.
Es que no vas a ver ni al juez.
Vas directamente a la cárcel.
Pues resulta
que la libertad
condicional esa que me habían dado, tienes
que pagar siempre la responsabilidad civil.
Mi responsabilidad civil era de 45
euros por el día que esa
persona no fue a trabajar. Por las
lesiones, supuestamente, por cuando tuvimos
la pelea en la puerta de la discoteca.
Pues me tocó pagar el año y
tres meses que faltaba por no haber
pagado los 45 pavos. ¿Tú lo habían
dicho eso? No. Lo que pasa es que yo estaba
empadronado en Castellón,
me empadroné en Madrid cuando pusieron la zona
azul y la zona verde para aparcar
y ahí fue cuando saltó la búsqueda
de la policía y ya estaba en la última
instancia, ya no había requerimiento.
De hecho, estuve
nueve meses en la cárcel
en el 2004
y cuando salí todavía se presentó
la policía en mi casa. Oiga,
que tiene que ir a pagar la audiencia mañana esto
que si no... Después de salir la segunda
vez de la cárcel. Sí. Y tuve
tranquilo, me quedé de empalme y me fui el día siguiente
a pagar los 45 euros.
Hostia. ¿Y cómo fueron los segundos nueve meses?
Mucho peor.
Mucho peor porque ahí sí que me pilló en un
muz totalmente diferente.
Ahí ya me pilló un blan dengue
como suelo decir.
Muchas peleas dentro.
¿Dónde recibías más quedabas?
Es que nunca lo iba a buscar.
Tú ahí tenías un mood mucho más
de no querer
imponerte, ¿no?
De no callejero, de... ¿Ya habías
perdido eso? Sí, era un buscabidillas,
un tal, pero
yo no me iba a
poner con un pincho con otro tío delante.
No, no, no...
Sabes, no era...
Eso es como decirte, ¿no?
No era un tirao
de un colegio de menores que está lo vaquilla
por ahí, ¿no? Por la vida, ¿no?
Que no tiene otro futuro que ese, ¿no?
Y ya más o menos la iba remando.
Sí. Y me sentía
en eso. Y eso te hizo pasar lo peor
en esta segunda ocasión. Pasar lo peor.
Claro, cuando la gente te ve débil te ataca más.
Y eso pasó así.
Entonces, bueno, salí.
Lo pasé
en esa época bastante mal.
Salí. Ahí conocí dentro
a un chaval que movía bastantes porros.
Y, bueno, me dio un kilo
de huevas de estas de Chawen,
de, pues bueno, paquistaní, de este
en huevas. Y me puse a buscarme
la vida. Y se me ocurrió la santa idea
de irme a la universidad a vender.
Y, pues, terminé en filosofía
y, bueno, pues dos más dos.
¿Sabes?
Ahí, en la complutense. En la complutense.
En la complutense. Dos más dos.
A ver, elegiste bien.
No, fue la tercera. Sí, empezaste...
Jajaja.
Fui bajando. Empecé en biología.
Uy. Pasé por derecho y me dijeron
no, no, ahí en filos es donde se vende.
Y fui para allá ahí a los
diez minutos. Ya tenías ahí el negociazo.
Sí. Y, bueno...
¿Ganabas pasta? Sí, pero no
ahorraba. O sea, gané pasta los primeros
quince días. ¿Qué?
Trabajaba en un restaurante catalán en Madrid
que se llamaba Pedro Alves. Me acuerdo perfectamente.
Pedro Alves, eh. Cuidado. Se llamaba Pedro Alves.
Fide Boa Buena. Ajá.
Desapareció ese restaurante, pero...
Eh... Trabajaba en el restaurante
y por las mañanas me iba a la universidad.
O sea, tenía las cosas.
¿Qué pasa? Que por las mañanas
ganaba cien pavos y por la azad
ganaba treinta. Claro. Pero me terminé
cansando. ¿Cómo vendías? Pues, tío,
me cogía y...
De cinco en cinco a diez en diez.
¿Te metías ahí en la puerta, digamos? No, en la
cafetería. En la cafetería. En la cafetería.
En la parte de atrás. Sí. Que hay un
cespecito y tal. Pues, ahí te
integras con los chavales. El primer día
hay una barrera. Luego ya
conoces a uno. Te da vergüenza al principio
cuando no te conoces. No, pero no les conoces.
A los dos meses ya estás
con tu mochila, con los demás ahí
disimulando. Claro. En el grupillo.
Y te vienen a buscar. Sí. Y ya estás ahí
despachando. ¿Sabes?
Ahí me volvieron a pillar.
Solo con...
Llevabas... Solo costo era, ¿no? Solo era...
Y marihuana. Y marihuana.
No tenías ni cocaína. No vendías nada de
droga un poco más dura. Eso después.
Pero ahí no. Ahí no.
Ahí empecé ya
100 gramos diarios, más o menos.
Me voy a quitar un kilo
cada diez días
o algo así.
Y, bueno, pues está alegueando.
Me hicieron una investigación.
Salíamos de mi casa, un colega y yo
con un paquete. Nos pillaron
y ya. Allanamiento,
todas las plantas,
la báscula, el dinero en casa.
Tuve suerte
de que el juez que hacía la instrucción
y que ordenó el allanamiento
de mi casa
justo se tuvo que ir a levantar
el cadáver de la hermana
de Letizia Ortiz.
El Telma. La que se suicidó.
La hermana de la reina. Creo que era.
La hermana de la reina se suicidó. Sí, sí.
Se suicidó el mismo día que yo estaba en el calabozo
a disposición judicial.
Entonces, hubo tanto revuelo porque
había muerto la hermana de la
futura reina que ahí nunca llegó
el pesaje, nunca llegaron las fotos,
nunca llegó nada. Y cuando
entré a disposición judicial a un juez
suplente, bueno,
¿y con cuánto lo han pillado? Pues con cien
gramos en el parque.
Venga, anda, libertad como al otro. Hostia
puta. Y lo que iba a ser
un decreto de prisión directo,
ya lo peleé desde la calle.
Entonces, ahí fui al CAAS,
pasé por
rehabilitación
y, bueno, pues gracias a eso
conseguí otra libertad condicional.
Ajá. Vale.
Claro, otra libertad condicional,
pero no iba a dejar que tú
o no iba a
provocar que tú dejaras ese mundillo.
Es que ya te acostumbras a
eso, todo tu entorno lo hace,
todos tus colegas lo hacen.
Entras todo el día
en una dinámica de gastar un montón.
Un día comiendo afuera, gastando afuera.
Yo luego vendí mi casa
porque, claro,
todo lo que me pillaron en casa no era mío, era de otro.
Y tuve que pagarlo.
Entonces, tuve que vender mi casa, gané 26 000 euros
con mi casa, con la venta.
Era la buena época, todavía no había llegado crisis.
Y ahí pues empecé
a entrar.
Ahí sí que pillé
el enganche comanche. O sea,
me vi con 26 000 euros,
pagué lo que debía de lo que me pillaron
en casa y ahí de repente
me vi compartiendo habitación
y con 25 000 euros.
Y ahí sí que era día tras día
me compré un Calibra, me acuerdo, un Opel Calibra
por 3 000 euros. Pero era
día tras día, amanecer en las
barranquillas, drogado.
Cada día. Cada día.
O sea, tenía dinero.
Me fundí el dinero, los 25 000 euros,
me lo fundí en cuatro meses.
Qué drogas solías. Cocaina.
Básicamente. Esnifada y fumada.
Y era pues eso.
No sé qué hacer. Pues venga, voy al burger
como algo y me voy al poblado.
Ir al poblado y
aparcar en mi coche, consumiendo.
¿Solo? Solo.
Día de la mañana
coger el coche, irme a casa, intentar dormir.
Dormir.
O sea, lo recuerdo como una época
bastante oscura y bastante mala. ¿Qué diferencia
hay entre la cocaína
esnifada y fumada? ¿Hay algún tipo de…?
A ver, al final no hay ninguna… O sea,
fumada pega más y enganchar
engancha más y gusta más.
Pero al final mi enganche
era total. De ahí va igual
que yo me liaba con una cosa con la otra.
Eso sí que ya
es una espiral chunga.
Chunga. Ahí no consigues mantener ningún trabajo,
estás todos los días enganchado,
tienes dinero, no eres capaz de dejarlo.
Mogollón de
veces a las 10, 12 de la mañana que no consigues
dormir porque llevas tal
pasada encima llorando depresivo
porque no sabes qué hacer con tu vida.
O sea, te miras en el espejo y te das asco
a ese punto, ¿sabes?
¿Y ahí vendías algo o nada?
No, ahí no vendí nada. Simplemente consumías.
Consumía.
Y bueno, esa es como la peor parte
de mi vida.
Me fundí el dinero,
me tocó volver a remarla desde abajo,
empezar en un trabajo
de camarero, ¿no?
A ganar 1.200 pavos.
Y ahí me llegó un colega
y me dijo, tío, Johnny,
quería ganarte algo este fin de semana y tal.
Mira, si te quieres ir a Marruecos
con un coche,
te llevas tres mulas
y por ir y traerlos
a Madrid comidos con un kilo cada uno,
pues te vas a llevar
700 pavos.
Para que la gente lo sepa, mulas son gente que
ingieren droga. Ingieren
hachís. Bueno, droga. Es decir,
la ingieren con bolsitas y luego la
sacan. Sí, presentadas. Luego la cagan
y tal. Con el riesgo
que eso conlleva, obviamente. Total. Pero mi
labor era eso. De conductor.
Conductor.
Madrid, tarifa.
Ferri,
tarifa, tanger.
Tanger que comieran.
Lo que sobraba, dejárselo al
marroquí que tuviéramos ahí de contacto.
Y ya, volver
con ellos comidos hasta aquí
y luego otra vez tarifa Madrid.
Conduciendo.
Y esa era la dinámica. Estuvimos así como
pues varias veces.
Yo diría que
pues hice como cuatro o seis
viajes. No recuerdo bien.
Y en uno de esos se lió paradísima.
¿Vale? Porque resulta
que uno de las mulas no se lo comió
y lo metió en la maleta.
Y resulta que la mula llevaba
una de las llaves, porque
era la mula y también conducía. Ibamos dos
coches. Entonces, claro,
cayó preso.
Se lió una que flipas. Policía
buscándonos. Yo ya no podía volver a
Marruecos. Entonces, yo ya
perdí ese trabajo.
Estabas a la fuga. En un coche a la fuga, ¿no?
No. Yo ya estaba en España. Ahí estabas en España.
Yo cruce el primero. Vale. Y él se quedó ahí
encerrado. Él se quedó ahí encerrado.
Que además
fue... O sea, era
el que me había
alquilado a mí el piso
de alquiler. Hostia. O sea, tú imagínate.
Vale, yo estoy con esta época
espiral de mala droga y tal
y busco un piso de alquiler, una habitación,
300 pagos. ¿Dónde voy a dar?
Pues voy a dar en casa de un chaval
de buena familia, que sus padres
le han dejado una casa para vivir, pero que el pibe
alquile habitaciones y todo se lo gasta
en cocaína en base. O sea, en ese piso
caigo yo. Y eso es pura casualidad.
Pura casualidad. Joder. O sea,
como dice Sabina, el que
nace para martillo, del cielo lleven clavos,
¿no? Total. Y bueno,
pues imagínate. Yo he enganchado,
he enganchado, me ofrecen esto. ¿Te quieres venir?
Sí, pim-pam.
Claro, él sabía mi nombre y mis apellidos.
Entonces, de repente, cuando
volvemos, que él se ha caído, el coche
se queda perdido, porque no podemos recuperarlo,
voltemos las llaves.
A los dos u otros días me llaman de la embajada
de España, al típico
Nokia antiguo, ¿no?
Hola, buenas. Yo me hacía
llamar Mario por aquella época, con toda la...
También es de nombre. Eso es.
Toda la gente del mundo yo me llamaba
Mario, ¿no? Era como
Mario, sí, mira, es que tu amigo
tal, tal, tal, tal, está aquí
y bueno, pues si
le podéis ayudar. ¿Cómo?
Quitar tarjeta, quitar
batería, romper teléfono.
¿Sabes? O sea,
realmente la culpa fue tuya. Vale.
Tú podrías haber dicho
no me lo he podido comer, te lo devuelvo,
no ganas nada,
la persona que pone el dinero, que no era yo,
era otra persona, pierde el
dinero y ya está.
Pierde el viaje, pierde tu ferry
de 50 pavos, tu manutención de un día y
medio, pero
no pierde el kilo,
más luego tal.
Ahora, si tú lo hubieras comido
y hubieras cumplido, si te
pillan, él te va a pagar
la manutención y te va a pagar el abogado
y todo esto. Así funciona, ¿no? Claro.
Bueno, pues, bueno, así funciona.
A veces. En teoría.
Lo bonito, ¿no?
Lo bonito. Pero ahora hay gente que dice
no te conozco de nada, te dejo tirar
y no te pago nada. Claro.
Yo he perdido 30 000, ¿no? Claro. Es así, ¿no?
Entonces, bueno,
eso funciona así, entonces
empezamos así, ya llegó otro colega
mío, me dijo hostia, tío,
necesito mulas porque queremos empezar
a traer cocaína y empezamos a hacer
lo mismo pero vía Portugal.
Vale. Vale.
Y yo de chófer. Tú de chófer.
Yo de chófer. ¿Cómo recuerdas esos viajes?
Porque tiene que ser sus naristas.
O sea, sinceramente, ¿no? La conversación, incluso
la tensión que hay en el coche. ¿Te acuerdas
de esos viajes? Sí, tío.
Pasadísimo. Ah, y vas pasadísimo.
Conduciendo pasadísimo. Conduciendo pasadísimo.
Eh...
Madrid, Lisboa, a las
cinco de la mañana. Llegar allí,
dejarle el coche en un lado,
vigilar que se suben... Es una movida,
tío. Vigilar que el tío se sube
en el avión. A los
15 días ir a buscarle.
Pero esperarles de un punto
en el que, cuando él salga, él no te vea.
Ver si sale, ver si le
siguen. Desde lejos
hacerle una seña
y decirle, tío, quítale ahora mismo
todas las pegatinas a la maleta.
Porque a partir de ahora tú no vienes del aeropuerto si nos paran.
Tú y yo venimos de Lisboa, centro.
¿Sabes?
Y ya vas preparando cuartadas para cada momento
del viaje. Pues si sales del aeropuerto,
si te pillan, yo lo sé, en
Extremadura, con etiquetas de Lisboa...
¿Sabes?
Pero si estuviera en Extremadura
con un chaval
de 40 años, con un tío de 40 años,
origen de Rumanía, que tiene cara de
obrero... No, es que venimos de hacer aquí una
obra, que vamos para Madrid... Cuela.
Y cuela. ¿Hablabais? Hablábamos.
Y cogíamos amistad.
¿Qué tipo de gente se atrevía
a hacer eso? Pues
el perfil era perfil rumano
y
lo buscábamos en la estación de Mendes Álvaro
de gente que dormía en la calle.
Hostia, eran
gente que vivía en la calle. Sí, gente
de origen del Este. Ajá.
Principalmente de Rumanía y
pues muchos ya crisis,
ya no hay trabajo,
ya... Desesperados.
Desesperados le dicen
tío, tres mil pavos o mil
pavos por ir a Marrocos o tres mil por ir al otro lado.
Y pues aceptaban.
Y tú llegaste a empatizar con ellos,
de tener buen rollo. Muchos. De hecho
hubo un caso que recuerdo
que veníamos de un viaje de Marrocos
y de las cuatro personas
que habían.
Otra mula
mía, que tenía mi teléfono de contacto
para ellos, me llama y dice
Mario. Dice sí. Dice el gordo
con barba que está atrás. Dice
va a robar. No os va a dar el kilo,
se va a escapar con él.
Bueno, yo ya sabiendo eso
la dejamos en un hostel en Madrid
y
yo me llevo la llave,
les encierro
dentro de la habitación
y les digo en tres horas vuelvo
a por esto. Para que no se escapara.
Pues el tío
tocó puerta a puerta diciendo
corazón, corazón, corazón y se escapó
del hostel con el kilo.
Hostia. Pues
resulta que dentro de
Mendes Álvaro llamó a
otra persona para venderlo.
Al momento ya. No, al día
y medio. Ah, vale. La otra persona
como yo me llevaba bien con ellos, pero
¿por qué? Porque nunca les dejé tirados.
Porque cuando pasó una movida en
Algecidas les esperé, les asistí
y los llevé. Cuando les hacía falta
dinero se lo dejaba. O sea,
me porté muy bien con ellos y me
tenían a precio. Entonces
cuando el tío tenía el kilo y lo
quería vender
uno le dijo yo tengo un contacto
y cogí y me llamó
a mí. Y de repente
quedamos con él en
un parking en Atocha
en los baños para hacer el intercambio
y
cuando el tío me ve, entro yo
y sigo diciendo, pero he robado a
ti. Pues nada, le pegamos en el baño
cogimos el paquete y nos fuimos.
¿Sabes? Y bueno
son varias
de las que tengo,
de ese tipo. Es heavy esta,
eh. Y casualidad
también. Casualidad, no. Yo que sé.
Tampoco deberíais ser muchos
en ese ambiente haciendo eso, en esa
zona. En esa zona no. Claro.
Con esta gente a lo mejor
no. Éramos tres o cuatro o
seis de ese barrio haciendo con esta
gente. ¿Tú a quién dabas?
¿Quién te mandaba a ti?
Otro chaval del barrio. ¿Eran
personas individuales o había la mafia metida?
No, eran personas individuales, gente de barrio
que se buscaba la vida. Punto. Gente que había
empezado en el barrio vendiendo un gramito
dos, habían conseguido pasta,
ahora vendían cien gramos a uno,
cien gramos a otro, cien gramos a otro. Y ahora
vendían paquetes. ¿Tenían algún contacto ahí
o lo que sea? Y se fueron a la aventura.
Se hicieron la de
Juan Echanobe, bajarse al moro.
Sí, sí. A la aventura. Hicieron el
contacto y ahora llevaban mulas.
Y así funcionaba. ¿Cuánto tiempo
estuviste con el tema de conductor? Bastante.
¿Sí? ¿Años?
Tío, un año de esos
es como tu, una mina trabajando.
Es que los tres, tío. ¿Cuál es la aventura más
heavy que recuerdas de esa época? Que digas.
La anécdota clave
es insuperable porque tiene que haber
alguna que sea de los dos. La anécdota más heavy,
tío, es un chaval
que mandamos a Buenos Aires. ¿También hacía
Islete en América? Sí, con un paquete
de cocaína.
Volvió.
El tío no se lo comió,
lo envolvió en papel al bal,
lo metió en las paredes de la maleta y coló.
Y cuando estamos en el coche…
Con un fardo en la maleta. Con un fardo en la maleta,
pero expandido.
¿Sabes? Eso hizo.
Creo que era…
Ahí no me acuerdo.
Era Buenos Aires,
Brasil, Brasil, Lisboa.
¿Vale?
Y no sé cómo cojones
lo hizo, pero llegó a la maleta con todo
y cuando yo estoy esperando en el parque
y me dice… Tira, tira, tira, que no me lo comí
de que lo llevo encima.
Claro, yo
era un currante también. Yo no tenía ahí
500 pagos para decirle
píjate un taxi, que no me vas a meter cinco años en la cárcel
por tu culpa. Claro.
Que nos paran y nos vamos para adelante.
Y en ese momento no puedes llamar a nadie.
Los bizuns no existían.
Oye, hazme un bizun.
Tío, hazme un bizun que meta a este pibe en autobús
que yo no me subo con él. Claro.
Pues me tuve que pechugar
y llevarme los 500 km al pibe
con un kilo en el maletero, sabiendo que nos podíamos
jugar cinco o diez años de cárcel.
Si hay un control
de policía y se ponen malas pintas
o lo que sea, porque
claro, también eso influye mucho, ¿no?
Si veo a una persona supertal, a lo mejor no dice nada,
pero ve unas pintas extrañas y dice
maletero. Sí, sí. Luego, cuando llegamos
a Madrid, me dice… Dice
¿cómo te has subido con él?
Yo le pago un taxi. Digo ¿con qué dinero, cabrón?
Cómo le… Claro.
Qué heavy, tío. Es muy heavy.
Yo lo que no entiendo es cómo coño los scanners
de cuatro aeropuertos no pillaron
nada. Ni yo. Pues ¿sabes qué pasa?
Lisboa es un aeropuerto de mierda,
es una caja de cerillas. O sea,
es como la sección
de Mendes Álvaro de autobuses. No es nada.
Entonces, se junta
todo el mundo ahí. Y tú,
al ser europeo,
al pasar por Internacional,
pues ya pasas por europeos,
pasas por DNI y
¿sabes? Si te haces la…
En aquella época, no sé ahora cómo irá.
Y pasa como todo el mundo a boleo y es como
demasiado. Desde las Torres Gemelas, yo creo que ha cambiado
mucho el tema de… Porque esto fue antes,
¿no? No, fue después. Y fue después ya.
Fue en 2007 o así.
Ah, pues… Es raro.
Es spoiler. Esto no lo he contado ni a mí.
Esto no lo has contado. Es heavy. Sí.
Hostia. Esa época es la que tú estabas
haciendo lo de chófer y tal. Sí.
¿Cómo termina? ¿Por qué dejas de hacerlo?
Eh…
Termino hecho polvo.
Termino con una duda gorda. Termino yéndome
yo a comer. No.
Sí. Me arrepiento en el viaje.
Me piro. Me doy a la fuga.
Paso.
O sea, ¿cómo…? Porque estamos hablando
de que son fardos no pequeños.
No, estamos hablando de un kilo. ¿Pero eso cómo…?
Un kilo son… Un kilo son… A ver,
hay… Antiguamente, los kilos
venían en dedales grandes. De 10 gramos.
Pero eso no hay quien se lo coma.
Es una pila así grande.
Entonces, lo que se hace ahora
son bolas de 8.
Que las de 8 son como esto. Vale.
Sí, pero entran. Tragas.
Trabricas y tal. No, no. Tragas.
Entonces,
son 125 bolas.
Entonces, tú
coges las bolas, las pones en un barreño
y las dejas ahí.
Y no me acuerdo exactamente
cuáles eran. Si las que se caían
o las que flotaban eran las que había que tirar.
No me acuerdo. Pero eran las que estaban
pinchadas. Y esas
son las que se pueden abrir y joderte. Y matarte.
Entonces, pues… Es que no me acuerdo
si eran las que se iban para abajo
o creo que eran las que flotaban, ¿no?
No me acuerdo. No sé
qué consistencia tendrá. No sé.
Era cocaína ¿no? ¿Era casi siempre? No.
Era porros. Ah, era porros.
Cocaina fue dos veces. Ah, vale.
Dos, tres viajes. Lo que más fueron
porros. Y lo que tú tragaste era
porro. Yo tragué porros. Vale.
Fui a porcaína, pero me arrepentí. No lo hice.
Vale. Vale.
Pero cuando yo he comido porros, tú lo ponías
en un barreño y yo me acuerdo que se llenaba
de agua, metías el paquete entero
y yo me acuerdo que se desechaban
unas bolas, pero no recuerdo si eran las
que se iban abajo o las que flotaban
porque eran las que estaban pinchadas
o estaban mal embaladas.
Entonces, tú dejabas toda la noche eso
en agua.
Claro. Pues si alguna estaba mal embalada
y se iba abriendo, esa fuera. Vale.
Por la mañana veías y… Y solo…
El día antes de viajar…
¿El día antes de viajar?
O sea, tú ibas el viernes.
Llegabas viernes tarde.
Viernes tarde de fiesta.
Sábado de fiesta.
Domingo por la mañana. O sea, viernes tarde.
Llegabas a coger los paquetes en el
marroquí, los dejabas en el barreño,
pillabas como una hervía en vida allí.
Sí. En tanger.
Viernes fiesta. Sábado fiesta.
Domingo por la mañana mirabas en las bolas,
desechabas, comías lo que no podías comer,
llamabas al marroquí y venías por ello
para el siguiente viaje.
¿Y la sensación era dura?
¿Te quedaba mal el cuerpo? Porque es un cuerpo
extraño al final, lo entiendo.
No sé, tío.
Lo haces. ¿Ibas muy pasado?
¿Cuándo hiciste? No.
¿Estabas consciente? Estaba consciente.
O sea, no me vi de fiesta,
pero a lo que estaba, ¿sabes?
Y luego, para cagar,
pues lo mejor es…
Laxante.
No, lo mejor es cortar el estómago.
Vale.
Un danap, un yogur.
Una cerveza.
Se corta el lácteo con la cerveza y tal.
Y dos rayas.
Y es que papapapapa.
Ya lo sabéis, amigos.
Si tenéis problemas…
Hostia.
Te pones en cuclillas en el plato de la ducha
y empiezan a caer eso ahí.
Pon, pon, pon, pon.
Agua, manguerazo. Y venga.
Bolsa y… Cuando hiciste eso,
porque ahora lo cuentas y incluso no reímos,
porque es surrealista,
pero tú cuando
o te veías en ese momento,
¿tú sentías vergüenza? ¿Qué sentías?
O absolutamente nada. Nada, tío.
Los sentimientos es que como
he visto tanto en mi vida, muchas veces
como que te haces de piedra y no terminas…
Pues… No…
Sí, tiras para adelante y…
Sí, es que… Es que yo
he metido en un hostal a ocho tíos
a hacer eso. Y yo he ido a buscar
los paquetes. Tú limpias
eso. Anda, venga, tú… Es que
insensibilizas. Es como el trabajador
de una ambulancia que lleva ya
tres años viendo gente en las carreteras
reventada. Pues ya, chica, un brazo
por aquí o una pierna por allá ya
no me afecta, ¿no? Te afecta…
Pues eso, como que te haces una coraza y no…
Y no te afecta.
Aquí irás tú, el protagonista.
Claro que es un poco diferente.
Sí, pero no sé, tío,
es dinero. Solo ves dinero, estás solo
en dinero, ¿sabes?
Solo ves pasta, tío. Solo ves que has
llegado y te has coronado, pues eso, tus
3.000 pavos. Claro.
¿Cuánto tiempo dura todo este…?
Todo dura hasta el 2008.
Hasta el 2008. 2008.
Me quedo
en Argentina hasta el 2011
o así.
¿Por qué vas ahí, a Argentina? Voy a comer.
Vale. Luego allí
me peleo
con mi colega. Vale.
Y me pino. Digo
yo me voy por mi cuenta, me desaparezco.
Y te quedas en Argentina. Y me quedo
en Argentina, digo, aquí.
O sea que no traes
los farditos de vuelta. Ni me
lo traigo ni me lo quedo.
Vale. Salió el día que tenía que ir a comer, dije
chica, hasta luego. Paso.
Habéis perdido el billete de avión, pero nada más.
Y te quedas en Argentina.
Y me quedo en Argentina. ¿Algo te hizo
quedar? A ver,
ya estaba hasta la polla de todo esto.
Ahí venimos de varias
cosas muy jodidas. Ahí vengo
de que un día
mi colega
nos manda a robar los
dos para no pagarme mi parte.
Hostia.
Claro. O sea,
él y yo íbamos a medias en una cosa. Sí.
Pero cuando íbamos a hacer el...
Yo le dije, tío, no lo vendas.
Vamos a esperarnos y tal.
Yo no me fío de esta gente. No, no, que sí, que hemos quedado,
que hemos quedado, que hemos quedado. De repente
fuimos a una casa a vender
y ahí llegan dos dominicanos, nos
engañonan, nos embridan
y sale
uno con pasa montañas, con
un cuchillo y coge
a mi colega y le hace pin.
Ya. Pero es que yo me fijé
que la hoja del cuchillo,
si era de punta, solo somaba un poquito.
Le pegó el pinchacito como pa...
Era todo un
puto paripé. Teatro total.
Teatro total. Se fueron
de la casa, nos terminamos soltando las brilas
y nos piramos. Y las palabras
de mi colega fue, tranquilo, Johnny, si el dinero
va y viene, tal, no sé qué.
Digo, joder.
Digo, muy tranquilo estás, tío, para que te
hayan quitado tu pasaporte,
tu documentación, tu teléfono
y
30.000 pavos.
Pero en ese momento no lo piensas
porque tú solo quieres dinero, dinero, dinero.
Dices, va, va, tío, pues no pasa nada.
Pero en el fondo sabes qué pasa.
Va, tío, pero es que
claro, de esto... La mitad me la debes.
O sea, no solo te roba,
sino que te genera una deuda.
Hostia. ¿Sabes?
Es como esa
maldad de barrio, ¿no? Total.
No, tío.
Es como el proseneta, ¿no?
Yo te llevo a España, tal.
Vas a trabajar de prostituta, ¿vale?
Es que me das 5.000. Claro.
No me los pagas, que ya me das 10.000.
Vas a tener que estar trabajando para ti toda mi vida.
Ahí llegué y dije, hasta aquí.
Cogí y me desaparecí.
Hostia. Me desaparecí
hasta el 2011.
Volví. Pero, Argentina, ¿qué hacías?
Pues nada. Vivías de...
Me empecé a buscar la vida.
Trapicheos otra vez. No, no, qué va, qué va.
Me puse... Me fui al
centro de...
Al ejército de
salvación. ¿Qué dices?
Sí, me fui al ejército de salvación.
Y después de estar
dando vueltas sin comer,
sin dormir,
de semanas ahí, súper desorientado,
cogí
y me presenté ahí a un hospital y dije
hay un sitio aquí, un albergue o algo.
Sí, mira aquí y tal.
Creo que era el barrio de... ¿San Lorenzo?
¿El barrio de San Lorenzo?
El ejército de salvación.
¿San Lorenzo Almagro, eso? ¿O algo así?
Sí, o algo así, del fútbol, ¿no?
Sí.
No recuerdo, tío.
Es que no me acuerdo bien.
Bueno, y llegué allí y
dije...
¿Aquí dejáis dormir?
Sí.
Pues me dieron una cama y me tiré
tres días durmiendo. Joder.
Literalmente. Cogí fuerza
y ya cogí al chico, uno de los
que movían aquello y me dijo mira, tío,
aquí se pagan 10 pesos al día,
no tienes que pagar nada hasta que no te busques la vida,
tranquilo, te vamos a dar de comer y de ducharte,
tienes ropa, no tienes ropa, tomas ropa.
Y bueno, pues ahí me busqué
trabajo en un restaurante al lado.
Ajá.
Todo en negro. Claro.
Me empecé a buscar la vidilla y tal y bueno,
pues ahí fui tirando.
Estuve un tiempo más y ya volví a España.
Estuve resumiendo,
porque aquí hay historias también para aburrir.
Sí, ¿no? La Argentina, acá están loquísimos
los argentinos.
Hay historias para aburrir. Ajá.
Y terminé con un bar propio
y todo. No.
Y todo en negro, claro. Todo en negro.
Porque al final... Todo en negro,
venía la policía y comía,
venía sanidad y comía,
venía trabajo y comía. No.
¿Qué dices? Sí, sí, sí.
Y ahí empecé otra vez a engancharme.
Tuve un momento de lucidez
y otra vez volví a caer.
¿Era fácil encontrar droga en Argentina en esa época?
Tirado, tío. Tirado.
O sea, tirado barato y bueno.
Mala combinación. Sí.
O sea...
No sé, al cambio...
100 pesos un gramo
de la época. Ni de cuántos 100 pesos.
No, pero en la época, no ahora. Ah, vale.
Es que en aquella época...
A saber cuánto costaba...
Era 4 euros o 5...
Claro, 100 pesos ahora son 50 céntimos
de euro. No, claro. Es que en aquella época
a lo mejor... ¿Era? ¿Estaba a 6?
O a 7 el...
¿Qué no fuera? ¿Qué fuera? ¿5, 6, 7, 8 euros?
No.
Sí. Por ahí. 8 euros.
8 euros. O sea, por 10 euros
tenías ahí...
Para la tela. Sí.
Y ahí te enganchas otra vez. Me engancho otra vez.
Y ¿seguías en ese modo
de supervivencia, de no
replantearte las cosas?
¿Seguías sin remordimientos, tirando
para adelante y para adelante? No, con mucha culpa.
Ahí entra culpa fuerte, ¿no?
Con muchísima culpa. Porque parecía que habías
salido de la mierda. Sí.
Con mucha culpa, con mucho
volver a ver que vuelves a caer.
Volver a ver que no eres lo suficientemente fuerte
para dejarlo.
Eh...
Volver otra vez a lo mismo. Y ahí
es jodido, tío.
Mentalmente muy duro, ¿no?
Bastante, bastante jodido, tío.
Y ahí, bueno, pues
llega otro momento de
lucidez.
Eh...
Ahí hablo con mi familia.
Mi familia me apoya un poco económicamente.
En Argentina estabas, ¿eh?
Cuando vuelves. Cuando vuelvo.
Me apoyan un poco
económicamente. Tiro un poquito.
Me voy de España
otra vez. Me voy a Suecia.
Un cambio interesante.
Eh... Termino volviendo y liándolo
otra vez, ¿vale?
Y ahí entra ya... O sea, es que son
mazodidas y venidas y tal.
¿Por qué la lías en España otra vez?
¿Otra vez droga? Pero ya
consumo. Ya no es tráfico.
O sea, yo creo que ya desde el 2000...
Del 2007
2008
no he vuelto a cometer un delito
en mi vida. Era autodestrucción.
Lo que estabas haciendo. Autodestrucción.
Consumo, droga, consumo. Era trabajar y
drogarme o buscarme la vila
para drogarme. Pero no
era ya... O sea, ya no era
ni vender droga, ni plantar marihuana,
ni trapichear,
ni robar ni nada. Si podía, me lo buscaba
y si no podía, no me lo buscaba.
Entonces, bueno, pues en una de esas
2012...
Es que no recuerdo bien las fechas.
2012, 2013...
Tengo otra
de estas
que te recuperas.
Mi vida es así. Y ahí
empiezo
como un curso de hostelería
en busca de algo de motivación,
formarte. Empiezo
en una escuela de negocios, lo que es dirección
de hoteles y restaurantes. Tengo un máster.
Y
bien, pero
en mitad del máster vuelvo a caer.
Vuelvo al consumo.
Ahí me pilla trabajando en un
buen restaurante de gerente.
¿De gerente? Sí. Ganando
2500 pagos al mes. Hostia.
Y otra vez a la mía. Totalmente activajos.
Porque llegabas a puntos buenos. Es un trabajo
de puta madre. Sí, sí. Totalmente.
Con un equipo de trabajo de 18-20
personas y...
Y de repente
otra hostia. Y en esas
ya te ves
que de repente
ya llevo mes y medio sin pagar el
alquiler. Era un estudio, eran 500 pagos al mes
o algo así.
Y de repente llego un día, después
de tres días
drogándome, voy a llegar a
abrir la puerta
y no puedo.
¿No te drogabas en tu casa? No, me había ido
por ahí. ¿Sabes? Perdido.
Y voy
a llegar y la puerta ha cambiado.
La cerradura.
Llamo los otros...
Porque era un piso divido en cuatro.
Los otros compañeros de...
de estudios
me decían que no te puedo abrir porque me han dicho
que no te abra. Habla con la arriba.
La arriba se ha ido al pueblo
porque no quería atenderme.
Mis cosas dentro y me vieron
la calle. Hostia. Pues ahí dije
pues aquí me quedo. Esto me pillaba en Madrid.
Calle Huertas y...
Hostia, Calle Huertas, la de las letras, ¿no?
Vario de las letras. Al lado del Paseo del Prado,
la del Gaseforo. Yo vivía al lado.
Sí, sí. Vivía por Lavapiés.
Vivía en la zona de Lavapiés más cercana
a Capital y todo eso.
O sea, San Isabel.
Por ahí. Sí, Calle de la Fe. No la ubico.
Plaza Lavapiés.
Sí. Donde está la... Y luego está la iglesia esa.
Pues ahí. Vale.
Sí, sí. Y el centro de Madrid me lo conozco,
vamos, de pe a pa. Pues...
Por Huertas. Es una buena zona
Huertas. Bueno, es buena zona. No está mal.
Está bien. Todo Madrid es buena zona ahora.
Ahora sí. Sí, sí, sí.
Ya no queda... Los precios son lo que hay.
Sí, sí. Total.
Pero bueno, me quedo en la calle
y, bueno, justo en la plaza de
al lado donde yo
me quedo en la calle, pues yo llevaba meses
que veía un grupo de gente que vivía en la calle.
Entonces, pues me quedo al lado
de ellos. Pero no...
Ellos, si ellos dormían en este banco,
pues yo me quedo tres bancos más abajo.
Vale. Y ahí,
pues al día de... Tío, te has quedado
en la calle. Yo te recuerdo aquí con el coche y tal.
Sí, y tal.
Pues ya nos poníamos
a pedir juntos, a pedir
dinero en la calle.
A veces nos íbamos a robar juntos a los supermercados
para luego revenderlo y drogarnos.
O sea, la verdad. Llegar a un supermercado,
robar diez blisters de jamón
ibérico y venderlos a mitad de precios
en los bares o a mitad de precios en la calle
entre su molina se revende.
Y...
Empezamos con esa dinámica
y así, pues...
2015...
Es que no va a ordenar
los fechos. 2014,
2015...
Más o menos, que no recuerdo bien.
O sea, finales de 2015.
Y ahí ya,
bueno, me peleo
con uno de los que dormía conmigo,
me roba el móvil... Tenemos una
trifúlica que flipas. Incluso un juicio
entre nosotros. Así que luego, bueno,
cuando llegamos al juicio, los dos nos entramos
y se archivo. Vale.
Porque si no se presentan los dos, se archiva.
Pero bueno, la policía
nos meta a los dos, ¿no?
Nos detiene y nos lleva los dos detenidos.
O sea, era una pelea física.
Pelea física.
Fue en aquella época.
2015 es...
Sí. Y yo en aquella
época iba a un centro de
Gruroja, que daban café
y galletas por las mañanas. Y también
tenías el típico enchufe para cargar las cosas.
Pues había ahí
psicólogo, terapeuta, también había
metadona para gente que iba
dispensario de metadona,
dispensario de medicación mental
o psiquiátrica.
Y pues en una de esas mañanas que yo
aprovechaba eso para entrar en calor y tomar café
y tal, y a vez de cargar mi móvil,
pues me dice, oye, mira,
el recurso es gratuito, pero
no tan gratuito. A lo mejor
deberías empezar a
ir a terapia.
Te apunto con la psicóloga
y digo, a mí eso no me hace falta.
A mí eso no.
Yo salgo cuando quiera.
Lo típico, ¿no? Lo dejo cuando quiera.
Porque ahí seguías consumiendo
lo que podías. Lo que podía.
No tan heavy como cuando tienes
dinero, pero si todos los días
te podías consumir
10, 20 euros
de pedir en la calle o de buscarte la vida.
¿Vale?
Y bueno, pues empiezo
a ir a una terapia de grupo,
se junta con la pelea esta
y terminaste la polla.
Entonces me voy totalmente aislado a otra plaza
yo solo. Dije, vale, pues me voy a buscar yo en mi chabolo,
en mi zona. Paso
de estar conviviendo con gente de
la calle. Pues al final es peleas todo el día
entre nosotros.
Y si no es que esteme a robar el saco de dormir, déjeme a
robar las cosas que tengo aquí escondidas
de la ropa. Vale, eso te quiero preguntar.
Porque esto es
de las cosas más chocantes de tu vida. Es vivir en la calle.
¿Vale? Vivir en la calle
es una realidad que vemos en grandes ciudades
constantemente, pero nadie se fija.
Porque tú pasas, lo ves y sigues a lo tuyo.
Vivir en la calle.
¿Cómo es la primera noche que vives en la calle?
¿Qué es eso que tú dijiste, que te
metiste ahí? Tú estabas...
Bueno, estaba con lo opuesto,
una chaqueta y poco más.
Eh...
¿Pudiste dormir? Sí, estaba reventado.
Me puse la cabeza...
Me tumbé... En un banco era verano.
Me tumbé en un banco, me puse
la chaqueta como una
chaqueta de entretiempo. Sí. O por encima.
Y caí reventado.
Pero reventado. Y no había nada que robarme.
O sea que... ¿No tenías
miedo de que te quitaran nada?
A partir de ahí
te juntas con ese grupillo. ¿Qué tipo de
gente hay en la calle viviendo normalmente?
Pues, sobre todo, gente con adicciones
y gente muy cronificada.
Gente con muchos años de
analismo, muchos años de adicciones.
La mayoría con alguna
minusvalía,
ya sea mental
o física, y con su
correspondiente pensión,
de 400 o de 500,
que eso, pues, a lo mejor, le da
para malvivir.
La dinámica, pues, del 80%
que tiene esa pensión o que está en la calle
con esas pensiones es...
Llega el día de cobro y me dura el dinero
una semana. Y luego, pues, el resto
del mes a pedir,
o ir a comer al comedor,
o ir a comer a donde... Dale el bocadillo
por las tardes, hacer cola y todo esto,
¿no? Y eso es un poquito
la dinámica. ¿Qué comíais normalmente?
Pues, bueno, si no pasa un
restaurante y te da algo, o ya
sabíamos restaurantes que nos daban algo,
que antes de tirarlo a la hora de cerrar,
pues, tío, vas a un
super y una barra de pan
y una mortadela son dos euros.
O sea que... Y pidiendo...
La gente da, ¿eh?
O sea, tú te pones a pedir en la calle y le dices a alguien
o llega, me compra algo de comer
y te lo compran.
Más que darte dinero, quizás. Ah, dinero no te va a dar
muy poquita gente. Te tienen que ver
un perfil diferente. Claro, porque
eso es lo primero que me pasa,
cuando lo veo pienso, claro, le voy a dar
para que se vaya a comprar porros o cocao,
lo que sea, y es lo que te da rabia,
que el dinero que das se vaya a utilizar
en drogas. En un vicio.
Exacto, es lo que piensas. Claro, comida,
¿no? Comida es comida. La comida no se la niega nadie
y vas a un bar
y me ha pasado, dices
es que quiero...
Oye, mira, te sobra un trozo de pan
o de tortilla o algo
y me ha pasado en la calle Atocha
llegar el del bar y yo no, siéntate aquí
y comete un menú
y ponerte en la barra y darte un menú.
Entonces, la comida
no te va a negar nadie. Yo,
la gente de mi streaming lo sabe, voy todo el día en directo
y... Oye, tío, ¿me compras un bocadillo?
Toma.
Oye, me das pasta. No tomo suelto.
Claro. Es que
es así. Es así.
O sea, que la gente que hay es un tipo de
perfil, o hay droga
o hay enfermedad mental o... Alcohol.
Alcohol. Muy cronificado. ¿Mucho alcohol?
¿Dirías qué es lo que más hay?
Sí. Pero el alcohol
no es causa,
es consecuencia.
Porque yo tengo
un problema de alcoholismo también.
Vale. Yo cuando
me quedo en la calle mi problema era de drogadicción.
Resulta que el alcohol es más barato.
Resulta que
te quedas en la calle y hay un montón de ruido.
Que para dormir,
yo recuerdo el primer día
que me tomé una lata
en la calle. Una lata de cerveza.
El día siguiente, dos.
El día siguiente, tres.
Al día siguiente, pero... Sí, que
rápidamente y progresivamente.
Progresivamente. De repente te ves que te estás
bebiendo tres litros diarios de cerveza.
De repente te ves que
te levantas, tomas
un café, un desayuno... Porque te has buscado
el día anterior y tenías tres euros encima.
Vas a almacenarse por un café de un euro.
Pero ya a media
mañana una cervecita.
Y de repente ves que se te va de las manos.
Pues el alcohol
en el... O sea,
gente alcohólica que termina en la calle
es muy poca en
comparación con la gente de la calle que se convierte
en alcohólica. Y ahí te pasó.
Y ahí pasó. No alcohólico en plan
delirium tremens y
necesitar beber para no temblar,
pero sí necesitar
mi dormidina. Mis tres litros
diarios de cerveza para dormir.
Y a día de hoy
me estoy controlando. O sea, a día de hoy
me he tirado
un mes, aprovechando
de mi comunidad,
aprovecharme para... Motivación.
Motivación y todo esto. He dejado
de beber tan continuo.
Pero si es verdad que cuando te
desestabilizas un poco te lo pide el cuerpo.
Porque
recurres a eso para aplacar
tus nervios o...
Y lo vemos
tan socializado.
Sí. Pero si tú fueras
camarero y te vas a un bar, te sorprenderías
la cantidad de gente que es
alcohólica en España. Gente,
vamos a decir, con una vida normal. Normal.
Sí, el banquero, el
taxista... ¿A dónde
ponemos la línea de lo que sea alcohólico?
Pues se considera alcohólico el
que bebe más de 1,25 litros al día.
No según yo, sino según los médicos.
¿De algún tipo o lo que sea?
Alcohólico... A lo mejor no es
de alcohólico de necesitar pastillas
porque si no te mueres. Ajá.
Pero que ya tienen una adicción. Una dependencia.
Tienes un hábito no saludable.
Vale. Vale. El que se bebe todos los días
tres botellines...
No. Pero el que se bebe seis botellines
es un problema. Hostia.
Vale. El que se bebe todos los días seis
latas pequeñas tiene un problema.
Una botella y media de vino, por ejemplo.
El que se bebe todos los días
cuatro latas de medio litro
o dos litros de cerveza tiene un problema.
Que, ya te digo, es un problema
que te permite llevar una vida.
A mí me ha permitido durante
un año seguir haciendo streaming
y trabajar de raider por el día
porque no bebo durante el trabajo. Pero
llegas a la noche y dices, voy a tomar millón de cervezas
y estar y dormir.
Y te acostumbras a hacer esa etapa. Claro.
Entonces, bueno...
Curioso. Fíjate que pensaba
que habría mucho más personas viviendo en la calle
alcohólica y que el
alcoholismo ha provocado que acaben ahí.
Y me sorprende lo que me has dicho. Es muy interesante
porque, al final, es el alcohol
el que surge en estos
ambientes para aguantar. Dices
que dormir es muy complicado. Sí, por el ruido.
La primera noche, evidentemente,
está bastante destruido.
Cuando ya estás habituado, ¿cómo es dormir
en la calle? Bueno, pues...
Jodido. Es jodido.
Es jodido porque a las
seis, siete de la mañana, ocho de la mañana más tardar,
policía municipal,
llega todo el mundo arriba que
van a los puntos donde se junta mucha gente durmiendo
y, chica,
va a llegar ya la gente por aquí a vivir,
a trabajar, ¿sabes?
Y recoger tus cosas. No dejes
enseres en la vía pública, no te los tiramos.
Eh... Entonces,
ya, bueno, esto es levantarse
siete, ocho de la mañana, reventado.
El ruido es como... El ruido.
Días de fútbol,
coches, tal.
Bueno, pues sí. Y la...
Estamos acostumbrados a dormir
en camas. ¿Cómo se duerme?
Físicamente en la calle.
Físicamente se nota. Pero
si te lo montas bien, lo puedes pasar.
Vale. O sea, en plan, si pones
dos o tres cartones que hagan de aislante para el frío,
luego pones
alguna moqueta o colcha,
luego sacado de dormir...
No es la cama más confortable
del mundo. Pero no es un infierno.
No es un infierno. Tema temperatura,
que es una de las...
De las cosas que primero piensas,
¿no? Temperatura y clima, porque no solo
es temperatura, sino lluvia, tal. Vale.
Temperatura. Sobre todo
el frío. Vale. En invierno,
Madrid, que puede llegar a menos tres,
menos cuatro. Sí. Y menos seis ahora.
Y menos lo que sea.
¿Eso cómo lo llevas? ¿Cómo se hace?
Bueno, al principio, pasas frío.
Al principio buscas quedarte
en una parada de metro abierta. Buscas
quedarte en la estación de tocha. Pero claro,
a la gente de la calle no le permiten
tumbarse. O te quedas sentado,
pero como te duermas, te echan.
Porque no quieren que la gente
esté durmiendo en una estación.
En el aeropuerto, lo mismo.
O sea, fuera, ¿no?
Pues
de repente ves cómo se le ocurre a la gente.
Al principio tienes mucha vergüenza
de que te vean, que me vean, tal.
Pero llega un momento que dices, tío, mi descanso
y mi frío es más
importante que me mires tú.
Entonces, ves que uno
lo que hace es
ponerse una lona de plástico y hacerse
un canelón y un rulo. Un rito de primavera.
Y tú dentro de una lona
de plástico tienes efecto invernadero.
Abres un poquito para que entre aire
y eso circule y sudas.
Los últimos años en la calle
yo dormía en calzoncillos.
En invierno. En invierno.
¿Por qué? Porque tenía
los cartones,
un aislante, o sea, las esterillas,
dos lonas
de plástico,
una moqueta,
dos mantas,
un edredón
y luego el saco de dormir.
O sea...
Como un iglú. Costaba,
pesaba levantar eso.
Y te aísla de ruido, te aísla de todo.
O sea, yo en Filomena
me levanté lleno de nieve y no me enteré.
Filomena para los latinos fue
una temporada... Una nevada.
...de nieve fuerte.
Fuerte. Pues yo me levanté con 1,5 m
de nieve encima.
Y yo, eran las 10 de la mañana, decía
«Joder, qué bien he descansado hoy».
Hostia.
Hoy no hay ruido. ¡Qué tranquilidad!
Que es sábado, domingo, que no hay nadie
en la calle. Hostia.
De repente me hizo toda la nieve. Hostia.
Me desperté de una. Podías haberte
quedado colgado, ¿no? No.
Porque no había quizás tanto... No.
Pero me costó hacerlo ahí
con las piernas y se me metió toda la nieve dentro.
Hostia. Pero bueno...
No pasabas frío. No pasabas frío.
Pero ya te profesionalizas.
Claro. Pero las primeras
semanas... Los primeros dos años.
Es horrible. Horrible.
Y bueno, luego ya
pues te vas... ¿Y el calor?
Bestial. El calor es más horrible.
Es peor. Sí. Fíjate, que yo hubiera dicho
al revés. No, que va.
Porque te duermes a las 4 de la mañana
por el calor y por los borrachos
gritando. Pues a todo el mundo
en la calle están las tontas. Claro.
Y a las 8 en pie porque te pega el sol en la cara.
Pero sol fuerte. Y es imposible.
Entonces, el primer mes vale,
pero el segundo y el tercero ya estás, tío, arrebentado
porque duermes cinco horas de media.
¿Sabes? Claro. Y no son de calidad.
Tema higiene.
Tema higiene. Es otra gran pregunta, ¿no?
Tienes duchas públicas, 50 céntimos
la ducha. Tienes
asociaciones e e-commerce social
que te dan tickets gratuitos para que no pagues.
Si no tienes ni un puto...
Es que 50 céntimos los da cualquiera para ducharte.
O sea... Oye, mira, te pones
dentro de la ducha y dices a alguien
me das 50 céntimos para dentro de la ducha y te lo dan.
Vale. Y duchas
superhigiénicas, de mármol,
que lo lleva una empresa de servicios
muy conocida en España. Y...
Entras,
tienes 20 minutos de agua caliente,
no has sobrado. Total.
Sales, entra un trabajador
de esa empresa de servicios, desinfecta
y entra al siguiente.
Hostia. Para que no haya hongos ni nada de esto.
Qué bueno. Y así funciona.
O sea, la ducha ahí siempre.
Sí. Empadronamiento.
Te pueden empadronar o en
Samul Social, en mi caso,
o en diferentes asociaciones
que trabajan o centros de día
para recibir cartas, hacerte el DNI,
salir social y todo esto.
Roperos. Hay un montón de roperos gratuitos
para coger ropa. Y aparte ropa buena.
No ropa de pantalón de pinza
de viejo. Es ropa que te vas a sentir
a gusto con ella. Incluso hay
marcas de ropa que donan
zapatías nuevas,
pantalones nuevos...
Te los dan con cuenta gotas pero te los dan. Ajá.
A lo mejor cada seis meses puedes ir a poner zapatías nuevas.
Y
tema comedores también lo hay.
Para poder ir a comer. Tema baño.
Que vais a baños de
restaurantes o bares. Yo baños públicos,
siempre restaurantes.
Haces tus sitios. Ya coges tu confianza.
Los conoces.
Yo iba a donde Manolo
Lopetegui, que le llamamos.
No se llama Lopetegui, pero se llama Marero y Javi.
Era el bar de al lado donde dormía.
Vale. Y yo era a levantarme
y para ya lavarme los dientes,
lavarme la cana. Te tenían cariño ya y te conocían.
Me fiaban un café si ese día no tenía dinero.
Me han llegado a fiar esas 30 cafés
en un mes. Hostia.
Y cuando he tenido pasta se lo he pagado. Claro.
O sea, me han llegado a fiar pasta. No dearme pasta.
No, pero... Apúntame el otro, pago donde pueda.
Y cosas así.
Y luego se toro
parkings. O sea, eso es
para lavarme los dientes, la cara en las manos,
agua calentita por la mañana, coger un café.
Pero luego, para cagar,
pues al parking. O para ir al baño
más veces del día, había un parking público
de 24 horas, pues al parking.
Vale. ¿Era gratis el baño?
Sí. Vale. Ahora los ponen con código.
Pero ya te conoces el código
el primer día, ¿no? No, no te creas.
Al principio estaba abierto lo que puse en el código,
pero yo ya me pillo que me iba de...
Vale. Tema higiene. Es que hay tantas cosas
y ahora lo has comentado tú.
Cargar dispositivos.
Dispositivos. Bueno, en los parkings
siempre hay enchufes. En el metro
hay enchufes.
En cualquier 100 montaditos
pagas un café y te gastas toda la tarde.
Porque es autoservicio, no te voy a decir nada.
Claro. En un McDonald's igual.
Vale.
Pagas un café, un euro, tío, y te gastas ahí toda la tarde.
Y luego yo, en mi caso,
yo tenía al lado un supermercado
que siempre compraba ahí un udaco
que era de unos chinos y ya
pues me dejaban cargar las cosas. Vale. Dejabas ahí
y... Sí. De hecho, dejaba las cosas
por la noche y las cogía por la mañana.
Así no me las podían robar.
¿Tenías confianza entonces? Sí, tenía mi enchufe.
Y yo les daba 10, 15 pabellos al mes.
Bueno. De luz.
Está bien. Es un buen trato.
Y luego les compraba siempre a ellos. Claro. Has dicho
una cosa ahora que es también
una pregunta importante que tenía, que es el tema de la seguridad
y el tema del ambiente entre vosotros.
Porque esa es
una gran duda también. A ver, depende.
Depende. Porque si es entre nosotros,
si tú estás en un mood de alcohol
y drogas, mejor en compañía.
Porque cuando tú no tienes al otro, te invita.
Y cuando tú no tienes, te invitas al otro.
Y al final tú el día liao.
¿Sabes? Sí. Pero cuando llega un momento
de hasta pollismo, que dices hasta aquí
y te quieres ir fuera,
pues es mejor ir por libre. ¿Vale?
Y hay gente que va por libre porque quiere salir de ello.
En plan,
me voy solo, empiezo
a ir a terapia y ahí me hago con el perro.
Ahí busco el internet,
se regala cachorro y ahí aparece mi perrete
con tres meses.
Y ahí pues ya empiezo a buscarme
la vida en la calle. Empiezo a vender
cosas, paraguas,
pintura,
postales,
abanicos.
Y no querías estar todo el día drogando, te he borracho
y... Es que ya
con la terapia,
con el perro
y apareció un libro en mi vida muy bueno
de psicología de Enrique Rojas,
La conquista la voluntad,
pues empecé como a decir, bueno,
pues aquí estoy aislado,
no conozco nadie que consuma,
yo no voy a ir a pillar
y aquí
no va a venir nadie a ofrecérmelo.
Y ahí, eso fue lo primero.
Entonces, a partir de ahí, vas
cada decisión más fuerte y
ante los estímulos vas diciendo que no.
La vez más fuerte
que fue esa
identación, fue por ejemplo cuando ya
salí de la calle, que me
invitaron a la noche de póquer de...
de póquerrezi,
tal, y fui a la ocasión de Gran Vía
y en la
sala de espera, que estamos con
una cerveza, pues una persona
sacó, abrió
la bolsa, ¿queréis tal?, no sé qué.
Y yo, se me puso el
cuerpo aquí a punto de consumir
y para quitarme lo de encima le dije
tú, tú, tú, que van a entrar, tío, anda, vete al baño,
vete al baño, coge ese fío del baño y me lo quité de encima,
tío. Y esa fue
la última que lo tuve ahí,
¿sabes? Y cada vez te vas haciendo
más fuerte, pero es un adicto para toda la vida.
O sea, en cualquier momento puedes recaer.
Entonces, no me vas a ver beber
alcohol duro, o sea, ron,
ginebra y tal. Whisky, etcétera.
No me vas a ver en un ambiente de fiesta, ni VIP,
ni... No, es que
hay un evento de, yo
que sé, marca...
Eso no es para mí, ¿sabes? Yo
no quiero ser un influencer, ¿sabes?
Ser streamer y youtuber me vale.
Y nada, pues en ese aspecto
la verdad es que me mantengo
muy al margen. Claro, y por eso es importante
escapar un poco del grupo, ¿no?
Del grupo... Y te aislas.
Tú te aislaste porque quisiste.
Sí, pero luego también
en tu día a día, durante tu vida te aislas.
A día de hoy me sigo aislando de eso.
Va, Jenny, nos vamos a ir a fiesta no sé cuánto. No, yo no voy.
Va, tío, vamos a
una discoteca. No, yo no voy.
Pero no vas ni de fiesta. No voy ni de fiesta.
Ah, una fiesta normal, con gente normal.
No hay días. Es que siempre se cruza.
Hay un momento que...
Siempre se cruza. Ibas a ir al baño
y van a haber dos con el papel aliados.
Y es que está ahí.
Entonces, pues mejor no ir a sitios
donde haya más porcentaje de que pueda pasar.
Claro. Pues esa es mi vida
ahora. Y empezaste
a hacer ese cambio en la calle.
En la calle. 2010
y...
2000... primer año y medio
tal...
Yo diría 2015, 2016
más o menos. Ahí, además de irte
por un tema de
no querer seguir consumiendo y cambiar la vida,
eh...
El ambiente que había entre vosotros era...
Pesado. ¿Qué significa pesado?
Nadie es amigo de nadie.
Nadie es amigo de nadie. Somos colegas
tal, pero si puedo hacer el lío, te lo hago.
Sí. Si veo que tienes una tablet
algo, si te la puedo mangarte a mango...
Entre vosotros. No había lealtad
auténtica. No, cada uno va a lo suyo.
Cero. Cero. Pero que no la haya en la vida.
No la hay ni entre compañeros de
trabajo. Será que hay tiempo de poner
la zancadilla para quitarte tu puesto
para poner. O sea, no...
Cualquier persona en un...
cargo básico
si puede ponerle la zancadilla
a un cargo medio para que lo echen y ascender
él lo va a hacer. Así es la vida.
¿Sabes? Entonces, bueno,
pues era un poquito así. Era una situación
de interés mutuo y poco más.
Interés mutuo y ya está. Dormir juntos
para hacer bulto y ya está.
¿Os contabais la vida? ¿Os contabais cosas profundas?
¿Había conversaciones buenas? No, ni eso.
A veces sí, a veces no. Había un tal
pedo y... o la borrachera
y tal. ¿Había
relaciones sexuales? Sí.
¿En la propia calle? Sí.
Es un tema que es curioso también este.
Sí, sí. Y también hay chicas de la calle.
¿Que pagabais y...
o pagaban? No, no, no. Chicas que
viven con chicos también, que ellas consumen.
Ah, pero cuando has dicho chicas de la calle pensaba prostitución.
No, no. Chicas viven en la calle.
Sí, sí. Y que se hacen pareja de este
y que hoy lo dejan con el otro y se van con el otro.
Es un lío que flipas. Hay salseos
en el ambiente.
Bastante. Hostia.
¿Y se folla en la calle? Sí.
Debajo del alone.
Hay magia.
También tiene que ser...
Las primeras veces tiene que ser...
Tiene que ser lo más fácil del mundo.
Si es un poco vergonzoso, no como Nacho,
que Nacho lo haría aquí mismo y lo está haciendo.
De hecho, para, Nacho. Pero que...
Cualquier playa de verano pasa eso.
Sí, pero claro,
en la calle pueden haber tantas miradas, ¿no?
Ya te haces.
Marbella pasa eso todos los días.
En cualquier playa de fiesta pasa eso.
Hay relaciones, hay amor,
desamor y todo eso.
Enganche, mucho enganche.
Mucho enganche, ¿no? Y muchas relaciones
tóxicas también, supongo.
Mucho interés. Mucho interés.
No es una relación
que ha nacido de la supervivencia.
Entonces, como manada,
se juntan para ser menos vulnerables,
a nivel de seguridad,
a nivel de robos, a nivel de violencia.
Ya no tan solo de gente
que está viviendo en la calle. En general,
¿qué nivel de peligro
tiene vivir en la calle? A ver,
robos siempre va a haber.
O te van a robar por la noche
si ven que tienes algo. Otros que viven
en la calle. La gente que va a la
gente de la calle es gente de la calle.
Y a la que otro que pase por ahí todos los días te vea,
que tienes un teléfono,
por la noche va a venir a manotelar si no lo puedes robar.
Eh...
Violencia. Yo solo tenía
un caso de violencia. Bueno...
Tres veces, una fundida
de un Madrid-Barça, con una persona
que iba muy borracha, que eran rollo
skinhead. Hostia, ahí querían ir contra nos.
Sí, bueno, empezamos
a manos y al final vino la policía, nos separó y tal.
Y, bueno, casi se lo iban
deteniendo al tío.
Otras dos veces fueron con
gente que va borracha por la noche
y que se pone a mear donde estás tú durmiendo.
Y ahí, dos veces
a la hora me diciendo que estoy aquí durmiendo
y la gente encima se pone agresiva.
Estás en la calle, deshecho,
ponte a trabajar o...
Todavía te levantas de mala hostia y...
Sabes, la gente saca ahí
lo peor, ¿no? Entonces, son
las tres ocasiones que he tenido así de violencia
en la calle. No de que haya gente que vaya a buscaros.
A quemarme, no.
Que quiera... A hacer cacería de mendigos,
no. Eso yo no lo he visto.
Vale.
Es una vida, de verdad,
que me sorprende. Y tú has dicho
a principio que has sido quizás
los mejores años de tu vida.
Cuando ya los últimos.
Cuando te vas del grupo, de la manada esta
y te separas. Porque ahí empiezo todas las meninas
a buscarme la vida. Ahí empiezo a leer.
Me leo el clan de los Gobernarios
entero. Me leo Capitán
Atristo entero. Me leo el
Quijote... Ya que ha estado
Arturo Pérez Reverte. Hostia. Aquí en esta
silla. Qué grande. Tienes que volver a Arturo.
Tienes que volver. Segunda parte.
Me leí el Sun Tzu.
Me leí...
El arte de la guerra, ¿no? Sí.
Me leí un montón, tío. En la calle.
¿Y tenías tu perrito también? Sí.
Luego ya me hice con un móvil y empecé con las series.
¿Tú el móvil lo tenías antes?
No. O sea, he tenido móvil algunas veces.
Pero hubo un tiempo
que ya no tuve móvil. Eso tenía los libros.
Hostia. Y luego ya, cuando ya
empiezas a buscarte la vida todos los días
y empiezas a tener 20 pavos diarios,
me voy a pillar un teléfono de segunda mano.
Y ya voy a tener
todos los días 100 pavos en el bolsillo porque es que
mi perro puede tener una emergencia.
Y ahí empieza
una responsabilidad. Oye,
es que a lo mejor mañana llueve y no pudiera vender.
Te he estado que comer.
No me he acordado preguntarte
para terminar con el tema de viento en la calle puramente.
¿Y cuando llueve? Cuando llueve
te metes en un garaje,
en la puerta de un garaje o en un cien montaditos
todo el día. Consumes
café, café y café.
¿Y dormir, por ejemplo? Dormir con la luna
no te mojas. Ah.
Yo con la luna ni me enterabas. Con noches
de diluvio. ¿De diluvio?
Pero ni enterarme. Es cierto que
cuando ya llueve cinco días seguidos,
algo de agua ya entra
y se te moja la capa de abajo del todo,
pero sigues seco. Vale.
Las únicas veces que he amanecido
mojadísimo es
que a la hora de dormirme
y hacerme el rulo por encima,
me he puesto la piedra para hacer
la prensa y por la noche
el viento ha levantado la luna
y me ha caído el agua. Vale.
Y te levantas. Bien. Y al día siguiente
echo polvo. Claro. ¿Tenías
cambios de muda para si te mojabas?
Sí, tenía un par de mochilas, cambio de ropa
y todo eso. ¿Y luego tu vida
cuesta? Sí. Bueno,
mide un sistema como
los bordillos, eran unos bordillos grandes
y eran como de granito.
Entonces, del bordillo
al suelo, yo ponía mis cosas
a lo largo del bordillo y lo que hacía
era, con una moqueta gris
color bordillo que dejó la televisión
española en la plaza,
tapé eso y parecía granito.
Entonces, a simple vista
de lejos, o sea, tenías que estar
a tres metros para ver que debajo había
mochilas. Hostia. Entonces...
Tenía hasta un camuflaje ahí.
Qué flipas. Y me levantaba, recogía
y así Policía Municipal no me decía nada.
Y lo tenía todavía palancadísimo.
Hostia. Claro.
Claro, al final tienes que espabilarte
para sobrevivir, para hacer...
Sí, levantar alcantarillas y esconder cosas
dentro de las alcantarillas. Tomas de agua.
Y escondes ahí ropa.
Pero luego dices que cuando yo se me moja
¿dónde puedo tal? Y al final te la vas buscando.
Y encuentras tu forma.
Cada uno encuentra la suya. En ese momento que ya estás
subiendo de nuevo
y que estás cambiando tu vida,
ahí cuando te ves en la calle
y te analizas y dices coño, estoy viendo
en la calle, ¿qué sentías?
¿Te sentías mal? Me sentía
que iba a muy,
muy pequeños pasitos pero muy
satisfactorios. Porque ahí ya no estabas
en modo automático. No. Empezabas a
ser una persona... Ser yo.
Exactamente. A conocerme. Exactamente.
A analizarme. A perdonarme.
Claro. A...
Porque tu vida había sido una puta
bala. Tú ibas en línea recta y lo que
pasara. Eso es.
Claro. Entonces, sobre todo, aceptarme,
decir, pues, hasta aquí, tío.
Esto es lo que hay, ¿sabes? Y a partir
de ahí ya es cuando
eh... Llegas y
pues, eres previsor.
Te guardas un poquito de dinero.
No habías hecho nunca eso. Nunca. Eh...
Te compras un camping gas para cocinarte.
Eh... Ya, en vez de
comer de fríos y embutidos, te pillas
dos salchichas, dos lo organizas y otras haces.
O te haces una tortilla de patatas, ¿sabes?
De hecho, cuando abrí directo
una vez con el camping gas, la gente
flipó. Me estaba haciendo en mitad de la plaza
una tortilla de patatas en la calle, en Madrid.
Claro. Tú eres un cuento.
Tú vives mejor que yo.
Estoy Masterchef, ¿no? Sí.
Eh... Y bueno,
pues, ya te empiezas a organizar.
Ahí ya, eh...
De repente,
entra,
pues, me pongo,
no sé, lo típico. Tengo
dinerillo, tengo 1200 pavillos
siempre encima, gano todos los días
20 pavillos vendiendo cosas en la calle,
30 pavillos, los días de lluvia 80 porque vendes muchos paraguas.
Y ya te empiezas a buscar
la vida y tienes tu dinerillo. Entonces,
ya te pillas un móvil un poquito mejor.
Bueno, ya que voy a ver películas, las voy a ver bien.
Claro. ¿Sabes?
Y ahí dije, joder, tío,
eh... Lo típico.
Oye, pues, este...
Bono de apuestas deportivas de no sé qué,
no sé cuántos. Y dije
buah, pero esto...
Va, esto va. Voy a meter 20 pavillos.
Hostia, no me jodas. Lo típico,
¿no? Y tal. Pero nunca llegué
a perder porque
dije, pero ¿se podrán ganar las apuestas deportivas?
Inventé un foro
de gente que hacía
la apuesta a favor en un sitio,
la apuesta en contra en otro sitio
y liberaba la diferencia. Y siempre
algo le daba. Era el bono.
Los bonos que te dan de depósito.
Entonces, lo fui haciendo con depósitos de 10 euros
hasta tener 400.
Pero ya llegó
un sitio muy importante de apuestas en España
y me empezaron a cancelar las cuentas.
Retiré el dinero y me llegó
con 400 pavillos. Y en ese mismo foro
encontré un foro de póker.
Y dije
¿esto qué es? Voy a mirar.
Noticia súper importante.
Buah, lo mejor que iba a pasar el póker en español.
Y yo, a ver, a ver, ¿qué es esto?
Y era que se abría la liquidez compartida.
La famosa
que había encapado España para jugar,
pues ya se podía jugar entre Francia, España y Portugal.
Bueno,
pues me quedan...
Yo había sacado toda la pasta.
Me quedaban, creo que, 8, 12 o...
Nada. 8,25
en PokerStars.
Entonces, me puse a buscar
en otro foro
estrategia para jugar al póker.
Y te voy a dar el recuerdo
la estrategia ABC
de McRoyer Poker. Ah.
Unas tablas.
Todo esto yo seguía vendiendo por las mañanas, pero por la noche
me dediqué a estudiar eso. Vale.
Y eso me dedicó un millón de horas
de estudio, entretenimiento,
de investigación, ¿no?
Y empecé a jugar mesas de 2 céntimos
y empecé a ganar.
Y empecé a seguir unas tablas
que te daban. Y ahí
conocí una escuela de póker.
Y empecé.
Y de repente empecé a generar 500 pavos al mes
jugando al póker. Desde la calle.
Ojo, eh. Desde la calle.
Juegando spin and goes. Ah.
Y bueno, recuerdo el día
yo estando en la calle, que nadie del póker
sabía que yo vivía en la calle y yo era un Nick.
Un perfil más. Un perfil más.
Eh... Pero tenía
mi ocupación de vender en la calle y luego
me sacaba un sobresueldo. Joder. Con la idea de
algún día, oye, esto va a depender
de mí. Tengo estos ahorros, ¿no?
Y eso era lo que hacía.
Y me entretenía haciendo eso. Y me
mantenía la cabeza ocupada. Y como es
un juego de estrategia, me pasaba de puta madre.
Vale.
Y se me iban las horas haciendo eso. Y viendo
un vídeo de teoría y no sé qué...
Con el póker tráqueo mirando manos.
Todavía recuerdo, en la escuela que
estaba yo con Miguel, con
Space Jack, con Mentopoker.
Eh... Recuerdo el día que entró
Leo, que la veo aquí muchas veces. Grande, Leo.
Que entró Leo a la escuela
a aprender spin and go. Que bueno.
Todavía me acuerdo. Y fue como
¡uau! Entraron Leo a la escuela, no sé qué.
Que fuertes. Que todavía estamos todos en un grupo
en Skype. Sí. Imagínate.
Y tú desde la calle. Tú desde la calle.
Es una locura. Pero claro, yo había pasado
tantas horas con mis compañeros
en Discord, en
llamada, analizando manos.
Viéndonos jugar unos a otros para aprender.
Ayudándonos que cuando me hice
streamer y me empezó a hacer reconocido,
muchos me reconocieron por la voz.
Oye... Tú me suenas, ¿no?
Tú no eres
Johnny de tal,
tal. Y yo luego
pulpeado. Sí, tío, no digas nada.
Hasta que un día dije
tío, mira, sí, soy yo.
Esta era mi cuenta de
Twitter de poker.
Esta es la de ahora viviendo en la calle. Bueno, pues
voy a eliminar esta. Quien quiera
seguirme. Claro. Decir que el poker
me ayuda mucho dentro de una época para tener una motivación,
un estudio... Te ayuda muchísimo.
Un entretenimiento, tío.
Hay muchos valores dentro del poker,
aunque no se entiendan. Como que es
el más importante que por más que lo intentes,
los resultados no dependen de ti.
Eso es súper importante,
tío. O sea, tú lo puedes hacer
bien, bien, bien, pero no corresponde.
Perder. Perder. Muchas manos,
heridas. Y, entonces, eso te da
un mental, te da una mentalidad
súper
de, tío, de aceptar
derrotas, de aceptar bad bits, de
aceptar mierda, ¿no? Aunque
tienes épocas malas. Claro.
Sabes que el tilt te puede
o que no lo llevas bien. Habreas
y no sabes parar. No, no sabes
parar. No, porque si sabes parar
o siempre juegas dentro de banca
y nunca pierdes la banca entera hasta arruinarte,
¿vale? Si no, tienes que bajar
de stake. Si juegas en 5,
bajas a 2. ¿Vale?
Pero porque hay que detectar
eso. Pero eso das para otra pozca. Sí, sí,
sí, no. Un día a lo mejor
traigo también a gente del mundo del poker.
Bueno, Leo, que ya sabéis que vino, pero también para hablar de su trayectoria,
y que Leo viene mucho.
¿Cómo te da
que estás en la
gran clave y estás aquí por ello,
¿no? ¿Cómo te das estando en la calle?
Ajá. Por decir, no, ahora voy a
empezar a ser streamer.
Vale. ¿Con un móvil?
Yo estaba, te cuento. Yo estaba en la
plaza sentado. Yo
ya llegó un momento que ya
con esos 400, 500 euros que ganaba al mes
no me hacía falta ir a vender a la calle.
Todas las mañanas me
ponía en un 100 montaditos
o en cualquier sitio, me grindeaba
mis 3, 4 horas en mi stake
que yo ganaba dinero. Me
ganaba al mes mis 400, 300,
200, cuando eso vivía.
Y las tardes eran para ver pelis y series.
Y así estaba y estaba feliz.
Porque para mí era
chico, ¿sabes
cuando estás en tu zona de confort que dices
que a gusto estoy?
Sí, algo lo que quiero. No, algo
productivo, no consumo drogas,
duermo aquí, me ducho aquí, como aquí.
Qué tranquilidad.
Quiero tranquilidad, ¿vale?
Y fue que un día estaba en la plaza vendiendo una serie
y llegó un chico
con un palo selfie
haciendo directos y era Kiddie.
Hostia, no me jodas. Es por él.
Es por él. Y él llegó
a los chavales de la plaza patinando
y les estuvo grabando los trucos.
Y yo vi ahí un
extraterrestre con un carnet jugando,
con el pelo azul
como lo llevaría, ¿no? Ahí tenía
diente. Ajá. Sí.
Y mira
no sé, llegó ahí y todos. Eh, una foto,
una foto. ¿Quién cojones
es este? Se fue.
Eh, chavales. ¿Quién es?
Este es streamer. Y yo veía streaming.
Ah, tú ya veías. Yo ya veía Twitch,
yo veía Mentopoker, yo veía PokerStars,
los torneos. Claro, todo el mundillo del poker en Twitch.
Yo lo veía en Twitch. Yo lo que seguía, seguía
poker, seguía Ibai,
Attitude Clank, que era otro rider
y ya está. Un poco más. No conocía más
contenido. Y dije
¿eso qué?
¿Qué hace? IRL.
¿Qué es eso? In real life.
Vamos a mirarle.
Y me puse a mirar aquí ¿no?
Y claro, había ahí
600 personas hablando y yo ¿cómo
haces streaming?
Hola, buenas tardes.
¿Cómo se hace eso? Y
ignorado totalmente porque
es la típica pregunta que estás hasta
la polla de responder y la ignora.
Vale. Claro. Yo ahora digo, tío,
vete a YouTube que lo explico. Exactamente, ahí lo tienes.
Vale. Y a raíz
de ahí me puse a Googlear.
Y entonces me puse en YouTube
¿cómo hacer
estas búsquedas? ¿Cómo hacer streaming
desde el móvil?
Y apareció toda la configuración.
No sé, la típica
búsqueda de
¿trabaja en Internet y hace rico? Sí.
Lo típico ¿no? Vale, pues
búsquedas de esas. Sí.
Aprendí a configurar el móvil.
Y luego a mi colega Paco Imanu
de la plaza, chavales que van a patinar,
que a día de hoy sigo teniendo contacto con ellos,
tú quieres hacer esto. Bueno, estoy
promisando muy bien, Johnny, no te va a ir para nada.
Vas a fracasar. Y empecé a ver
a buscar
más el contenido de cómo ser buen streamer en Twitch.
¿Cómo ser buen streamer?
¿Cómo ser buen streamer? En inglés, en español,
tal. Y a devorar opiniones,
opiniones. Tú tenías mucho tiempo.
Sí. Estuve un mes viendo
eso. Entonces
no vas a llegar a nada. Va a estar
seis meses, un año con dos viewers,
tal. Y yo dije, bueno, lo quiero
intentar. Sólo por
probar. Hay que elegir un nick. Y ahí
elegir un nick... Ahí lo peta. No, es que es brutal.
Es un acierto increíble.
Y ahí, vale,
¿cómo comunicar? ¿Cómo comunicar?
¿Cómo estar cuatro horas sin callarse?
Y ahí, en lo de cómo ser
buen streamer, apareció un vídeo del Chocas
de 2018.
¿Cómo ser buen streamer en Twitch?
Y él empezó a hablar
de lo que es el valor, que es igual
a la habilidad
más el conocimiento, por la actitud.
Que eso es una fórmula de Viktor
Kuepers. Y ahí llega hasta Viktor Kuepers.
Y empecé a entender
que, vale, puedes tener un poco
de conocimiento, puedes tener un poquito de habilidad,
pero si tienes buena comunicación y muy buena
actitud,
lo demás va a quedar opacado.
Y me quedé con varias frases del Chocas.
Sobre todo la de
el gameplay es lo que pasa mientras que tú
comunicas, mientras que tú interactúas.
O sea,
yo de Rider es lo que pasa mientras que yo
hago streaming, ¿vale?
Y para mí ese vídeo
fue la Biblia durante un año.
Me lo he llegado a ver
todos los lunes durante un año.
El de Chocas. El de cómo ser buen streamer en Twitch.
Literalmente.
Si tenía algún momento de bajón,
veía el vídeo. Si
no me encontraba motivación, veía el vídeo.
Porque entiendo que los inicios
eran con muy poca gente.
Bueno, empecé el primer día con 38
viewers. Que es mucho. Sí.
Pero porque todos los sales de la plaza
repostearon en Instagram. Vale. Pero el día siguiente
llegó la realidad. Un viewer.
Dos viewers. Un viewer. Dos viewers.
Y de repente un día abrí, dije
tío, pues voy a abrir aquí mientras que me hago la comida
y a ver qué sale.
¿Los primerísimos streams de qué hablabas o qué hacías?
Hola, soy Johnny. Aquí estoy.
Vale. No sabía nada.
Ni hablar ni... Temblando.
Eh...
No sabía ni comunicar ni nada.
Y... En eso
pues que un día me abrí con el campingas,
me puse a hacerme unas longanizas con Hugo Fritos.
Y de repente 10 personas.
Y dije, ya está.
Tiembla, Ibai.
Ya está. Voy a por ti, Ibai. Ya está.
¿Sabes? 10 personas.
Me pensaba que era el puto
rey del mundo, ¿sabes? Hostia.
Y pues ahí empezó
10, 20, 30,
40, 50. Me estancé un mesecito
en 30, 50. Ahí llegó
Kiddy. Interactuamos.
Hicimos un campeonato de skate en la plaza.
Llegó Gabriel Chachi
que falleció. Pobre.
Eh... Y empezó
esa interacción. Llegó Rocío de Gracias.
Y
ya pues llegó Balendi San Juan.
Empezamos a interactuar
y tal. Y de repente
pues recibí
un mazo de hate por Julio Agosto.
Hate. Es hate, pero mazo.
Eres un falsante. Tú no vives en la calle.
¿Te decían eso? Sí. Tú vas a dormir a tu casa.
No jodas. Sí, sí. Que era falso.
Todo lo que tú montabas era...
Falso. Y...
Vale. Pues perfecto.
De repente un día
de esos que yo mi lunes me ponía mi vídeo del chocas de...
Es que me levantaba moral
el chocas, te lo juro.
Tenía una energía total. Eso es.
Y dije pues
ya... Yo, todos mis lunes
me... Es que me obligaba a verlo.
Bueno, ahora he cambiado de vídeo.
Ahora tengo otro vídeo. Ahora uno de X vídeos.
No. Ejes de Ludwig.
Ajá. Es lo mismo pero en inglés. How to be a big streamer.
Vale. Necesitas cada lunes
tu sesión de...
Ahora luego por las noches. Ah.
Antes de ir a dormir. Sí. Tengo
un vídeo de cabecera que lo veo siempre para
estar motivado y al día siguiente empezar
con fuerza. Porque son muchas horas
de streaming. Llevo ya cinco meses en directo y...
Y duro. Entonces, bueno, pues empecé así
y de repente en septiembre dije, va, chavales,
tenemos un plan. Tenemos
400 subs. Estoy ganando mil paus al mes.
Joder. Vamos a salir de la calle.
Y ese clip se viralizó. Pero
viralizarse digo que
llegará a cuatro personas. Vale.
No como un TikTok de ahora que me pilla un millón o dos millones
o tres millones, ¿no?
Entonces, ya soy milleurista en Twitter.
Soy el ciber milleurista.
Pues me hizo
una reseña a El Confidencial.
Salí a las nueve y media en Prime Time
en la televisión española,
en el televiario, un lunes. Y de repente
llegaron mil personas.
¿Vale? Eramos 300 y llegaron mil.
Bueno, pues al mes
recibí una donación. De diez mil,
¿no? Que esa es... De once mil euros.
En Bitcoin. Cero con veintiún
Bitcoin. Que estaba
enterado de todo el mundillo cripto y tal.
Sí. Te cuento. Yo en verano, julio y agosto
había ganado ya
300, 400, 500 al mes y
salió todo el tema de este cripto NFT.
Lo de los videojuegos estos.
Entonces, pues bueno, me metí en el mundillo
Axie Infinity. ¡No jodas!
¿Y lo pillaste en el buen momento? Lo pillé
en el buen momento. ¿Cuándo se fue a la puta mierda?
Pero luego reinvertí en los equipos
y me quedé Eben, ¿sabes?
Pero bueno. No perdiste. Sabías lo que era.
O sea que a lo mejor alguien
puede pensar que me vi en la calle y que sabía lo que es un Bitcoin.
Estabas todo el día informado.
Era un biwer mío que se pasó a verme a la plaza
tomando coca cola y tal.
Dice que tengo un colega que con tres muñequitos
se saca... A ver, ¿qué es eso?
YouTube, YouTube, YouTube, YouTube.
Mirar, mirar, mirar. ¿Y sabes quién te dio
los 10.000? Los 0.21.
Hablé con él
por WhatsApp. Bueno, primero me pasó
esto por susurro, por mensaje directo de Twitch.
Le pasé la wallet
y llegó a los 10 minutos. El 0.21 Bitcoin.
Literal.
¿No sabías quién era al principio?
No sé quién era.
Luego hablé con él varias veces
por WhatsApp.
No sé si se puede contar, pero ¿sabes qué?
¿Te enteraste quién era y por qué te dio eso?
No sé quién es. O sea, sé que no es un hombre
físico. A día de hoy hay algunos
que dicen que es que tienen una empresa piramidal
de no sé qué, no sé cuántos. A mí me la trae al
Pyro. A ti te dio 10.000. A mí me ayudó
perfectamente. Mi relación con él
fue esa. Le dije ¿se debe algo?
¿Te lo debo? ¿Te lo puedo pagar en plazos?
No. Haz lo mismo tres veces.
Como la cadena de favores de la película. Vale.
Y...
Pues ahí salí de la calle.
Claro, de repente ahora me veo con 12.000 pavos,
pero no puedo alquilar un piso,
porque no tengo ni contrato ni nómina.
Nada. Nadie te alquilaría.
Nada, nada. Entonces llegó Valentí San Juan
como streamer y me avalo él.
Me pillo un piso
y ahí llegó la realidad.
Hay que entretener.
Ya no hay la calle. Ya no es la calle.
Ya no puedes venderlo viviendo
en la calle puramente. Claro. Estás en una casa.
Ahora ponte a pelear
cuota de audiencia con los demás.
Con el que juega Valorant,
con el que juega el WoW, con el que hace Just Chatting
o con el que hace IRL. Con los megatops,
con todo el mundo, claro. Ponte a pelear por tu cuota
y por tu entretenimiento. Y por tu
público y por tu... Hacer tu comunidad.
Y muchos palos de ciego.
Llegó
noviembre. Yo estaba reaccionando a vídeos.
Aquí era un desastre.
Los viewers caían, caían,
caían. Diciembre se mantuvo un poco por las
navidades. Enero. Llegó
febrero y dije
chavales, hasta aquí.
No puedo vivir del streaming.
Voy a buscar un trabajo. Y como
yo había ido a la calle a hacer charlas con
Riders y a hacer IRL un poquito,
pues me metí de
Rider. Y empecé
con una GoPro que me había comprado
a grabarlo y a subirlo a resubir a YouTube.
Entonces vi que si teníamos
3.000 suscriptores en YouTube,
lo veían 2.800.
Dije, hostia,
mi comunidad le gusta. Bueno,
pues me voy a comprar un router por 300
y emitir a 720, 30
FPS. Con mogollón de cortes
en cada ascensor, tal.
Sí, pero ya aumentamos a 400 viewers.
La gente le estaba molando
el tema de Rider. Estaba molando. De repente
pues pasé de 200 viewers
que conseguía mantener de la calle
a 600,
800, 1000.
Todo eso en el transcurso del 2022.
Luego llegaron los Slam. Navidad llegamos a
4.000. Pero bueno, la realidad
son 2.000 durante el día y
1000 en las horas muertas y 500
por la noche, porque ahora estoy viendo 24 horas al día.
Y llegó septiembre
y dije, pues vale, quiero hacer una estrategia
guapa para establecerme
como creador de IRL y tal.
Voy a hacer 1000 horas en directo.
Y empecé
a hacer las 1000 horas y empecé a crecer
bastante. Y todo el día en la calle
con la moto repartiendo.
De repente, claro,
mi primera propuesta
era hacer un Mr. Beast.
Era decir 100.000 veces PewDiePie.
¿Vale?
Y iba a decir, el chocas es una foca
100.000 veces. Pero a mi comunidad
no le gustó. No. ¿Vale? Bien.
Bien.
Y dije, que se me ocurre
comer un mes por una hora al día.
Dije, no aguanto ni de coño.
Dije, vale,
voy a intentar batir el récord de horas
en directo.
¿Cuánto está? Ahora mismo hay una persona,
un italiano se llama Zeduzzo. Lleva desde
2020. Macabra.
Y hay una chica en Texas,
Emilie Cece, que lleva
año y largo. Pero están haciendo
cada día contenido. No. O meten...
Ella se va y deja la cámara mil veces
sola durante un montón de horas.
Hace vida normal y... Y la cámara aquí
enfocándole al techo. Y él
no hace nada. O sea, realmente
todo el día en la cámara...
No todo el día. ¿No hay un límite
de horas? Sí, son 48.
Pero yo reinicio todas las mañanas.
Guay, si no te olvidas. No me olvido.
Porque todas las mañanas
reinicio para que así te mande un SMS
que estoy en directo.
Con el plan de cada día. En el título pongo, vale, hoy,
gimnasio,
probamos tal
restaurante, luego repartuza,
luego duna y luego repartuza por la noche.
Y ya te llega la notificación.
Tío, 24 horas.
Siete días a la semana.
Estás viviendo un gran hermano.
¿Tu gran hermano? Sí.
¿Cómo lo aguantas mentalmente? Yo no sería capaz, ya te lo digo.
No creo que
colapsaría porque tanta
presión y... Aunque sea presión, da igual,
de mil personas, de dos mil, pero
tenerlos ahí tiene que ser duro. ¿Cómo lo aguantas
esto? ¿Cómo lo vives, tío? Si te digo
que en un año me voy a comprar una casa...
¿Estás haciendo el esfuerzo? Estoy haciendo el esfuerzo.
He conseguido monetizar a un
nivel en el que en un
año me podría comprar un piso.
¿Eres feliz haciendo esto? Sí.
Y seré más feliz cuando tenga mi piso.
Y lo que me hizo más feliz
fue
desprenderme... O sea, ahora mismo ya
el tema económico del streaming ya no me afecta.
Pero cuando me desligué
de los números del streaming al tener mi trabajo
de Rider, fue lo que me hizo crecer.
Porque se me veía feliz haciendo streaming y
no pensando en monetizar.
Y ahora soy feliz
haciendo lo que hago y ahora ya
voy a dejar mi trabajo para darme la vuelta al mundo
en streaming, en directo.
Porque me apetece hacer ese contenido
IRL de viajar por Europa con mi
coche y con mi perro. Pero
claro,
todos han sido pequeños pasos. Hasta
te vas sintiendo más a gusto y ahora dices
pues lo voy a hacer, tío.
Me apetece y lo voy a hacer. Y en ese punto
me encuentro ahora. ¿Sabes?
Bueno, de evolución continua.
Sí. A ver, ¿dónde te lleva?
Y me sale mal decirte esto porque la verdad
es que tengo bastantes más temas
para hablar que quería,
pero es que tienes que marcharte porque
tienes que coger un tren. Sí, un nave. Exacto.
Y vamos un poco
justos de tiempo, pero
tienes que volver a venir, ¿eh? Estás invitado
otra vez porque de verdad... Vale, pero
cuando venga vengo sin prisas, tío. Sí, sí.
Te quedas a dormir por aquí. Sí, me quedo
aquí en Barcelona y... Que puedas al día
siguiente irte tranquilamente.
Totalmente, tío. Porque ya te digo, me han quedado
cositas, quería hablar del mundo del Rider,
pero es que no da tiempo. Ya
tienes que hacer una cosa muy importante, que es
firmar el Justin... Bueno, firmar, dibujar
lo que tú quieras, el Justin Bieber de la suerte.
Este Justin Bieber está absolutamente
manchado.
Con, pues, las siglas,
las firmas, los dibujos de gente
absolutamente maravillosa
y tú serás uno de ellos. Así que
puedes poner lo que
quieras. Voy a ponerte Johnny.
Claro, pon lo que tú... Lo que te apetezca.
Aquí. Sí, sí.
Eh...
Ahí está.
Bueno, mira, es que no me da ni tiempo
hacer la pregunta que siempre hago, pero voy a hacerlo muy rápido.
Muy rápido. Es el clásico final
mío, ¿vale? Vale. La
guindillita. La historia es
¿Johnny, has tenido alguna vez
en tu vida
una experiencia que se podía catalogar
de paranormal, inexplicable
y racional que a día de hoy
sigas pensando, no sé cómo
pasó eso, puede ser
que tiene que ver con lo espiritual, con
los ovnis... Da igual. ¿Tienes alguna?
Sí. ¿La puedes con...?
Queda muy poco tiempo. ¿La puedes contar rápida?
Sí, año 93,
94, yo cogía
todos los días el autobús, ¿no? Me levantaba a las 7 de la mañana,
mi abuela me daba 200 pesetas,
yo pasaba por la panadería y compraba
mi triángulo de crema y chocolate
y me iba al autobús.
Y esa mañana cuando me levanto me dice mi abuela
Jonathan, ten cuidado, mira bien
al cruzar, porque he soñado
que te atropellaban.
Yo, vale,
joder, acojonado, ¿no?
Iba con mis wallmans, con mis
Gus & Roses, escuchando Knuckle Gems II.
Y lo que me...
esa cinta a la que me...
Iba con mis wallmans, con mi...
tal, pero fijándome bien, llegaba al autobús,
tal, voy al colegio,
termino el colegio, vuelvo al autobús,
estoy debajo del puente Rubén Dario,
en Madrid, en la isleta que está el autobús.
Y aquí pasan coches
y por aquí carril bus, tal. Y aquí
está la parada.
Pues un señor de traje, pasó corriendo
y delante mía, yo con los
cascos, él pasó por aquí corriendo y hizo el taxi.
Pun. Vi delante
mía como el cuerpo de este señor se doblaba
y con la cabeza reventaba la luna
y ese
señor fue atropellado,
la cabeza sangrando,
entre dos o tres personas, yo en shock,
le metieron en el taxi y el hombre se lo iba al hospital.
El día que
tu madre te había dicho... El día que mi abuela me dijo...
Tu padre, tu abuela había... Me había dicho
que...
Que había soñado
un atropello o mi atropello o lo que fuera.
Al día de hoy no me lo explico.
No. Hay cosas raras de estas, eh.
A veces como semi premoniciones
o cosas así. Yo no veo nada de eso.
Yo diría que mi abuela era ultra católica.
¿Sí? Sí. Mucho. Y que
cuando volví a hablar con ella me dijo
¿no sabes las veces que he rezado
por ti? Pero horas.
Si a lo mejor si no estoy muerto en esta
vida es porque mi abuela reza por mí. Bueno, pues
¿está viva tu abuela aún? No, murió.
2008. ¿Sabes algo de tu madre,
tu padre? No. Si están vivos...
Bueno, mi padre me contactó hace poco.
Sin más.
Bloqueado y ya está.
¿Y tu madre? Ni idea. Ni idea.
Bueno,
ya te digo, quedan cosas por hablar. Incluso
me habías dicho ¿no? Hostia, te voy a contar
una cosa de lo que hablábamos de en privado,
de buitres y tal. Te lo voy a contar.
Por ahí ha venido un poquito
lo de mi padre. Ah. Ah.
Era por ahí. Un momento vienes aquí a decirme
que tienes una visión diferente, que lo que yo estoy contando
no era así. Bueno, es lo que viví. Claro.
Que tú no lo querías ver así. No, es que
me gustaría ser un padre para ti.
Sí, a buenas horas. Hasta luego.
Claro. Y luego el tema de
que lo que hablábamos antes de
las relaciones parasociales y tal,
pues que por haber pasado por lo que yo he pasado,
por haber salido de la calle,
pero bueno,
que ha sido gracias al trabajo, esfuerzo y
currármelo todos los días,
pues me llegan muchas peticiones
por Instagram,
por e-mail, a lo que ya
no respondo y he pasado de responder
y ni lo atiendo directamente,
pero oye, que voy a
perder el piso, págamelo,
oye, que es que
me van a desahuciar, págame la hipoteca.
Así.
Muchos ¿no? Me llegan por lo menos dos, tres
peticiones diarias. Dos, tres
de personas que te dicen
porque esta es otra, ¿no? Saber quién es
verdad, quién no, de que
les ayudes económicamente. Yo ahora mismo solo estoy
ayudando a una persona
que bueno, le hacía falta
movilidad reducida y le estoy pagando una
silla de ruedas mensualmente
de alquiler para que pueda ir con su silla
a hacer sus cosas. Pero
solo pago y ya está. Claro. Pero
es que no tengo ni... O sea,
bueno, hizo bien, me va bien la vida,
gracias a Dios, estoy contento,
pero me voy a comprar una casa.
Claro, es tu objetivo. Obviamente.
Entonces, tengo que ser un poco egoísta y pensar en mí.
Pues bueno, Johnny,
ha sido una charla magnífica, te digo,
tienes que volver a venir porque quedan cositas
para hablar. Nos vemos nosotros el
martes que viene en una nueva tertulia
y luego el jueves con un invitado
espectacular, con mucha fuerza. No puedo decir mucho
más, pero os va a gustar.
Y Johnny, te dejo esta cámara
para que digas absolutamente lo que
te dé la real gana y despidas tú. Nacho,
que te vaya muy bien, que hoy estás
más guapo que ayer.
Que no te vi. Venga, pues tú mismo.
Nada, gente,
que...
Que si os encontráis en un mal momento
de la vida, que...
Que frenéis en seco,
que da igual todo lo que os
lastre o tire de vosotros,
ya sea la presión social, como ha dicho
antes Jordi, de los amigos,
de tener un hijo, una familia y tal,
frenar en seco,
que la vida continúe, que no pasa nada, que
el día siguiente todo va a ser igual,
¿vale? Frenar en seco,
pensad en vosotros mismos
y en... y muchas veces
un paso atrás para luego avanzar
más. ¿Es lo que mejor
me funciona en la vida cuando todo va
tan deprisa que te dejas llevar por la corriente?
Frenar en seco.
Es mi único consejo que os puedo dar.
Un abrazo a todos y gracias.
Adiós.